¿Por qué no es mala idea sustituir césped por trébol?

El césped perfectamente cuidado es perjudicial para el medio ambiente, por lo que algunos optan por alternativas no convencionales.

Por Ally Hirschlag
Publicado 24 jul 2023, 12:52 CEST
Trébol blanco en flor, Trifolium repens, cubre un pasto en Berkshire, Reino Unido

Trébol blanco en flor, Trifolium repens, cubre un pasto en Berkshire, Reino Unido. A medida que la sequía se hace más frecuente, los paisajistas buscan alternativas para ahorrar agua, como el trébol.

Fotografía de Nigel Cattlin, Nature Picture Library

Si buscas #cloverlawns en TikTok, te verás inundado de fotos y vídeos de céspedes lanosos y de aspecto etéreo.

Suelen ir acompañados de explicaciones sobre lo fácil que es plantarlos y cultivarlos, y sobre todas las ventajas de las que ahora disfrutan sus propietarios: menos consumo de agua, menos mantenimiento... todo lo cual reduce el consumo de energía y puede disminuir la huella de carbono del propietario.

Angelina Murphy, originaria de Los Ángeles que dirige una popular cuenta de bricolaje doméstico en TikTok, publicó algunos de estos vídeos y obtuvo más de 41 millones de visitas.

"Nuestro césped se estaba muriendo y no queríamos utilizar el agua y los recursos necesarios para mantenerlo vivo, sobre todo porque estamos en sequía y nos preocupamos por tomar decisiones sostenibles", explica Murphy.

Murphy no es la única que rechaza el césped tradicional; forma parte de una tendencia creciente de propietarios y paisajistas que buscan alternativas al césped tolerantes a la sequía y de bajo mantenimiento. Y estos nuevos céspedes sostenibles no se limitan al trébol. Los patios llenos de juncia, musgo y praderas de flores silvestres están ayudando a devolver la vida a jardines y espacios verdes.

(Relacionado: Añadir plantas autóctonas a tu jardín tiene más ventajas de las que te imaginas)

Argumentos científicos contra el césped

El jardín trasero del Kings College, de 250 años de antigüedad, como la mayoría de los de la Universidad de Cambridge, solía ser un prístino césped verde bien cuidado. En la actualidad, hay franjas cubiertas de maleza y flores silvestres, y plagadas de insectos. Esto no se debe a la escasez de jardineros, sino a un experimento que los investigadores de la universidad iniciaron en 2019 para ver qué beneficios podía aportar un césped sin cuidar.

Los investigadores sembraron más de 50 especies de plantas para fomentar que alrededor del 40 por ciento (0,6 hectáreas) del Back Lawn creciera de forma silvestre.  Al cabo de cuatro años, el equipo de investigación descubrió que la pradera rebosaba vida y albergaba 3,6 veces más plantas e insectos que las partes del césped que permanecían cuidadas.

Es más, ahora cultiva cuatro veces más especies de plantas en peligro de extinción que antes del experimento.

"Creo que es muy emocionante, muy poderoso, que se pueda hacer esta siembra relativamente modesta de semillas y luego ver cambios en todo el ecosistema", dice Cicely Marshall, investigadora del Kings College, cuyo experimento con el césped se publicó en la revista Ecological Solutions and Evidence en mayo de 2023.

La investigación de Marshall aporta datos a lo que se ha convertido en una tendencia al alza. El movimiento "No Mow May" ha crecido constantemente en popularidad desde que comenzó en el Reino Unido en 2019 como una forma de ayudar a salvar a los polinizadores. Desde entonces, han surgido más tendencias de césped ecológico, la más reciente es el césped de trébol.

¿Qué hace que el trébol sea tan diferente?

Murphy cree que sus vídeos sobre su césped de trébol tuvieron éxito porque a las generaciones más jóvenes les gusta tomar decisiones más respetuosas con el medio ambiente y aprender cosas nuevas. Sin embargo, Sharon Jae Hall, profesora de la Facultad de Ciencias de la Vida de la Universidad Estatal de Arizona (Estados Unidos), cree que se trata de un cambio más radical.

"A medida que se suceden los fenómenos meteorológicos extremos, la gente empieza a darse cuenta de que tenemos que hacer algo diferente para proteger nuestro modo de vida", explica.

Las personas y las comunidades están tomando medidas más significativas para luchar contra las inundaciones, las sequías y las olas de calor.

"Es probable que esta tendencia continúe y se acelere con una nueva generación de personas que puedan influir en las normas sociales a través de los medios de comunicación", afirma Hall.

Los céspedes de trébol son más interesantes visualmente que el típico césped cuidado, pero se mantienen relativamente bajos, por lo que no suscitan quejas de vecinos o comunidades con ordenanzas sobre césped. Pero los céspedes de trébol no sólo son estéticos y requieren poco mantenimiento.

El resistente trébol blanco (la especie que más se utiliza hoy en día para los céspedes de trébol) es una fuente primaria de néctar para los polinizadores. Según una evaluación histórica de 2016 de los recursos florales en el Reino Unido a lo largo de varias décadas, un tercio de todo el néctar proporcionado a los polinizadores procedía del trébol blanco. En las ciudades, se disparó hasta el 66%.

Marc Johnson, catedrático de Biología de la Universidad de Toronto (Canadá), ha realizado estudios sobre el trébol blanco en zonas urbanas y suburbanas de todo el mundo. Teniendo en cuenta lo prolífica que es la especie, cree que esos porcentajes son igualmente altos en todos los lugares donde crece.

"Es la principal fuente de néctar para los polinizadores de nuestras ciudades", afirma.

También tiene una relación excepcionalmente beneficiosa con el suelo, al infundirle rizobios, bacterias que ayudan a mantenerlo sano. Los rizobios han evolucionado para ayudar a plantas como el trébol a tomar el nitrógeno del aire y segregarlo en el suelo, lo que significa que, en esencia, fabrican su propio fertilizante.

Los céspedes de juncia y musgo son alternativas emergentes por razones ecológicas similares a las del trébol: requieren menos siega y riego. También son especies de plantas muy adaptables que actúan como esponjas cuando llueve mucho, por lo que son especialmente útiles en climas propensos a las inundaciones.  

Cómo puedes favorecer un césped más biodiverso

Plantar simplemente trébol blanco no fomenta nada parecido al nivel de biodiversidad que logró el Kings College, y esa diversidad es clave para generar los mayores impactos positivos en un entorno local. Si ése es tu objetivo, los expertos dicen que debes diversificar las especies vegetales de su césped. Eso es lo que hizo Johnson en su jardín del suburbio de Toronto, y el resultado lo ha convertido en una atracción del barrio.

Él lo llama su propia versión de un parque nacional y lo trata con similar reverencia. Todo, desde la prímula al algodoncillo, pasando por la Echinacea purpurea, se deja florecer. Como resultado, lo frecuentan colibríes, monarcas en peligro de extinción y montones de abejorros para los que ha construido un hotel de abejas.

Para apoyar el medio ambiente local, no hace falta plantar un prado lleno de flores silvestres como Johnson. Añadir algo de variedad a tu césped, sobre todo plantas autóctonas, te ayudará a mantener la vida silvestre. Dicho esto, algunos insectos son muy exigentes con lo que comen, así que es importante tener en cuenta lo que crece de forma natural en tu región. Si no estás seguro de cómo hacerlo, pregunta a un horticultor de tu vivero local.

El césped sostenible sale a la calle

Aunque la tendencia hacia céspedes más silvestres es prometedora, Johnson cree que los ayuntamientos deben predicar con el ejemplo para que se produzcan cambios ambientales de mayor impacto.

Cuando una parte importante de una ciudad deja de tener césped y pasa a tener espacios verdes sin césped, como praderas y céspedes de trébol, se absorbe más CO2, lo que puede ayudar a limpiar el aire de contaminación. Los céspedes altos también retienen más humedad y desvían más radiación solar, lo que puede reducir el efecto isla de calor urbano. Según un estudio, si las ciudades tuvieran un 10% más de cubierta vegetal, podrían reducir su temperatura media en un grado.

Pero para fomentar la biodiversidad no basta con aumentar los espacios verdes, sino que hay que restaurar y conectar lo que ya existe.

"Incluso las parcelas más pequeñas que están bien conectadas entre sí pueden ser un buen hogar incluso para la fauna autóctona más sensible", afirma Hall.

"Eso amplifica su efecto positivo. Se consiguen muchas conexiones, conectividad en el paisaje y muchos hábitats nuevos", afirma Marshall.

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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