Por qué sería buena idea este otoño dejar las hojas de los árboles en el suelo
Las hojas caídas de los árboles pueden tener sorprendentes beneficios para el medio ambiente, desde servir de hábitat a la fauna salvaje hasta ayudar a crear un nuevo suelo fértil.
Cuando las hojas cambien de color y caigan al suelo este otoño, considera la posibilidad de dejarlas en el suelo, donde servirán de hábitat a los insectos y producirán tierra fértil para nuevas plantas.
Cuando las coloridas hojas otoñales se acumulen en tu jardín esta temporada, puede que merezca la pena dejarlas allí.
La hojarasca, comúnmente considerada molesta a la vista, es un sorprendente microcosmos de biodiversidad. Sirve de cubierta para el hábitat más rico en especies: el suelo, que alberga más de la mitad de toda la vida del planeta. Debajo de los montones de hojas, ramas y cortezas florece una gran variedad de criaturas, desde pequeños reptiles como salamandras y ranas hasta invertebrados como caracoles, lombrices de tierra y arañas.
Cuando los invertebrados consumen materia foliar, la rompen en trozos más pequeños. A continuación, un tándem de bacterias y hongos descomponen esos trozos y los convierten en valiosos nutrientes, como nitrógeno, calcio y azufre, que ayudan a alimentar árboles y otras plantas.
Estos procesos naturales ayudan a reponer el suelo y contribuyen al ciclo vital a medida que la materia vegetal muerta se transforma en sustento para las plantas vivas. Aunque la hojarasca pueda parecer engañosamente estancada, bajo el follaje bulle un mundo microscópico de actividad.
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Beneficios para el medio ambiente
Como microhábitat, la hojarasca es diversa. Estructuralmente, está formada por restos vegetales como hojas, flores, corteza, semillas y ramitas. Químicamente, contiene sustancias como celulosa y lignina. Un estudio de 2023 sugiere que la hojarasca refuerza la biodiversidad de los ecosistemas al hacer el suelo más fértil y reducir el riesgo de patógenos dejados por los animales.
La hojarasca pasa por tres niveles de descomposición para producir abono. La capa superior observable es la hojarasca. La segunda capa, compuesta por hojas en descomposición, es la capa de fermentación. La última capa, completamente podrida, está formada por una materia orgánica espesa y oscura llamada humus, un tipo de suelo que proporciona el entorno ideal en el que las plantas crecen y prosperan.
Piensa en ese suelo como en todo un ecosistema, dice Sue Barton, científica especializada en plantas y suelos de la Universidad de Delaware (Estados Unidos).
"El sistema del suelo contiene el componente mineral, que es la arena, el limo y la arcilla. También tiene espacios llenos de aire o agua y materia orgánica", explica. "Y un componente vivo, como las lombrices, los hongos y las bacterias. Es bueno referirse al suelo como un sistema complejo, más que como una entidad única".
La descomposición de la hojarasca no sólo ayuda a liberar nutrientes en el suelo. Los bosques secuestran este gas de efecto invernadero al capturar el dióxido de carbono de la atmósfera. Mediante la fotosíntesis, el carbono se transforma en biomasa, que con el tiempo muere y se convierte en hojarasca o madera muerta.
La hojarasca es también un hábitat importante para los animales. Cuando llegan los amargos meses de invierno, las hojas muertas proporcionan a la fauna un lugar donde refugiarse y esconderse de los elementos. Bajo los detritus anidan capullos de polillas y mariposas, y los abejorros hacen madrigueras para evitar el frío, hibernando durante los meses de invierno.
"La mayoría de las mariposas y polillas pasan el invierno en en la intemperie, ya sea como huevos, orugas, crisálidas o adultos", explica Barton. "Las polillas Luna, las mariposas Baltimore Checkerspot y las orugas de oso lanudo se meten en un montón de hojas para protegerse del frío y los depredadores. Las crisopas de banda roja ponen sus huevos en hojas de roble caídas. Las mariposas de cola bifurcada disfrazan sus capullos y crisálidas de hojas secas, mimetizándose con las hojas reales".
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Qué hacer con la hojarasca
Hay varias opciones para guardar la hojarasca.
Barton sugiere rastrillar las hojas del césped y colocarlas en los parterres, ya que dejar que la hojarasca cubra el césped no permite que penetre la luz e impide que el césped haga la fotosíntesis. Para evitar que las hojas cubran por completo el césped, puedes utilizar un cortacésped triturador para cortar las hojas en trozos pequeños.
Hacer esto, dice Barton, "mejora la calidad del suelo, de modo que las plantas que crecen en esa zona tienen más nutrientes que absorber. Tendrán un suelo más suelto y abierto, con una mejor estructura. Esto favorece el crecimiento de las raíces y, por supuesto, la salud de las plantas".
Advierte contra el peligro de enviar la hojarasca al vertedero.
"Lo que no se debe hacer es meterla en una bolsa de plástico y enviarla a un vertedero, porque nos estamos deshaciendo de un recurso. Si lo envías a un vertedero, ese recurso no podrá reutilizarse en el paisaje de alguien".
Una segunda opción es compostar las hojas. Puedes compostar el montón de hojas y volver a ponerlo en el césped o alrededor de las plantas. El objetivo es reciclar la hojarasca y, ya sea colocándola en parterres o convirtiéndola en compost, lo conseguirás.
¿Quieres que tu césped sea aún más respetuoso con el medio ambiente? Infórmate sobre las ventajas de plantar plantas autóctonas o sustituir el césped por trébol.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.