¿Y si es buena idea estar preparado para el "fin del mundo"?

En una época de huracanes que baten récords y pandemias globales, prepararse para lo peor ya no parece tan descabellado. Estas son algunas de las lecciones clave que puedes aprender de los que viven constantemente preparados para el Juicio Final.

Por Rosemary Counter
Publicado 5 ago 2024, 10:59 CEST
Bolsa de supervivencia fotografiada en la Kansas City Survival Expo & Gun Show de Misuri

Linternas. Cinta adhesiva. Una manta de supervivencia. Estos son todos los componentes de la "bolsa de supervivencia" de un hombre, fotografiada en la Kansas City Survival Expo & Gun Show de Misuri. Los supervivientes y los "Doomsday preppers" llevan mucho tiempo preparados para lo peor, pero ahora que el cambio climático causa estragos en nuestro planeta, todos podríamos aprender de sus consejos.

Fotografía de Roger Kisby, Redux

En medio de las estanterías de una cadena estadounidense de supermercados, ya repletas de botes de mantequilla de cacahuete enormes y paquetes de 12 de macarrones con queso, hay una novedad que está causando furor en las redes sociales: el cubo de comida de emergencia Readywise con 150 raciones. Por 100 dólares, el cubo incluye 80 cenas, 30 desayunos y 40 bebidas energéticas con una vida útil de (prepárate para esto) 25 largos años. Una moda que también está empezando a tener aceptación en Europa.

"En un mundo en el que la imprevisibilidad se ha convertido en una constante", reza la descripción, "nuestro surtido adquiere un papel vital en la preparación para emergencias. Imagínate la aparición repentina de inclemencias meteorológicas, los retos de transiciones laborales inesperadas o la inquietante idea de la escasez de alimentos."

No es difícil de imaginar, ya que los últimos años nos han dado muchos ejemplos: la pandemia de COVID-19, obviamente, pero también grandes incendios forestales, inundaciones y corrimientos de tierra, por citar sólo unos cuantos ejemplos. Los fenómenos meteorológicos extremos son cada vez más frecuentes y graves; incluso la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés) del Gobierno estadounidense, que solía recomendar que todos los hogares del país tuvieran un plan de autosuficiencia de 72 horas, ha modificado discretamente su plazo mínimo a al menos 72 horas y su recomendación a una semana completa.

Todo esto es una reivindicación de los llamados "Preppers" (o personas que se preparan para lo peor), a los que antes se les metía en el mismo saco que a los terraplanistas. Pero no hay necesidad de dejarse crecer la barba, vestir ropa de camuflaje de pies a cabeza e irse a vivir fuera de la red eléctrica. Hay mucho que aprender en un territorio medio razonable sobre cómo prepararse para las catástrofes naturales. Esto es lo que todo el mundo puede aprender de los preparadores en una época de clima extremo.

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¿Cuánta agua hay que almacenar para una catástrofe?

Si vas a conseguir una cosa y sólo una cosa para prepararte y preparar a tu familia para un acontecimiento extremo, es agua. "No puedes vivir más de tres días sin agua", dice Jim Cobb, autor de Prepper's Long-Term Survival Guide (Guía de supervivencia a largo plazo para preparadores).

La mayoría de nosotros estamos acostumbrados a que el agua fluya libremente del grifo, pero todo, desde huracanes a incendios o tuberías congeladas, puede hacer que el suministro de agua se interrumpa o, lo que es más probable, que se contamine. Incluso en una inundación, por ejemplo, donde se podría pensar que hay agua en abundancia, no es así. "El agua de las inundaciones contiene aguas residuales, basura, sustancias químicas nocivas y bacterias que causan muchos problemas de salud", dice Cobb. Si ya estás en una situación de emergencia, no querrás contraer giardiasis o E. coli además de todo lo demás.

¿Cuánta agua potable debes almacenar exactamente? "Esa es una pregunta difícil", se ríe Cobb. La FEMA recomienda un galón (3,7 litros) por persona y día mientras dure la emergencia, algo que, por supuesto, nadie sabe. Si tienes espacio de sobra, Cobb dice que más es mejor: "Nadie ha salido nunca de una emergencia diciendo: Tío, tenía demasiada agua a mano".

¿Mejor aún? Encuentra alguna forma de filtrar o purificar el agua adicional de cualquier fuente que tengas cerca.

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¿Necesitas realmente comida deshidratada para una emergencia?

Como asesores de Doomsday Preppers, Scott Hunt, director de Practical Preppers, se encargó de puntuar a los participantes en una escala del uno al cien. La mayoría de los hogares estadounidenses, señala Hunt, fracasan estrepitosamente en una catástrofe no por el agua, sino por la comida. "En general, el punto débil que veo es la comida", afirma. "La mayoría de los hogares tienen condimentos básicos y galletas en casa. Si de repente no pudieras comprar, ¿cómo alimentarías a tu familia? ¿Cuánto podrías aguantar?".

Utilizando la recomendación (mínima) del Gobierno de tener a mano alimentos para 72 horas en caso de emergencia, echa cuentas: "Piensa en 2000 calorías, por persona y día", sugiere Hunt. Elige un almacén específico si lo tienes como despensa, y abastécelo de alimentos estables, no perecederos y conocidos.

"Una emergencia no es el momento de probar nuevos alimentos extraños que nunca has probado", dice Cobb, advirtiendo de esta pesadilla en particular: "Lo último que necesitas es estar dos días en un huracán sin un inodoro que funcione y que la comida no te siente bien". En una situación extrema, señala Hunt, ya estarás suficientemente estresado y querrás "comida nutritiva, alta en energía y calorías, que sea fácil de preparar, que no requiera electricidad ni fuego y que sepas que tu familia comerá".    

La comida es imprescindible, pero resístete a pasarte con alimentos de supervivencia muy comercializados. "No necesitas comidas deshidratadas y liofilizadas aptas para astronautas", dice Cobb. Son muy caras, no te dan mucho por lo que gastas y probablemente no te gusten. En su lugar, haz acopio de alimentos que tu familia ya coma y disfrute, y ten en cuenta también a los miembros no humanos de tu familia: "No te olvides de tu mascota, que depende de ti", advierte Cobb.

¿Cómo mantenerse conectado si se va la luz?

Para asegurarte una pesadilla esta noche, ve la película de Netflix Dejar el mundo atrás. Más aterradora que un huracán o un asteroide, quizás, esta película no es terrorífica por lo que se avecina, sino porque lo misterioso, inexplicablemente desaparece. "Imagina un mundo en el que la red no funciona y nadie sabe por qué: ¿fue un ciberataque? ¿Un ataque terrorista? ¿Un PEM?", se pregunta Hunt (esto último es un pulso electromagnético, que podría perturbar e inutilizar todos nuestros ordenadores y smartphones). Sea lo que sea lo que está pasando ahí fuera, no lo sabrás.

Sáltate este infierno en la Tierra con un artilugio de baja tecnología de antaño: una radio de emergencia con una antena que se enrolla a mano. "Son baratas, fáciles de usar y evitan que te vuelvas loco porque no sabes qué está pasando", dice Hunt. Los modelos más nuevos sirven también como cargadores de teléfono, linternas y luz estroboscópica SOS parpadeante en caso de que necesites avisar a un equipo de rescate.

Sin electricidad, despídete de las luces, el aire acondicionado y la calefacción, la refrigeración y el agua caliente. Para mantener todo esto en funcionamiento, necesitarás algún tipo de generador. "Un generador para toda la casa es fantástico, pero está fuera del alcance de la mayoría de la gente", dice Cobb. Los generadores de energía solar son respetuosos con el medio ambiente y silenciosos, pero tienen un precio acorde: el de Cobb cuesta unos 4000 dólares, y hay que admitir que es excesivo para la mayoría.

"Las necesidades de cada persona son diferentes, así que yo pensaría en las comodidades que realmente necesitas e invertiría en un generador que pueda hacerlas funcionar", dice, citando el frigorífico, la calefacción y el aire acondicionado como prioridades. Si pierdes estos últimos en una ola de calor, plantéate trasladarte temporalmente. "Quizá te vayas a otro sitio a pasar el día: la biblioteca local, el centro comercial, algo así".

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¿Cuánta preparación es demasiada, o no es suficiente?

El cambio climático sigue produciendo fenómenos meteorológicos más extremos, desde tornados a olas de calor, pasando por tormentas de hielo y huracanes, pero la buena noticia es que prepararse para uno significa en gran medida prepararse para todos. "Muy pocas cosas son específicas de un desastre", dice Cobb. "Probablemente el 90 por ciento de la preparación que hacemos para cualquier desastre específico va a ser aplicable a todos ellos".

Si estás discutiendo con tu pareja sobre cuánta preparación es demasiada preparación, probablemente estéis discutiendo sobre almacenamiento. "Necesitas un espacio dedicado al almacenamiento", dice Cobb. "No necesariamente una habitación entera, porque la mayoría de nosotros no tenemos ese tipo de espacio en nuestra casa, pero debajo de una cama y la parte trasera de los armarios son geniales". No compres tantas cosas que no puedas memorizar su ubicación. "Si no puedes encontrar lo que necesitas en caso de emergencia, da igual que lo tengas", dice Cobb.

La mayoría de la gente, sin embargo, se sitúa en el extremo opuesto del espectro de los preparadores.

"El mayor error es no prepararse", advierte Hunt. En su lugar, adopta las prácticas de los preparadores y sitúa tu objetivo en un punto intermedio: nada digno de un reality show, pero lo suficientemente preparado como para que te sientas cómodo para lo que venga después. 

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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