Voluntarios limpiando playas en Valencia en enero de 2025.

Las consecuencias medioambientales de la Dana en litoral de Valencia: mucho más que playas sucias

Miles de voluntarios se han volcado a retirar residuos de las playas valencianas después de la Dana y recuperar las playas para el inicio del período de anidación de distintas especies.

Unos 100 voluntarios ambientales participan en cada actividad de limpieza de la ONG Xaloc para retirar residuos en las playas de Valencia en enero de 2025, casi cuatro meses después del paso de la Dana. 

Fotografía de Claudia Paparelli
Por Claudia Paparelli
Publicado 3 mar 2025, 10:00 CET

A principios de diciembre de 2024, mucho voluntarios y conservacionistas, entre los que destacaban una gran cantidad de jóvenes, se fijaron un ambicioso objetivo medioambiental: recuperar las playas valencianas. La Dana que arrasó a la Comunidad Valenciana el 29 de octubre de 2024 provocó una conmoción en toda España dejando más de 200 muertos; pero también causó una crisis sin precedentes en todo el litoral y en la Albufera de Valencia, una de las zonas húmedas y protegidas más importantes de España.  

“Las consecuencias al ecosistema saldrán a la luz con el tiempo, ahora no lo podemos saber”, afirma Juan Eymar, presidente y co-fundador de la ONG Xaloc, encargada de la limpieza de playas y protección de la tortuga marina. La Conselleria de Medio Ambiente de Valencia ha seleccionado a algunas ONG locales, entre las que está Xaloc, para que pongan en marcha un plan de retirada de residuos con voluntarios. El objetivo era tener las playas lo más despejadas posibles para marzo, fecha en la que se espera que lleguen a anidar especies como la tortuga mediterránea y el chorlitejo patinegro, un ave que pone huevos en el suelo. “Aunque las labores continúan, se ha avanzado lo suficiente”, afirmaban a finales de febrero desde Xaloc. 

De acuerdo con Eymar, existen aún residuos envasados, que podrían degradarse y posteriormente contaminar el medioambiente. “Falta mucho por limpiar. me da miedo que en un futuro empiecen a salir cosas extrañas y aumenten los niveles de toxicidad de la Albufera”, explica con preocupación. De momento, los niveles de toxicidad en el parque natural más importante de Valencia presentan niveles “muy reducidos”, así lo indica el informe más reciente de la Conselleria de Medio Ambiente tras la toma de 60 muestras de barro en diciembre. 

La riada arrastró toneladas de escombros, barro y residuos, que desembocaron en el parque natural de la Albufera, para luego ser expulsadas al mar y devueltas a la orilla de las playas. Ahora más de 70 km de costa desde Pinedo (Valencia) hasta Dénia (Alicante) necesitan limpieza de toneladas de residuos que ha dejado el paso de la Dana. “Para mí la Albufera es nuestro paraíso que tenemos que cuidar. Sin las manos humanas esto no se puede terminar de limpiar”, dice Monse Paniagua, una voluntaria de 23 años que se ha apuntado a una actividad de Xaloc, para limpieza y replantación en las playas de El Saler, Valencia. 

Carla Eymar y Juan Eymar organizan la replantación de especies en el litoral valenciano.
Retirando residuos de las playas
Izquierda: Arriba:

Otanthus maritimus y Ammophila arenaria son dos de las especies que están siendo replantadas para ayudar a reconstruir los ecosistemas con dunas en las playas. Carla Eymar y Juan Eymar, organizando la replantación con los voluntarios en diciembre, 2024. 

Derecha: Abajo:

 Xaloc ha retirado cuatro toneladas de residuo en las playas desde que comenzaron las limpiezas después de la Dana.

fotografías de Claudia Paparelli

Plantar, buscar y ayudar, una labor multidisciplinar 

En un domingo decembrino, más de 100 personas se han reunido desde muy temprano con botas, guantes y bolsas de plástico reciclado para recoger residuos y replantar en las playas de El Saler. Muchas son familias, estudiantes, jóvenes y mayores concienciados con el medioambiente. Palmira y su esposo han venido con su hija pequeña Sofía, quieren inculcarle el cuidado y respeto a la naturaleza. 

Noelia y Alicia de 13 y 15 años respectivamente, son primas que se han apuntado acompañadas de familiares mayores de edad, por primera vez a una actividad de voluntariado ambiental. Ellas mismas han manifestado sus ganas de asistir y ya quieren repetir. 

En la playa de El Saler también se encuentran los voluntarios de la Asociación Valenciana de Detectoaficionados. Una decena de integrantes se han acercado a ayudar a limpiar, con sus largos detectores de metal y sus scoop para recoger los deshechos en las playas. Rubén Tarín, secretario de la asociación, señala que “las playas están más sucias que antes a causa de la Dana”, encontrando incluso botellas de gas butano que jamás habían visto. José Pardo ha localizado durante la actividad de la mañana un trozo de metal de más de un metro, desconoce su origen. Cuenta que su hija y su yerno perdieron el vehículo con la fuerza del agua de la riada. “Son cosas materiales que duelen menos que haber perdido una vida”, afirma Pardo. Varios de los 200 miembros de la asociación han sufrido graves daños a sus casas por las riadas y las inundaciones. 

Estas actividades además unen a los jóvenes. Marta, Geneva, Erika, María y Monse se acaban de conocer limpiando la playa de El Saler y han decidido crear un grupo en Whatsapp, para compartir cualquier acción voluntaria que vean y así acudir juntas. Cada una había asistido ese día en solitario. “Mi familia me dice que descanse porque llevo toda la semana trabajando, pero les replico que hay mucho que hacer todavía”, comenta Geneva, voluntaria de 26 años. 

“El primer día que llegamos a ayudar a los afectados no podía parar de llorar, pero ellos necesitaban que yo fuese fuerte y que con mi pala sacara el barro”, confiesa Carla Eymar, encargada de los 2000 voluntarios de Xaloc, mientras abre un hueco en la arena para replantar. La organización ambiental realizó un voluntariado humanitario durante los primeros días de la Dana. Carla Eymar es abogada medioambiental e hija del presidente de la ONG. Señala que los jóvenes fueron los primeros comprometidos con lo sucedido, rompiendo esquemas. “Mi barrio olía mal, picaba, escocía los ojos, te sacaba marcas rojas y cada pisada se hacía con tensión por no saber lo que ibas a tocar. Caminamos todos los días 20 km para llegar a las zonas afectadas. Ahora seguimos ayudando, pero desde las playas”, comenta Carla, que asegura que al menos un 40% de los voluntarios de Xaloc han sufrido las consecuencias de la riada.

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      Detectores de metales para limpiar las playas
      Voluntarias ambientales en El Saler (Valencia).
      Izquierda: Arriba:

      José Pardo, voluntario de la Asociación Valenciana de Detectoaficionados apoyando en las labores de limpieza de las playas después de la Dana buscando metales en enero de 2025.

      Derecha: Abajo:

      Marta Miquel (de 34 años), Geneva Bochons (26), Monse Paniagua (23), Erika Peris (41) María Vidal (38) son voluntarias ambientales, posan junto a los residuos retirados durante una actividad de limpieza en la playa de El Saler, Valencia en enero de 2025. 

      fotografías de Claudia Paparelli

      La realidad del ecosistema 

      Desde que las labores de limpieza empezaron en las playas después de la Dana, Xaloc ha llegado a recoger más de cuatro toneladas de residuos. Los cadáveres de algunos galápagos han aparecido y las serpientes o peces provenientes de piscifactorías afectadas, abundan en las orillas de las playas, ahora retirados por los voluntarios cada fin de semana sin falta. Para Carla Eymar la ayuda es fundamental, “si no retiramos las cañas de la arena, la tortuga marina llegaría a anidar en marzo y al verlas se daría media vuelta, probablemente la tortuga mediterránea moriría porque no tendría cómo alimentarse y el ave chorlitejo panitegro tampoco podría poner sus huevos” comenta la abogada medioambiental.  

      Por otro lado, Enrique Ferrer, secretario de la Cofradía de pescadores de Gandía (Valencia), ha comentado que, desde el paso de la Dana de octubre, las aguas han quedado muy sucias. “Los pescadores están recogiendo muchos troncos, hace unos días encontramos uno de 20 metros de largo, eso es peligroso para la embarcación y rompe las redes de trabajo, la pesca se ha visto perjudicada”. Comenta Ferrer, anhelando volver a la pesca habitual de peces como: las doradas, las lubinas, los lenguados, entre muchos otros. 

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