Rumbo a la neutralidad climática en 2050: ¿Qué es la huella cero de carbono?
Lograr el cero neto de emisiones de gases de efecto invernadero para 2050 pasa por comprender cómo podemos alcanzar estos objetivos a través de la disminución y la compensación de los gases que emitimos como sociedad.
El pasado mes de junio de 2021, el Pacto Verde Europeo se alineó para alcanzar la neutralidad climática en 2050, pasando por lograr la reducción de los gases de efecto invernadero entre un 40 por ciento y un 55 por ciento en 2030.
Este nuevo reglamento pareció servir de recordatorio al mundo que, en mitad del ajetreo de la pandemia de la COVID-19, parecía haber relegado el medio ambiente a un segundo plano. Guiados por el Acuerdo de París, los países debían presentar, mucho antes de la COP26 en Glasgow, planes climáticos ambiciosos para el año 2030 que recorten las emisiones globales un 45 por ciento respecto a los niveles de 2010.
Sin embargo, la ambición de la cumbre quedó mermada mientras los graves impactos del calentamiento global continúan su curso.
La Organización Meteorológica Mundial en su reciente informe provisional Estado del Clima Mundial 2021, afirma que los gases de efecto invernadero continuaron aumentando a nivel mundial durante el pasado año, que va camino de ser entre el quinto y el séptimo año más cálido registrado, algo menos que los años anteriores por los efectos de La Niña. El informe advierte además que el nivel medio del mar global alcanzó un nuevo récord en 2021.
"Los efectos del cambio climático se van haciendo cada vez más visibles y se van extendiendo", afirma el Parlamento Europeo. "Hemos vivido temperaturas extremas, sequía, fuertes lluvias, inundaciones y deslizamientos de tierra, también en Europa".
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El Mediterráneo también presentó las consecuencias del calentamiento global en varias ocasiones durante la segunda mitad del verano. El calor más excepcional se vivió en la segunda semana de agosto, cuando una estación meteorológica cerca de Siracusa, en Sicilia, alcanzó los 48,8 °C. España, con un 75 por ciento de su territorio en riesgo de desertificación, podría ser uno de los países más secos para el año 2040.
"Para limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados, un umbral que el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC) considera seguro, la neutralidad de carbono para mediados del siglo XXI es esencial", afirma el Parlamento Europeo.
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¿Qué es la neutralidad climática?
"La neutralidad climática se refiere a la idea de que las emisiones netas de gases de efecto invernadero se equilibren y sean iguales, o menores, a las que se eliminan a través de la absorción natural del planeta. Es decir, significa que reduzcamos nuestras emisiones a través de la acción climática", define la UNFCCC.
La neutralidad de carbono se logra por tanto al emitir la misma cantidad de dióxido de carbono a la atmósfera de la que se retira, lo que deja un balance cero, también denominado huella cero de carbono.
En este sentido, la neutralidad climática no se refiere solo al dióxido de carbono, sino también a gases perjudiciales como el óxido nitroso, el metano, los hidrofluorocarbonos, los perfluorocarbonos y el hexaflouoruro de azufre. Es decir, todas las sustancias nocivas que el ser humano, mediante su actividad, está expulsando a la atmósfera.
Con el objetivo de compensar estas emisiones, la Oficina del Cambio Climático de la ONU lanzó Climate Neutral Now en 2015, para animar al mundo a trabajar hacia las emisiones netas cero y así mitigar la vorágine del cambio climático.
Esto supondría un planeta en el que las emisiones de gases están en equilibrio con lo que se absorbe de forma natural a través sumideros como bosques y océanos, y también de manera artificial a través de la compensación. Aunque el objetivo es tener un planeta neutro para 2050, Climate Neutral Now se centra en la necesidad de actuar ahora para alcanzar ese objetivo.
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Compensación de emisiones
Por tanto, la neutralidad climática significa que no haya exceso de emisiones, ya sea disminuyéndolas o compensándolas, algo que deben lograr los países, las organizaciones, las empresas y los individuos. Sin embargo, muchos países u organizaciones no pueden reducir sus emisiones a cero de forma inmediata, ya que necesitarán varios años para poner en marcha planes que implementen inversiones tecnológicas y los cambios de hábitos que requiere la neutralidad climática.
Para no esperar hasta entonces, algo que podría ser catastrófico a nivel de consecuencias climáticas, además de en los planes de reducciones, se puede invertir de forma inmediata en reducciones de emisiones, las conocidas como compensaciones. Esta opción ayuda a acelerar el esfuerzo global de reducción de emisiones.
"Lo que hace es poner un precio del carbono a su propia organización, lo que proporciona un incentivo económico para reducir sus propias emisiones más rápidamente", explica el Parlamento Europeo en relación a esta manera de lograr el neto cero.
"La compra de unidades de compensación también es una opción disponible para los particulares y los hogares ya que, al igual que las organizaciones, tendrán dificultades para lograr la neutralidad climática de forma inmediata".
Sin embargo, las compensaciones no son una solución a largo plazo, y por tanto no sustituyen la necesidad de lograr la neutralidad lo más rápido posible mediante la disminución, pero proporcionan una forma de acelerar ese viaje.
Es decir, la compensación es un atajo temporal para guiarnos hacia la neutralidad climática, no un sustituto de la reducción de las emisiones. El objetivo real a largo plazo es que todos los sectores adopten medidas para reducir su impacto en el planeta eliminando su huella de carbono.
¿Qué son los MDL y las RCE?
Dentro de la compensación de carbono existen varios términos ya habituales en los mercados de carbono. El acrónimo MDL significa Mecanismo de Desarrollo Limpio y es un medio de compensación establecido en el marco de la Convención Marco de las Naciones Unidas contra el Cambio Climático.
Este método permite a particulares y organizaciones apoyar económicamente proyectos de reducción o eliminación de emisiones de gases de efecto invernadero fuera de sus organizaciones, normalmente en países en desarrollo.
Por cada tonelada cúbica de gas de efecto invernadero evitada, se emite un crédito de carbono avalado por la ONU, llamados RCE, Reducción Certificada de Emisiones, que pueden aplicar para cumplir sus propias cifras de reducción de emisiones.
Para lograr una reducción, el primer paso es medir las emisiones. Para ello, existen diferentes herramientas como esta calculadora. Para compensar las toneladas que aparezcan tras los cálculos, pueden tomarse diferentes acciones como disminuir nuestra utilización del coche, utilizar bombillas de bajo consumo, investigar los proveedores de electricidad ecológicos o poner en marcha alguna de las iniciativas del portal de compensación de la huella de carbono de la ONU.
"Aunque la neutralidad climática parece desalentadora, no lo es y es una forma realmente importante de ayudar a reducir nuestro impacto en el planeta", concluye la UNFCC. "El objetivo final es conseguir que el planeta sea 'climáticamente neutro' en 2050, un objetivo ambicioso pero vital para asegurar el futuro de la Tierra, tal y como han acordado todas las Partes que han ratificado el Acuerdo de París".