Pese a la prohibición del gobierno de Nepal, este escalador ciego está más decidido que nunca

Andy Holzer, el segundo escalador ciego que ha conseguido llegar a la cima del Everest, no quiere ser el último.

Por Saransh Sehgal
Publicado 10 ene 2018, 16:14 CET
Andy Holzer
El escalador ciego Andy Holzer desciende de la cumbre del Everest.
Fotografía de Klemens Bichler

La reciente decisión del gobierno de Nepal de prohibir que los escaladores en solitario, a los invidentes y a las personas con amputaciones dobles escalen el monte Everest —que según los mandatarios reducirá los fallecimientos en la montaña— ha dado pie a fuertes críticas por parte de los miembros de la comunidad de la escalada, y algunas personas argumentan que esta prohibición no se basa en problemas de seguridad legítimos.

Las nuevas pautas se aplicaron a finales de diciembre de 2017 después de que muchos escaladores en solitario y discapacitados hubieran anunciado escaladas en 2018. Hari Budha Magar, exintegrante de la brigada británica de los gurka que perdió las piernas en combate, quería convertirse en la primera persona con doble amputación por encima de la rodilla en escalar el Everest. Está organizando una expedición con otros veteranos y se ha reafirmado en su creencia de que la prohibición es discriminatoria.

La noticia de la prohibición también ha afectado al escalador ciego Andy Holzer, que se convirtió en el segundo hombre ciego en alcanzar con éxito la cumbre del Everest y el primero en enfrentarse a la ruta del Collado Norte el 21 de mayo de 2017. Holzer, ciego de nacimiento, ha alcanzado la cima de las Siete Cumbres y planea regresar al Everest en 2019.

Andy habló con nosotros desde su casa en los Dolomitas austriacos y ha compartido su opinión sobre las nuevas regulaciones y el efecto que tiene sobre los escaladores discapacitados.

Saransh Sehgal: ¿Qué opina sobre la reciente prohibición de escalar el Everest que el gobierno de Nepal ha impuesto sobre los escaladores discapacitados y en solitario?

Andy Holzer: Estadísticamente, muy pocos escaladores discapacitados han fallecido escalando el Everest, y solo dos de los 15 escaladores discapacitados que han alcanzado la cumbre eran ciegos. No puedo tomarme en serio lo que está haciendo el gobierno de Nepal, porque todavía tengo un permiso de cinco años que termina en 2019. Hace solo dos días, pregunté a mi agencia en Katmandú si me podría preparar [para un viaje], ya que mi permiso todavía es válido y podría querer escalar en 2019.

Creo que los escaladores discapacitados y en solitario aún podrán escalar por el lado del Tíbet (unos dos tercios de las 7.646 escaladas exitosas hasta la cumbre del Everest desde 1953 han sido desde el lado sur en Nepal). Dudo que impongan las mismas regulaciones.

Andy Holzer
La nieve y el hielo se acumulan en la barba del escalador Andy Holzer mientras escalaba el monte Vinson en la Antártida.
Fotografía de Andreas Scharnagl

El gobierno de Nepal argumenta que estas recientes restricciones se han creado en un intento por reducir los accidentes en el Everest. ¿Cree que son justas?

Creo que en realidad al gobierno nepalí no le interesa salvar a los escaladores occidentales ni piensa en su seguridad. Creo que, en el caso de los escaladores en solitario, creen que pueden darles menos dinero, llevan mochilas pequeñas y no necesitan la ayuda de los sherpas. Esa es la cuestión. Si fueran en serio, habrían analizado los accidentes de los últimos 25 años. Una vez analizas los datos, enseguida entiendes que no tiene nada que ver con los escaladores en solitario o discapacitados.

Muchos accidentes se producen porque las grandes agencias llevan a mucha gente sin siquiera preguntarles si alguna vez han visto un crampón. Sencillamente se llevan a cualquiera. Es un problema enorme. Las muertes de 1996 son un ejemplo de esto, [muchos creen que se vieron agravadas por] la competición entre [los líderes de la expedición] Rob Hall y Scott Fischer.

Hasta ahora, creo que en los últimos 10 años han hecho mucho. Han puesto dos cuerdas fijas, una para subir y otra para bajar. Y si miras las estadísticas de accidentes de los últimos 10 años, creo que han bajado mucho. Así se minimizan los accidentes, no diciendo que la causa son los escaladores en solitario y ciegos. Eso es totalmente erróneo.

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    ¿Cómo le afecta esto a usted o a otros escaladores con discapacidad que quieran escalar el Everest?

    Creo que esta pregunta tiene dos partes. Primero está, por supuesto, el problema actual de las nuevas leyes que el gobierno de Nepal impone a los escaladores, pero el otro problema, que creo que es mucho más grave, es la cascada de hielo de Khumbu.

    Uno puede intentar negociar de alguna forma con el gobierno, pero con la cascada de Khumbu no importa cuánto lo intentes, no hay posibilidad [de negociación]. Esta es la razón de que cambiara mi ruta tras mi primer intento en 2014. Entonces no había debates sobre ciegos o no ciegos. Incluso me dijeron que podía regresar al año siguiente y que no habría ningún problema. Pero les dije a mis amigos que nunca iría por la cascada de hielo de Khumbu por lo que ha pasado allí con las avalanchas y por lo que he oído y leído, creo que es como una ruleta rusa.

    Es un problema mucho mayor que el gobierno. Opté por el lado norte porque [el éxito] depende mucho más de tu forma física. El lado norte es mucho más difícil. Es más empinado, con descensos rápidos y muchas oportunidades para caerse.

    La verdad es que el lado de Nepal es mucho más fácil. El mayor desafío sigue siendo la cascada de hielo de Khumbu, y se convierte en el factor decisivo para [muchas] personas discapacitadas. Mark Inglis, el primer doble amputado que llegó a la cumbre del Everest, también escaló desde el lado norte. Hablé con él sobre este problema y me dijo que prefería correr el riesgo por su cuenta en vez de dejar el riesgo a la ruleta rusa [de la cascada de hielo].

    Andy Holzer y su equipo
    Andy Holzer y su equipo celebran su llegada a la cumbre del monte Vinson en la Antártida.
    Fotografía de Andreas Scharnagl

    Usted es el segundo hombre invidente, después de Erik Weihenmayer, que ha escalado la montaña y el primero en llegar a la cumbre desde el collado norte. Si la ley se mantiene, podría ser el último hombre ciego en escalar el Everest. ¿Qué siente al respecto?

    No lo había pensado, pero ahora la gente me para y me hace esta pregunta. Me dicen: «Tienes tanta suerte. Fuiste la primera persona invidente en el lado norte y la segunda persona invidente en el Everest. Y ahora [el gobierno de Nepal] podría ayudarte, porque han [promulgado esta ley]. Ahora serás el único además de Erik».

    Yo me río. Es una idea graciosa. Gracias, gobierno de Nepal. Pero esa no es mi intención. Opino todo lo contrario. Tengo amigos que solo tienen un brazo o que tienen otros problemas. Mi verdadero deseo es llevarlos a la cumbre del Everest para compartir lo que Erik y yo compartimos. Otros deberían hacer lo mismo.

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