Explora la antigua ciudad de piedra de Siem Reap, en Camboya

Con templos asombrosos, cafeterías pintorescas y canales plácidos, Siem Reap es una joya del Sudeste Asiático.

Por Kareena Gianani
Publicado 4 sept 2019, 13:41 CEST
Templo de Ta Prohm
Las colosales raíces de un baniano envuelven las ruinas del templo de Ta Prohm.
Fotografía de Kike Calvo, Nat Geo Image Collection

Siem Reap es una ciudad alegre que recibe a los turistas como si fueran viejos amigos. En esta región se situaron las sucesivas capitales del Imperio jemer entre los siglos IX y XV. Las ruinas, que en su conjunto se denominan Parque Arqueológico de Angkor, se encuentran a 14 kilómetros al norte del centro de la ciudad. El complejo de 388 kilómetros cuadrados, que incluye el famoso templo de Angkor Wat, es la mayor atracción turística de Siem Reap. Pero en los últimos años, este destino antiguo pero dinámico ha atraído a viajeros que se quedan más y exploran sus otras facetas. Una breve estancia en esta ciudad camboyana demuestra que Siem Reap tiene lo mejor de ambos mundos: un pasado glorioso y un presente brillante. La mejor forma de conocerlo es explorarlo poco a poco, una historia cada vez.

Día 1: Los templos

No hay mejor forma de comenzar un viaje a Siem Reap que levantarse antes del amanecer para explorar el Parque Arqueológico de Angkor. Un tuk-tuk (un autorickshaw) te llevará hasta allí en 20 minutos, pero también puedes llegar al complejo en bicicleta, pasando por carreteras amplias flanqueadas por bosques exuberantes. No olvides llevarte el desayuno para pasar entre cuatro y cinco horas en este lugar Patrimonio de la Humanidad de la Unesco. Aunque las multitudes del exterior pueden parecer desalentadoras, los templos forman siluetas sublimes con el sol naciente y el cielo rosa anaranjado de fondo.

Angkor Wat
Angkor Wat es una obra maestra arquitectónica y el templo más icónico de Camboya.
Fotografía de Robert Harding Picture Library, Nat Geo Image Collection

El sitio, que ocupa una superficie vasta, alberga los restos asombrosos de templos de arenisca, canales y embalses construidos por los jemeres entre los siglos IX y XIV. Angkor Wat, el templo más popular, es el monumento religioso más grande del mundo con una superficie de casi 2,5 kilómetros cuadrados. Lo construyó el rey Suryavarman II a principios del siglo XII como templo hindú dedicado a Vishnú. En los siglos XIV y XV, se convirtió en un templo budista y sigue siendo un lugar importante para los budistas de la escuela Theravāda. En el interior, las paredes cobran vida con hermosos grabados de escenas del Ramayana y el Mahabhárata. En otra pared, 88 asuras y 92 devas talladas parecen gruñir de esfuerzo en una ilustración de la leyenda hindú del batido del océano de leche. Cerca, los grabados de apsarás sonríen misteriosamente mientras alardean de peinados elaborados.

Cerca de Angkor Wat se encuentra Angkor Thom, el vasto complejo de nueve kilómetros cuadrados que fue la última capital del Imperio jemer. La estructura más espléndida que sigue en pie es el templo budista de Bayón, cuyas torres están talladas con 216 rostros gigantes con sonrisas beatíficas.

Desde Angkor Thom, dirígete al este por el circuito corto de complejos monásticos y templos pequeños espectaculares. El templo de Ta Prohm, que apareció en la película de 2001 Lara Croft: Tomb Raider, es uno de los favoritos de los turistas. Las colosales raíces de los banianos que rodean las ruinas son la principal atracción. En el circuito largo, un cúmulo de templos más al nordeste de Angkor Thom, podrás visitar los templos de Preah Khan y Pre Rup, cada uno maravilloso en sí mismo.

Relájate en Pub Street con una suculenta comida en la panadería y cafetería francesa Blue Pumpkin, un gran local soleado célebre por sus pasteles, sorbetes y helados. Prueba el kuthiew camboyano, una sopa tradicional de fideos blancos con cerdo o pollo, sentado en los sillones del primer piso. Blue Pumpkin también sirve filetes, hamburguesas y pastas deliciosos.

Toma el café en el cercano New Leaf Book Café y sumérgete en la historia de Camboya. Esta librería sin ánimo de lucro cuenta con una amplia colección de libros en varios idiomas. Unas impactantes memorias aportan información sobre el genocidio de los Jemeres Rojos, como Se lo llevaron: Recuerdos de una niña de Camboya, de Loung Ung, y When Broken Glass Floats: Growing Up Under the Khmer Rouge, de Chanrithy Him.

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    Pub Street
    Pub Street es el lugar perfecto para probar la cocina jemer tradicional.
    Fotografía de Frank Heuer, Laif, Redux

    Si aún te quedan energías, participa en un taller de cocina jemer de tres horas en el restaurante Le Tigre de Papier. La clase comienza con una parada en el mercado de Psa Cha para comprar ingredientes para un menú de tres platos. Descubre el corazón de la cocina camboyana aprendiendo la receta del amok, un plato jemer tradicional de pescado, pollo o ternera al curry hecho al vapor en hojas de plátano. Aprende a hacer prahok, una pasta de pescado fermentada presente en casi todos los platos jemeres. Y la mejor parte: puedes comerte lo que cocines.

    Termina el día mimándote con un masaje en Seeing Hands Massage, cuyos fisioterapeutas con pérdida de visión ofrecen masajes con aceites excelentes.

    Día 2: Un corazón de piedra

    Sal de las rutas marcadas y visita las ruinas de Banteay Srei, a casi una hora del centro de Siem Reap. Sal justo antes del amanecer para explorar este templo de arenisca roja del siglo X dedicado a Shiva. Los bajorrelieves de monos guardianes feroces y criaturas míticas dentudas parecen supervisar la actividad del templo. Un elaborado grabado representa una historia del Mahabhárata en la que Krishna y Arjuna queman el bosque de Khandavá. El detalle impresionante de la escena muestra al dios Indra montando a su elefante de tres cabezas e intentando proteger valientemente el bosque desatando la lluvia. Los restaurantes en torno al complejo del templo sirven desayunos jemeres y continentales.

    El Museo Camboyano de Minas Antipersona está a 15 minutos por carretera desde el templo. Su fundador, Aki Ra, fue un niño soldado durante el genocidio camboyano. Las exposiciones muestran las minas antipersona que desactivó, un recordatorio escalofriante de las que siguen enterradas en el campo camboyano. Varias granadas desarmadas y bombas aéreas sin explotar son pruebas fehacientes de un capítulo oscuro de la historia. El museo también apoya y proporciona educación a los niños afectados por las minas.

    Filete de pescado sobre ipomea
    En Pub Street puedes probar el filete de pescado sobre ipomea.
    Fotografía de Frank Heuer, Laif, Redux

    De vuelta a Siem Reap, ve a Taphul Road, a 10 minutos a pie del centro de la ciudad, para disfrutar de una comida tranquila en Sugar Palm. El restaurante tiene un bar muy agradable donde los viajeros pueden intercambiar historias y, si buscas silencio, puedes pedir una mesa con vistas a las palmeras del azúcar. El amok de tofu y el de gambas están hechos a la perfección.

    Una parte importante de la resurrección de Siem Reap se encuentra en sus numerosos programas de intervención juveniles. Les Chantiers Écoles es una escuela dedicada a enseñar a los jóvenes desfavorecidos de la ciudad técnicas de tallado de madera y piedra, pintura en seda tradicional y lacado. En su tienda de regalos Artisans d’Angkor se venden reproducciones en piedra y madera de estatuas y muebles de la época de Angkor.

    Por la noche, ve a Pub Street. Aquí, lugareños y turistas por igual disfrutan de cenas en elegantes restaurantes italianos y franceses. Los bares de tapas están a rebosar de sangrías y conversación. Para vivir una experiencia gastronómica memorable, prueba una barbacoa camboyana tradicional en el Khmer BBQ Restaurant del Mercado Viejo, cerca de Pub Street. La barbacoa ofrece una selección de carnes cocinadas en una parrilla metálica en la mesa acompañadas de una olla de fideos especiados o arroz con caldo.

    El Temple Club y el Angkor What? Bar, en Pub Street, son lugares perfectos para bailar al ritmo de la música en fiestas ruidosas. Para experimentar una faceta diferente de la vida nocturna de Siem Reap, visita el Mercado Nocturno de Angkor, donde unas 250 tiendas venden arte, joyas, ropa de seda y lacados jemeres, entre otros artículos. Mientras meditas sobre la próxima ganga que quieres comprar, tómate un cóctel en el Island Bar, de temática selvática.

    Día 3: Las maravillas del agua

    Visita el Tonlé Sap, el mayor lago de agua dulce del Sudeste Asiático y reserva de biosfera de la Unesco. El lago cambia de tamaño con cada estación y está en su máximo esplendor durante el monzón (mayo y octubre). Las aldeas flotantes bordean el lago, donde todo —casas, tiendas, restaurantes, colegios, hospitales— pende sobre zancos en el agua. Chong Kneas, un popular punto de acceso al lago, se encuentra a casi 14 kilómetros de Pub Street, pero es una trampa para turistas. Kompong Phluk es una opción menos frecuentada con un bosque inundado ubicado a unos 32 kilómetros de la ciudad. Los observadores de aves no pueden perderse Kompong Khleang (a 50 kilómetros de la ciudad), donde pueden ver al pelícano oriental y al marabú argala. Tonlé Sap también es uno de los caladeros interiores más fértiles del mundo, por lo que recomendamos que hagas una parada en uno de los muchos restaurantes de marisco flotantes.

    Tonlé Sap
    Las aldeas flotantes se distribuyen por todo el Tonlé Sap, un lago de agua dulce y reserva de biosfera de la Unesco.
    Fotografía de Jay Dickman, Nat Geo Image Collection

    Tras visitar Tonlé Sap, pasa la tarde recorriendo en bicicleta el bosque del Parque Arqueológico de Angkor, donde puedes explorar ruinas lejanas y templos más pequeños sin mapas ni planes. Una alternativa es visitar el Museo Nacional de Angkor en la ciudad. Sus exposiciones aportan una panorámica del arte y la cultura del Imperio jemer. Uno de los artefactos más raros es el Sumedha Hermit, una estatua de Buda boca abajo que data de finales del siglo XII. Las antiguas losas con inscripciones en jemer y sánscrito mencionan los nombres de los esclavos jemeres, detalles sobre disputas por las tierras y asentamientos, e himnos dedicados a los reyes y los dioses. Una audioguía, vídeos y presentaciones por las diferentes galerías aportan más información. La tienda del museo también ofrece bonitas estolas de seda y esculturas jemeres en miniatura.

    Para cenar, pasa del Mercado Viejo y Pub Street y visita Wat Bo Road, que se está poniendo de moda gracias a una mezcla ecléctica de bares y restaurantes. Para especialidades jemeres y asiáticas, come en el restaurante Viroth’s, que tiene mesas al aire libre.

    Kareena Gianani es una editora de National Geographic Traveller India. Le encanta explorar librerías pequeñas y ciudades viejas, y coleccionar recuerdos antiguos de todas las formas y tamaños.
    Este artículo se ha adaptado y traducido de National Geographic Traveller India.

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