Planificar un viaje puede ser beneficioso para la salud mental

Incluso durante una pandemia, pensar en el próximo destino que visitarás puede hacerte feliz.

Por Erica Jackson Curran
Publicado 19 may 2020, 13:50 CEST, Actualizado 10 oct 2024, 14:12 CEST
Planificando un viaje

Los científicos creen que planificar un viaje tiene efectos positivos en nuestras mentes. La alegría viene de que la expectativa de la futura escapada y la incertidumbre de lo que nos podemos esperar mantiene el interés de nuestra mente.

Fotografía de Tracy Packer, Getty Images

Hay buenas noticias para las personas con espíritu viajero: según la ciencia, pensar en tu próxima aventura podría ser beneficioso para tu salud mental, aunque no estés seguro de cuándo la vivirás.

Algunos psicólogos promocionan los beneficios mentales de irse de vacaciones a un lugar nuevo. En 2013, una encuesta a 485 adultos de Estados Unidos vinculó los viajes a una mayor empatía, atención, energía y concentración. Otra investigación sugiere que el acto de adaptarse a culturas extranjeras también podría favorecer la creatividad. Pero ¿y el acto de planificar un viaje? ¿Podemos recibir un estímulo mental antes de salir de casa?

La planificación y la previsión de un viaje puede disfrutarse casi tanto como el propio viaje, algo respaldado por investigaciones. Un estudio de 2014 de la Universidad de Cornell profundizó en cómo la expectativa de una experiencia (como un viaje) puede aumentar considerablemente la felicidad de una persona, mucho más que la expectativa de comprar bienes materiales. Un estudio anterior, publicado por la Universidad de Surrey en 2002, determinó que las personas son más felices cuando han planeado unas vacaciones.

Amit Kumar, uno de los coautores del estudio de Cornell, explica que los beneficios no están tan relacionados con la obsesión por los detalles de un itinerario, sino con conectar con otras personas. Uno de los motivos es que los viajeros «acaban hablando más sobre sus experiencias que sobre sus compras materiales», afirma. "Comparadas con las posesiones, las experiencias son un material narrativo mejor".

Izquierda: Arriba:

Instantánea de Loop de Chicago, el casco histórico de la ciudad estadounidense, en 2000. La experiencias, más que las posesiones, tienden a hacer que los viajes sean más enriquecedores porque nos ayudan a conectar con los demás.

Derecha: Abajo:

Instantánea de Loop de Chicago, el casco histórico de la ciudad estadounidense, en 2000. La experiencias, más que las posesiones, tienden a hacer que los viajes sean más enriquecedores porque nos ayudan a conectar con los demás.

fotografías de Jon Lowenstein, NOOR, Redux

Matthew Killingsworth, coautor de Kumar e investigador de la Wharton School en la Universidad de Pensilvania, señala que planificar un viaje fomenta el optimismo.

"Como humanos, pasamos gran parte de nuestras vidas mentales viviendo en el futuro. Nuestra mentalidad futura puede alegrarnos cuando sabemos que van a llegar cosas buenas y los viajes son algo muy bueno que esperar", afirma Killingsworth, cuyo trabajo se centra en comprender la naturaleza y las causas de la felicidad humana.

Un motivo por el que Killingsworth cree que planificar un viaje puede ser una experiencia tan positiva es el hecho de que los viajes son temporales. "Como sabemos que un viaje tiene un comienzo y un final definidos, nuestras mentes tienden a disfrutarlo incluso antes de que empiece", afirma. "A veces, la gente prefiere retrasar las experiencias positivas, como un viaje, para poder extender el periodo de expectación", continúa.

Hay otro motivo por el que la planificación de viajes puede generar felicidad. Normalmente, sabemos lo suficiente sobre un destino como para imaginárnoslo y anhelarlo, pero también hay novedad e incertidumbre, lo que mantiene nuestra mente interesada.

"En cierto modo, empezamos a 'consumir' un viaje en cuanto empezamos a pensar en é", afirma Killingsworth. "Cuando imaginamos que comemos helado en una plaza romana o que hacemos esquí acuático con nuestros amigos, no vemos todo lo que querríamos, sino que vivimos una versión de esos acontecimientos en nuestra mente", explica.

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    Consejos y trucos

    -Busca inspiración. No importa qué tipo de viaje quieras, existe todo un mundo de libros de viajes en los que inspirarte. Te sugerimos que empieces por los libros favoritos de nuestros editores de viajes.

    -Pon al día tus habilidades de planificación. Seth Kugel, el autor de la columna «Frugal Traveler» del New York Times, visitó 50 países en seis años. Su libro, Rediscovering Travel: A Guide for the Globally Curious da consejos para canalizar la fantasía del trotamundismo.  50 States, 5,000 Ideas: Where to Go, When to Go, What to See, What to Do de National Geographic incluye las mejores experiencias en cada estado de Estados Unidos, de las obvias a las inesperadas.

    -Pide ayuda. Sí, mucha gente sigue usando agencias de viajes, y por buenas razones: pueden encontrar las mejores ofertas, organizar itinerarios complejos y gestionar grupos grandes o vacaciones en familia.

    -Hazte con mapas. Nada ilustra un lugar ni ayuda a planificar un viaje tanto como un buen mapa. National Geographic ha publicado cientos de mapas y atlas mundiales, continentales, nacionales y municipales.

    Erica Jackson Curran es escritora autónoma en Richmond, Virginia, y fundadora de Parennial Travel, una página web de viajes para padres millenials.

    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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