Las playas más bonitas de la Costa Brava
Adentrarnos en la Costa Brava es hablar de aguas cristalinas, frondosa vegetación, apasionante historia y algunos de los pueblos con más encanto de nuestra geografía.
Desde la década de 1930, los pueblos pesqueros comenzaron a ver llegar turistas de todos los rincones del mundo para disfrutar de su clima mediterráneo, su gastronomía y su historia.
Agreste y escarpado, el litoral de la Costa Brava se extiende desde Blanes a lo largo de más de 200 kilómetros por la costa gerudense hasta llegar a la frontera con Francia. Comprendida entre las del Alto Ampurdán, el Bajo Ampurdán y La Selva, debe su nombre a los marineros que así la bautizaron por sus acantilados abruptos y rocosos.
Desde la década de 1930, los pueblos pesqueros comenzaron a ver llegar turistas de todos los rincones del mundo para disfrutar de su clima mediterráneo, su gastronomía y su historia. Nos adentramos en un recorrido por su litoral en busca de las mejores playas.
Cala Pola en Tossa de Mar
Una de las mayores bellezas naturales de la Costa Brava se esconde muy cerca de la famosa Cala Giverola y de Tossa de Mar. En una ensenada rocosa que le otorga un encanto especial y rodeada de espectaculares calas y carreteras serpenteantes con vistas al mar, su calma y sus aguas cristalinas hacen de este rincón uno de los más buscados del litoral.
Uno de los mayores atractivos de este lugar es llegar a él desde la ruta de senderismo que recorre la zona. Rodeada de bosques de pinos y encimas, desde ella tan solo son visibles un par de construcciones, por lo que muchos viajeros acuden a ella en su búsqueda de lugares naturales.
Cala Pola, en Tossa de Mar, es una de las mejores playas del litoral de la Costa Blanca.
Playa de Port Bo, en Calella de Palafrugell
Situada en un antiguo pueblo de pescadores, la pintoresca localidad de Palafrugell conserva el encanto de la zona antes de que llegara el turismo de masas. Esta precioso rincón es uno de las más conocidos de la Costa Brava por haber logrado conservar sus playas y zonas rurales intactas, por lo que es uno de los pocos núcleos de la zona donde aún se respira ese encanto de pueblo pescador. A nivel histórico, este lugar es visitado también por haber sido el hogar del escritor y periodista Josep Pla durante la posguerra.
Para los amantes del senderismo, en esta localidad encontramos el camino de Ronda, que une este lugar con el cercano pueblo de Llafranc y discurre por la costa uniendo las diferentes calas. En la playa de Port Bo, la más céntrica de este enclave, puede disfrutarse de la icónica imagen que dibujan las barcas de los pescadores sobre la arena.
Uno de los mayores atractivos de este lugar es llegar a él desde la ruta de senderismo que recorre la zona.
Cala de Portitxol
Caminando por el el paseo marítimo de Empúries podemos llegar a la playa de El Portitxol, rodeada de un entorno espectacular y muy cerca del acceso al Museo de Arqueología ubicado en esta puerta de entrada de la cultura griega y romana en la península ibérica.
Durante el camino podemos apreciar el arco de El Portitxol, una curiosa formación rocosa en forma de arco. A la derecha de este enclave encontramos un precioso mirador de la bahía de Roses y del casco urbano de L’Escala.
Durante el sendero que recorre esta zona podemos apreciar el arco de El Portitxol, una curiosa formación rocosa en forma de arco.
Calas de Cadaqués
Cadaqués, el pueblo más oriental de la península ibérica, es sin duda uno de los pueblos más hermosos de la Costa Brava. Emplazado en la costa de levante del macizo del cabo de Creus y aislado por la montaña del Puig de Paní y el Puig de Bufadors, este pueblo pesquero vivió del mar, prácticamente aislado por tierra del resto del Ampurdán hasta finales del siglo XIX.
Olivos verdes, casas blancas y pizarra gris dibujan una postal idílica según caminamos por este idílico pueblo. Su casco antiguo, antes amurallado, ocupa una rocosa colina sobre la que se levanta la famosa iglesia de Cadaqués, Santa María. Los callejones empedrados, estrechos y empinados decoran junto a las plazoletas el conjunto arquitectónico típico de Cadaqués.
Olivos verdes, casas blancas y pizarra gris dibujan una postal idílica según caminamos por el idílico pueblo de Cadaqués.
Aiguablava en Begur
La poca profundidad y la tranquilidad de sus aguas hacen de la playa más meridional de Begur uno de los destinos favoritos de quienes acuden a la Costa Brava. Su arena fina y el color turquesa del océano cuando sus olas llegan a la costa de Begur hacen de este rincón otro paraíso natural. En lo alto de su costa el camino de Ronda une esta playa con la de la Platja del Racó en un trayecto de dos horas a través de las calas de Fornells.