Las tierras con historia de Escocia: explora los paisajes vivos de Badenoch
Estacioné en una zona de aparcamiento sin marcar y me dirigí hacia un camino de tierra buscando entre el brillante follaje del otoño una señal blanca que dijera “Wooden Tom”. Encontré el primer cartel clavado en un poste de un vallado que apuntaba hacia un claro en el bosque. Mientras caminaba entre helechos y líquenes ramificados, vi un tocón de árbol tallado en forma de cara, una de sus ramas me indicaba que siguiera hacia adelante. Pronto me di cuenta de que este pequeño misterio, la sensación de estar en un cuento de hadas, era la intención de Tom desde el principio. Me estaba esperando en una pequeña cabaña, tumbado en el suelo y soplando con fuerza en una estufa de leña para avivar el fuego.
Tom es un artesano de la madera “verde” que utiliza herramientas manuales en árboles recién talados. Enseguida aclara que solo necesita dos abedules grandes (su especie favorita) para pagar todos sus gastos del año. Alquila la parcela de una finca, ubicada en la Región septentrional escocesa de Badenoch y Strathspey, y asentada dentro de los límites del Parque Nacional de los Cairngorms. Los [montes] Cairngorms son el hogar de 18.000 residentes que tienen el privilegio de vivir dentro del parque. Tom, no se toma esta responsabilidad a la ligera y, da clases para animar a personas de todas las edades no solo a respetar esta tierra, sino a emplear sus manos para elaborar obras de arte a partir de árboles, un recurso local limitado.
“Wooden Tom” toma un café a las puertas de su cobertizo construido a mano entre Kincraig y Aviemore. Aquí es donde elabora todas sus obras de arte y enseña carpintería a los visitantes.
Tom utiliza madera fresca de abedul para tallar estas intrincadas tazas que se han convertido en un elemento emblemático de su negocio de carpintería.
En los Cairngorms, los árboles se miran con una reverencia particular. No hace mucho tiempo casi habían desaparecido. Hace poco me reuní con Polly Freeman, guarda de los Cairngorms que lleva trabajando en el parque desde 1993. Me explicó: “En la época victoriana, dejamos que las poblaciones de ciervos crecieran sin control. El Reino Unido sigue pagando el precio”. Sin embargo, Badenoch es uno de los pocos lugares en los que se puede ver la resilvestración en acción. Glenfeshie es una propiedad de 170 kilómetros cuadrados totalmente dedicada a devolver su tierra a lo que una vez fue. Los árboles trepan por la ladera de la montaña, en lugar de caminar en línea recta. Hay innumerables paseos marcados cerca de la propiedad, desde el Wildcat Trail hasta Badenoch Way. En algunos de ellos puedes caminar durante días sin salir a una carretera. “En Escocia, es difícil encontrar esto”. Mientras el bosque, las montañas y los ríos recuperan una sensación natural, la tierra aquí tiene esa aura.
Polly Freeman, guardabosques del Parque Nacional de los Cairngorms, pasea con un visitante por un tramo de Badenoch Way explicando la historia de los bosques locales.
Aunque Escocia ha perdido todos sus grandes depredadores, una espléndida exhibición de vida silvestre está comenzando a florecer a medida que sus bosques vuelven a ser lo que fueron. Uno de los protagonistas de Badenoch es el gato montés escocés, una de las pocas especies animales específicas de Escocia. Son ligeramente más grandes que los domésticos, con una cola más espesa y un pelaje mucho más grueso que los mantiene abrigados en los inviernos escoceses. En la ciudad de Newtonmore, encontrarás el Wildcat Centre, una organización sin ánimo de lucro dedicada a concienciar sobre las iniciativas de conservación locales. Fue aquí donde aprendí que el Highland Wildlife Park de la RZSS (Real Sociedad Zoológica de Escocia) forma parte de un programa de cría que piensa soltar 20 gatos monteses al medio natural a partir de 2022. Este remanente de lo que una vez fue esta zona da esperanza a las comunidades de Badenoch.
Un gato montés escocés que forma parte del programa de conservación y cría del Highland Wildlife Park de la RZSS. El programa pretende liberar 20 gatos monteses al año en el Parque Nacional de los Cairngorms a partir de 2022.
No tienes que conducir mucho para ver las evidencias y ruinas de los que vinieron antes que nosotros. Los cuarteles de Ruthven, construidos entre 1719 y 1721, descansan imponentes en el horizonte y son un vestigio de la reacción a la fallida rebelión Jacobita. A un corto recorrido en coche al este de Newtonmore encontrarás Glen Banchor, una zona de belleza sin igual salpicada de estructuras de piedra vacías. Mientras miraba por la ventana de una casa abandonada, conocí a un hombre que iba solo. “Mi plan es caminar durante seis horas, pero ahora he perdido cuatro minutos”, dijo riéndose mientras se dirigía a las colinas. No pasó mucho tiempo hasta que el destello de su mochila roja se desvaneció en el horizonte. Polly tenía razón: la imagen de alguien desapareciendo en el paisaje es bella, sabiendo que este tipo de naturaleza es una rareza en este país.
Los cuarteles de Ruthven se alzan sólidos en un promontorio cerca de Kingussie. Los turistas pueden entrar en los cuarteles y viajar en el tiempo hasta principios del siglo XVIII.
La gente adora esta zona, desde el paisaje hasta su historia. Una tarde me reuní con los organizadores de las sesiones de Storylands, Merryn Glover y Hamish Napier, una escritora local y un músico. Estas sesiones promueven la música y las historias de la región, descubriendo las muchas narraciones que se entretejen en la comunidad local. Como explica Merryn, se basan en la antigua tradición de cèilidh una palabra gaélica para las reuniones en casas de vecinos donde bardos, músicos y narradores se juntaban para compartir poesías y canciones. En uno de sus eventos recientes, Duncan Freshwater contó la historia de la batalla legal de su padre por el derecho a navegar por el río Spey. El caso llegó hasta la Cámara de los Lores de Londres, donde ganó cuando se citó un caso de 1782 que había establecido un Derecho Público de Navegación sobre el Spey, una victoria que va de la mano con el “derecho a un acceso responsable” escocés. Este fallo contribuyó a crear la apreciada reputación del país de permitir a los aventureros acampar casi en cualquier lugar, siempre que viajen de forma responsable, caminando sin dejar huella y dejando la tierra como la encontraron. Freshwater, un apellido tan adecuado que parece un guiño, es uno de los directores del Loch Insh Outdoor Centre junto con sus dos hermanos. El centro es un lugar donde los visitantes pueden aprovechar, estos derechos que su padre protegió, navegando, remando en kayak o practicando cualquier otra actividad en el agua.
Dave Craig, un guía de canoa, dirige su propia empresa de turismo conocida como “Spirit of the Spey”. Dave lleva décadas guiando turistas por el río.
Hamish Napier y Merryn Glover, anfitriones de las sesiones de Storylands, en la orilla del lago Insh.
Badenoch, como me dice Merryn, significa “tierras ahogadas”. El agua, al igual que los bosques, ha jugado un papel importante en su historia. Todas las ciudades de Badenoch, desde Dalwhinnie hasta Kincraig, descansan junto a algún afluente. Un experto local, Dave Craig, que dirige Spirit of Spey, lleva décadas organizando salidas de varios días en canoa para grupos y compartiendo sus conocimientos ilimitados. Siempre tiene a mano una caja metálica estilo James Bond con una colección de vasos de whisky y una botella de whisky escocés local. “Este es el verdadero espíritu del Spey”, bromea, mientras vierte una prueba tras varias horas en el agua. Dave conoce cada curva del río y calcula el tiempo que falta para llegar a los rápidos con precisión científica. En nuestro corto recorrido por el agua, aprendí de todo, desde la historia de cada puente que pasamos hasta la ubicación de un nido de águila pescadora.
En mi último día en las tierras de Badenoch, me dijeron que debía visitar la “tierra más sagrada de la zona”, un campo de shinty. Había visto signos de este deporte todos los días: un mosaico de azulejos en el ayuntamiento, un bar de temática shinty en el hotel Balavil, una matrícula de coche con el nombre de este deporte. El shinty se juega con un palo curvo y una pequeña pelota de cuero duro, y se lleva practicando en el área de Badenoch desde la antigüedad. Hay muchos mitos sobre la influencia de este juego en deportes modernos que conocemos hoy en día, como el hockey sobre hielo que se juega en Canadá y que se atribuye a los emigrantes escoceses. Los lugareños describen apasionadamente estos mitos, y también están ansiosos por señalar la rivalidad histórica entre las ciudades de Kingussie y Newtonmore. Pude ver un entrenamiento de un equipo de Kingussie el martes por la noche, mientras su entrenador iba señalando a diferentes jóvenes mencionando las numerosas generaciones de jugadores de las que descendían.
Un grupo de jugadores de shinty se reúne en la escuela de secundaria de Kingussie para su práctica semanal.
Solo se tarda unos 40 minutos en coche en ir de un extremo de Badenoch al otro, pero mis cuatro días por la zona no fueron suficientes. Badenoch es una parte pequeña pero importante del Parque Nacional de los Cairngorms, rica en historia y que se esfuerza por devolver el equilibrio al paisaje que lo rodea. Como me recuerda Polly, “Los Cairngorms no tienen la montaña más alta de Escocia, pero sí la segunda, la tercera, la cuarta y la quinta”. Necesitaría semanas para recorrer todos los senderos del parque. La comunidad aquí está tan unida que en pocos días ya me saludaba la gente en los cafés como si fuera el último residente recién llegado. Para los viajeros, no hay mejor forma de conectar con la tierra que dejándose abrazar por su acogedora gente.
Haz clic aquí para obtener más información sobre cómo visitar Badenoch y el Parque Nacional de los Cairngorms. Sugerencia: Se puede acceder fácilmente al parque en tren y, para disfrutar de un nuevo estilo de aventura, considera un safari en bicicleta eléctrica.
Este es un contenido pagado hecho para VisitScotland El equipo editorial de National Geographic no participó ni en la confección ni en la producción de este contenido.