Siente el auténtico sabor de Grecia navegando en un barco de aprovisionamiento
Los viajeros a bordo del Marina Star de la compañía Aegean Sailing visitan las islas menos conocidas de Grecia para degustar quesos regionales, vinos locales y mieles herbáceas.
Al planear un viaje por mar en Grecia en 2020, Bettina Trittmann sabía que quería un crucero que dejara menos huella de carbono que otros cruceros.
Esta mediadora alemana de 57 años reservó un viaje en velero poco convencional de una semana por algunas islas griegas con Aegean Cargo Sailing, una cooperativa social que combina el transporte sostenible de mercancías con el turismo cultural.
Durante el verano, los viajeros pueden acompañar a Loucas Gourtsoyannis, el capitán de 77 años, en sus travesías por el archipiélago griego para conocer a los productores y probar sus productos: quesos de cabra poco comunes, miel aromática de las islas o hierbas recién recogidas. Entre recado y recado, los huéspedes visitan museos, recorren antiguos senderos y disfrutan de chapuzones en aguas color esmeralda.
"El viaje me pareció una experiencia muy personal en todos los sentidos", afirma Trittmann. Volvió a participar al año siguiente.
Durante el verano, el capitán Loucas Gourtsoyannis aprovecha el meltemi, un fuerte viento del norte en el mar Egeo, para llevar viajeros y productos raros a 22 islas de las Cícladas griegas y el Dodecaneso.
Aegean Cargo Sailing forma parte de un creciente movimiento de navegación de carga con cero emisiones que incluye proyectos como Blue Schooner, Tres Hombres y Avontuur. Utilizando métodos de navegación tradicionales (viento, mareas) y modernos (motores eléctricos o solares), estas embarcaciones ofrecen una alternativa al transporte marítimo industrial impulsado por combustibles fósiles. Los buques de carga mueven alrededor del 90% del comercio mundial y contribuyen al 3% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero.
Gourtsoyannis afirma que preservar el trabajo de los pequeños agricultores ayuda a salvaguardar la biodiversidad y la cultura griegas. "Al apoyarles, mejoramos su calidad de vida y animamos [a agricultores y visitantes] a volver a estas tierras", afirma. "Serán mejores, y la sociedad será mejor".
He aquí cómo los viajeros pueden experimentar esta nueva forma de explorar el renacimiento agrícola y gastronómico de Grecia.
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Enmarcado por montañas perfumadas con laderas de tomillo, salvia y orégano, el fértil valle de Vathi, en Kalymnos, es conocido por su miel de hierbas, su fiordo turquesa y sus plantaciones de cítricos.
La vuelta a la agricultura
En Kea, una pequeña isla de las Cícladas a solo una hora en ferry de Atenas, 27 vacas pastan en los prados propiedad de John y Alexandro Mikoniatis. Tras pasar una década en la Grecia continental, los dos hermanos regresaron a Kea en 2018 para trabajar y ampliar la granja de sus padres.
Los hermanos transforman la leche de sus vacas, ovejas y cabras criadas en libertad en ricos quesos regionales. Entre ellos están el malaka, un queso de oveja blando, y el kopanisti, un queso picante con Denominación de Origen Protegida de las islas Cícladas.
"Con semejante materia prima, es imposible no hacer un buen producto final", afirma John, de 32 años.
Debido a varias décadas de problemas económicos y al declive de la agricultura tradicional, las islas rurales griegas se vaciaron a medida que los jóvenes se marchaban en busca de mejores oportunidades. Por ejemplo, Santorini fue en su día un centro vital de producción de tomates; hoy sólo quedan un museo y unos pocos agricultores.
A medida que los transbordadores de pasajeros se hacían más rápidos en el mar Egeo, las rutas directas a las islas menos conocidas quedaban cortadas, lo que dificultaba el comercio y los viajes. Para hacer llegar un pedido a una isla vecina, los campesinos tenían que enviarlo primero a Atenas y luego hacer que lo devolvieran al Egeo.
Los visitantes pueden degustar las afamadas mandarinas de Kalymnos en productos artesanales locales, como esta mermelada de cítricos con chocolate negro.
Pero ahora, las generaciones más jóvenes, como los Mikoniati, regresan poco a poco a estas islas casi olvidadas para preservar y compartir las joyas culinarias y culturales de la región. Con el apoyo de empresas como Aegean Cargo Sailing, los pequeños agricultores pueden compartir sus productos con restaurantes y proveedores de 22 islas griegas, e invitar a los turistas a unirse a la experiencia.
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La mejor forma de explorar el archipiélago griego
Dimitra Pappa, coordinadora de Aegean Cargo Sailing, dice que cuando alguien se une a la goleta de Gourtsoyannis, de 4,5 metros de eslora, se convierte en tripulante y ayuda en todo, desde tirar de los cabos hasta echar el ancla.
Gourtsoyannis (izquierda) y uno de sus invitados llevan a bordo del Marina Star dulces de la panadería Eliana de Astypalea (Grecia).
"Hay que estar un poco loco para hacer esto", dice Antonis Psaltis, chef del restaurante Mikro Karavi, en la isla de Tinos, que suele encargar productos a través de Aegean Cargo Sailing. "Vivir la vida en el mar no es fácil".
Durante el viaje de una semana, los visitantes pueden degustar vino de Syros, harina amarilla de Limnos, atún blanco en conserva de Alonnisos, o ayudar a elaborar vino y queso auténticos. Entre entrega y entrega, los viajeros pueden tomar el sol en una de las muchas playas de arena dorada de Paros, aprender sobre la producción de aceite de oliva en el Museo del Olivo de las Cícladas, en Andros, o descubrir las tradiciones populares de Syros en el Festival Cultural de Ermoupoleia, entre otras docenas de excursiones.
Gourtsoyannis prevé que otros capitanes se unan a él en su aventura en un futuro próximo, creando una utopía de veleros de carga, viajes lentos y pequeños agricultores prósperos. "Vivimos en un mundo muy acelerado que depende de métodos de transporte rápidos", afirma. "A mi modo de ver, tenemos que ir más despacio".
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Lo que hay que saber
Cómo llegar: Todas las islas donde podría comenzar o terminar el recorrido están conectadas con Atenas por ferry o avión. Las islas de Limnos, Quíos, Ikaria y Samos tienen aeropuertos internacionales.
Cómo reservar: Los huéspedes pueden reservar una excursión (en torno a 200 euros por día y persona, incluido el alojamiento en el barco, las excursiones y las comidas) a través del sitio web de Aegean Cargo Sailing o por correo electrónico a infosailmed@gmail.com. Todas las salidas en velero y las fechas de las excursiones adicionales se fijan con antelación. Sin embargo, puede haber uno o dos días de diferencia en función del viento y las condiciones meteorológicas.
La mejor época para ir: Aegean Cargo Sailing opera de abril a septiembre. Para evitar aglomeraciones, los meses ideales son de abril a junio y septiembre.
Agostino Petroni es ex becario del Centro Pulitzer de Información sobre el Clima y autor de libros. Síguelo en Twitter.
Kevin van Huët es director de contenidos digitales de la edición holandesa de National Geographic. Síguelo en Instagram.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.