Sorpresas (buenas y malas) de viajar al lugar donde se rodó tu película o serie favorita
El plató de Hobbiton, en Nueva Zelanda, permite a los turistas explorar las estructuras y lugares donde se rodaron las películas de El Señor de los Anillos. Es un ejemplo de set-jetting, en el que los viajeros reservan viajes basados en series de televisión o películas.
La tercera temporada de la serie de HBO ganadora de un Emmy The White Lotus se está rodando actualmente en Koh Samui, una remota isla tailandesa. Cuando se anunció la localización, fue "un momento de celebración para nosotros", dice Gopal Kumar, director general del Kamalaya Wellness Sanctuary Koh Samui, un balneario local.
Su entusiasmo era comprensible: la serie ha sido un revulsivo para el turismo. La primera temporada, rodada en el Four Seasons de Maui, hizo que aumentaran un 386% las consultas de disponibilidad en el hotel. La segunda temporada atrajo turistas a Sicilia. El Gobierno tailandés, consciente de la oportunidad, cortejó a los productores y les ofreció 4,4 millones de dólares en incentivos fiscales.
Los promotores del destino lo llaman "el efecto Loto Blanco". Forma parte de una tendencia turística más amplia conocida como set-jetting (viajes de sets de rodaje), en la que los viajeros eligen un destino porque en él se ha rodado una serie de televisión o una película.
Esto no es nuevo: los fans de La Guerra de las Galaxias llevan acudiendo en masa al Valle de la Muerte (también conocido como el planeta Tatooine) desde los años 70, y el turismo neozelandés calcula que uno de cada cinco viajeros lo visita por El Señor de los Anillos o El Hobbit.
"La exposición es posicionamiento de producto", explica Simon Hudson, profesor de turismo de la Universidad de Carolina del Sur (Estados Unidos); "o posicionamiento de destino ". Pero ese lugar tan atractivo que viste en la pantalla puede parecer y sentirse un poco diferente en persona. He aquí cómo ajustar las expectativas cinematográficas a la realidad sobre el terreno.
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Emily en París, 'Miércoles' en Bucarest
Según Hudson, los desplazamientos a los platós se han disparado últimamente, quizá debido a que la gente se dio un atracón de películas durante el confinamiento de COVID-19. Las series con escenarios memorables (Bridgerton, Emily in Paris, Los juegos del calamar) alimentaron su ansia de viajar. "Había una demanda reprimida de viajes", afirma.
El estudio Unpack '24 de Expedia, un informe sobre tendencias de viajes en todo el mundo, ha revelado que dos tercios de los turistas de todo el mundo se planteaban visitar un lugar porque lo habían visto en la pequeña o gran pantalla. Miércoles de Netflix ha sido responsable de un aumento del 150% en las búsquedas de Rumanía; Viator ofrece actualmente múltiples visitas guiadas por Bucarest con lugares utilizados en la serie. Y lo que es aún más revelador, el 39% de los viajeros encuestados terminaron haciendo una reserva de estos viajes (lo que quizá llevó al Washington Post a publicar una propuesta de recorrido "sin zombis"por Alberta (Canadá) inspirada en la apocalíptica serie de HBO The Last of Us.
Los promotores turísticos incluso están diseñando planes de marketing en torno a series populares rodadas o vinculadas a sus destinos. "No hay nada que pueda ofrecer ese tipo de plataforma a una audiencia mundial de viajeros potenciales", afirma Robin Johnson, director de marketing global de Visit Britain; "se puede pasar de estar parado a despertar un interés absolutamente monumental".
De hecho, a finales de este año Visit Britain lanzará una campaña de marketing, Gran Bretaña en patalla, para atraer a los fans de programas como Ted Lasso , que se rodó en el suroeste de Londres. Después de que Castle Howard apareciera en Bridgerton, la finca de North Yorkshire experimentó un aumento del 3400% en las visitas a su sitio web procedentes del grupo demográfico de 18 a 24 años.
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Saber separar la realidad de la ficción
Investiga antes de salir de casa, ya que quienes llegan con ciertas expectativas podrían sentirse decepcionados, dice Hudson. Recuerda a los fans de La mandolina del capitán Corelli que llegaron a Cefalonia (Grecia) y se encontraron con que los decorados de la película habían sido desmantelados. Los fans de Notting Hill decididos a disfrutar del parque londinense en el que Hugh Grant tuvo un romance con Julia Roberts deberán planificarlo, ya que el Rosemead Garden, de carácter privado, sólo se abre al público una vez al año. Los espectadores que al ver Pobres criaturas, ganadora de cuatro Óscar en 2024 incluido el de mejor actriz (Emma Stone), empezaron a planear viajes a Lisboa o París no encontrarán los paisajes color caramelo de la película: la mayoría de las escenas se rodaron en Budapest o en escenarios con croma.
El Gobierno de Nueva Zelanda, por el contrario, invirtió en Hobbiton, un parque temático donde los visitantes pueden recorrer los decorados reales de El Señor de los Anillos dos décadas después del estreno de la primera película. Los devotos de The White Lotus que se alojen en el palacio de San Domenico, en Taormina, donde se rodó la segunda temporada, lo encontrarán prácticamente igual que en la serie, hasta en los uniformes del personal y en el encargado del bar, que en la tele hacía de maître de restaurante. ¿Quieres alojarte en la habitación de Jennifer Coolidge? Reserva la Suite Real.
Pero ni siquiera los destinos de rodaje son copias exactas. En el San Domenico Palace, los huéspedes no pueden llegar directamente a una playa de arena como hicieron Aubrey Plaza y Michael Imperioli. El hotel italiano está encaramado a un acantilado (de ahí las espectaculares vistas), y aunque hay una playa en Taormina, la que se ve en la pantalla está en realidad en Cefalú, a casi 200 kilómetros de distancia, en la costa norte de Sicilia.
La gente descansa en los Jardines de Luxemburgo, donde se rodaron varias escenas de Emily en París.
En Emily in Paris, de Netflix, destaca un restaurante de barrio llamado Les Deux Compères, especializado en cocina normanda. Los fans posan regularmente en el exterior del restaurante, que en la vida real se llama Terra Nera. Pero es italiano, no francés. En cambio, el pub que aparece en Ted Lasso es un lugar real (The Prince's Head, en Richmond), pero al igual que Cheers, en Boston, el interior se rodó en un plató.
En casos como éste, a los viajeros de set de rodaje les convendría consultar a un agente de viajes. Para los fans de Emily in Paris, Virtuoso (una red internacional de agencias de viajes de alto nivel) localizó al auténtico chef de Normandía que trabajó como consultor en la serie, y dirigió a los clientes a Anona, su restaurante de platos "de la granja a la mesa" en París. Los aficionados a James Bond pueden consultar Black Tomato, que acaba de lanzar un paquete de lujo personalizable con opciones como una sesión de entrenamiento en Londres con el doble de acción de Daniel Craig, y una parada en un chateau de Champagne (Francia) para degustar una rara cosecha de La Grand Année que Bond bebió en Casino Royale.
"Hay sitios web dedicados a mostrarte exactamente dónde se rodaron los lugares", dice una portavoz de Virtuoso, Misty Belles; "pero conseguir acceso es otra cosa muy distinta".
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Cómo combaten los lugares de rodaje el turismo excesivo
¿Y si una avalancha de turistas arruina lo que originalmente cautivó a los espectadores? Es una pregunta legítima con la que lucha la industria. La isla tailandesa de Maya Baya, que ocupó un lugar destacado en la película de Leonardo DiCaprio La playa (2000), tuvo que cerrar al turismo durante más de tres años para detener el daño causado a sus arrecifes de coral.
Turistas sentados junto a las rocas del monte Srd, admirando la vista panorámica del casco antiguo amurallado de Dubrovnik. La ciudad croata ha experimentado una importante afluencia de visitantes desde que se rodaron allí muchas escenas de Juego de Tronos.
Dubrovnik experimentó una masificación a raíz de Juego de Tronos. La capital croata sustituyó a la ciudad ficticia de Desembarco del Rey y se convirtió en un destino tan popular que American Airlines añadió un vuelo directo de Filadelfia a Dubrovnik. El Gobierno acogió con satisfacción los dólares de los turistas (200 millones de 2013 a 2018 según una estimación), pero la afluencia de viajeros puso a prueba la infraestructura de la ciudad e incluso las normativas de decoro (los fans de Juego de Tronos fueron noticia por desnudarse y pasear por el centro de la ciudad, un homenaje al infame paseo de la vergüenza de uno de los personajes).
En un momento dado, el casco antiguo de Dubrovnik estaba tan invadido que corrió el riesgo de perder su condición de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, lo que obligó al alcalde a limitar el número de turistas diarios. Tal vez temiendo lo mismo, el Gobierno de Svalbard (Noruega) rechazó una petición de Tom Cruise para rodar allí Misión Imposible: Sentencia Mortal.
Cortejar a los turistas preservando el encanto local es un delicado equilibrio. Robin Johnson, de Visit Britain, sugiere a los viajeros que sean curiosos. Según cuenta, su oficina espera utilizar series como Poldark (rodada en Cornualles), Peaky Blinders (Birmingham) y Bridgerton (Bath) como caballos de Troya. Por ejemplo, venir para ver el andén 9 y 3/4 de Harry Potter en la estación londinense de King's Cross, y quedarse para viajar a una ciudad más pequeña. "La localización de la película", dice; "es el gancho para luego contar la historia más amplia".
El estudio 2024 de Expedia predijo un repunte de los viajes a Sídney (Australia) (donde se rodó Furiosa, la precuela de Mad Max, que se estrenará en mayo). Ese informe también citaba el interés por Surrey, Inglaterra (gracias a La casa del dragón, de HBO), y Budapest (Dune: segunda parte).
Si la nueva serie de FX Shōgun tiene a la gente entusiasmada con un viaje a Japón, es comprensible. Pero los espectadores deben saberlo: la serie se rodó íntegramente en Vancouver, Canadá.
Mickey Rapkin es un escritor afincado en Los Ángeles.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.