Los mejores destinos de 2016
National Geographic Traveler te presenta los lugares a los que tienes que ir el próximo año. Desde el delta de Okavango a las playas de Brasil, aquí te damos algunas ideas para tus próximos viajes.
1. Côte d’Or: el mejor lugar para observar la Francia de la cosecha
Con los primeros viñedos plantados por los antiguos romanos, Côte d’Or -el área vinícola más reconocida de Borgoña- atrae a los peregrinos del vino de todo el mundo. Los habitantes locales insisten en que no hay otro lugar en Francia en el que las raíces del vino estén tan profundamente arraigadas y sean tan apreciadas como en este. También hay algo más de lo que se sienten orgullosos: el lugar fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en julio de 2015. Con planes de convertirse en un nuevo centro vinícola, la Ciudad de los Vinos de Borgoña promoverá la celebración de la santificación de sus tierras.
Muy lejos del paisaje llano de Burdeos, históricamente dominado por familias aristocráticas, las fabulosas laderas de caliza de Côte d’Or forman una franja de tierra que serpenteante. Este laberíntico terreno de viñedos situado a tres horas en coche del sureste de París pertenece a cientos de agricultores, muchos de ellos descendientes de familias de campesinos, algunos con solamente tres hileras de viñedos en un campo del tamaño de la calle de una bolera. -Liz Beatty.
Consejos de viaje
Cuándo ir: En julio es el Festival Internacional de Ópera Barroca de Beaune; en octubre y noviembre son los festivales de la cosecha y se puede ver el follaje de otoño.
Cómo llegar: Desde el aeropuerto Charles de Gaulle de París (CDG), coge un tren de alta velocidad (TGV) hasta Dijon o hasta Beaune (solo en verano). Desde Dijon puedes ir a pie por una ruta que dura varios días (dependiendo de la cantidad del vino que tomes) o alquilar un coche para seguir la Route des Grands Crus, que va hacia el sur, hasta Santenay. En Beaune, la mejor opción es alquilar una bicicleta (de marzo a noviembre) para pedalear por la ruta en bicicleta de Voie des Vignes (el camino de los viñedos) hasta Santenay.
Alojamiento: Después de recorrer los viñedos, lo mejor es relajarse en la piscina caliente exterior de Le Clos de la Challangette en Beaune. Este sitio poco convencional tiene dos casas de invitados con cinco habitaciones, dos apartamentos y dos réplicas de las caravanas gitanas de madera de techo redondeado, con una habitación y un baño.
Comida y bebida: Haz una parada en Gevrey-Chambertin, mundialmente famoso por sus viñedos Grand Cru, para comer o cenar en el acogedor Bistrot Luzien en el hotel La Rôtisserie du Chambertin. Acompaña un Pinot Noir de la tierra con un plato tradicional el jambon persillé (jamón, perejil y gelatina), terrina, caracoles o carne borgoñona.
Compras: La quesería Gaugry, en Brochon, es una de las pocas queserías que aún fabrican queso Époisses con leche cruda auténtica. Este queso suave tiene su origen en la Borgoña del siglo XVI, y se puede probar y comprar en esta tienda. También venden otros tipos procedentes de Gaugry junto con productos regionales como la mostaza de Dijon o el pan de jengibre.
Consejos sobre la cultura: Etiqueta básica de comedor francesa, en la que se incluye mantener las dos muñecas sobre la mesa, hablar bajo en los restaurantes y no repetir de la bandeja de quesos.
Enlaces de utilidad: Turismo de Borgoña, Borgoña en bici, Oficina de Turismo de Beaunois, y Oficina de Turismo de Gevrey-Chambertin
Curiosidad: La emblemática marca estadounidense Chevrolet tiene raíces en Côte d'Or. Louis Joseph Chevrolet, el conductor de coches de carreras que diseñó el primer Chevrolet para General Motors se mudó a Beaune cuando era niño. Durante sus años de adolescencia en Borgoña, trabajó como guía de bodegas de vino, y construyó, vendió, reparó y condujo bicicletas.
2. Río Grande do Norte, Brasil: apodado la “Novia del Sol”
En Brasil, donde los idílicos paisajes playeros son algo corriente, el estado del noroeste de Rio Grande do Norte está listo para demostrar que es algo más que otro lugar de vacaciones de surf y sol.
Famosa por sus interminables arenales, sus productos de sal marina y el mayor árbol de anacardo del mundo, esta región conocida como el “codo de Brasil” es donde el litoral atlántico se curva de forma sensual. La capital del estado, Natal, situada a tres horas en avión al norte de Río de Janeiro, domina la costa ostentando el récord de 223 días de sol al año. Recientemente, la sertão, la región árida e históricamente pobre del interior del estado, ha recibido inversiones de los sectores público y privado. Esta región es rica en cultura (figuritas de cerámica, esterillas tejidas con palma) y gastronomía (carne seca al sol, patatas cassava). Es incluso la cuna del forró, una ruidosa combinación de acordeón, triángulo y zambomba, que hace que las parejas den muchas vueltas, al igual que hicieron durante la Segunda Guerra Mundial, cuando la zona fue la base de las tropas estadounidenses que utilizaron este estado como un “Trampolín de la Victoria” en el norte de África. Hasta ahora, Rio Grande do Norte es uno de los lugares de Brasil más acogedores y más bañados por el sol. -Michael Sommers.
Consejos de viaje
Cuándo ir: Todo el año. El primer fin de semana de diciembre es el “Carnatal”, el carnaval de Brasil más grande fuera de temporada. Desde Navidades hasta mediados de marzo es temporada alta.
Cómo llegar: La forma más aconsejable para viajar por Natal, la ciudad capital, y por el estado es conduciendo. Alquila un coche en el Nuevo Aeropuerto Internacional de Natal (abierto 24 horas) o en tu hotel. Para moverse a lo largo de las playas del norte y entre las dunas alquila un “bugueiro” (conductor de buggys) certificado a través de tu hotel.
Alojamiento: El Serhs Natal Grand Hotel en la playa Ponta Negra frente al océano está especialmente diseñado para familias. El extenso complejo turístico cuenta con 396 habitaciones y suites, varias piscinas, y deportes y actividades organizadas para niños. Mucho menos bullicioso es el Kaná Pousada de Charme, un bed-and-breakfast de ocho habitaciones que acoge huéspedes a partir de 14 años. A cinco minutos caminando del hotel está la playa Pirangi do Norte.
Comida y bebida: El mejor sitio para probar ginga com tapioca (brochetas de boquerones rebozadas con coco y servidas con tapioca) visita el Mercado Público en Playa Redinha. Los chiringuitos de la playa a lo largo de la costa sirven platos de manjuba (boquerones) frita y camarões (gambas) frescos. Posiblemente una de las mayores creaciones originales con gambas -incluyendo gratinadas, al grill, en risotto y en empanada- se puede encontrar en el menú del Camarões Potiguar, el miembro más moderno de una cadena de cuatro restaurantes de Natal llamado Camarões.
Compras: Dentro de la artesanía regional se encuentran los delicados artículos de encaje de bilro, así como mantelerías, accesorios, fundas de cojines y botellas rellenas de arena formando dibujos, pequeñas obras maestras “pintadas” rellenando de forma meticulosa los envases de vidrio con arena de colores y dándole forma con palillos.
Enlaces de utilidad: Visit Brazil.
Curiosidades: Pirangi do Norte es el hogar del árbol de anacardos más grande del mundo, un revoltijo enorme que parecen tentáculos verdosos. Una mutación genética hace que las ramas más bajas del árbol echen raíces y den lugar a nueva vida cuando tocan el suelo. Desde que se plantó en 1888, el Pirange en lugar de crecer hacia arriba lo ha hecho arrastrándose.
3. Bermudas: donde la vida transcurre en pantalones cortos
“Podemos parecer muy formales,” dice el taxista Larry Rogers, “pero también somos una isla extravagante”. De hecho, si rascas un poco la superficie inmaculadamente cultivada de este territorio británico de ultramar, encontrarás un lugar lleno de personalidad. Cada año, los participantes de la Non-Mariners Race compiten para construir las peores embarcaciones y ver cuál de ellas se hunde más rápido. Los descendientes de los Nativos Americanos celebran sus asambleas con orgullo. Y los policías y los hombres de negocios insisten en llevar sus calcetines hasta las rodillas con pantalones cortos, sin importarles lo pueda pensar el resto del mundo.- Chaney Kwak.
Consejos de Viaje
Cuándo ir: Para avistar ballenas marzo y abril; para disfrutar de las playas y los festivales, de mayo a septiembre; para conseguir tarifas más económicas y menos turistas, de noviembre a abril (de abril a noviembre es temporada alta de cruceros).
Cómo moverse: Súbete a los autobuses rosas y azules y a los ferris públicos Sea Express. Los turistas no pueden alquilar coches, pero sí motos y bicicletas eléctricas o bicicletas de montaña.
Alojamiento: La colonia de cabañas más famosa e importante es el Cambridge Beaches Resort and Spa, fundada en 1923, con cuatro playas privadas de arena rosa y 87 habitaciones y suites de lujo en sus cabañas clásicas de color rosa (incluyendo la casa de un capitán del siglo XVII). Admiten huéspedes a partir de 13 años.
Comida y bebida: la temporada de langosta (de septiembre a marzo) es el equivalente culinario en las Bermudas a la mañana de Navidad. Durante la temporada, prueba las langostas sin pinzas (la carne está en la cola), bien rellenas o servidas con salsa de tomate cremosa en el Wahoo’s Bistro and Patio en St. Georges. El resto del año, pide el wahoo (pescado blanco suave) asado, rebozado con cerveza, en ensalada, en tacos o en sopa.
Compras: Productos y artesanía hecha en la isla -mermelada de pimientos, cuencos de madera de cedro hechos a mano y velas- y tartas de ron de Bermudas que se venden en las tiendas y en el Clocktower, situado en el Royal Naval Dockyard.
Consejo cultural: El código no escrito de vestimenta formal de la isla se enfrenta al casual. Por ejemplo, los trajes de baño no se usan más que para estar en la playa o la piscina, y se ponen camisas con cuello en lugar de camisetas. Si dudas, compra un par de TABS, los auténticos pantalones cortos de Bermudas.
Enlaces de utilidad: Bermuda Tourism.
Curiosidades: Sumergidos frente a la costa de Bermudas hay más de 300 restos de naufragios, incluyendo un barco confederado. Este barco a vapor se construyó en Inglaterra y llevaba armas y otros suministros de contrabando a Wilmington, Carolina del Norte. En 1864 el barco chocó contra un arrecife de coral y se hundió cerca del extremo sur de la isla. En la actualidad los submarinistas que lo visitan pueden ver las dos ruedas de palas, una en su sitio original y la otra descansando en el fondo del océano.
4. El río Danubio: azul o no, impresiona
Fluyendo a lo largo de casi 2.900 kilómetros desde la Selva Negra hasta el Mar Negro, durante miles de años el río Danubio ha supuesto el principal paso a través de Europa central y occidental. Heródoto lo denominó hace 2500 años “el mejor de los ríos”, y aún lo sigue siendo. Serpenteando a través de diez países, es algo así como la versión medieval de la Ruta 66. En las paradas verás iglesias góticas del siglo XIII en lugar de en bares de carretera, y te sorprenderás con las vistas de Transilvania, en vez de con las plantas rodadoras.
Imagina los capiteles que adornan los palacios de Viena y Budapest que se elevan lentamente sobre los árboles mientras tu barco se desliza a lo largo de un meandro. Después dibuja el atraque en algún puerto junto a antiguas ciudades del Viejo Mundo como Regensburg, en Alemania, que se quedó huérfana del moderno sistema de carreteras pero que está disfrutando de un renacimiento gracias número creciente de barcos que navegan por el Danubio.
Tiempo atrás en 1933, mientras el famoso escritor de viajes Patrick Leigh Fermor se sentaba junto al Danubio escribía: “Me apoyo con fuerza en uno de esos prolongados momentos de éxtasis que aparecen esparcidos en este viaje como asteriscos. Un poco más y me hubiese elevado como un cohete.” Haz un crucero a lo largo de este río legendario y puede que sientas lo mismo.-Bill Fink
Consejos de Viaje
Cuándo ir: Todo el año; para encontrar mercadillos navideños en ciudades como Nuremberg, Regensburg y Viena desde mediados de noviembre hasta diciembre; para precios más económicos noviembre, diciembre, marzo y abril.
Cómo moverse: Los cruceros de la parte alta del Danubio suelen navegar entre Nuremberg, Alemania, y Budapest, Hungría, pasando por el austríaco valle de Wachau y por Bratislava, Eslovaquia. No importa si tu crucero viaja hacia el este o al oeste, ya que las principales paradas suelen ser las mismas. Los cruceros de la parte baja suelen navegar hacia el este, desde Budapest hasta el Mar Negro pasando a través de Hungría, Croacia, Serbia, Bulgaria y Rumania. Los especialistas en cruceros por el río como Vicking River Cruises, Tauck River Cruises y Avalon Waterways ofrecen gran variedad de itinerarios por el Danubio.
Alojamiento: En os cruceros por el río todo gira en torno a las vistas. Los cruceros de lujo, solo ofrecen normalmente camarotes exteriores y suites. Si lo que buscas el ampliar la vista elige una suite con balcón y puertas correderas de cristal del suelo al techo. El ruido puede ser un problema cuando se atraca en los puertos de grandes ciudades como Viena o Budapest. Para dormir mejor solicita un camarote más tranquilo del lado del agua.
Comida y bebida: Normalmente las tarifas incluyen todas las comidas a bordo. Los menús suelen incluir especialidades de la zona como gabelbissen vienesas (ensalada de patata con trozos de huevo y arenque), gulash húngaro (guiso de carne y verduras sazonado con pimentón) y escalope alemán. Experimenta la cultura de las kaffeehaus vienesas en el salón del Viejo Mundo de Demel, una pastelería y café muy elegante del siglo XVIII. El Demel es el sitio ideal para probar la tarta Sacher (aquí también conocida como tarta Demel), la tarta de turrón y chocolate típica de Viena.
Compras: Para comprar visita la peatonal Kärntner Strasse en Viena (el principal centro comercial para turistas). Tiendas que parecen pueblos como Splittelberg, la revitalizada zona de Biedermeier, un distrito con calles peatonales adoquinadas y patios recónditos. Entre los hallazgos locales está Das Goldene Wiener Herz (el corazón de oro de Viena), en el que se pueden encontrar tazas de diseño de porcelana o cristalería decorada con interpretaciones creativas de las imágenes clásicas de Viena.
Enlaces de utilidad: Viking River Cruises, Tauck River Cruising, Avalon Waterways, Oficina de Turismo y Convención de Nuremberg, Vienna Tourism, y Budapest Tourism.
Curiosidades: El Danubio Azul, compuesto en 1866 por el vienés Johann Strauss II está ampliamente considerado como uno de los valses con más éxito de todos los tiempos. Aunque la conmovedora melodía es mundialmente conocida, solo quienes han estado en el río se dan cuenta de que el agua parece más marrón que azul.
5. Zona este de Bután: la próxima gran aventura
El último reino budista del Himalaya, Bután, se diferencia por muchas cosas. Llegar allí volando implica ir en un avión lo suficientemente ágil como para esquivar picos de montañas y aterrizar en el valle Paro, el principal centro turístico, donde el número de hoteles se ha triplicado en la última década, a medida que el país se ha abierto a más visitantes. Ahí está la parte este de Bután. Esta remota región aún sigue siendo poco explorada por los turistas. Pero el duro viaje de dos días en 4x4 deja muchas recompensas.
“Eres el primer extranjero que vemos en 22 años”, exclama sorprendido un monje mientras da la bienvenida a su puesto fronterizo cubierto de niebla a un montañero americano cerca de Mongar. En el pueblo de Lhuntse, las mujeres muestran las mercancías de seda de tonos vibrantes a los mercaderes butaneses que viajan hasta aquí desde Tinphu, la capital, en busca de los preciados textiles kushutara. Las casas familiares se llenan como hoteles, ofreciendo a los viajeros lugares en los que dormir y cenar platos tradicionales, incluyendo el ema datsi, chiles picantes y queso, a menudo servidos con arroz rojo. Esto es Bután en su punto más acogedor. -Costas Christ.
Consejos de viaje
Cuándo ir: Para ver los festivales religiosos de Bután más importantes de la zona este hay que ir en primavera (marzo a mayo) y otoño (septiembre a noviembre). El Gomphu Kora es en marzo y el Monggar Tshechu, en noviembre.
Cómo moverse: Todos los viajes hacia y por el interior de Bután tiene que gestionarse a través de turoperadores con licencia del país o bien de sus socios internacionales. Los tours incluyen todos los transportes en Bután y un guía oficial que te acompañará todo el viaje. Para llegar desde el Aeropuerto Internacional de Paro, en el oeste, hasta los destinos del “circuito del este” (incluidos Mongar, Lhuntse, Trashiyangtse, Trashigang, y Samdrup Jongkhar) se tarda al menos dos días de coche a lo largo de la autopista Este-Oeste, la principal carretera del país.
Alojamiento: Están disponibles alojamientos como las tradicionales casas familiares (sin agua corriente ni electricidad), casas de huéspedes rústicas, hoteles modernos, y tiendas de campaña para grupos de montañeros. El Wangchuk Hotel Mongar, abierto en 2008, suele alojar de forma regular grupos que hacen recorridos por la zona este de Bután. Las 32 habitaciones incluyen baño, televisión por cable y vistas al Valle de Mongar.
Comida y bebida: La cocina butanesa está basada en los chiles. Ya sean rojos, verdes, frescos o secos, triturados, en polvo o convertidos en pasta, la pimienta ardiente es uno de los ingredientes esenciales en la mayoría de las recetas. El plato nacional, ema datshi, es un guiso picante de chiles y queso servido sobre arroz.
Compras: Khoma, un pueblo remoto en el noreste del distrito butanés de Lhuentse, se conoce por sus tejidos de estampado kishuthara (tejido de seda). En este pueblo, en el que tejer se ha convertido en la principal fuente de ingresos, la compleja forma de arte de seda sobre seda se transmite de madre a hija (las mujeres son las únicas que tejen en Bután). Access Bhutan Tours and Treks y otros operadores ofrecen itinerarios del tour textil en los que están incluidas las visitas a este pueblo para ver a las tejedoras y comprar pañuelos de colores brillantes o kiras (vestidos tradicionales que llegan hasta los tobillos), así como otros artículos tejidos a mano.
Consejo cultural: Pregúntale siempre a tu guía antes de sacar fotos o vídeos el interior de cualquier dzong (fortalezas), monasterios, templos u otras instituciones religiosas. En el interior de algunos lugares no está permitido hacer fotos.
6. Jardines de Capability Brown, Gran Bretaña
Con el ojo perspicaz de un escultor, el paisajista del siglo XVIII Lancelot Brown transformó los jardines formales en zonas verdes a lo ancho y largo de Gran Bretaña. La costumbre de decirles a sus clientes que sus terrenos tenían posibilidades hizo que se ganase el apodo de “Capability Brown”.
El tercer centenario del nacimiento de Brown en 2016 puede ser una razón convincente para visitar sus paisajes. Con lagos chispeantes, caminos sinuosos, césped suavemente inclinado y vistas cuidadosamente enmarcadas, estos jardines están tan arraigados al espíritu británico como las novelas de Jane Austen.
De hecho, los cineastas suelen localizar sus historias en los paisajes de Brown, como por ejemplo Chatsworth House y Burghley House (las dos aparecen en la película de 2005 “Orgullo y Prejuicio”).
Pero fue la finca Stowe, en Buckinghamshire, donde Brown se convirtió en el jardinero jefe de Lord Cobham en 1741, donde se sembraron las semillas de su visión de la perfección natural. El desarrollo de su talento se puede ver en el ondulado Grecian Valley.
“Capability Brown acentúa los aspectos positivos de la topografía”, comenta la asesora de paisajes históricos Kate Felus. Su diseño “es escultura, es como caminar a través de un Henry Moore”. -Juliana Gilling.
Consejos de viaje
Cuándo ir: Para ver flores silvestres y vegetación, de mayo a junio; para ver cielos despejados, julio y agosto (aunque siempre hay que estar preparado para algo de lluvia) y temperaturas más templadas; para ver el follaje de otoño septiembre y octubre.
Cómo moverse: La mejor manera de ver varios paisajes atribuidos a Capability Brown es conduciendo. Alquila un coche al llegar al aeropuerto y utiliza un mapa interactivo para programar tu propia ruta. Stowe está a 90 minutos al noroeste de Londres por la autopista M40.
Alojamiento: El Gothic Temple se construyó en Stowe el mismo año en el que Capability Brown se convirtió en jardinero jefe. Todas las habitaciones son circulares, y los dos dormitorios, en los cuales pueden dormir un total de cuatro personas, están situados en las torretas. Hartwell House and Spa, una propiedad del National Trust cerca de Aylesbury, cuenta con 30 habitaciones y suites en el edificio principal y otras 16 en el adyacente, el Hartwell Court. Esta mansión de Buckinghamshire (donde vivió durante cinco años el exiliado el rey francés Luis XVIII) está cerca de muchos de los jardines de Capability Brown.
Comida y bebida: Disfrutar de un cream tea (scones, nata, mermelada y una taza de té con leche) es una de las costumbres inglesas más adecuadas para terminar cualquier día tras pasear por los jardines. Esta tradición se sirve en restaurantes o pequeños cafés de muchas de las propiedades del National Trust (incluyendo Petworth House and Park en West Sussex), cuyos jardines fueron diseñados por Capability Brown.
Compras: El libro encargado especialmente para el tricentenario, The World of Capability Brown: Monarch of the Landscape (National Trust/Pavilion, 2016) por la doctora Sarah Rutherford, se puede comprar en la tienda de regalos de Stowe Gardens, en la que también se pueden encontrar botellas de New Inn Restoration Ale. Las ventas de la Chiltern Brewery que tienen etiqueta especial ayudan a mantener las labores de restauración de los Stowe gardens.
Consejo cultural: Cuando visites cualquiera de los jardines de Capability Brown recuerda esta frase: “olvídate de las flores y piensa en los árboles”. Para crear vistas a escala monumental, los diseños de los paisajes naturales de Brown se distinguen por sus zonas verdes vastas y onduladas y por sus árboles maduros (sin lechos de flores).
Enlaces de utilidad: Capability Brown Festival 2016, VisitEngland y Visit Buckinghamshire
Curiosidades: Stowe fue el primer jardín inglés en tener una guía ilustrada y un mapa para turistas. Publicada en 1744, la guía del jardín se vendía en el New Inn de la finca. En aquel entonces, cuando la familia no estaba, el personal de mayor edad guiaba a los turistas por los jardines esperando a cambio una propina por sus servicios.
7. Glasgow, Escocia: elevarse con las artes
Con un centro rico gracias a la construcción naval y al comercio en el río Clyde desde el siglo XV, la ciudad más grande de Escocia cayó en el abandono, ganándose así una reputación dura que se le quedó pegada como el hollín que cubre los edificios hasta bien entrados los años 80. Ahora, la depurada y brillante Glasgow exhibe la fuerza de su músculo cultural, puliendo ingeniosamente su paisaje urbano industrial.
El autoproclamado por Escocia “Año de la Innovación, Arquitectura y Diseño”, comienza en enero y los habitantes de Glasgow hincharán su pecho de orgullo. El Premio Turner, la exposición de arte contemporáneo más prestigiosa de Gran Bretaña, está por primera vez en Escocia, y finalizará el 17 de enero en Tramway, la última estación del antiguo tranvía de Glasgow.
Pero lo que realmente bombea el corazón cultural de Glasgow es la música, desde los gaiteros que tocan en la calle el top-20 a lo largo de Buchanan Street, hasta los crooners cortejando multitudes en clubs históricos como el King Tut’s Wah Wah Hut, la banda sonora de Glasgow no tiene rival.
“Describir un músico típico de Glasgow es bastante complicado”, dice Stirling Gorman, que toca con su hermano Cha, en su banda King of Birds. “Lo que realmente nos une es un estilo de Glasgow”. -Kimberley Lovato.
Consejos de viaje
Cuándo ir: Para ver las flores de primavera, de marzo a mayo; para los festivales al aire libre y experimentar más de 17 horas de luz diurna, de junio a agosto; finalmente, Año Nuevo trae consigo los festivales de Hogmanay y Burns Night.
Cómo moverse: Desde el aeropuerto de Glasgow coge el First 500 Glasgow Shuttle hacia el centro de la ciudad. Camina y súbete al metro para dar una vuelta por el centro y por el West End. Utiliza autobuses y ternes para moverte a las zonas de la periferia.
Alojamiento: Cerca de la Estación Central de trenes de Glasgow están el Malmaiso Glasgow, con 72 habitaciones y el Grasshoppers Hotel, con 30. Malmaison está situado en una iglesia griega ortodoxa reconvertida (con un ala moderna unida), y es el hogar del nuevo bar-restaurante del superchef escocés Martin Wishart, llamado The Honors. En Grasshoppers las tarifas incluyen servicios de dulces gratuitos como cupcakes y helados.
Comida y bebida: En Cail Bruich en el West End, el menú de degustación que consta de 6 platos supone un derroche que merece la pena (los precios comienzan por 70 euros por persona). Los ingredientes son de temporada y locales y los platos, hechos a mano. Pueden incluir sabrosos gougères (pastelillos de hojaldre) de quesos ahumados y caballa preparados con ciruela, pepino, flor de saúco y suero de leche.
Compras: Para el diseño de interiores inspírate en el Timorous Beasties, el estudio de renombre internacional fundado por ex-alumnos del Glasgow School of Art en 1990. Echa un vistazo a las atrevidas colecciones de telas (como estampado de iguana, papel de pared pintado surrealista Chic Blotch y las pantallas de Union Jackass). Dentro de los artículos de regalo más pequeños tienen tazas y almohadillas de cerámica.
Enlaces de utilidad: People Make Glasgow y Visit Scotland.
Curiosidades: Una de las teorías sobre el origen de la palabra “Glasgow” es que es la versión anglicanizada del gaélico “glas cu” (traducido como “querido lugar verde”). La ciudad tiene más de 90 jardines y parques, entre los que se incluye el Victoria Park, donde se pueden ver restos de un antiguo bosque inundado. El lugar, llamado Fossil Grove, protege 11 troncos fósiles de árboles, que se cree que tienen una antigüedad de 330 millones de años.
8. Groenlandia: vayamos al norte
Los inuit de Groenlandia lo llaman sila, el mundo natural inmenso que se experimenta con los cinco sentidos. Es el susurrante viento que moldea la superficie de la nieve, el limpio aire ártico que inspiras, el tacto basto de la costa rocosa. “Sabemos que no podemos controlar la naturaleza; solo podemos estar cerca de ella”, dice la groenlandesa Jane Petersen.
Kalaallit Nunaay, como llaman a Groenlandia los indígenas inuit, es la gran frontera del norte, un vasto gigante de piedra cubierto por una capa de hielo mayor que el doble de la superficie de Texas. Ríos de color aguamarina garabatean sobre su vacío blanco, alimentando mil estruendosas cataratas que fluyen hacia fiordos enormes. Un kayak permite avistar de cerca los chorros de las ballenas y, si eres lo bastante afortunado, podrás viajar en un pequeño barco que acceda a los hábitats más remotos. Groenlandia puede ser el mejor lugar del mundo para ver osos polares en libertad.
“Sabemos que solo estamos tomando prestada esta tierra,” dice Petersen. “Por eso nos encanta compartirla con los demás”. -Andrew Evans
Consejos de viaje
Cuándo ir: De junio a agosto para ver el sol de medianoche, clima suave y poder escalar y pasear en barca; de septiembre a abril para ver las auroras boreales y los deportes de nieve: del 6 al 11 de marzo para los Juegos Árticos de Invierno.
Cómo moverse: El aeropuerto de Kangerlussuaq en el oeste de Groenlandia es el principal punto de entrada para los visitantes internacionales. No hay carreteras o red de ferrocarriles que conecten los pueblos. Los viajes de mayor distancia se hacen por el aire o por el mar (de abril a diciembre). Los desplazamientos locales se hacen habitualmente en pequeños barcos, coche y en el invierno en moto de nieve o trineo tirado por perros. Nuuk, la capital, tiene un sistema de autobuses municipales.
Alojamiento: Apostados en la costa cerca del centro de Nuuk, los hostales Inuk se encasillan en tres grandes grupos: los que están bien situados, los que tienen vistas de primera línea del fiordo Nuuk y los que ofrecen la oportunidad de experimentar la cultura tradicional groenlandesa. Disponen de cuatro cabañas de madera (28 camas en total) con habitaciones compartidas y pequeñas cocinas. Las comidas no están incluidas pero la cafetería sirve platos locales como reno o trucha ártica. Algunas actividades opcionales incluyen sesiones de cuentacuentos inuit.
Comida y bebida: El restaurante Ulo en el Hotel Arctic en Ilusissat está especializado en cocina fresca de los fiordos y los bosques. Se usa con frecuencia agua marina de la cercana bahía de Disko para preparar pan, verduras y pescado. Otras especialidades locales incluyen algas, buey almizclero, fletán groenlandés y hierbas groenlandesas (como la acederilla y la sagina nodosa). De junio a septiembre reserva una mesa junto a la bahía para ver a los icebergs flotando en el Monday Greenlandic bufet de la tarde.
Compras: Un tupilak (alma del ancestro) es la versión inuit de la muñeca de budú. Antes de escoger una para llevarte a casa, aprende más sobre estos talismanes groenlandeses en el Museo de Arte Nuuk. Los tupilaks tradicionales se esculpían como pequeñas criaturas inspiradas en la mitología inuit. Las figurillas de suvenir varían desde ghoulish hasta ipish y están hechas de cuerno, madera, piedra, huesos animales o esteatita.
Consejo cultural: Algunas de las expresiones más comunes y utilizadas en Groenlandia no son habladas. Los ojos muy abiertos, un ligero alzamiento de cabeza y hombros levantados significa “buenos días”. “No” requiere diferentes formas de arrugar la nariz, mientras que “si” implica elevar las cejas, fruncir los labios y aspirar aire ruidosamente.
Enlaces de utilidad: Greenland Tourism
9. Parque Nacional de los Volcanes de Hawai: 100 años de tierra, viento y -sobre todo- fuego
Vastos flujos de lava solidificada se extienden a lo largo el Parque Nacional de los Volcanes de Hawái, una tarjeta de visita oscura del residente más ilustre del parque, Pele, la diosa hawaiana del fuego. Con su residencia fijada en Kilaulea, uno de los dos volcanes locales que se encuentran entre los más activos del mundo, Pele siempre ha sido una dama muy atareada. Desde 1982, cientos de kilómetros cuadrados de nuevos terrenos han sido creados por la roca fundida que emana desde las profundidades de la Tierra y se derrama, entre silbidos humeantes, en el océano Pacífico.
“Vienen muchos visitantes por la lava”, dice Clarence “Aku” Hauanio, perteneciente a la tercera de cuatro generaciones que han trabajado en este gran parque de 158 kilómetros cuadrados en la isla, que conmemoró su centenario en 2016. “Pero hay mucho más: la costa, los bosques, los cientos de petroglifos hechos por nuestros ancestros hawaianos, todas las diferentes plantas y animales que solo se encuentran en Hawái. Puedes trabajar aquí durante 29 años, como yo, y seguir encontrando cosas nuevas todos los días”. -Christopher Hall.
Consejos de viaje
Cuándo ir: Desde mediados de marzo hasta mayo, septiembre y octubre para precios más bajos y menos visitantes; espera algo de lluvia cualquier día.
Cómo moverse: El Parque Nacional está situado en la parte este de la isla, a unas 48 kilómetros al suroeste del aeropuerto internacional de Hilo. Alquila un coche en el aeropuerto para recorrer las dos rutas icónicas del parque; Crater Rim Drive y Chain of Craters Road. O reserva un recorrido con guía como las experiencias “Bosques de Hawái” o “Recorre los Volcanes” por aire y tierra. Las excursiones de diez horas de duración incluyen caminatas por el parque y un paseo en helicóptero.
Alojamiento: Duerme en el parque en una de las 33 habitaciones de la Casa del Volcán, construida en 1941 (y completamente renovada entre 2012 y 2013) en el anillo de la caldera del Kilauea. Reserva pronto para conseguir una de las habitaciones con vistas al cráter. Los servicios incluyen bicicletas de montaña (el primero en llegar escoge primero), recorridos a pie con guía en el parque y vistas al cráter del Halema’uma’u desde el porche acristalado.
Comida y bebida: En la carretera que va desde Kailua-Kona hasta el parque, para en Punalu’u Bake Shop y en el centro de información al visitante para tomar un café Ka’u cultivado en la isla y pan dulce hawaiano recién hecho (disponible al estilo tradicional y con otros sabores como el malanga y la guayaba, entre otros) o las malasadas (ligeras rosquillas azucaradas al estilo portugués).
Compras: En la galería del Centro de Arte del Volcán, situada cerca del Centro de Información Turística de Kilauea, todas las piezas hechas a mano a la venta “utilizan el arte para interpretar el parque”. La selección típica incluye cerámica, esculturas de cristal, joyería, cestas, arte textil y muebles. En Volcano Village, se pueden ver en el Volcano Garden Arts máscaras de arcilla inspiradas en los bosques hawaianos y otras obras originales hechas por los artistas locales.
Enlaces de utilidad: Hawai'i Volcanoes National Park, Friends of Hawai'i Volcanoes National Park, y Hawaii Tourism.
Curiosidades: Cuando se fundó el Parque Nacional de los Volcanes de Hawái en 1916, las únicas zonas protegidas de la isla de Hawái eran las cimas del Kilauea y del Mauna Loa. Hoy, el parque se extiende a lo largo de 1.347 kilómetros cuadrados de la isla hawaiana e incluye siete zonas ecológicas: costa, tierras bajas, bosques de media altura, bosques tropicales, bosques de altura, zonas subalpinas y alpinas.
10. Hokkaido, Japón: nieve en polvo
Aquellos que saben eligen la isla de Hokkaido para tener una experiencia de esquí que no se encuentra en ningún otro lugar. La isla más septentrional de Japón -rodeada por mares brumosos y enfriada por la cercanía de Siberia- está bendecida en invierno por nevadas casi diarias que llegan a generar acumulaciones de hasta 19 metros en alguna de las montañas. La yuki (nieve) cae muy seca y ligera, y crea un Valhalla de polvo para los esquiadores y snowboarders.
Puede que Niseko, en la esquina suroeste de Hokkaido, sea el complejo turístico más conocido, pero Kiroro, a dos horas en coche del Aeropuerto Chitose de Sapporo, es el verdadero hallazgo.
Aquí, los más jóvenes juegan y aprenden en la Annie Kids Ski Academy, mientras que los ambiciosos esquiadores que practican free-ride realizan interminables descensos por nieve fresca en los picos Nagamine y Asari. Los más aventureros suben hasta a la cumbre del volcán cercano de Yoichidake en una excursión guiada de dos horas por la montaña, que conduce a las místicas vistas y al aún más inmaculado terreno fuera de pista.
De vuelta al valle, es hora del après-ski, con una visita a las termas naturales en Shinrin no Yu Onsen-Kiroro Resort, seguido de un sushi exquisito o de platos yakitori en uno de los restaurantes del complejo, junto con un poco de whiskey Yoichi de destilación local.
A continuación, deja las experiencias del día a un lado para centrarte en el aquí y ahora, como los copos de nieve del exterior que caen con la calma del zen.- Menno Boermans.
Consejos de viaje
Cuándo ir: Para esquí y otras actividades de invierno de finales de noviembre a principios de abril o mayo (es diferente en cada estación de esquí).
Cómo moverse: Por las zonas de esquí de Niseko, coge un viaje exprés bus desde el Aeropuerto New Chitose hasta una de las paradas designadas de la estación (hay que hacer las reservas con antelación). O coge un tren desde la estación de trenes del aeropuerto, Japan Rail Airport Station, hasta Niseko (o hasta Otaru, en el caso de las estaciones de Kiroro). Para viajar de forma ilimitada en el tren japonés dentro del mismo distrito, compra el pase en cualquiera de las principales estaciones de Hokkaido.
Alojamiento: Cerca de los remontes de Kiroro, el antiguo Mountain Hotel se ha convertido en el Sheraton Hokkaido Kiroro Resort . El antiguo Piano Hotel, situado a un viaje de autobús desde los remontes, ahora es el Kiroro, y forma parte del exclusivo grupo hotelero Starwoods Tribute Portfolio. El hotel de 282 habitaciones de lujo está situado en la base de la montaña y cerca de un onsen (piscina de agua termal) al aire libre.
Comida y bebida: El aperitivo más emblemático de Hokkaido es el “Marusei butter sand” de Rokkatei, un sándwich de galleta relleno de crema de mantequilla con tropiezos de uvas pasas. Fuera de Hokkaido no son fáciles de encontrar, y ahora hay una nueva versión con helado (“Marusei ice sand”) que se vende solamente en el Rokkatei Sapporo Honten, cerca de la estación de tren de Hokkaido.
Compras: Osos de madera tallados a mano, mukkuri de bambú y otras de las artesanías tradicionales de los Ainu, los pueblos indígenas de Japón y los primeros en habitar esta zona, se suelen vender en algunas tiendas cerca del museo Shiraoi Ainu (en la estación Shiraoi, cerca de una hora y 15 minutos al sur de Sapporo en la línea de Hokuto). El complejo diseñado como una réplica de la aldea de Ainu, incluye un edificio del museo, cinco casas con techo de paja (algunas de ellas flanqueadas por salmones colgados) y perros de caza.
Enlaces de utilidad: Visit Hokkaido y Powder Snow Hokkaido.
Curiosidades: Para ayudar a que los conductores se puedan guiar en invierno en condiciones de nieve, las carreteras de Hokkaido están equipadas con flechas a rayas colgadas de los postes. Los postes se establecen a intervalos a lo largo de la carretera, y las flechas apuntan hacia abajo para marcar el borde de la carretera. Las rayas rojas reflectantes sirven como faros para los automovilistas en tormentas de nieve cegadoras, pero suelen desconcertar a los visitantes la primera vez que los ven.
11. Nueva York: el skyline más famoso del mundo
Si crees que conoces la ciudad más visitada de Estados Unidos quizás quieras echar un segundo vistazo. A lo largo del año pasado, los edificios más altos de oficinas (One World Trade Center), y residenciales (432, Park Avenue) del hemisferio occidental han superado respectivamente los 541 y 425 metros de altura, como parte la nueva generación de rascacielos atrevidos que están transformando el ya famoso skyline de Nueva York. También se han revitalizado espacios públicos desde la ribera del Lower Manhattan y Brooklyn, hasta el High Line y el nuevo Witney Museum en el West Side.
¿La vista desde el observatorio de la planta 102 del One Trade Center? Maravillosa. ¿La vista desde un helicóptero? Totalmente sorprendente, revelando rincones ocultos y jardines en azoteas, y la actividad diaria se vuelve nueva al verla desde una perspectiva diferente. La metrópolis gris y marrón se cubre de blanco en invierno; en primavera se llena con los colores de la floración. Casi puedes oír a Frank Sinatra exclamando: “Comenzaré casi de nuevo, en la vieja Nueva York”.-George Steinmetz.
Consejos de viaje
Cuándo ir: Todo el año.
Cómo moverse: Utiliza la aplicación gratuita NY Waterway para comprar un pase de día completo (entre semana 11 euros, fines de semana 16 euros) para el ferry del East River. Una de las mejores maneras de ver el horizonte es subiéndose al ferry en el sur de Midtown y yendo hasta Lower Manhattan (parando en Queens y Brooklyn). Para tours aéreos ponte en contacto con Liberty Helicopters o New York Helicopters.
Alojamiento: Para una habitación con vistas del skyline de Manhattan cruza el East River hasta Long Island City en el barrio de Queens, al Z Hotel de 14 plantas. Las 100 habitaciones están orientadas hacia Manhattan. La mejor apuesta: pregunta por las plantas de la mitad (de la sexta a la octava) para minimizar el ruido de las calles de abajo y del bar de la azotea.
Comida y bebida: Coge el ascensor hasta arriba en el 30 de Rockefeller Plaza para tomar un brunch de domingo en el irónico Rainbow Room. El precio es elevado (88 euros más bebidas), pero las vistas del piso 65 -al norte sobre Central Park y al sur hacia el Empire State Building- son inmejorables. Mejor ir en domingo (los hombres deben llevar chaqueta), y reservar antes.
Compras: Para visitar One World Observatory, situado en los pisos 100 a 102 de One World Trade Center, compre las entradas anticipadas. La entrada normal (29 euros para adultos, 24 para niños) es para una hora y fecha específicas. Si quieres un tour interactivo y virtual en helicóptero por el skyline añade la opción One World Explorer iPad (14 euros).
Enlaces de utilidad: NYC The Official Guide, New York City Walking Tours, Guides' Association of New York City, y MTA (Metropolitan Transportation Authority) MetroCard City
Curiosidades: El extremo suroeste de Manhattan alberga el único Museo del Rascacielos del mundo. El pequeño museo sin fines lucrativos narra la historia vertical de Nueva York desde la década de 1870 hasta la actualidad. Entre las exposiciones permanentes figuran miniaturas de Manhattan talladas a mano en madera y el mural History of Height, que representa el crecimiento monumental de edificios desde la Gran Pirámide de Giza (de 146 metros de altura) hasta el Burj Khalifa de Dubái (828 metros de altura).
12. Delta del Okavango, Botsuana: saludando al rey de África.
En una parte del mundo poco dada a gestos pequeños y a paisajes insulsos, el delta del Okavango de Botsuana todavía logra llamar la atención de una persona, como si se tratase de un milagro singularmente improbable. Como un enorme extractor de agua que tiene su inicio en los ríos que se filtran a través de los bosques caducifolios de las tierras altas de Angola, el delta se evapora 321 kilómetros más adelante en las arenas del desierto de Kalahari. Este desierto es uno de los últimos lugares para ver los Cinco Grandes del safari africano tradicional: elefante, león, búfalo, leopardo y rinoceronte.
Hacia el año 1900, los cazadores europeos y americanos ya habían matado a casi todos los elefantes de la zona, sin los cuales los importantes canales del delta se llenan de limos. Pero en las décadas siguientes, los conservacionistas consiguieron revertir el posible y cercano desastre de este ecosistema exquisitamente equilibrado y, en junio de 2014, la UNESCO lo nombró Patrimonio de la Humanidad. Sin embargo, este nombramiento no tendrá sentido a no ser que tanto el gobierno de Angola como el de Namibia puedan asegurar que los ríos que alimentan el delta estén protegidos.
La intimidad del delta se puede explorar mejor en una mokoro (piragua) guiada. De esta forma la experiencia en el Okavango es como Venecia pero con vida salvaje. El impacto de ver un martín pescador, escuchar el sonido burlón de los hipopótamos, o el grito de un ibis: cada uno es el recuerdo de que sin naturaleza estamos empequeñecidos, solos. Nosotros los humanos somos parte de nuestro rico, excepcional y frágil mundo, no estamos separados de él”. -Alexandra Fuller.
Consejos de viaje
Cuándo ir: Para mokoro y safaris en barco de junio a agosto (temporada de crecidas); para ver cielos despejados y amplios niveles de agua de mayo a octubre; para safaris secos (terrestres) y húmedos (dependientes del agua pero no de las inundaciones), todo el año.
Cómo moverse: El Aeropuerto Internacional de Maun es la principal puerta de entrada al Delta del Okavango. La mejor manera de viajar dentro del delta son los safaris Fly-in de Maun a los refugios y campamentos. Los turoperadores especializados en excursiones por el delta del Okavango incluyen a Belmond Safaris, Great Plains Conservation y Wilderness Safaris.
Alojamiento: Para maximizar las oportunidades de avistamiento, organiza un itinerario incluyendo noches en dos o más albergues de safari en diferentes partes del delta. Observa los hipopótamos, elefantes y otros grandes animales desde tu habitación en el Belmond Khwai River Lodge, que bordea la Reserva de Caza Moremi. Las 14 habitaciones de lujo del lodge y su suite privada con piscina se elevan sobre plataformas de madera con vistas a las llanuras de inundación del río Khwai. El Wilderness Safari’s Jacana Camp está situado en una isla rodeada por llanuras de inundación estacional y pantanos. Hay cinco tiendas de campaña de invitados en los soportes de madera elevados, entre las que cuales se encuentra una familiar. Las actividades acuáticas incluyen mokoro y excursiones en barco y pesca sin muerte.
Enlaces de utilidad: National Geographic Video: Okavango Delta, Into the Okavango, y Botswana Tourism
Curiosidades: El volumen de agua en el Delta del Okavango varía ampliamente dependiendo de la estación. Cuando remiten las inundaciones (normalmente de Noviembre a Abril), solamente 5954 de los cerca de 8000 kilómetros cuadrados de terreno en el delta se cubren de agua. Durante julio y agosto, cuando los niveles de agua están en su máximo o cerca de éste, quedan sumergidas más de 15.770 kilómetros cuadrados del delta.
13. Filipinas: una isla para todos los gustos
En cada familia, siempre hay alguien un poco raro, y en el clan de las naciones del Pacífico asiático, ese familiar es Filipinas. Este país de 7.107 islas (unas 2.000 deshabitadas) comenzó como un reagrupamiento de las tribus indo-malayas, que duró unos 400 años bajo dominio español, a continuación 48 años como territorio de los Estados Unidos. Hoy en día Filipinas es una mezcla de orgullo tribal, fervor católico, picardía de la cultura pop americana y amabilidad tropical.
La mayoría de los visitantes no se detienen en la húmeda capital desbordada por el tráfico, Manila, pero deberías conocer al menos una de las iglesias españolas en la vieja ciudad amurallada y pasear alrededor de la bahía de Manila al atardecer.
A continuación dirígete a alguna de las miles de playas, desde las arenas rosas de la Gran Isla de Santa Cruz hasta las arenas negras de Albay. Buceando en las islas Palawan, Apo y Siargao puedes deleitarte con cientos de corales y especies de peces. En la isla sureña de Mindanao, más de 1300 especies terrestres -incluyendo el águila filipino en riesgo de extinción- residen en la reserva Santuario de Vida Salvaje de la Sierra del Monte Hamiguitan, el cual se ha unido a las terrazas de los arrozales de Luzon en el norte como lugar patrimonio de la humanidad.
Si las Filipinas son ese miembro rarito de la familia, también son quien siempre te invita a la cena, una fusión única que alterna los sabores salados y amargos, pero siempre sabrosos. –Erik R. Trinidad
Consejos de viaje
Cuándo ir: De noviembre a febrero (durante la estación seca)
Cómo moverse: El aeropuerto internacional de Ninly Aquino en Manila es la principal puerta de entrada internacional. Desde una terminal separada, Philippine Airlines conecta con destinos turísticos populares como Bohol, Boracay y Cebu. Las principales formas de transporte por tierra son los jeepneys (pequeñas furgonetas compartidas) y los buses. La mejor forma de saltar de isla en isla es el ferry; en super cat, un catamarán de alta velocidad; o en bancas, los botes tradicionales.
Alojamiento: Juega y alójate sobre el agua en la isla Apulit, una de las cuatro propiedades de El Nido Resort al norte de Palawan. Los huéspedes llegan en barca y se alojan en cabañas tradicionales filipinas (50 en total) ubicadas en postes sobre el agua. Se ofrecen algunas actividades opcionales como buceo por los arrecifes o en cuevas, paseos en kayak y rapel.
Comida y bebida: El mercado central de media noche de Manila es el sueño filipino de los aficionados a
la comida. Cada viernes y sábado por la noche (desde las 6 p.m. hasta las 3 a.m.) en el BGC (Bonifacio Global City), los vendedores del mercado preparan un mareante surtido de comida callejera. Prueba la panceta al estilo filipino, los burritos de lengua de ternera y el lechón liempo (la parte del vientre del cerdo asado al fuego lento).
Compra: Los grupos étnicos Igorot, habitantes de las cordilleras de Luzon en el norte, son conocidos por sus tallas, trabajos de metalurgia en latón y hierro y tejidos. En el resort de montaña del pueblo de Baguio, puedes encontrar bulul tallados (dioses del arroz) y cestas tejidas de rattan y pasiking (mochilas de los nativos) en el mercado público de la ciudad de Baguio.
Consejo cultural: El equivalente de “¿qué tal estás?” en la cultura filipina es “kumain ka na ba?” (en tagalo significa “¿has comido?”)
Enlaces de utilidad: Experience Philippines, It's More Fun in the Philippines, y Cultural Center of the Philippines.
Curiosidades: Con sus verdes praderas y sus empinados acantilados sobre el mar, Racuh a Payaman, en la isla de Batan, parece haber sido arrancado de las Higlands escocesas y posado sobre la provincia más septentrional de las Filipinas. La hierba exuberante es un pasto comunal donde vagan caballos, vacas y búfalos de agua. Estos escenarios son el motivo por el que a Racuh a Pyaman con frecuencia se le llama el “país de Marlboro” o las “colinas de Marlboro”.
14. Distrito del Lago Masuria, Polonia: la Europa rural clásica
Si acompañas a unos felices campesinos en una hoguera en los bosques de Masuria en Polonia, tarde o temprano les oirás cantar una canción popular de marineros que habla sobre la región de los lagos de Masuria.
“La canción enumera la cantidad de tesoros que mantenemos aquí”, dice Maciej Milosz, que es copropietario de una empresa de alquiler de barcas, “incluyendo montones de peces que capturar, setas salvajes que comer y bosques tan vastos como puedas imaginar”.
Extendiéndose a lo largo del noreste de Polonia a unos 200 kilómetros al norte de la capital, Varsovia, el distrito de los lagos de Masuria contiene unos 2000 lagos, muchos conectados por ríos y canales. Siempre popular entre los polacos de vacaciones, la región continúa siendo la quintaesencia de los simples placeres de la vida tradicional del campo.
Durante los meses de verano los lagos de Masuria se agitan con las embarcaciones, mientras los pueblos de vacaciones de Giz’ycko y Mikolajky con sus tejados rojos, se llenan de sombreros de paja y bañistas. Si prefieres la soledad, dirígete a los lagos de Nidzkie o Luknajno, reservas naturales libres de lanchas a motor, donde encontraras con facilidad un lugar tranquilo junto al agua. Pero no esperes estar solo. Las aguas azul marino atraen cormoranes, cisnes y ruidosas cigüeñas, mientras ciervos, alces, lobos, jabalíes salvajes y el escurridizo lince vagan por el bosque Pisz, un reducto de naturaleza prístina que tiempo atrás cubría gran parte del norte de Polonia. Todo eso se suma a los motivos por los que cantar. -Adam Robinski
Consejos de viaje
Cuándo ir: de junio a agosto para los deportes acuáticos y festivales; septiembre y octubre para el excursionismo y los colores del otoño.
Cómo moverse: Contrata una barca en Gizycko, el mayor puerto del distrito para recorrer los lagos a tu propio ritmo. Le Boat ofrece viajes en barca en los que puedes pilotar o capitaneados a bordo de barcos con dos o tres camarotes. Los itinerarios van desde 3 a 14 noches, y no se requiere ninguna licencia.
Alojamiento: Pregunta por una habitación orientada al lago en el Hotel Ryn, es castillo restaurado (y supuestamente hechizado) de os caballeros teutones en Ryn. La enorme fortaleza de cuatro alas, reconstruida tras un incendio en 1881, se encuentra entre los lagos de Rynskie y Olów. Camina hasta la playa del pueblo o nada en la piscina exclusiva para huéspedes, localizada en la cripta subterránea del propio castillo.
Comida y bebida: Las especialidades locales incluyen sielawa (corégono), un delicado pescado blanco servido ahumado o a la parrilla en la mayoría de los restaurantes. El orgullo culinario de Gizycko (ubicado entre los lagos de Kisajno y Niegocin) es el Sekacz, un pastel dulce enlazado, con forma de columna en espiral, horneado en espetón.
Compras: Las cigüeñas blancas vistas con frecuencia posadas en los pueblos de la zona han inspirado un montón de suvenires. Pequeñas tiendas y stands con frecuencia tienen esculturas folclóricas de cigüeñas. Algunas son pájaros regordetes que recuerdan a los pavos hechos de piñas, hilo y corteza.
Consejo cultural: Cuando estés paseando en canoa o navegando en los lagos, saluda a los navegantes que pasan a tu lado con un amistoso “¡ahoy!”.
Enlaces de utilidad: Poland Travel
Curiosidad: Durante abril y mayo, los cisnes blancos salvajes anidan en el lago Łuknajno, una reserva de la biosfera de la UNESCO.
15. Seychelles: generosidad y belleza
Nada podría alejar a Sherla Mathurin de su Seychelles de origen por mucho tiempo, ni tan siquiera la opulencia de Bahréin. La que fue chef de la realeza de Bahréin ahora dirige clases de cocina en su tierra, utilizando especias seleccionadas a mano, pargo pescado con caña y pulpo capturado esa misma mañana para crear aromáticos curris criollos y ensaladas de marisco. Las Seychelles claramente poseen su propia riqueza.
Localizado a 1700 kilómetros de la costa este de Kenia, en el océano Índico, el archipiélago de las Seychelles ofrece vistas tan exuberantes que pueden hacer que una reina se detenga en el camino, como hizo en 1972, la reina Isabel II en Mission Lodge, en la carretera de la montaña Sans Souci en la isla principal de Mahé, para tomar un té con las hermosas vistas.
Seis Parques Nacionales marinos fuertemente vigilados proporcionan refugio a especies amenazadas como la tortuga carey, los delfines de hocico largo y más de un millar de especies de peces. Encontrarás pichones azules de las Seychelles y otras especies endémicas en la reserva Valle de Mai Nature, patrimonio de la humanidad, en la isla de Praslin, la cual guarda semejanza con el mundo jurásico. Entre sus palmeras de grandes hojas se elevan cocos de mar, que producen las mayores semillas del mundo vegetal. Al igual que el Jardín del Edén, Seychelles presume de su belleza con desenfreno. –Lola Akinmade.
Consejos de viaje
Cuándo ir: De marzo a mayo, y de septiembre a noviembre para bucear; desde abril hasta octubre para avistamientos de aves; de mayo a septiembre para senderismo y surf; todo el año para navegar y practicar el snorkel.
Cómo moverse: Mahé, la mayor isla de las Seychelles, es el punto de entrada para los visitantes internacionales. Desde aquí viaja hasta Praslin y La Digue, las otras dos islas importantes del interior, en un barco de alta velocidad o por el enlace aéreo Air Seychelles (solo entre Mahé y Prasin). En Mahé y Praslín alquila un coche –conduce por la izquierda– o usa los autobuses públicos y los taxis. Alquila bicicletas en Praslin y La Digue. Para llegar a las pequeñas islas del interior y a las remotas islas del exterior, negocia el transporte con tu hotel o usa los servicios de vuelo chárter en helicóptero o avioneta.
Alojamiento: El nuevo H Resort Beau Vallon Beach, el cual abrió sus puertas en agosto de 2015, está a menos de 15 kilómetros del aeropuerto internacional de las Seychelles. Las 100 suites y villas tienen diferentes vistas y amenidades. Elige una villa para disponer de piscina privada. A corta distancia en un vuelo en helicóptero al noroeste de Mahé se sitúa la exclusiva Isla Norte. Este escondite privado es como haber encontrado el paraíso: 11 villas de lujo construidas a mano; tres playas; y un programa de conservación responsable entre otras cosas de haber reintroducido la tortuga gigante de Aldabra y otras especies endémicas de flora y fauna.
Comida y bebida: La cocina criolla de Seychelles es una mezcla embriagadora de estilos y sabores de África, China, Inglaterra, India y Francia. Los platos típicos incluyen frutipán, una superfruta del tamaño de una pelota de futbol, pescado a la parrilla, arroz y coco. Prueba platos populares como el tamarindo, un fruta parecida a una vaina de pulpa agridulce; Chatini, curry de coco y pescado; pudin de frutipán y pescado a la parrilla, o pulpo con jengibre, ajo y chiles picados.
Enlaces de utilidad: Seychelles Tourism y So Seychelles.
Curiosidades: El atolón de Aldabra, un grupo de cuatro grandes islas de coral en las Seychelles, son el hogar de la mayor población de tortugas carey gigantes del mundo. Más de 10.000 de esas tortugas viven en el atolón, el cual es el único hábitat que les queda. Una tortuga carey puede llegar a pesar hasta 250 kilos y su coraza medir hasta 1,2 metros de longitud.
16. Islas de Tangier y Smith, Bahía de Chesapeake: las históricas comunidades de una América de antaño
En medio de la baja Bahía de Chesapeake, casi mirándose la una a la otra en la línea divisoria de los estados de Virginia y Maryland, se asientan amenazadas y remotas comunidades de doscientos años de antigüedad.
Ambas, la Isla de Smith en Maryland y la Isla de Tangier en Virginia, fueron cartografiadas por primera vez por el capitán John Smith en 1608. Colonos ingleses y galeses eligieron mayoritariamente la isla de Smith, mientras que nativos del West Country de Inglaterra fueron a Tangier. Los residentes de las dos islas mantienen dialectos antiguos únicos, procedentes de sus ancestros y preservados por el aislamiento. Los barqueros locales han vivido de las ostras de la bahía, los cangrejos y el pescado durante casi 200 años. Los nombres de sus familias resuenan a lo largo de las islas: Evans y Tylen en Smith; Parks, Pruitt y Crockett en Tangier.
Aquí la vida pasa despacio y con mayor calma que en el continente. Incluso con los ferris regulares, estos son lugares apartados: pocas tiendas, casi no hay coches, y no hay bares (tanto Tangier como Smith son lugares abstemios). Los isleños constituyen un grupo duro e independiente: los muchachos de Tangier se negaron a formar parte de la confederación por la esclavitud, mientras que el pueblo de Rhodes Point, en la isla de Smith, llegó a ser conocido como “Lugar de Granujas” debido a los piratas que operaban desde allí.
Los visitantes pueden explorar a pie, en bicicleta (se pueden alquilar en la isla) y en barca. Las dos islas ofrecen alojamiento en unos pocos B&B y se enorgullecen de la distintiva cocina local. La tarta de la Isla de Smith, hecha apilando varias capas, es el postre oficial de Maryland, mientras que en Tangier se declaran la capital del cangrejo de caparazón blando.
Con sus costas expuestas a la erosión y a la explosión de tormentas, estas dos islas pantanosas “perdidas en el tiempo” puede que se estén quedando sin tiempo. Aun así los isleños pelean por aferrarse y aguantar tanto como puedan en sus pequeñas y vulnerables casas. – Stephan Blakely
Consejos de viaje
Cuándo ir: Desde mediados de mayo hasta septiembre para la temporada de cangrejo blando y servicios diarios de ferry.
Cómo moverse: Toma el ferry para llegar a alguna de las islas y contrata un transporte para moverte entre ellas. Fuera de temporada, de octubre a abril, hay ferris, pero mucho menos frecuentes. Los ferris para Smith parten de Crisfield, Maryland, y van hasta Ewell, uno de los dos pueblos en la parte norte de la isla, o Tylerton, en la parte sur. En Ewell, camina o alquila un cochecito de golf o una bicicleta. Desde aquí, se recorren unos 3 kilómetros hasta el pueblo vecino, Rhodes Point. Tylerton está separado del resto de la isla por el riachuelo Tyler. Para llegar a Tangier toma el ferry desde Crisfield, o desde Onancock o Reedville, Virginia. Se puede recorrer a pie fácilmente la isla, o puedes alquilar un cochecito de golf o una bicicleta en el Four Brithers Crab House & Ice Cream Deck.
Alojamiento: El Smith Island Inn en Ewell es un bed and breakfast cómodo con tres habitaciones de invitados. La tarifa incluye el uso de bicicletas, canoas y kayaks. En Tangier, el Bay View Inn tiene dos habitaciones para huéspedes en la casa principal histórica, además de dos pequeñas cabañas y siete habitaciones de motel. Las tarifas incluyen el desayuno diario bajo pedido y transporte en cochecitos de golf entre el hotel y el ferry.
Comida y bebida: En Fisherman’s Corner, prueba los cangrejos blandos azules, preparados al estilo de Tangier (empanados, especiados y fritos), como entrante o en un sándwich con pan blanco. Si no es temporada de cangrejos blandos, pide el pastel de cangrejo frito del Tío Frank: dos trozos de cangrejo azul de la Bahía de Chesapeake fritos en la sartén hasta estar dorados.
Compras: En la panadería de Smith prueba un trozo de la receta original de la tarta de la Isla de Smith: diez capas de bizcocho húmedo amarillo y glaseado de caramelo que se derrite en la boca. Compra una tarta entera en la panadería para llevar contigo o haz que te envíen por mensajería.
Consejo cultural: los isleños viven con un pié en el agua. Sigue su ejemplo alquilando un barco o kayak,, o haciendo un tour con un capitán de Tangier.
Enlaces de utilidad: Visit Smith Island, Smith Island Cultural Alliance, Somerset County Tourism, y Eastern Shore of Virginia Tourism
Curiosidad: Durante la Guerra de 1812, Tangier fue refugio de unos 1.000 esclavos. La isla estaba controlada por los británicos, que habían prohibido la esclavitud en sus territorios, y por ello se les consideró como individuos libres en el Imperio británico. Cuando los británicos evacuaron la isla en 1815, los antiguos esclavos se mudaron a colonias en Canadá y el Caribe.
17. San Diego/Tijuana: el paso fronterizo más cool
Considera esta historia de dos ciudades, separadas por la frontera en tierra más ajetreada en el mundo occidental. A un lado San Diego, con 112 kilómetros de costa arenosa, un zoo pionero, una cultura del teatro con numerosos premios Tony y el clima del sur de California. Al otro lado, a unos 27 kilómetros al sur, está Tijuana, una ciudad mejicana marcada por décadas de tráfico de drogas.
Sin embargo, al igual que en San Diego ha crecido su buena fe cosmopolita, Tijuana, con casi tanta población, está dando la vuelta y mostrando una nueva cara. Las drogas todavía viajan al norte, pero la violencia del cartel ha bajado y está creciendo el turismo. San Diego se ha dado cuenta: el Museo de Arte Contemporáneo de San Diego exhibe obras de pintores del sur de la frontera como Álvaro Blancarte y agota las entradas para los dos viajes anuales a los estudios de artistas y galerías de Tijuana. El New York Times ha homenajeado el menú del restaurante “Baja-Med” del chef de Tijuana Javier Plasencia en Misión
19. En julio, Plasencia ha abierto Bracero Cocina de Raíz en el barrio Little Italy de San Diego.
Consejos de viaje
Cuándo ir: Todo el año, excepto desde medianos de mayo hasta principios de julio (para evitar lo que se conoce como el gris junio, tiempo nublado, frio y gris).
Cómo moverse: Monta en San Diego en el tranvía de la ruta azul desde el centro de la ciudad hasta la última parada en San Ysidro. Cruza a pie el puente peatonal que lleva hasta el paso fronterizo de Tijuana (se requiere pasaporte). En el lado mexicano, sigue el paso elevado sobre la autopista. Desde aquí, camina o toma uno de los taxis rojos y negros registrados hasta la avenida Revolución, la calle principal de Tijuana.
Alojamiento: El hotel Lafayette Swimming Club & Bungalows en San Diego es una reinvención retro-chic de un escondite de Hollywood de los años 1940 (Bob Hope era un huésped habitual, y Johnny Weissmuller –el Tarzán Clásico– diseñó la piscina). De las 131 habitaciones y suites, los 8 bungalós ofrecen la mayor privacidad, y las suites Suze (con literas y paredes de pizarra en una única zona) son la mejor opción para las familias.
Comida y bebida: Lleva dinero en efectivo y únete a la cola fuera de Las Cuatro Milpas en San Diego para probar comida casera de estilo mexicano (como tacos de cerdo enrollados a mano y chorizo con huevos). Desde 1933 la misma familia ha regentado esta cafetería hecha en un agujero en la pared, un sitio destacado en el barrio Logan.
Compras: Make Good en el vecindario South Park de San Diego vende exclusivamente productos hechos por artistas locales y de Tijuana. La selección va rotando y puede incluir joyas únicas, cuadernos cosidos a mano y tablas de cortar hechas con madera de calidad de la zona.
Consejo cultural: Para ver Tijuana más como un local (a la moda), reserva un tour privado de cuatro, seis u ocho horas con Turista Libre. Los tours comienzan en el lado estadounidense de la frontera e incluyen un viaje de ida y vuelta en un bus escolar y un guía local en Tijuana.
Enlaces de utilidad: San Diego Tourism, Visit Mexico, y Turista Libre
Curiosidades: Cuando se aprobó la ley de exclusión de China en 1882 que suspendió la inmigración desde China hacia los Estados Unidos, muchos chinos eligieron asentarse a lo largo de la frontera en México. La ciudad capital de Baja, Mexicali, en particular, es conocida por su herencia chino-mejicana y su distintiva cocina chino-mexicana. En docenas de restaurantes chinos en la ciudad, las recetas suelen incorporar ingredientes como aguacate, chiles, jícama y carne de taco.
18. Uruguay: Sudamérica bajo el radar
Pese a pasar siempre inadvertido, Uruguay ha recibido atención recientemente gracias en parte a las formas poco ortodoxas de su presidente desde el 2010 hasta el 2015, José Mújica, quien vivía en una casa destartalada en una carretera polvorienta y donó gran parte de su sueldo a la caridad. La atención es merecida: el segundo país más pequeño de Sudamérica, empequeñecido por los gigantescos Brasil y Argentina a su alrededor, se encuentra en un oasis de estabilidad.
Siguiendo las modas, una gran cantidad de personas procedentes de muchos países abarrotan las playas, los alojamientos de lujo y los lugares artísticos de Punta del Este. Al este, los humedales se extienden hasta la costa atlántica de Brasil, destacando la Reserva de la Biosfera de Bañados del Este, hogar de más de cien especies de aves. Además encontramos la colonia del siglo XVII de Sacramento, lugar Patrimonio de la Humanidad debido a la fusión de arquitectura española y portuguesa en su casco histórico.
Montevideo, donde vive aproximadamente la mitad de sus 3,3 millones de habitantes, es la “capital más tranquila de América Latina, tanto si estás dando un paseo por el Río de la Plata o buceando en la boutique de un museo,” dice la novelista y cineasta Carolina De Robertis. Aquí destacan el casco antiguo colonial y el Museo de Carnaval repleto de disfraces.
Puede que Uruguay nunca destaque entre las sombras de sus vecinos, pero para un lugar donde los billetes tienen los retratos de artistas y escritores en lugar de generales y almirantes, puede que sea algo bueno. – Wayne Bernardson
Consejos de viaje
Cuándo ir: octubre y noviembre (mediados y finales de la primavera) y marzo y abril (principios a mediados del otoño) para ver menos turistas y temperaturas más suaves. De diciembre a febrero (verano) es temporada alta.
Cómo moverse: Vuela directamente al Aeropuerto Internacional de Carrasco en Montevideo, o toma un tren de alta velocidad desde Buenos Aires hasta la Colonia de Sacramento o hasta Montevideo. Usa los autos de remise (radio-taxis) y los buses locales en las ciudades. Autobuses de larga distancia parten de la terminal Tres Cruces de Montevideo, parte centro comercial y parte estación de bus. Tours para grupos reducidos y viajes a medida pueden solicitarse a través de las empresas de viajes de Uruguay, como SouthAmerica.travel o Southern Explorations.
Alojamiento: Juega a ser un gaucho en El Charabón, una estancia de agroturismo de nueve habitaciones (un rancho) localizado en Sierras de Rocha al este de Uruguay. El precio incluye paseos a caballo con guía, comidas diarias y la oportunidad de intentar marcar al ganado, ordeñar y otras tareas del rancho. El rancho ganadero familiar está localizado a unos 80 kilómetros al noroeste de Punta del Este, cerca de la costa atlántica.
Comida y bebida: Comienza el día con el mate matutino, la sencilla bebida amarga hecha preparando en infusión las hojas y los tallos de la planta mate. El mate se prepara tradicionalmente en una calabaza vaciada o una taza, normalmente de madera o cerámica, y se sorbe mediante una “bombilla”, una pajita de metal. Los uruguayos llevan normalmente un termo con agua caliente para poder preparar mate en cualquier parte (incluyendo en la playa) a cualquier hora.
Compras: Cucharas de Manos del Uruguay y lana teñida, seda y ovillos de hilo producidos por una cooperativa de artesanos rurales. Cada madeja contiene una etiqueta con el nombre de la artesana que lo produjo y su cooperativa. Ovillos, ropa, cerámica y otros productos hechos a mano se venden en las tiendas Manos del Uruguay en Montevideo, Colonia y Punta del Este.
Enlaces de utilidad: Uruguay Tourism
Curiosidad: el Himno Nacional de Uruguay es el más largo del mundo. Tiene 11 versos y también se conoce como "Orientales, ¡la Patria o la Tumba!". Cantarlo lleva un total de 5 minutos.
19. Winnipeg, Canadá: un pequeño destello en la pradera
Winnipeg, la capital de Manitoba, no suele aparecer en los rankings. Esta metrópolis multicultural y políglota de 800.000 habitantes, llamada cariñosamente la Peg por los locales, saltó a las pantallas de internacionales en 2014 cuando el Museo Canadiense para los Derechos Humanos abrió sus puertas aquí, y de nuevo el verano pasado cuando se disputó la Copa del Mundo Femenina de la FIFA.
Plantada a medio camino entre las costas atlántica y pacífica de Canadá, Winnipeg es una breve parada en los viajes por carretera y tren a lo largo del país. Los entusiastas de los osos polares y las ballenas beluga lo conocen como el punto de partida de sus viajes hacia el norte en dirección a Churchill. Pero su ciudad en la pradera sin pretensiones se demuestra merecedora de algo más que un vistazo desde la ventanilla del tren.
Las 30 manzanas del distrito financiero de Winnipeg resuenan con salas de conciertos, galerías, restaurantes y boutiques. El invierno trae consigo temperaturas que hielan los huesos, pero no detienen a los habitantes de Winnipeg a la hora de patinar el río Rojo congelado, aplaudir a los ganadores de la competición anual de refugios de invierno, o acercarse a St. Boniface, el barrio francés de la ciudad, para el Festival du Voyageur, uno de los muchos festivales de la ciudad.
“Me encanta La Peg,” dice Martina Hutchiston, asistente en el Museo de Manitoba. “Pero no me gusta presumir mucho de ella porque no quiero que crezca demasiado.” – Kimberley Lovato
Consejos para el viaje
Cuándo ir: De junio a septiembre para ver los mercados ecológicos y los conciertos al aire libre y eventos como el Festival de Folk de Winnipeg; de diciembre a marzo para patinar y deslizarse en tobogán por el Parque Glaciar Ártico de Invierno.
Cómo moverse: Usa el eficiente sistema de autobuses públicos. Las rutas conectan el aeropuerto con el centro (desde las 5:50 a.m. hasta las 12:49 a.m.), donde puedes montar en el Downtown Spirit, que es gratuito. Este servicio de transporte diario tiene tres rutas y para cerca de restaurantes, zonas de tiendas y otras atracciones importantes del centro de la ciudad. Usa la aplicación Transit Navigo para ayudarte a planificar cualquier desplazamiento en bus.
Alojamiento: El Alt Hotel de 20 plantas, que ha abierto sus puertas en abril del 2015, es sin duda una de las más llamativas novedades del centro. Situado cerca del distrito financiero y al otro lado de la calle del MTS Centre, el mayor complejo deportivo y de entretenimiento de la ciudad, las 160 habitaciones del Alt Hotel son una mezcla de estéticas ultramodernas y minimalistas. La instalación artística en la recepción incluye más de 2000 fotografías del fotógrafo de Winnipeg, Bryan Scott, y tanto habitaciones como zonas comunes tienen muros de cemento desnudo y luz natural.
Comida y bebida: Cuando el chef de Vancouver Wayne Martin se trasladó a Winnipeg en 2015 para abrir el Capital Grill and Bar, se trajo consigo un menú inspirado en la costa oeste. El resultado ha sido una bendición para los habitantes del interior con antojo de platos de marisco fresco como el fletán maridado en cerveza y patatas fritas, el pastel de cangrejo de Dungeness y los mejillones al vapor con patatas fritas. El restaurante abre en horario de comidas y cenas y cierra los lunes.
Compras: Artesanos de primer nivel hacen, exponen y venden sus piezas originales –incluyendo mukluks hechos a medida, focas de esteatita talladas a mano y tambores de cuero– en Cree-ations, un estudio de artistas familiar y tienda con dos locales en Winnipeg.
Enlaces de utilidad: Tourism Winnipeg, Downtown Winnipeg BIZ y Travel Manitoba
Curiosidad: Una antigua tradición nupcial en Winnipeg es la “social Maitoba,” una fiesta colectiva prenupcial para los novios. Muchos eventos sociales siguen la misma fórmula: alquila un salón, vende entradas y mete tanta gente como puedas para bailar, beber, apostar premios o comprar rifas, para recolectar un montón de dinero para la pareja feliz.
20. Isla Georgia del Sur: el reino salvaje en el Atlántico sur
En el banco de roca, cientos de miles de ruidosos pingüinos rey se reúnen en un mosaico de puntos en blanco y negro a lo largo de las pobladas praderas. Entre ellos, cachorros de lobos marinos ladran, elefantes marinos de dos toneladas corren torpemente hacia las olas y albatros patrullan desde el aire por encima de los acantilados de pizarra gris y los glaciares que llegan hasta el océano.
Bienvenidos a la isla de Georgia del Sur, una extensión de 160 kilómetros de montañas que se alzan en el Atántico sur, 2.090 kilómetros al este de Ushuaia. “Es una sobrecarga sensorial completa”, dice Eric Wehrmeister, cámara de Lindblad en las expediciones de Natonal Geographic, uno de los pocos barcos de pasajeros que visitan esta remota isla. Georgia del Sur fue la tierra prometida para el explorador naufragado Ernest Shackelton y su tripulación, quien hace cien años navegó a lo largo de 1.287 kilómetros en uno de los mares más inhóspitos de la tierra en un bote salvavidas para encontrar ayuda ahí.
Este territorio de ultramar británico sigue siendo hoy en día accesible únicamente en barco, el crucero de cinco días desde Ushuaia es extenuante, con temperaturas de 6 grados bajo cero durante el verano. Pero reúne el valor y verás montañas que nunca han sido escaladas, ballenas poco habituales –como el híbrido entre ballena fin y azul– e inquisitivos pingüinos que llegan a la altura de la cintura en uno de los únicos lugares que permanecen tan salvajes como cuando exploradores como Shackelton todavía estaban rellenando zonas en blanco en el mapa. – Kate Siber.
Consejos de viaje
Cuándo ir: De octubre a marzo (primavera y verano australes).
Cómo moverse: Un número muy limitado de operadores, incluyendo National Geographic Expeditions y Quark Expeditions, ofrecen viajes de varias semanas a Georgia del Sur, las islas Falkland y la Antártida. Se viaja en un pequeño barco preparado para expediciones sobe hielo. Dependiendo del clima y las condiciones del mar, las actividades pueden incluir excursiones en zodiac o kayak en el mar y senderismo.
Alojamiento: No hay alojamientos para pasar la noche en Georgia del Sur. Los pasajeros duermen a bordo del barco. Los camarotes y las instalaciones varían en función del barco. El National Geographic Explorer tiene 81 camarotes, todas con vistas al exterior y baños privados. La flota de Quark Antarctic incluye el Ocean Diamond, un súper yate con 101 camarotes con vistas al exterior y suites.
Comida y bebida: Las tarifas de las expediciones normalmente incluyen las comidas dentro del barco. Para una comida antes del crucero en Ushuaia, coge un taxi montaña arriba hasta Chez Manu para una cocina de inspiración francesa. En el menú aparecen platos con ingredientes locales como el cangrejo rey y el cordero de la Patagonia.
Enlaces de utilidad: Government of South Georgia & the South Sandwich Islands y South Georgia Museum.
Curiosidad: En 1912 había siete puertos de caza de ballenas en Georgia del Sur, siendo la isla la “capital en el sur de la caza de ballenas”. Las primeras flotas de cazadores de ballenas incluían a un numeroso contingente de zulús de Suráfrica, muchos de los cuales habían trabajado en puertos balleneros de Natal y Angola. Otros trabajadores de descendientes africanos incluían polizones de Cabo Verde. La historia de las conexiones entre Georgia del Sur y África se muestra en una nueva exposición en el Museo de Georgia del Sur.