¿Por qué nos mareamos en los viajes y cómo podemos evitarlo?

Viajar en barco, en coche o incluso a través de la realidad virtual puede provocar náuseas a algunas personas. Los expertos opinan sobre qué hacer al respecto.

Por Jennifer Barger
Mareo durante un viaje en coche

Vistas temblorosas como ésta durante un viaje en coche en Londres, Inglaterra, son familiares para los que sufren mareos, una plaga común para muchos viajeros.

Fotografía de Patrick Zachmann, Magnum

Para algunos viajeros, un paseo en catamarán por Oahu (Hawai, Estados Unidos) o en camello por el desierto de Marruecos no es una experiencia vacacional envidiable. Es un encuentro con náuseas, mareos y sudores fríos.

Este tipo de mareo puede afectar a casi todo el mundo, incluidos niños y perros. Los estudios sugieren que más de la mitad de las personas que viajan en automóvil sufren mareos. Encuestas recientes realizadas a miembros de la Armada india, pescadores islandeses y biólogos marinos de Carolina del Sur (Estados Unidos) indican que hasta el 80% de las personas que trabajan en barcos se marean alguna vez.

"Ahora estamos viendo incluso el mareo cibernético, con gente que mira el móvil cuando va en coche o se pone gafas para ver una película en 3D", dice Andrea Bubka, profesora de psicología de la Universidad Saint Peter de Nueva Jersey (Estados Unidos), que ha estudiado a fondo el mareo por movimiento.

A continuación se explica por qué se produce el mareo y qué pueden hacer los viajeros para evitarlo.

Causas

Los científicos no están seguros de por qué algunas personas sienten náuseas nada más subir a un barco, mientras que otras pueden leer alegremente novelas largas mientras viajan en el asiento trasero de un coche. Pero tienen algunas teorías.

Muchos estudiosos creen que el mareo está causado por un conflicto sensorial, una discrepancia entre lo que la gente ve y lo que su cuerpo experimenta. "Los seres humanos no evolucionaron para viajar en transbordadores espaciales o utilizar videojuegos de realidad virtual", afirma Marcello Cherchi, neurólogo de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern.

El conflicto sensorial se produce cuando el cuerpo siente el oleaje de un transbordador o el movimiento trepidante de un autobús que serpentea por las montañas y los ojos, los oídos y otros sentidos no se ponen a la altura. Esto provoca síntomas como sequedad de boca, mareos, malestar estomacal o un fuerte dolor de cabeza.

Sin embargo, otros científicos creen que las personas se marean porque no cambian instintivamente su forma de sentarse, levantarse o caminar en un medio de transporte en movimiento. Esa desconexión hace que te sientas mal. 

Patricia Cowings (de pie), psicofisióloga estadounidense

Patricia Cowings (de pie), psicofisióloga estadounidense que ha estudiado a fondo el mareo por movimiento, trabaja con un sujeto de pruebas.

Fotografía de HUM Images, Universal Images Group, Getty Images

Uno de los mayores defensores de esta "teoría de la estabilidad postural" es Tom Stoffregen, profesor de kinesiología de la Universidad de Minnesota. "En un barco o en un avión, hay que aprender a moverse de otra manera, como los marineros, que al cabo de unos días ya tienen 'piernas de mar'", dice. "La clave está en el control físico del cuerpo, y algunos individuos se adaptan más rápido que otros".

La genética también podría influir. Un estudio de 2015 sobre 480 000 clientes de la empresa de análisis de ADN 23andme identificó 413 marcadores genéticos (muchos relacionados con el equilibrio o el desarrollo ocular, auditivo y craneal) que podrían predisponer a un individuo al mareo.

Prevenir el mareo 

La forma más sencilla de combatir el mareo es evitar que se produzca. Hidrátate y mantén el aire fresco mientras viajas, ya sea abriendo una ventanilla en el coche, encendiendo la rejilla de ventilación encima de ti en el avión o dirigiéndote a la cubierta en un crucero. 

"Y ten cuidado con lo que comes cuando viajas", dice Bubka. Cualquier cosa que te provoque malestar estomacal en tierra firme, desde comer demasiado (o demasiado poco) hasta beber cantidades excesivas de alcohol o cafeína, podría verse amplificada por el movimiento. 

"Haz todo lo que puedas para asegurarte de que tu vista no está obstruida", dice Natascha Tuznik, médico especialista en medicina del viajero de la Universidad de California Davis. "Mira al horizonte si estás en alta mar y siéntate en el asiento delantero del coche donde puedas ver la carretera y lo que se acerca". Observar de cerca lo que se avecina ayuda a tus ojos y oídos internos a sincronizarse más rápidamente con otras funciones corporales.

Evitar los desencadenantes y el entrenamiento contra las náuseas

Algunas investigaciones sugieren que realizar ejercicios físicos o mentales podría ayudar a los seres humanos a entrenarse para marearse menos. El Método Puma, desarrollado por un médico militar de vuelo para atender a pilotos mareados, utiliza estiramientos similares al yoga y movimientos angulares para crear un condicionamiento contra las náuseas. Un estudio realizado en 2020 en la Universidad inglesa de Warwick descubrió que, tras realizar ejercicios de entrenamiento visoespacial de 15 minutos (encontrar objetos ocultos en puzles, doblar papel), muchos sujetos no se mareaban cuando los llevaban en coche. 

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    Viajeros caminan por una estación de metro de Nueva York en 2017

    Viajeros caminan por una estación de metro de Nueva York en 2017. Cualquier medio de transporte (desde trenes a aviones o barcos) puede provocar cinetosis a los seres humanos.

    Fotografía de John Taggart, Redux

    "La ventaja es que estos enfoques no requieren medicación", dice Cherchi. "La desventaja es que pueden acarrear molestias considerables, al menos al principio".

    Las personas propensas al mareo también pueden "evitar los desencadenantes", alejándose de las actividades que les producen bilis. Si los viajes largos en autobús te ponen el estómago del revés, alquila un coche y siéntate delante o conduce tú mismo. Los propensos a marearse deberían hacer cruceros fluviales de aguas tranquilas o elegir buques oceánicos más grandes, con paseos más suaves. 

    (Relacionado: El uso constante de las redes sociales puede provocar «cibermareo»)

    La medicación (o los artilugios) pueden ayudar

    ¿Otra forma de combatir las náuseas relacionadas con los viajes? Utilizar un medicamento contra el mareo de venta libre o un parche de escopolamina recetado por el médico (que suele ponerse detrás de la oreja). Ambos son anticolinérgicos, que bloquean e inhiben el sistema nervioso central para crear un efecto calmante en los músculos del estómago y los intestinos.

    Sin embargo, estos medicamentos sólo funcionan si se utilizan poco tiempo antes de zarpar o embarcar en ese vuelo. Estos fármacos también pueden aturdir, y muchas personas tienen problemas de salud que impiden su uso. Stoffregen aconseja a los viajeros que no quieran tomar pastillas que prueben el jengibre masticado o las pastillas de jengibre. "Hay pruebas bien documentadas de que un poco de jengibre puede reducir significativamente las náuseas", afirma.

    Múltiples artilugios prometen ayudar con el mareo. Las pulseras con puntos de presión, que se basan en los principios de la acupresión, están disponibles en modelos que van desde los más económicos y básicos hasta los más tecnológicos y caros. Al inicio de la década de 2020, salieron al mercado unas gafas contra las náuseas de aspecto estrafalario, con montura rellena de líquido y cuatro lentes redondas sin cristal. La idea es que el líquido de las gafas se desplace con el movimiento, creando un horizonte artificial. 

    Aunque muchos usuarios afirman sentirse mejor al utilizar estos dispositivos en aviones, trenes y automóviles, los estudios aún no han demostrado su eficacia. "Aun así, si se trata de un efecto placebo y no te pones enfermo, no me importa la ciencia", dice Stoffregen; "es dinero bien gastado".

    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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