Descubierto un cementerio nativo americano sumergido de 7.000 años de antigüedad
En un descubrimiento sin precedentes, los arqueólogos han identificado un yacimiento donde los pueblos prehistóricos enterraron a sus muertos, ahora sumergido bajo el agua.
Venice, en Florida, es la capital no oficial de la caza de fósiles. Los buceadores y los bañistas acuden a esta ciudad en la costa del Golfo, la mayoría en busca de dientes de megalodones, la enorme especie de tiburón que se extinguió hace 2,5 millones de años. En el verano de 2016, un buceador que buscaba dichas reliquias se encontró con una mandíbula en una zona poco profunda de Manasota Key. Dejó los restos sobre un plato de papel en su cocina un par de semanas antes de darse cuenta de que era un hueso humano.
El buceador envió una foto al Bureau of Archaeological Research, imagen que fue a parar a las manos de Ryan Duggins, el supervisor de la institución. Un molar seguía pegado a la mandíbula y las cúspides del diente estaban desgastadas, probablemente de una dieta a base de comida dura. «Eso es un indicador de que teníamos un individuo prehistórico», explicó Duggins.
Con un equipo de arqueólogos subacuáticos, Duggins localizó el lugar a unos 275 metros de la orilla y a más de 6 metros de profundidad. En el lecho marino vieron un brazo roto. A continuación, cuando vieron un montón de estacas de madera talladas y tres fragmentos diferentes de cráneos en una depresión, Duggins se dio cuenta de que podría ser un cementerio nativo americano que había quedado inundado tras el aumento del nivel del mar y que se había conservado de forma milagrosa.
En 2017, el equipo llevó a cabo excavaciones minuciosas y descubrió restos orgánicos, entre ellos más huesos humanos, así como estacas de madera afiladas y fragmentos de tela. La datación por radiocarbono de la madera indica que el yacimiento se remonta a hace 7.000 años, cuando los cazadores-recolectores de Florida empezaron a establecerse en asentamientos permanentes. Hasta ahora los investigadores han contado al menos seis conjuntos individuales de huesos humanos, pero «es probable que haya muchos más», afirmó Duggins, añadiendo que el yacimiento podría extenderse sobre una superficie de 4.000 metros cuadrados.