Dos bonobos «juegan al avión» en el zoo de Cincinnati
Algunos estudios han demostrado que los bonobos son más amistosos y menos agresivos que sus parientes los chimpancés.
Un guarda del zoo de Cincinnati observó a dos bonobos jugando de una forma que casi cualquier humano podría reconocer. Zeke, un macho de siete años, estaba «jugando al avión» con un bonobo de dos años llamado Bo.
Su cuidador, Jeremy Phan, grabó un vídeo en el que aparece Bo balanceándose sobre las patas de Zeke. Zeke mueve la pierna moviendo a Bo arriba y abajo. Zeke también alarga la mano y da palmaditas en la espalda de Bo.
«Zeke empezó a hacerle cosquillas», afirma Phan. No se oye en el vídeo, pero Phan dice que Bo estaba riéndose. Su risa es más grave y jadeante que la de los humanos. En algunos fotogramas se puede ver a Bo sonriendo con los labios hacia arriba y las encías al descubierto.
Es la primera vez que Phan los ha visto mostrar este comportamiento, pero jugar es algo que ha observado con frecuencia en los 12 bonobos del zoo. Es un componente importante de la estructura social de los animales.
«Refuerza su relación en la sociedad», explica. «Los ves jugando a todas las edades, sean del sexo que sean». Los ha observado mostrando un comportamiento afectivo para resolver conflictos o tensiones. «Parece que son más de hacer el amor y no la guerra», añade.
De hecho, los bonobos son conocidos por ser más pacíficos que sus parientes, los chimpancés comunes. Tienen una estructura social matriarcal que, según Phan, es relativamente igualitaria.
Los cuidadores no suelen ver manifestaciones de agresividad. «La mayoría de las veces que vemos agresividad, es cuando vemos a un macho metiéndose demasiado con las crías», explica. Las hembras suelen unirse para ahuyentar al macho.
Aunque los bonobos suelen jugar entre ellos, no es inusual que se enfaden o que sencillamente no estén de humor. Phan señala que en este aspecto son similares a los humanos. Y no es la única similitud con los humanos. Algunos estudios han probado que los bonobos comparten el 99 por ciento de nuestro ADN, lo que los convierte en la especie más cercana a nosotros, junto con los chimpancés.
En cambio, los chimpancés tienen un comportamiento bastante diferente. Se organizan en sociedades patriarcales y no son muy amables con los desconocidos. Un estudio de 2010 descubrió que incluso asesinan por el territorio.
Un estudio de 2016 determinó que los bonobos son todo lo contrario. Acogen a desconocidos en su grupo y comparten la comida más fácilmente. Los científicos creen que esto podría atribuirse al menos parcialmente al hecho de que se les da muy bien leer señales emocionales y comunicarse entre ellos.
El zoo de Cincinnati dice en su página web que no muchos zoos estadounidenses tienen bonobos. Muchos de los que hay en Ohio proceden del zoo de San Diego, como parte de un programa de cría.
La República Democrática del Congo es el único país donde todavía existen bonobos salvajes. Allí, la especie se encuentra en peligro de extinción por las amenazas que suponen la caza furtiva y la pérdida de hábitat.