La rara interacción de un león con un pangolín

Esto es lo que ocurre cuando un superdepredador intenta hincarle el diente a una bola de escamas impenetrable.

Por Jason Bittel
Publicado 18 ene 2019, 15:42 CET
La rara interacción de un león con un pangolín

Con caninos de 10 centímetros y una mandíbula capaz de generar 4450 newtons de fuerza, los mordiscos de león son algo que todo animal prefiere evitar.

Pero los pangolines no son un animal cualquiera. Aunque estas criaturas pesan 4,5 kilogramos, están cubiertas de pies a cabeza en una armadura natural, una red de escalas superpuestas compuestas de una proteína dura llamada queratina.

Cuando un gran depredador se acerca, un pangolín no necesita huir ni luchar. Lo único que tiene que hacer es convertirse en una bolita impenetrable.

Y esto es exactamente lo que un guía de Safari Live presenció a principios de este mes durante un trayecto nocturno por la reserva nacional de Masái Mara, en Kenia.

«Cuando está enrollado, no hay ningún lugar donde los leones puedan hincar el diente», afirma Tristan Dicks, que descubrió al dúo. «Esto, junto a la lluvia de aquella noche, volvieron la superficie demasiado resbaladiza como para que el león causara algún daño».

Aunque este león en particular se rindió tras dar vueltas con la pata a la bola que era el pangolín de Temmick, Dicks sostiene que los depredadores son capaces de sacar lo mejor de sus presas de vez en cuando. Las crías de pangolín, cuyas escamas no están endurecidas del todo, son especialmente vulnerables.

Un encuentro insólito

Dicks lleva una década siendo guía profesional y dice que solo ha observado pangolines salvajes ocho veces. ¿Y una interacción entre un león y un pangolín? Nadie ha visto eso.

«Esto, junto a una manada de leones en el Mara, es un avistamiento que se produce una vez en la vida», dice.

Dan Challender, director del Grupo de Especialistas en Pangolines de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, explica que los pangolines son bastante difíciles de ver, en parte, porque sus poblaciones son bajas por naturaleza.

Por esta rareza, Challender afirma que no se sabe con qué frecuencia interactúan leones y pangolines. Sin embargo, hay pruebas de que los leones asiáticos depredan de vez en cuando pangolines indios en el parque nacional de Gir, en la India.

«Las escamas les aportan una buena protección y los pangolines salen ilesos de las interacciones con leones», afirma Challender.

Thandiwe Mweetwa, exploradora de la National Geographic Society y bióloga de fauna silvestre del Programa de Carnívoros de Zambia, describe el vídeo como un avistamiento asombroso.

«Paso horas y horas en el bosque, siguiendo leones y documentando la selección de presas y la conducta de caza, pero nunca he visto un león cazando un pangolín», afirma Mweetwa.

«Creo que el león joven quería probar suerte».

Pangolines en peligro

Aunque las escamas de pangolín resisten claramente los ataques de un león, hay un depredador contra el que estos pequeños tanques no han desarrollado una defensa.

Las ocho especies, presentes en el África subsahariana y el Sudeste Asiático, figuran ahora en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN.Los pangolines se consideran el mamífero más traficado del mundo, por la creencia de que sus escamas poseen propiedades medicinales.

«Ver al animal más traficado del mundo es algo indescriptible», afirma Dicks.

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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