El futuro de las especies de atún del Atlántico, en grave peligro por la pesca indiscriminada
Arranca en Dubrovnik la 21ª reunión de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico, donde serán fijadas las capturas permitidas para 2019.
Tras varios meses de investigación en España, Francia, Portugal, Malta e Italia, la Europol y la Guardia Civil destaparon el pasado mes de octubre una red multinacional de crimen organizado de atún. Tras detener a 79 personas que traficaban con más de 2.000 toneladas de atún al año, los expertos aseguran que esta investigación apunta a que Europa mueve de forma ilegal el doble de la cantidad total de atún vendido legalmente, cuyo valor superaría los 12 millones de euros al año, según WWF.
Esta semana, la capital croata se convierte en el escenario de decisión del futuro de esta especie tan amenazada por el contrabando, y son diversas las organizaciones medioambientales que piden a la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Rojo Atlántico (ICCAT, por sus siglas en inglés) que no incremente la cuota hasta que no se adopten medidas de protección eficaces que incluyan protección sobre la pesca y el tráfico ilegal.
La pesca del atún rojo está sometida a los límites de la ICCAT, por lo que este año se espera que el debate de la reunión en Dubrovnik gire en torno a la investigación que destapó la red ilegal en Europa. “La trama, implantada en la cuenca mediterránea, involucraría presuntamente a empresas españolas, francesas, puertos italianos y granjas de engorde de atún en Malta”, afirma WWF, que asegura que “el hecho de que durante años se hayan capturado de manera ilegal toneladas de atún rojo es completamente inaceptable. La UE y las naciones pesqueras deben cerrar las lagunas de nuestro sistema de control y monitoreo y comenzar a adoptar medidas enérgicas contra los delincuentes”.
Si las indagaciones se confirman, la investigación revelaría que anualmente al menos 2.500 toneladas de atún rojo, cantidad que representa el 20% de la cuota total asignada para la Unión Europea, se escapan a los controles de la Unión Europea y los Estados miembros, según WWF.
Entre las medidas que deben adoptarse para atajar la situación, la organización aboga por la inclusión de listas negras de buques, el retiro de las licencias de pesca y engorde, la devolución de fondos públicos y la sanción efectiva. “Cualquier incremento en la cuota de pesca o relajación del plan de recuperación se debe suspender hasta que tengamos un registro completo del atún que realmente se captura”, afirma Raúl García, coordinador de pesca de WWF España, que participa en la reunión.
El año pasado, la ICCAT tomó la decisión de establecer un incremento de la cuota de captura de atún rojo hasta las 36.000 toneladas para 2020. “Considerando la escala de capturas no declaradas que apunta la investigación criminal, este aumento podría socavar los esfuerzos adoptados durante la última década para que las especies gravemente amenazadas se recuperen por completo”, afirma WWF en su comunicado.
Además, “la sobrepesca de atunes tropicales revela el riesgo de colapso del atún patudo y mina la sostenibilidad a largo plazo del atún de aleta amarilla”, lo que también es un factor de alta preocupación para la organización, ya que puede llevar a la población al colapso. Durante los últimos dos años, y sin contar aún con límites de capacidad pesquera, en los últimos dos años, las capturas de atún patudo fueron un 20% más altas respecto a la cuota acordada en el plan de recuperación de ICCAT.
Pero las poblaciones de atunes tropicales no son las únicas afectadas, ya que en 2016 se capturaron alrededor de 150.000 toneladas de aleta amarilla, un 36% más respecto de la cuota legal. WWF también exige a ICCAT una normativa respecto al “aleteo” o “finning”, la práctica de cortar las aletas de los tiburones tras ser capturados y descartar inmediatamente sus cuerpos en el océano, lo que causa la muerte de millones de tiburones cada año.
Esta nueva edición de la Comisión, centrada en especies como el pez espada, el atún blanco, el atún rojo, los marlines, el rabil y el patudo, afirma que “se implementará un Programa de marcado de túnidos tropicales en el océano Atlántico (AOTTP) para los principales stocks de túnidos tropicales, así como para los pequeños túnidos neríticos que tienen una gran importancia para las poblaciones costeras”. Esta edición del encuentro se traducirá esta semana en decisiones cuya repercusión será clave para asegurar la implementación de un programa que contribuya a la conservación sostenible de estas especies.