Los abazones más grandes y raros del reino animal

Los abazones, las bolsas que tienen algunos animales en las mejillas y que usan para transportar alimentos, son un accesorio muy útil.

Por Liz Langley
Publicado 18 dic 2018, 13:20 CET
Ardilla rayada de Townsend
Algunas ardillas pueden transportar una carga tan grande como ellas mismas en sus abazones. Aquí vemos a una ardilla rayada de Townsend en el oeste de Washington.
Fotografía de Vickie Anderson, Nat Geo Image Collection

Mientras hacemos la maleta para volver a casa por Navidad, estamos un poquito celosos de los animales con abazones, algo así como equipaje incorporado.

Así que nos hemos preguntado qué animales tienen los abazones más grandes y cómo funcionan.

Animales con mucha cara

Los abazones son bolsas expansibles en el interior de la boca que empiezan en la mejilla y pueden extenderse hasta los hombros, como en los hámsteres, o por los lados del cuello, como en los monos. La mayoría de los animales usan sus abazones como bolsas de la compra: si aparece un depredador, pueden huir sanos y salvos con su comida.

Los abazones de hámster son muy elásticos, ya que pueden expandirse hasta el triple de su tamaño, una adaptación relacionada con el clima frío y el terreno accidentado en el que viven, de ahí que el almacenamiento de alimentos sea importante. La'Toya Latney, de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Pensilvania, explica que su elasticidad y el hecho de que tengan sus propios vasos sanguíneos son unos de los rasgos que los hacen populares para investigar trasplantes y microcirculación.

Ornitorrincos

Los ornitorrincos australianos transportan una carga sorprendente en sus abazones. Los ornitorrincos se alimentan de gusanos, caracoles y crustáceos en los lechos fluviales y los introducen en las bolsas de las mejillas con algo de grava.

Ornitorrinco
El ornitorrinco se llena los abazones de grava.
Fotografía de Joël Sartore, National Geographic Photo Ark

La grava es una batidora natural que machaca los alimentos del ornitorrinco desdentado, que consume esa comida para llevar en la superficie del agua.

Hámsteres, ardillas rayadas y ardillas

Muchos roedores tienen abazones, y los de los hámsteres adquieren un tamaño increíble para ser animales tan pequeños: se expanden «por los omóplatos» cuando están llenos, según Latney.

«He visto zanahorias “baby” desaparecer en los abazones de un hámster sirio, una especie más grande», afirma Latney.

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    Hámster dorado
    Este hámster dorado o sirio está sobre los granos de su almacén de comida subterráneo. Los hámsters tienen abazones elásticos que pueden triplicar su tamaño.
    Fotografía de Heidi y Hans-Jurgen Koch, Minden Pictures/Nat Geo Image Collection

    Los hámsteres también transportan materiales de cama y «si los molestan, pueden transportar a sus crías con ellos a otro lugar», afirma Ed Spevak, conservador de invertebrados del zoológico de St. Louis.

    Si creías que todas las ardillas los tienen, te equivocas. Solo las ardillas terrestres, como las ardillas rayadas, las marmotas y los perritos de las praderas, tienen abazones.

    Las ardillas rayadas pueden transportar comestibles de su mismo tamaño en su enorme equipaje facial. Es de gran ayuda, ya que necesitan las patas delanteras para huir de los depredadores. Aunque cuando lo hacen, es como «correr con una riñonera alrededor de la boca», afirma Spevak.

    Tuzas

    Las tuzas son unas rebeldes: no solo tienen los dientes fuera de la boca —perfectos para excavar sin llenarse la boca de tierra—, sino que también tienen los abazones en la parte exterior de las mejillas.

    Spevak explica que los abazones de estos animales norteamericanos están rellenos de pelo y es probable que hayan evolucionado como una extensión del colgajo de la mejilla de la tuza.

    Tuza
    Las tuzas llevan los abazones en la parte exterior de las mejillas.
    Fotografía de Joël Sartore, National Geographic Photo Ark

    Monos

    Una subfamilia entera de monos, Cercopithecine —que incluye a cercopitecos, babuinos y macacos— se define por tener abazones que se extienden por los laterales del cuello. Tener este espacio de almacenamiento a mano permite a las 45 especies de los denominados «monos típicos» disfrutar de su botín de fruta al descubierto.

    Estas bolsas también contienen la misma enzima presente en la saliva humana, que ayuda a descomponer almidones y féculas y a iniciar la digestión.

    En sus bolsas frutas meten frutos secos y semillas, pero no insectos.

    «Los insectos son un alimento fácil y rápido», afirma Spevak, por eso alimentos como los frutos secos, que es necesario manipular para abrirlos, se almacenan.

    Murciélagos

    Algunos murciélagos vuelan con equipaje de mano.

    Los murciélagos pescadores, por ejemplo, atrapan un pez y se van volando, lo que les permite seguir pescando.

    Seguridad alimentaria

    Si estos accesorios son tan eficaces, ¿por qué no los tienen más animales? Spevak explica que todo se reduce a que existen adaptaciones diferentes a la hora de lidiar con la comida.

    Los rumiantes, como las vacas, tienen un tipo de bolsa diferente, un estómago con varias cámaras que les permite «remasticar» los alimentos más adelante; las aves tienen buches, una parte alargada del esófago que actúa de forma similar.

    Aunque hay algo que todavía no sabemos: ¿les permitirían las aerolíneas llevar estas bolsas en un avión gratis o les cobrarían por mejilla?

    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

    Ardilla roja de las Rocosas

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