Denuncian al Zoo Aquarium de Madrid por supuesto maltrato a sus nueve delfines
Un informe veterinario sobre los problemas oculares y dermatológicos que sufren los cetáceos de la capital ha abierto una investigación sobre las secuelas de las condiciones de su cautiverio.
Las gradas del delfinario del Zoo Aquarium de Madrid son uno de esos lugares de la capital por donde han pasado desde ilusionados niños hasta complacidos ancianos de todos los lugares del mundo, a quienes los mamíferos deleitan día a día con sus acrobacias.
Esta semana, sin embargo, otro motivo muy diferente marca el hecho de que este delfinario se haya vuelto el foco de todas las miradas: las secuelas de su cautiverio. A raíz de la campaña que está realizando la Organización Sea Shepherd Conservation Society para comprobar el estado de los animales en cautividad, la organización Proyecto Gran Simio ha interpuesto una denuncia.
El Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil, el Seprona, ha abierto una investigación a raíz de un informe veterinario en el que se describen, según un comunicado de la organización, “las úlceras dermatológicas en forma de cráter en Lala, uno de los delfines; de una gran úlcera en otro delfín con pérdida de piel en la boca en el extremo superior de ambas mandíbulas y de graves problemas oculares en el resto de los delfines que permanecen con los ojos medio cerrados por causas posiblemente del cloro”.
En el marco de la operación 404 de Sea Sheperd, la organización cuenta que, mientras investigaban, “nuestro equipo descubrió que dos de estos delfines parecen estar enfermos. Lala y Guarina, ambos delfines capturados en la naturaleza, actualmente padecen lo que parecen ser lesiones cutáneas”.
De los nueve delfines del zoológico, seis fueron capturados en las aguas de Cuba y tres nacieron en cautiverio, según los informes de la organización. “Estamos muy preocupados por su bienestar y no podemos creer que se vean obligados a actuar en estas condiciones”, afirman.
El descanso de los cetáceos, en tela de juicio
En este mismo informe, la organización denuncia la falta de instalaciones donde los animales puedan descansar del trabajo y recuperarse de sus lesiones. Según del veterinario Agustín González, “estos delfines se encuentran actualmente bajo un gran sufrimiento por las citadas patologías, ya que en todos los mamíferos, tanto en la dermis como en la epidermis, además de los ojos, tienen muchas terminaciones nerviosas”, por lo que cualquier patología “que afecte a esas zonas son muy dolorosas y aún más si ocupa una zona extensa como puede verse claramente en Lala”.
Sobre las lesiones de la mandíbula que señalan en otro de los delfines, aseguran que “es una zona de sensibilidad especial, ya que la utilizan constantemente para tener sensaciones táctiles, por lo que las lesiones de ese tamaño e importancia las hacen especialmente dolorosas”.
Desde la organización denuncian además que la respuesta por parte del zoológico ha sido vaga e incompleta, y “confirma la enfermedad de Lala”, pero “sin embargo, en lugar de apartarla de los espectáculos hasta que se reponga, la siguen utilizando”.
Proyecto Gran Simio añade además que “sobre las patologías de los ojos y de la herida ulcerosa muy desarrollada en el hocico de otro delfín, callan y no responden”. Por ello, la organización ha interpuesto una denuncia por un posible delito de maltrato animal e incumplimiento de la ley de conservación silvestre en los parques zoológicos.
La respuesta del zoológico
Sin embargo, el Zoológico de Madrid ha asegurado en declaraciones a El País que su “equipo legal está estudiando si denunciar estas acusaciones falsas y sin fundamento”.
Tomando como ejemplo el zoológico público de Barcelona, que está reconvirtiendo sus instalaciones en un centro de rescate, el director ejecutivo del Proyecto Gran Simio en España y miembro del Comité Español de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza)ha declarado que los “espectáculos circenses en cetáceos y otras especies deberían estar prohibidos en los zoológicos”.
“Así lo recomienda el Manual Guía para la aplicación de la Ley de zoológicos publicado por el Ministerio de Medio Ambiente en su día y por la Fundación de Biodiversidad”, declara, “en la que los zoológicos no deben consentir la utilización de animales en espectáculos ni en otras actividades similares que se encuentren claramente alejadas de las tareas educativas”.