Se comercializa una de cada cinco especies de vertebrados silvestres: estas podrían ser las siguientes
Un equipo de investigadores ha calculado que podrían llegar a comercializarse más de 8000 especies silvestres en el mercado global, 3000 más que en la actualidad.
Una nueva investigación publicada en la revista Science determina que se comercializa casi uno de cada cinco animales que recorre la tierra o surca los cielos en el mercado internacional. Este preocupante informe pretende desvelar la diversidad del mercado global documentado y predecir qué criaturas podrían ser víctimas del comercio en el futuro.
En los últimos años, la demanda de mascotas exóticas, pieles, joyas y partes corporales empleadas en la medicina tradicional ha puesto en grave peligro a muchos animales, como el pangolín o el cálao de yelmo. Con todo, aunque el comercio puede provocar la rápida extinción de una especie, el informe indica que comercializar animales a nivel global no siempre reduce sus poblaciones a niveles insostenibles.
Combinando la información de diversas bases de datos sobre el comercio de especies silvestres, el coautor del estudio Brett Scheffers y sus colegas esperan que sus hallazgos ayuden a los legisladores a tener en cuenta qué especies de vertebrados necesitan más atención y más recursos de conservación.
«Revelamos la magnitud que representa esta industria multimillonaria», afirma Scheffers, biólogo de conservación de la Universidad de Florida y becado de la National Geographic Society. «Hemos analizado más de 31 000 especies terrestres y determinado que se comercializan casi el 20 por ciento de las especies, entre un 40 y un 60 por ciento más de lo que creíamos».
Es más, su equipo diseñó un modelo informático que trata de predecir las especies que pasarán a formar parte de este comercio en el futuro basándose en varios factores: las características físicas únicas (como una coloración extraordinaria), los vínculos genéticos con criaturas que ya son populares en el mercado y el tamaño corporal. En el pasado, los animales más grandes tenían más probabilidades de ser comercializados porque, normalmente, poseen atributos lucrativos como dientes y garras de gran tamaño y cantidades importantes de piel y carne.
Los investigadores concluyeron que más de 8000 especies silvestres podrían acabar comercializadas en el mercado global, 3000 más que en la actualidad. Esta nueva cifra total comprendería casi el 30 por ciento de todos los mamíferos, aves, anfibios y reptiles. El análisis también prevé que muchas aves, entre ellas varios fringílidos y tejedores, se incluirán en el mercado. Lo mismo ocurrirá con decenas de tipos de murciélagos de herradura (cuya nariz se parece a una herradura) y los sapos del género Rhinella.
«La conclusión es que hay muchas especies comercializadas o que serán comercializadas a las que debemos prestar atención», afirma Susan Lieberman, vicepresidenta de política internacional de la Wildlife Conservation Society con sede en Nueva York, que no participó en el estudio. «También pone de manifiesto que hay que prestar más atención a los anfibios y las aves que no están incluidos en CITES», afirma, refiriéndose al tratado internacional que regula el comercio transfronterizo de fauna y flora silvestres.
Para llevar a cabo un recuento de las especies comercializadas, Scheffers y su equipo incorporaron datos oficiales y registrados sobre los flujos de especies silvestres presentados de forma rutinaria por países que forman parte de la CITES, así como cifras comerciales de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), cuya Lista Roja determina el estado de conservación de los animales y las plantas silvestres y las amenazas más acuciantes a las que se enfrentan.
Los conservacionistas apuntan que ni la CITES ni la UICN poseen información que constituya conjuntos de datos perfectos. La CITES depende de la información proporcionada por los países, que no siempre es completa y que solo se refiere a especies declaradas oficialmente amenazadas por el comercio transfronterizo. Por su parte, la Lista Roja de la UICN se basa en fuentes existentes, como estudios revisados por pares y las cifras comerciales de la CITES. Vincent Nijman, profesor de antropología en la Universidad Oxford Brookes, en Inglaterra, que se especializa en el estudio de los efectos de las perturbaciones humanas en los animales, explica que las entradas de la UICN rara vez incluyen información sobre el comercio nacional, ni especifican si las amenazas comerciales se deben al intercambio local o transfronterizo.
¿Qué falta en el estudio?
Según Nijman, la falta de datos sobre el comercio nacional de especies silvestres en las bases de datos de la CITES y la UICN se traduce en que este nuevo estudio subestima la amplitud total del comercio.
Los autores afirman que solo se han centrado en especies determinadas de las que disponen de datos sólidos y coherentes, de forma que no se han tenido en cuenta animales comercializados populares —entre ellos peces, tortugas y cocodrilos—, lo que limita más aún el alcance. «Reconocemos que las tortugas —sobre todo las terrestres— son un grupo de reptiles muy demandados en el comercio de fauna silvestre», afirma Scheffers. «Sin embargo, cabe señalar que [las tortugas y los cocodrilos] son solo una fracción del total de las abundantes especies de reptiles, por lo que creemos que nuestro estudio ha captado la magnitud del comercio de reptiles».
El estudio se concentra en identificar especies comercializadas, no en el volumen del comercio. Aunque aporta datos interesantes, Lieberman afirma que este enfoque también podría aportar un panorama sesgado. Por ejemplo, aunque Indonesia se considera un epicentro del comercio de aves, los autores escriben que no identificaron el país como un punto caliente del comercio porque alberga una diversidad inferior de especies de aves frente a otras zonas, aunque sus aves se comercializan «en cantidades muy elevadas».
Según Nijman, el nuevo modelo predictivo es útil como «estudio original», pero no tiene en cuenta la totalidad de factores que conforman los mercados comerciales internacionales, como la velocidad y la facilidad de transporte. «En el pasado, el comercio era logísticamente o quizá económicamente poco factible, pero lo será con mejores conexiones de transporte», indica. En la actualidad, por ejemplo, hay dos formas de transportar animales salvajes de África a Asia oriental: por aire o por mar. En el futuro, afirma que dichas redes serán más densas y, con la inclusión de la Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda de China, el transporte ferroviario será otra opción. «Dichas conexiones abren más posibilidades», afirma Nijman.
En el pasado, los traficantes de animales para el comercio de mascotas exóticas examinaban la literatura científica en busca de especies a las que apuntar. Como consecuencia, en la actualidad los científicos son más precavidos a la hora de publicar información como la ubicación de una nueva especie animal o planta que podría resultar útil a los furtivos. Nijman sostiene que los detalles del estudio de Science acerca del comercio de especies actual resultan accesibles y familiares para las personas que siguen este tipo de cosas. Sus predicciones para el futuro son tan vagas —ya que engloban a miles de especies— que, en sus propias palabras, «no creo que aporte información nueva para que los comerciantes se orienten».
A principios de este año, un informe de la ONU sobre las tasas de extinción determinó que casi un millón de especies de animales y plantas se encuentran en peligro de desaparecer —muchas en cuestión de décadas— por culpa de la actividad humana. Scheffers sostiene que, entre las amenazas más acuciantes, el comercio internacional de especies silvestres es único.
«Si analizas la pérdida de hábitat, la contaminación o el cambio climático, ejercen un efecto de goteo en la naturaleza con el paso del tiempo, pero el comercio se rige por la oferta y la demanda. Quizá haya una especie que hace 10 años era de preocupación menor y estaba poco vigilada, pero ahora está en peligro crítico y al borde de la extinción».
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.