Los delfines salvajes tienen personalidad propia, como los humanos
Un científico español ha descubierto por primera vez personalidades en delfines mulares salvajes, un rasgo que podría influir en su supervivencia.
Unos delfines mulares nadan en el canal de Rangiroa, en la Polinesia Francesa. Estos mamíferos marinos viven en grupos de entre cuatro y 30 animales.
En las fiestas, la gente extrovertida y escandalosa, esa que siempre quiere participar en los juegos, cantar o bailar, siempre se hace notar. Por su parte, las personas más reservadas suelen quedarse en segundo plano, lejos del centro de atención.
La investigación sobre las personalidades de los animales (de insectos a aves cantoras; de pulpos a primates) ha revelado divisiones similares: en cada población existen individuos tímidos y audaces.
Dichas diferencias pueden afectar a la supervivencia de un animal. En algunas situaciones, vale la pena ser intrépido, como para buscar comida o pareja. En varias especies, como los peces cebra, ser atrevido hace que un individuo tenga más éxito a la hora de encontrar pareja y reproducirse. En otros casos, ser tímido es menos arriesgado para la reproducción y se produce una prole mayor.
Ahora, un científico ha informado del primer descubrimiento de este tipo de personalidades en una población salvaje de delfines mulares en el golfo de Aranci, en Italia.
Los delfines audaces pueden ser útiles para su grupo, como a la hora de encontrar comida, por ejemplo. Estos individuos extrovertidos pueden difundir información social importante entre los miembros del grupo, como sobre oportunidades de alimentación.
«Sabíamos que los delfines tienen estas personalidades en estudios en cautividad, pero esas no son sus vidas normales. Ahora sabemos que los delfines salvajes tienen personalidades y que son importantes en su sistema social, igual que en el nuestro», explica Bruno Díaz López, biólogo, director del Instituto para el Estudio de los Delfines Mulares (BDRI) de O Grove, Pontevedra, y autor de la nueva investigación.
Es más, su análisis revela que los delfines más sociables tenían relaciones sociales más sólidas que los tímidos, algo que se ha observado en otras especies, pero solo en condiciones controladas, como en los peces de acuario.
«Deberían aplaudir este estudio por probar estos vínculos esperados en la vida real, donde es muy difícil obtener los datos», afirma Orr Spiegel, ecólogo del comportamiento de la Universidad de Tel Aviv que no participó en el estudio.
Personalidades fuertes
Los científicos han estudiado los delfines mulares del golfo de Aranci durante 16 años en el marco de un estudio a largo plazo de estos mamíferos marinos. A diferencia de las orcas o los babuinos, que viven en grupos estables, los delfines viven en las denominadas sociedades con dinámica «fisión-fusión», es decir, que los miembros vienen y van. El tamaño medio del grupo es de cuatro, pero algunos pueden llegar a tener 30.
En el golfo de Aranci, los delfines suelen interactuar con los pescadores, los turistas y el personal de una piscifactoría local, lo que dio a Díaz López la oportunidad ideal para evaluar sus personalidades.
Tras analizar mil fotografías de los delfines del golfo de Aranci, identificó a 24 adultos (13 hembras y 11 machos) observados en varias ocasiones.
En general, los científicos equiparan la timidez o audacia de un animal con su respuesta ante situaciones novedosas, arriesgadas o difíciles. Por ejemplo, es más probable que un animal con personalidad audaz se acerque a un objeto nuevo o investigue a un depredador potencial que uno con personalidad tímida.
Para la siguiente fase del experimento, Díaz López grabó la reacción de estos 24 delfines ante dos nuevas amenazas: la presencia de una persona con equipo de esnórquel y la activación de una alarma submarina, diseñada para alejar a los delfines de las redes de pesca.
Entre 2004 y 2011, Díaz López llevó a cabo 192 pruebas (96 con la alarma, 96 con el esnorquelista).
A continuación, revisó cada grabación y midió la distancia entre el delfín y la nueva amenaza. Su estudio se publicó en el número de mayo de la revista Animal Behaviour.
Descubrió que algunos individuos eran muy audaces sistemáticamente, es decir, que se mostraban dispuestos a acercarse tanto a un dispositivo extraño que emitía un ruido molesto como a una persona desconocida. También observó delfines que mostraban timidez sistemáticamente y que se quedaban a una media de 67 metros de distancia, y otros con reacciones intermedias que a veces se acercaban y otras veces evitaban el estímulo.
Los delfines audaces se acercaban a los objetos y los delfines tímidos los evitaban con una consistencia «muy elevada», escribe por email Andy Sih, ecólogo del comportamiento de la Universidad de California, Davis.
«Estos delfines mostraron una señal más fuerte y evidente de diferencias de personalidad que la observada en casi cualquiera de los cientos de estudios sobre las personalidades de los animales», afirma Sih, que estudia este tema.
Vínculos familiares
Díaz López también observó con cuáles de los 24 delfines que estudió pasaban el rato otros delfines y construyó un modelo de sus redes sociales a partir de dichas relaciones.
El análisis pone de manifiesto que estos vínculos varían según el tipo de personalidad. Los delfines más atrevidos mostraban conexiones sociales más profundas, como una mayor preferencia por relacionarse con individuos determinados (aunque no fueran necesariamente delfines audaces) que los animales tímidos. La distribución de las personalidades audaz y tímida entre machos y hembras era equitativa.
Como en otros estudios, estas diferencias de comportamiento social podrían afectar al éxito reproductivo de los delfines individuales al construir alianzas cooperativas, sobre todo entre machos de otros grupos.
Como los delfines menos precavidos (audaces) pasan la mayor parte de su vida con otros delfines, concluye que estos animales podrían desempeñar un papel importante en la cohesión del grupo.
¿Por qué son audaces o tímidos?
Como la mayoría de los estudios sobre las personalidades de los animales, este tampoco aborda una pregunta intrigante y pendiente: ¿por qué? «Es un estudio fantástico y sólido. Pero ¿por qué tienen personalidades los delfines o cualquier otra especie? No hay ningún motivo evolutivo para pensar que cada especie debería tener individuos audaces y tímidos», afirma Sasha Dall, ecóloga del comportamiento en la Universidad de Exeter, en el Reino Unido.
Quizá Dall tenga razón, pero saber que los delfines pueden ser introvertidos o extrovertidos también nos aporta información sobre su mundo y, de ese modo, nos acerca a ellos.