¿Podría la presidencia de Biden beneficiar a las especies en peligro de extinción y a otros animales?

Los últimos cuatro años han supuesto un retroceso en la protección de especies silvestres y en las políticas de bienestar de los animales. Estas son seis cosas que podría cambiar el gobierno de Biden.

Por Natasha Daly, Douglas Main
Publicado 10 nov 2020, 12:18 CET
Fotografía de ánsares nivales

Las protecciones para aves migratorias como los ánsares nivales (en la foto) se redujeron durante el gobierno de Trump. Los conservacionistas y defensores de los animales esperan que el gobierno de Biden amplíe las protecciones para los animales.

Fotografía de John Eastcott e Yva Momatiuk, Nat Geo Image Collection

Con la declaración de Joe Biden como presidente electo, muchos defensores de los animales y conservacionistas esperan que los animales —salvajes, cautivos y en granjas— de Estados Unidos obtengan mejores protecciones.

Al igual que en muchos ámbitos normativos, durante su campaña Biden se negó a hablar de qué hará su gobierno en lo que respecta a la protección de los animales, y un portavoz de Biden no respondió a las preguntas de National Geographic sobre este tema.

Pero muchos defensores de los animales y la naturaleza prevén que las primeras iniciativas consistirán en invertir el rumbo de las políticas de la era de Trump que, según dicen, han supuesto una regresión drástica en la protección de los animales.

«Cada administración llega y deshace algo, y tienes que volver a luchar por algo de lo que creías haberte ocupado ya. Pero [estas regresiones] han sido totales», afirma Nancy Blaney, directora de asuntos gubernamentales en la organización sin ánimo de lucro Animal Welfare Institute.

Blaney y otros expertos sostienen que la gestión del gobierno de Trump se ha caracterizado por las reversiones normativas y una falta generalizada de transparencia. Tras su primer año en el cargo, la League of Conservation Voters —considerada por muchos una evaluadora fiable de las inclinaciones medioambientales de los políticos— emitió un comunicado. «Si hubiera algo peor que un suspenso, el presidente Trump tendría esa nota». Según el grupo, la nota del gobierno de Trump nunca mejoró.

Como senador y vicepresidente de Barack Obama durante dos mandatos, la League of Conservation Voters ha dado a Biden una puntuación de un 83 por ciento, lo que sugiere una trayectoria sólida en cuestiones ambientales y de especies silvestres. El Humane Society Legislative Fund respaldó su presidencia por su robusto historial de voto en temas de bienestar animal, habiendo coauspiciado proyectos de ley para proteger a los caballos del sacrificio y prohibir las peleas de animales y la caza de trofeos de animales cautivos. Biden también traerá a la Casa Blanca el primer perro de un refugio. Los Biden adoptaron a Major, uno de sus dos pastores alemanes, en la Delaware Humane Association en 2018.

Fotografía de un cárabo californiano del norte

El gobierno de Obama desechó un plan del expresidente George W. Bush que habría expandido la tala en los bosques primarios del Pacífico noroeste, donde vive el cárabo californiano del norte, una especie en peligro de extinción. Los conservacionistas esperan que el gobierno de Biden revierta las políticas consideradas perjudiciales para las especies silvestres.

Fotografía de Gerry Ellis, Miden Pictures, Nat Geo Image Collection

¿Qué hará Biden tras la toma de posesión? A continuación explicamos la posición de Estados Unidos respecto a las cuestiones de protección de animales y cómo el gobierno de Biden podría abordar los cambios en estas políticas.

1. Aplicar la Ley de Especies en Peligro de Extinción.

Los científicos señalan que entre las políticas más preocupantes de Trump figura un cambio enorme en la aplicación de la Ley de Especies en Peligro de Extinción.

Estos cambios, anunciados en agosto de 2019, incluyen la consideración de los aspectos económicos a la hora de aplicar la ley; no otorgar protecciones automáticas a las especies amenazadas; dificultar la designación de hábitat fundamental para especies en peligro de extinción; y no tener en cuenta las repercusiones del cambio climático a la hora de recomendar la protección de determinadas especies.

Estos «cambios increíblemente exhaustivos» han sido «antiéticos al propósito de la Ley de Especies en Peligro de Extinción», afirma Kristen Boyles, abogada de la organización de conservación sin ánimo de lucro Earthjustice que trabaja en cuestiones relacionadas con las especies silvestres. Señala que espera que el gobierno de Biden considere cambiar estas políticas, algo que no sería muy difícil ya que puede hacerlo los secretarios del Interior y de Comercio.

Ante estos cambios, Biden tuiteó el 12 de agosto: «Durante décadas, la Ley de Especies en Peligro de Extinción ha protegido a nuestra fauna y flora más vulnerables de la extinción. Ahora, el presidente Trump quiere echarlo todo por la borda. En una época en la que el cambio climático pone a nuestro planeta al límite, deberíamos fortalecer las protecciones, no debilitarlas».

2. Tener en cuenta el cambio climático.

En declaraciones como esas, Biden ha dejado claro que cree que el cambio climático supone una «amenaza existencial» para nuestro planeta. Esto es una buena noticia en su enfoque de las especies silvestres, afirma Jacob Malcom, conservacionista de la organización sin ánimo de lucro Defenders of Wildlife.

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    Fotografía de una manada de lobos grises

    Una manada de lobos grises recorre el parque nacional de Yellowstone en Wyoming. En octubre de 2020, el gobierno de Trump retiró a los lobos grises de la lista de especies en peligro de extinción. Los conservacionistas alegaban que esta medida fue prematura.

    Fotografía de Ronan Donovan, National Geographic

    Según Malcom, nuestro país «necesita urgentemente líderes» que aborden esta cuestión, que es uno de los impulsores más importantes de la crisis de biodiversidad, además de la pérdida de hábitat y la sobreexplotación.

    3. Proteger a las especies que lo necesitan.

    El gobierno de Trump ha convertido en una práctica corriente retirar de su lista oficial a especies amenazadas y en peligro de extinción, y se ha resistido a protegerlas. De hecho, solo en las últimas semanas su administración ha retirado de la lista a los lobos grises y negado protecciones federales al glotón.

    En general, Biden ha apoyado las protecciones para las especies en peligro de extinción a lo largo de sus 35 años de carrera como senador por Delaware —como la inclusión de especies en la lista cuando es pertinente— y es razonable suponer que continuará así, según los expertos. Tiene un largo historial en estos temas, partiendo de cuando votó a favor de la aprobación de la Ley de Especies en Peligro de Extinción original de 1973 y a favor de leyes similares desde entonces.

    Durante sus ocho años como vicepresidente, Biden mantuvo una trayectoria relativamente sólida en lo que respecta a las protecciones de especies en peligro de extinción. Cuando Obama y Biden asumieron el cargo el 20 de enero de 2009, revocaron algunas leyes y normas que los medioambientalistas habían criticado durante la presidencia de George W. Bush.

    Por ejemplo, el gobierno de Obama reescribió un plan de recuperación del cárabo californiano del norte, un ave en peligro de extinción que vive en bosques primarios del Pacífico noroeste. El gobierno de Bush había cambiado el plan para favorecer los intereses madereros, afirma Boyles.

    «Cualquier gobierno que crea en la ciencia, en el grave peligro del cambio climático, que haya hablado sobre cómo deberíamos fortalecer las protecciones de las especies en peligro de extinción... será beneficioso para la fauna y la flora», apunta Boyles.

    4. Evitar las muertes de aves.

    En la actualidad, hay unos 3000 millones de aves menos que en 1970 en Norteamérica debido a la pérdida de hábitat, el uso de plaguicidas y otros factores. Desde 1918, la Ley del Tratado de Aves Migratorias ha sido un texto legislativo importante para proteger a estos animales. Entre otras cosas, impone multas a las empresas que matan a muchos tipos de aves. El Departamento del Interior del gobierno de Trump cambió su interpretación de la ley para dejar de multar las matanzas involuntarias, alejándose de la aplicación habitual de la ley.

    «Básicamente ha permitido que la industria quede libre de culpa si mata aves», afirma Noah Greenwald, defensor de especies en peligro de extinción del Centro para la Diversidad Biológica, una organización sin ánimo de lucro. Greenwald cree que es probable que Biden restaure la interpretación tradicional de la ley.

    Con esta y otras cuestiones, «es como si hubiéramos perdido cuatro años durante el gobierno de Trump que no deberíamos haber perdido... y esperamos que Biden nos devuelva al camino correcto, no que solo revoque los aspectos malos, sino que nos ayude a avanzar».

    5. Incrementar la aplicación de las leyes del bienestar de los animales.

    El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) es responsable de aplicar la Ley de Bienestar Animal, que regula el tratamiento de los animales vendidos como mascotas y utilizados para la investigación y las exhibiciones, y la Ley de Métodos Humanitarios de Sacrificio, que rige las pautas para el sacrificio de animales (salvo pollos y otras aves, que no están reguladas). No existen leyes federales que pauten el trato de los animales en las granjas; eso es responsabilidad de cada estado, al igual que la mayoría de las cuestiones sobre bienestar animal que no estén cubiertas por las dos leyes antedichas.

    Dos semanas después de la investidura de Trump en 2017, su gobierno marcó las pautas de su política de bienestar animal. El USDA purgó toda su base de datos pública de registros de violaciones de la ley de bienestar animal, registros de inspecciones e informes anuales de todos los centros comerciales con animales de Estados Unidos, como zoos, criaderos, granjas industriales y laboratorios.

    Tras la presión pública constante, el USDA restauró la base de datos en febrero de 2020, revelando en el proceso que la aplicación de la ley se había desplomado durante el gobierno de Trump. El USDA emitió 1716 citaciones por violaciones de la ley en 2018, frente a las 4944 emitidas por el gobierno de Obama en 2016.

    6. Mejorar las normas de bienestar para los animales de granja.

    El gobierno de Trump acabó con los límites de la cantidad de cerdos que pueden sacrificarse legalmente cada hora, algo que según los críticos significa que la línea de producción puede avanzar tan rápido que a veces los cerdos no son aturdidos de forma adecuada antes de matarlos. Esto quiere decir que los degüellan o los tiran en agua hirviendo mientras aún están conscientes.

    El gobierno anuló una norma del gobierno de Obama que establecía que la etiqueta «orgánico» solo podía emplearse en productos animales que cumplieran pautas de bienestar específicas en su trato de los animales mientras seguían con vida, como el acceso a aire fresco y luz solar y contar con espacio suficiente para darse la vuelta cómodamente. Esta norma también prohibía cortar los picos de los pollos y las colas de las vacas. El gobierno de Trump se negó a completar una iniciativa de la época de Obama para prohibir el soring en caballos, que consiste en infligir dolor deliberadamente en las patas de un caballo de exhibición para incrementar la altura de su paso.

    «[Para Biden] sería fácil empezar con el soring de caballos. Que lo publique, es pan comido», afirma Blaney, ya que el gobierno de Obama ya hizo gran parte del trabajo pesado. Como senador, Biden coauspició varios proyectos de ley para la protección de los caballos.

    Blaney espera que Biden cambie el rumbo del gobierno de Trump. Eso podría traducirse en restaurar y apoyarse en las iniciativas del gobierno de Obama para proteger a los animales, así como trabajar con el Congreso para aprobar leyes federales de bienestar animal más firmes.

    «Antes, que alguien introdujera un proyecto de ley y se lo tomara en serio era como hablarle a una pared. Ahora, la oficina de cada [legislador] tiene un trabajador dedicado al bienestar animal», explica. «Hay más interés y sensibilidad respecto a las vidas de los animales y su importancia para las personas».

    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.
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