Las mascotas nos ayudan a sobrellevar la pandemia, pero esto podría estar estresándolas

Una nueva investigación demuestra que algunas personas han notado cambios en el comportamiento de sus mascotas y también se preocupan más por el bienestar de sus animales durante los confinamientos.

Por Rachel May
Publicado 3 feb 2021, 15:09 CET
Fotografía de un perro de terapia llamado Casey

Un perro de terapia llamado Casey junto a Janice —cuyo apellido desconocemos— en Massachusetts el 20 de abril del 2020. El husky siberiano ha proporcionado apoyo a Janice y a su familia durante la pandemia de COVID-19.

Fotografía de Hannah Reyes Morales

Mientras la pandemia de coronavirus continúa, hay algo que está claro: muchos hemos recurrido a nuestras mascotas para que nos ayuden a sobrellevar este momento difícil de la historia.

De hecho, mientras mucha gente sigue encerrada en casa, la demanda de la adopción o la acogida de mascotas, sobre todo perros, se ha disparado a nivel mundial, de Canadá hasta la India, pasando por Estados Unidos, donde entre marzo y septiembre del 2020 la cantidad de mascotas acogidas subió un ocho por ciento según PetPoint, que recopila datos sobre la adopción de mascotas.

Aunque los beneficios para la salud de tener una mascota están ampliamente documentados —reducen desde la tensión al estrés—, la relación es compleja. Y cómo soportan los dueños y sus mascotas los confinamientos prolongados es una pregunta sin responder.

Para averiguarlo, investigadores de España, Israel y el Reino Unido realizaron encuestas virtuales a personas con mascotas en sus respectivos países. Sus estudios, publicados en tres revistas científicas diferentes, desvelaron que en general nuestros amigos animales nos han proporcionado un mayor consuelo.

Pero la investigación también reveló algunas novedades preocupantes: las restricciones por la pandemia han hecho que las personas se preocupen por el bienestar de sus mascotas. No solo eso: algunas mascotas muestran síntomas de estrés, como el aumento de los ladridos, el miedo a los ruidos fuertes o repentinos y el nerviosismo cuando se quedan solas en casa.

En abril del 2020, Jon Bowen, asesor conductual del Royal Veterinary College de Londres, planteó a 1297 dueños de gatos y perros de España preguntas sobre sus sensaciones respecto a sus mascotas y el comportamiento reciente de sus animales. La mayoría de los encuestados indicaron que las mascotas les habían proporcionado «un apoyo considerable» durante la pandemia, pero el 62 por ciento señaló que pensaba que la calidad de vida de sus animales había disminuido. En torno al 41 por ciento indicó haber observado cambios conductuales en sus animales durante la pandemia, sobre todo en perros que ya habían tenido problemas de comportamiento en el pasado.

Muchas investigaciones demuestran que los perros tienen sentimientos y pueden absorber lo que sienten sus dueños, sobre todo si una persona depende emocionalmente de ellos, explica Bowen, cuyo estudio se publicó en el Journal of Veterinary Behavior en mayo del 2020.

«Fue muy interesante que los hallazgos de los tres estudios fueran tan similares», afirma Emily McCobb, profesora clínica adjunta de la Facultad Cummings de Medicina Veterinaria en la Universidad Tufts, que no participó en ninguno de los estudios. «Son muy parecidos a lo que se oye aquí [en Estados Unidos], al menos a nivel anecdótico».

«Cada vez más gente tiene mascotas y las encuentra de gran ayuda para afrontar el aislamiento», afirma McCobb. En su consulta veterinaria, «vemos que, en animales que ya tenían problemas conductuales, estos parecen estar empeorando», afirma.

La aparición de nuevas inquietudes

En abril y junio del 2020, Elena Ratschen, profesora de la Universidad de York, en Inglaterra, preguntó a 5926 personas del Reino Unido acerca de su salud mental, bienestar y soledad, así como sus lazos e interacciones con sus mascotas.

La encuesta, publicada en la revista PLOS ONE en septiembre del 2020, incluía a cualquier animal de compañía, como peces, aves, perros, gatos y pequeños mamíferos. La mayoría de los encuestados —entre ellos un 91 por ciento de las personas con perros, el 89 por ciento de las personas con gatos y el 95 por ciento de las personas con caballos y animales de granja— indicó que sus mascotas «constituían una fuente importante de apoyo emocional», cuenta Ratschen.

Las personas que dijeron ser más vulnerables a los problemas de salud mental antes del confinamiento respondieron que habían establecido lazos más sólidos con sus animales durante la pandemia.

Asimismo, en general las personas con mascota dijeron haberse sentido menos solas y aisladas que las que no tenían mascota. Esto podría deberse a un «efecto amortiguador»: las mascotas no pueden remplazar nuestras interacciones sociales con otros humanos, pero pueden ayudar a llenar ese vacío, explica.

Con todo, tanto el estudio en España como el del Reino Unido sacaron a la luz los nuevos miedos de los dueños de mascotas, como que su perro tuviera el ejercicio necesario, la capacidad para comprar comida a sus mascotas, el acceso a la atención veterinaria, la decisión de quién cuidará del animal si enferman y la incertidumbre sobre cómo se adaptará su mascota a la vida pospandémica.

Los perros no son la panacea

Ratschen concluye que sus resultados no respaldan el supuesto generalizado de que las mascotas nos protegen del empeoramiento de la salud mental y del aumento de la sensación de soledad.

«La evidencia sobre los beneficios de las mascotas es desigual, en general, tanto en la investigación previa a la pandemia como durante la pandemia porque la gente tiene muchas preocupaciones e inquietudes relacionadas con sus mascotas», afirma.

En otras palabras, no es necesariamente cierto que adoptar un cachorro te ayude a sobrellevar la pandemia de una forma más sana, como muchos creen.

Megan K. Mueller, profesora adjunta de interacciones entre humanos y animales en la Facultad Cummings de Medicina Veterinaria en la Universidad Tufts, está de acuerdo.

¿Sabes identificar qué quiere tu perro según sus gestos?
Al igual que los bebés humanos, los perros tienen formas no verbales de conseguir lo que quieren. Estudiando el comportamiento canino, un equipo de investigadores identificó 19 gestos referenciales. Un gesto referencial es aquel que llama la atención del dueño sobre un objeto o acontecimiento específico. Estas son algunas de las señales: Dame comida. Juega conmigo. Quiero salir. ¡Ráscame!

«Algunos medios lo plantean de este modo: “¿Se siente solo durante la pandemia? ¡Adopte una mascota!”. Pero es más complejo, y la ciencia empieza a corroborarlo».

Mejorar las relaciones entre mascotas y humanos

Cuando Liat Morgan, investigadora posdoctoral de la Universidad de Tel Aviv, encuestó a 2906 israelíes dueños de perros entre marzo y abril del 2020, descubrió un aumento considerable de las solicitudes de adopción.

El resultado más impactante, según Morgan, es que casi el 80 por ciento de las personas que adoptaron un perro en el 2020 ya planeaban adoptar y «sabían en lo que se metían». Esto sugiere que las personas no traen una mascota a casa de forma impulsiva.

De forma similar al estudio de Bowen, el de Morgan también reveló que una persona que siente que su calidad de vida ha disminuido puede percibir que el comportamiento de su mascota también ha empeorado, aunque no sea así.

«No importa si el perro tiene un mal comportamiento objetivamente», afirma Morgan. «Lo que importa es la actitud de la persona».

Los comportamientos más difíciles, como los ladridos excesivos, son uno de los motivos que cita la gente a la hora de renunciar a sus mascotas, dice.

Por suerte, según el estudio, publicado en noviembre en la revista Humanities and Social Sciences Communications, la mayoría de los encuestados israelíes —incluso aquellos que creían que su calidad de vida había disminuido— no tenían pensado abandonar a sus mascotas.

Con todo, al menos en Estados Unidos, los expertos del sector prevén un aumento de los abandonos de mascotas debido a la pandemia, por motivos como la incapacidad para cuidar del animal o la falta de acceso a viviendas donde se permitan mascotas.

McCobb señala que para evitar los abandonos de mascotas los gobiernos locales y las organizaciones sin ánimo de lucro deberían apoyar a las personas necesitadas. Por ejemplo, en Canadá y otros países han aparecido bancos de alimentos para mascotas.

Algunos aspectos positivos en plena pandemia

Los expertos insistieron en que su investigación revela aspectos positivos.

A pesar de los hallazgos del estudio español de un aumento de los problemas de conducta en algunos animales, Bowen afirma que los datos que han adquirido en otros países tras el estudio español sugieren que, en general, nuestras mascotas están bien.

Bowen, como Morgan, advierte que los encuestados del estudio español evaluaron la calidad de vida de sus perros desde su propia perspectiva y pueden creer que, si ellos se sienten peor, sus mascotas también.

«Pero cuando se analizan los efectos que ha tenido la pandemia, muchos de ellos no son muy fuertes», afirma Bowen. En su encuesta, «casi ningún perro tiene nuevos problemas de conducta y, entre los que ya los tenían, no empeoraron en muchos de ellos».

En adelante, McCobb dice que «estaría bien ver si podemos mantener algunos de los cambios que hemos introducido debido a la pandemia», como estar en casa a la hora de comer o pasar más tiempo paseando a nuestros perros.

«Los aspectos positivos son pocos y aislados, así que tenemos que mantener lo que podamos», dice.

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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