Estos animales salvajes rescatados descubren en Alicante el rumbo a su nueva vida

Víctimas del mascotismo, los circos y el tráfico ilegal, grandes felinos y primates son rehabilitados en Alicante hasta que están preparados para ser reubicados. Nos adentramos en su trabajo por dibujar un futuro donde el bienestar animal sea una realidad

Por Cristina Crespo Garay
Publicado 8 oct 2021, 20:05 CEST, Actualizado 25 nov 2021, 14:57 CET
Primadomus

Mojito y Tintín fueron rescatados cuando eran cachorros de un circo de España que los separó de su madre al nacer para convertirse en complementos fotográficos durante los espectáculos circenses. 

Fotografía de AAP Primadomus

Olvidados junto a la carretera, dos viejos remolques de camiones de circo rodeados de chatarra y pegados a una autovía francesa fueron, durante 13 largos años, el único hogar de Reza, Aya, Radja y Kai, dos leones y dos tigres que hoy superan las secuelas de la explotación animal en el centro de rescate de animales salvajes de Alicante, delegación española de la fundación holandesa Stichting AAP.

“Fueron rescatados de un circo en condiciones extremas, con una delgadez extrema, pústulas, heridas, desungulados…”, relata a National Geographic la directora de comunicación Berta Alzaga. “Por estrés, parte de la cola se la mutilaron ellos mismos a base de lamer repetidamente la misma zona, tal y como ocurre en muchos casos de estrés crónico”.

El 80% de los felinos que se encuentran al cuidado de la organización provienen de circos. Bajo el desaliento que podría encontrarse tras años de lucha contra el maltrato animal y tráfico ilegal de especies, se asoma sin embargo una fuerza inquebrantable; la que nace de la defensa del bienestar animal y la conservación de la vida salvaje en un mundo que aún tiene mucho camino por recorrer. En la localidad alicantina de Villena, este es el caso  del equipo que da forma al mayor centro de rescate de grandes felinos de Europa: AAP (Animal Advocacy and Protection) Primadomus.

Allí, Alzaga nos habla del rescate de Govani y Silas de un sucio carromato de circo, donde los hallaron con terribles heridas en sus patas y grandes dificultades para caminar. “A día de hoy, están todo lo bien que pueden estar. Todavía no caminan bien, tienen siete años y parece que tengan 15, porque la situación en la que fueron encontrados era tan mala que la recuperación no será total”, explica Alzaga. “No van a recuperar toda la musculatura y tienen problemas en las articulaciones. Si el pasado que tienen es demasiado duro, lo máximo que puedes conseguir no es un 10, pero la calidad de vida por lo menos sí podemos dársela”.

Un lugar estratégico para el rescate de animales víctima del tráfico ilegal

El centro fue ubicado en España por logística, debido al papel que tiene nuestro país como puerta de entrada a Europa del tráfico de especies. Nació como un lugar de paso, donde pudiera actuarse rápido para trasladar a los animales y comenzar su rehabilitación, con el objetivo de que, una vez lograda, sean trasladados a otros centros, zoológicos – si cumplen los requisitos -  o santuarios donde tengan la mayor calidad de vida posible.

Es el caso de Nala, una leona rescatada en horribles circunstancias de un criador ilegal relacionado con el mundo del circo, que fue trasladada al santuario Four Paws, en Sudáfrica. Allí la esperaba Saeed, un macho sacado de las proximidades del escenario bélico de Alepo.

Además de buscar finales felices para grandes felinos como leones, tigres y panteras, AAP Primadomus también acoge en su centro diversas especies de primates y otros animales esporádicos, como suricatas o hasta un zorro ártico decomisado en Sevilla. Todos ellos pasan por el centro camino a una reubicación más acorde a sus necesidades.

“En España, lo que más se incauta, por la cercanía a Marruecos y a Gibraltar, es el macaco de Berbería”, explica Rosa Chaparro acerca de la especie que hizo que el centro se ubicara en nuestro país. “Hace unos años era la especie más decomisada a nivel europeo, ahora por suerte la tendencia ha cambiado”.

Este cambio llegó gracias a que, en el año 2016, el estado de protección del macaco de Berbería elevó su categoría en la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) de CITES II a CITES I, lo que prohíbe su cría. Por tanto, “en el caso de España, todos los que se encuentran aquí pueden haber sido o bien robados de la naturaleza o criados y traficados en Marruecos de forma ilegal”.

Un tigre como mascota: una realidad legal en España

Los animales llegan al centro provenientes de incautaciones, bien por tráfico ilegal o por malas condiciones en los espectáculos de circo, o bien de particulares que tienen estos animales salvajes como mascota como consecuencia del desconocimiento. Las causas de esta problemática llegan por tanto desde el tráfico ilegal, pero también a través de un cauce que aún continúa siendo legal en España: la tenencia de animales salvajes como mascotas.

“Sí, el mayor problema con el que nos encontramos es que en España sigue siendo legal tener un tigre, un león o un primate como mascota”, denuncia Rosa Chaparro, del departamento de comunicación de Primadomus. “Si apañas los papeles, es legal aunque ese animal no esté en absoluto en las condiciones que debería tener para vivir de manera digna”.

“Esos animales no puedan vivir en una casa particular y van a terminar en un centro como este en cuanto crezcan y desarrollen su comportamiento animal más salvaje. Falta mucha información y educación al respecto y falta una ley de protección”, añade Alzaga.

Mascotismo, el punto ciego de lo ilegal a lo legal

“Es muy fácil hacer un animal ilegal, legal. La compra-venta para mascotismo es el punto donde se hace legal lo ilegal”, afirma Chaparro. “Es muy fácil que un animal que ha entrado en España de manera ilegal sea de pronto catalogado como un animal que se ha criado aquí de manera legal”. Además, las crías de un animal ilegal también pasan a ser legales en nuestro país. “Hay un problema de legislación que no es acorde con la realidad que tenemos”, denuncia Alzaga.

Tras años siguiendo el rastro de este “blanqueo” de animales, la organización lucha por dibujar un futuro donde el bienestar animal sea una realidad. Para lograrlo, entre otros proyectos está aplicando a una campaña de financiación para una investigación que tratará de demostrar la relación entre el mercado legal y el ilegal. “El objetivo es sacarlo a la luz. A menudo son animales que extraen de la naturaleza y los introducen de contrabando en mochilas o en coches. Desde el bienestar animal hasta el riesgo de zoonosis, ese flujo debe ser investigado”.

La demanda de mascotas exóticas va además en aumento, lo que incita a los traficantes a seguir cometiendo un delito muy lucrativo y difícil de perseguir. “Para extraerlos de la naturaleza, a menudo utilizan perros o disparos para que el grupo salga espantado y si alguna cría se cae, la cogen. Si no, directamente, como ocurre con los chimpancés, matan a la madre para coger a la cría”, afirma Berta. 

Uno de los grandes escollos con los que se ha encontrado la lucha contra este problema, según cuentan las portavoces del centro, es la necesidad de endurecer las penas. Desde hace años esperan con urgencia la creación del llamado Listado Positivo, que incluya las especies cuya tenencia y comercio están permitidas y prohíba todas las demás. “Perro, gato, y algunos animales domésticos más, porque no olvidemos que el resto de animales que solemos tener en nuestras casas son salvajes”, declara Laura Riera, primatóloga de la Fundación para el Asesoramiento y Acción en Defensa de los Animales (FAADA).

En Bélgica llevan 10 años desde que aprobaron el Listado Positivo, y “es interesante que no ha ocasionado una disminución del comercio de animales, sino que se ha movido hacia las especies legales”, afirma Chaparro.

La tendencia, lejos de estar en declive, se está viendo alimentada por las redes sociales, donde “a menudo se vuelve viral contenido de personas con grandes felinos o animales salvajes en sus casas”, ya sea como símbolo de opulencia o para ganar la carrera de los likes.

Las secuelas de la cautividad

Mientras caminamos a través de las instalaciones, el macaco Lázaros se acerca al otro lado de la verja para defender su territorio de la única manera que entiende. Ha pasado sus 32 años estirando sus labios hacia delante cada vez que alguien está cerca, como lo haría con los animales de su especie. “Tenía diez cuando lo rescatamos y llevaba toda su vida en una jaula de pájaros en un hospital de Grecia, lo tenían allí para entretener a los niños. Pasaba de habitación en habitación y lo ponían a la entrada al hospital, por lo que desarrolló una estereotipia que le hace “saludar” continuamente con sus labios”.

A medida que el tiempo que pasan sufriendo estas condiciones, y por tanto este comportamiento, es más prolongado, las secuelas son más profundas. “Con enriquecimiento, estímulos y socialización su grado de estrés disminuye, pero muchos problemas permanecen de manera crónica”, explica Alzaga. 

La realidad tras los espectáculos circenses

Al continuar por el camino dejando atrás a Lázaros, llegamos a la zona de grandes felinos y, al ver a los tigres, recordamos la noticia que copó todos los medios en 2019. Tras una larga travesía, cinco tigres rescatados de un circo tras ser retenidos en la frontera de Bielorrusia llegaron a Primadomus. Viajaban rumbo a Daguestán encerrados en pequeñas jaulas en el interior del camión, a bajas temperaturas y sin los cuidados mínimos necesarios. El camión que los transportaba desde Roma hasta un circo ruso fue detenido por no disponer de la documentación necesaria.

Un equipo de rescate del zoológico de Poznań encontró a los animales en una situación desgarradora, en el puesto fronterizo polaco. Pero, al no disponer en el puesto fronterizo de instalaciones donde ubicar a los tigres, los trámites necesarios para su rescate supusieron ocho días en nefastas condiciones y uno de los nueve tigres murió. Mientras tanto, el centro alicantino preparaba sus instalaciones para acoger a cinco de ellos, que actualmente siguen allí.

La organización InfoCircos lleva años luchando por la prohibición de la utilización de los animales salvajes en Europa. En los próximos días entregará a la Comisión Europea casi un millón de firmas recogidas a través de la plataforma Change.org en la campaña "La Unión Europea debe prohibir los animales salvajes en los circos". La campaña, lanzada en España hace tres años, ha alcanzado carácter internacional y espera que la Comisión Europea gestione su prohibición.

Un paso más cerca de lo salvaje

Con el objetivo de tener a los animales en las mejores condiciones posibles, dentro de la cautividad, el centro lleva a cabo una estricta rutina donde lo más importante es su bienestar. Premisas como que tengan la menor interacción con los humanos para no estresarles, llevar a cabo prácticas de rehabilitación, poner en práctica juegos de enriquecimiento de sus hábitats, observar sus comportamientos para poder socializarles entre ellos o buscar centros de reubicación son los objetivos que dibujan un cambiante día a día entre los montes de Villena.

 A lo largo de las instalaciones del centro se encuentran diversos espacios separados por grupos para que los animales puedan desarrollar comportamientos naturales, con la repartición de la comida por el terreno o el enriquecimiento ambiental como incluir juegos o repartir semillas a lo largo del vallado.

Una de las problemáticas a las que se enfrentan estos centros es que los animales rescatados llegan de manera individual al centro, a menudo incluso con un pasado que les ha privado del aprendizaje natural de los comportamientos y el lenguaje de la especie, lo que hace más complejo el proceso de socialización posterior. La observación por parte de los cuidadores es en este punto una de las tareas más importantes para poder identificar las condiciones de cada animal y cómo darle una vida más feliz.

A largo plazo, Primadomus estudia cómo hacer posible la vuelta de los animales a su hábitat natural a través del proyecto Born to be wild. “La cautividad nunca será la situación ideal para estos animales salvajes, pero después de lo que han vivido, al menos tienen calidad de vida mientras luchamos por un futuro en el que esto no sea necesario”.

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