Cómo se hicieron las mejores fotos de fauna salvaje de 2022
La colaboradora de 'National Geographic' Karine Aigner ha obtenido el primer premio del certamen de fotografía Wildlife Photographer por su foto de abejas de cactus apareándose en Texas.
Una bola zumbante de abejas de cactus (o Diadasia) gira sobre la arena caliente. Al cabo de unos minutos, la pareja que se encuentra en el centro de la bola (un macho que se aferra a la única hembra del grupo) se aleja para aparearse.
En el sur de Texas, las abejas del cactus nacen bajo tierra en pequeñas madrigueras repletas de polen. Los machos emergen primero y esperan arriba a las hembras, a las que acechan en cuanto asoman la cabeza por encima del suelo.
La bola de abejas que se retuerce es "algo que la gente no ve a menudo", dice Karine Aigner, fotoperiodista de estadounidense y colaboradora habitual de National Geographic.
Sin embargo, ahora lo verá mucha más gente. La foto de Aigner, tomada en la primavera de 2021, le ha valido el codiciado título de Fotógrafa de la Vida Salvaje del Año, un premio anual otorgado por el Museo de Historia Natural de Londres (Reino Unido).
A diferencia de muchos de sus otros proyectos, Aigner dio con las abejas de los cactus por accidente, mientras conducía por un rancho de Texas. De hecho, cuando vio por primera vez unas bolas peludas en el suelo, las confundió con hormigueros. Pero cuanto más aprendía sobre estos polinizadores autóctonos y su ciclo vital, más se obsesionaba.
Su fotografía de las abejas de los cactus le hizo ver "lo intrincada que es la naturaleza y lo poco que respetamos la complejidad de todo lo que nos rodea", dice Aigner. "Así que quería mostrar la personalidad de estas cosas que la gente llama bichos".
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Natalie Cooper, investigadora principal del museo y miembro del jurado de selección, describió la toma ganadora de Aigner como "una imagen hermosa y dinámica a una escala que a menudo pasamos por alto."
"La violencia y la agresividad que muestran estas abejas macho es más intensa que la que se observa en los grandes felinos de la sabana africana, y todo ello tiene lugar delante de nuestras narices", afirma Cooper.
Fue un buen día para Aigner, que también se llevó a casa el premio de Historia de Fotoperiodismo por una imagen que aparece en un reportaje de National Geographic sobre las competiciones de aves cantoras en cautividad en Cuba.
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Una jaula con un camachuelo cubano cuelga a lo largo de una carretera, para que el ave se acostumbre al bullicio de la vida callejera y así sea menos probable que se distraiga durante un concurso de canto. "Las imágenes lo hacen real", dice Karine Aigner de sus fotografías de pájaros cantores cautivos en Cuba, ganadoras del premio Photojournalist Story. Con este encargo, Aigner dice que quería hacer reflexionar a la gente sobre el modo en que explotamos a los animales salvajes para nuestros deseos. "Cuando se ven estas fotos, y se ve cómo es realmente, la pequeñez de las jaulas, se tiene un sentido más fuerte de la realidad de estos animales", dice.
Al igual que con las abejas, Aigner dice que espera que la gente piense de forma diferente sobre las aves que se capturan para el comercio de mascotas.
"Son animales salvajes con vidas salvajes, con sus propias biografías, sus propias familias y comunidades", dice Aigner. "Y quiero que la gente preste atención a ese hecho y empiece a pensar en las cosas que hacemos y que en realidad no tenemos que hacer".
El lujo de volver a un tema
Otro fotógrafo de National Geographic también fue premiado en la ceremonia. La imagen de Brent Stirton de los últimos momentos de un gorila de montaña le valió el premio en la categoría de Fotoperiodismo.
Stirton conoció a la gorila, llamada Ndakasi, en 2007, después de que su madre muriera en circunstancias misteriosas en el Parque Nacional de Virunga, en la República Democrática del Congo.
Tras quedar huérfana a los pocos meses de edad, Ndakasi pasó el resto de su vida al cuidado del Centro de Gorilas de Montaña de Senkwekwe. 14 años después, Stirton volvió a estar allí cuando Ndakasi falleció en los brazos de su antiguo cuidador, Andre Bauma.
"Siempre me intriga el potencial de comunicación y entendimiento entre humanos y animales. Creo que sólo estamos arañando la superficie de eso", dice Stirton por correo electrónico mientras cubre un reportaje para National Geographic en la India.
"Ver la profundidad de la relación que existía entre André y Ndakasi no hizo más que reforzar eso para mí".
Los fotógrafos no siempre pueden permitirse el lujo de volver a un tema. Sin embargo, Stirton ha vuelto al Parque Nacional de Virunga en varias ocasiones, ya que la región sigue luchando contra los grupos paramilitares y los cazadores furtivos. Con apenas un millar de gorilas de montaña en el Congo, Ruanda y Uganda, los primates en peligro de extinción se encuentran a menudo atrapados en medio del conflicto.
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"Te echaremos de menos". Estas son las palabras que el fotógrafo Brent Stirton tuvo para Ndakasi, una gorila de montaña huérfana, tras su muerte en 2021. "Si pudiera hablar con ella, le diría que fue uno de los momentos más tristes que he vivido en mi carrera al presenciar tu fallecimiento", dice Stirton, que ganó la categoría de Fotoperiodismo.
"Los problemas en Virunga no han hecho más que intensificarse, y el público debe apreciar el extraordinario trabajo que realizan estas personas para preservar el patrimonio mundial de la vida silvestre en las circunstancias más difíciles", afirma.
"Personas como Andre Bauma y la fuerza de guardabosques de Virunga merecen más atención".
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.