¿Qué hacemos para frenar el robo de simios bebé?
Un bonobo hembra alimenta con fruta a su cría en el Santuario Lola ya Bonobo, el único centro de rehabilitación de bonobos del mundo, a las afueras de Kinshasa, en la República Democrática del Congo. Según un nuevo informe, cada vez se venden más crías de chimpancés, gorilas y bonobos para el comercio de mascotas y los zoológicos.
Los grandes simios de África se enfrentan a las graves amenazas de la destrucción de su hábitat y la caza furtiva para obtener carne de animales silvestres. Según un nuevo informe publicado por la Iniciativa Mundial contra la Delincuencia Organizada Transnacional, está creciendo la demanda internacional de simios para ser usados como animales de compañía y atracciones para zoológicos. Hasta ahora, este problema había pasado desapercibido para la mayoría de los grupos encargados de proteger a los grandes simios de África: chimpancés, bonobos y dos especies de gorilas.
Las cuatro especies están en peligro de extinción (la mayoría en estado crítico) y están protegidas por leyes nacionales e internacionales. Pero pocos grupos o gobiernos realizan un seguimiento de las incautaciones de simios, lo que dificulta conocer la gravedad de la amenaza que supone la caza furtiva para el comercio de animales vivos. Las pruebas circunstanciales sugieren que el problema es importante y va en aumento, afirma Daniel Stiles, investigador independiente del comercio de fauna salvaje en Kenia y autor del informe.
"Los responsables políticos internacionales, las organizaciones conservacionistas y los gobiernos donantes no han comprendido el asombroso alcance del comercio ilegal de grandes simios africanos", afirma Iris Ho, responsable de campañas y política de la Alianza Panafricana de Santuarios (PASA), una coalición sin ánimo de lucro de 23 santuarios de primates en 13 países africanos, que fue entrevistada para el informe.
Chimpu, un chimpancé rescatado de una operación de contrabando en 2017, recibe cuidados en el Zoo Central, en Katmandú, Nepal. Dos años después, en un caso de gran repercusión, un tribunal nepalí condenó a cinco hombres por tráfico de crías de chimpancé.
Trabajando con una red de investigadores encubiertos e informantes, Stiles descubrió que los anuncios de crías vivas de grandes simios están aumentando en WhatsApp y las redes sociales. Desde 2015, ha documentado 593 anuncios de grandes simios publicados por 131 personas en 17 países. Los precios de los animales se han cuadruplicado en comparación con hace una década, y ahora los chimpancés se venden por hasta 100 000 dólares, los bonobos por hasta 300 000 dólares y los gorilas por hasta 550 000 dólares (lo que equivale a 91 000, 273 000 y 501 000 euros respectivamente). El nuevo informe no incluye a los orangutanes, que viven en Malasia e Indonesia.
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El destino de los simios africanos
La mayoría de los simios africanos van a China, Pakistán, Libia o los Estados del Golfo (especialmente los Emiratos Árabes Unidos), donde se convierten en animales de compañía o, cada vez más, en atracciones de zoológicos privados. Unos 10 000 zoológicos abrieron en China entre 2013 y 2020, casi el doble del número total, informa Stiles. Para los zoológicos registrados localmente es más fácil obtener permisos de importación de especies estrictamente protegidas que para los ciudadanos particulares, lo que ayuda a explicar la proliferación de zoológicos. "Los zoológicos registrados ofrecen cobertura legal bajo la apariencia de centros de rescate o conservación", afirma Stiles. "También ofrecen instalaciones de blanqueo para animales introducidos de contrabando y vendidos como criados en cautividad".
En la mayoría de los países, una vez que una instalación de vida salvaje está registrada ante las autoridades locales, añade, "se les puede llamar zoológicos, centros de rescate o conservación, santuarios... lo que se quiera".
Otra señal del aumento de la demanda es el creciente número de simios jóvenes acogidos por santuarios de vida silvestre acreditados por la PASA en África desde 2019, dice Ho. Los santuarios de PASA cuidan a más de 1100 chimpancés, la mayoría confiscados a comerciantes. Los simios jóvenes rescatados requieren cuidados permanentes, pero la mayoría de los santuarios del PASA ya están funcionando al límite de su capacidad, y todos carecen de fondos suficientes.
Stiles descubrió que los comerciantes se abastecen principalmente de crías de simio procedentes de la República Democrática del Congo y de países de África Occidental, especialmente Guinea. Por cada cría de chimpancé secuestrada, los cazadores furtivos suelen matar entre seis y siete adultos. Los expertos también calculan que mueren entre cinco y 10 crías por heridas, enfermedad o maltrato por cada animal que llega a manos de compradores en el extranjero.
Según el informe, algunos grandes simios salen de África de contrabando en cargamentos legales de monos o aves. Sin embargo, cada vez se llevan más animales a zoológicos registrados, como los de Sudáfrica. Las pruebas sugieren que estas instalaciones obtienen permisos legales de exportación para grandes simios capturados en libertad alegando falsamente que los animales han sido criados en cautividad.
El personal y los bonobos jóvenes pasan el rato en el Santuario Lola ya Bonobo. Los expertos calculan que por cada cría de simio que llega a manos de compradores extranjeros, 10 más mueren a causa de heridas, enfermedades o malos tratos. Hasta ahora, este comercio ilegal ha pasado desapercibido para la mayoría de los grupos encargados de proteger a los grandes simios africanos.
Mucha burocracia y poco seguimiento en la lucha contra el comercio de grandes simios
Según Stiles, poco se está haciendo para detener esta nueva tendencia del comercio ilegal, en parte porque tres de los grupos internacionales más importantes encargados de proteger a los grandes simios aún no han prestado la debida atención al problema.
GRASP: un grupo que "apenas funciona ya"
La Alianza para la Supervivencia de los Grandes Simios (GRASP) (una alianza de las Naciones Unidas) incluye entre sus prioridades la lucha contra el comercio ilegal. Pero según Doug Cress, antiguo líder de GRASP, el grupo "apenas funciona ya". Cress dimitió en 2016 porque las agencias de la ONU que se suponía que apoyaban el esfuerzo nunca lo trataron como una prioridad, dice. "Estaba cansado de luchar contra la burocracia".
Johannes Refisch, que asumió el liderazgo de GRASP, dice que "detener el comercio ilegal es una prioridad." Refisch señaló una base de datos de incautaciones de simios que GRASP lanzó en 2016 como el "principal instrumento del grupo para comprender mejor los impulsores del comercio ilegal para que podamos ayudar a abordarlo de manera efectiva."
Stiles dice que cuando solicitó acceso a la base de datos de GRASP, en agosto de 2022, recibió "un informe ridículo" que contenía una tabla de números de incautaciones que no tenía detalles adjuntos sobre ubicaciones o fechas, ni citas. "No tenía ningún dato", dice. "Totalmente inútil".
Refisch declinó la petición de National Geographic de ver la base de datos.
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La UICN no prioriza el comercio ilegal de grandes simios
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), autoridad mundial en especies amenazadas, alberga un grupo de expertos dedicado a los grandes simios, pero no da prioridad al comercio ilegal, según Stiles. Esto contrasta con los grupos de especialistas de la UICN para distintas especies, que informan activamente sobre el comercio ilegal. "Fíjese en los pangolines", dice Stiles. "Nadie sabía siquiera qué diablos era un pangolín hasta que el grupo de especialistas de la UICN empezó a informar y a decir: 'Eh, tenemos decenas de miles de pangolines que son objeto de tráfico'. Ahora es un gran problema".
"Es una locura que no se haga lo mismo con los grandes simios", añade.
Dirck Byler, vicepresidente y coordinador del grupo de la UICN, no respondió a una solicitud de comentarios.
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CITES: los grandes simios, fuera del orden del día
CITES, el tratado mundial para garantizar que el comercio internacional de fauna salvaje no amenace la supervivencia de las especies, carece de un grupo de trabajo dedicado a los grandes simios, informa Stiles. En la conferencia CITES del año pasado, en la que representantes de 183 países y de la Unión Europea se reunieron para tomar decisiones sobre el comercio de especies amenazadas, los grandes simios ni siquiera figuraban en el orden del día. "Como este comercio es internacional, entra en el ámbito de CITES", afirma Stiles. "Pero CITES no toma medidas".
Ben Janse Van Rensburg, jefe de la unidad de aplicación de la Secretaría de CITES, afirma que cada país es responsable de garantizar que el comercio de especies protegidas siga siendo legal. En los casos en que se plantean preocupaciones, dice, la Secretaría "ha emitido una declaración para proporcionar antecedentes fácticos".
Los países miembros de la CITES también son responsables de establecer el orden del día de las conferencias y reuniones, y de crear grupos de trabajo para especies específicas.
Stiles afirma en su informe que los representantes de Níger, Costa de Marfil, Kenia y Uganda intentaron crear un grupo de trabajo de la CITES dedicado a los grandes simios en 2014 y 2016. Pero estas peticiones, dice, fueron "rechazadas" por el representante de la CITES que presidía la reunión.
Iris Ho añade que en marzo de 2022 Gabón, con el apoyo de Senegal, Guinea y Nigeria, solicitó (sin éxito) que los grandes simios se incluyeran en el orden del día de la conferencia de CITES que se celebraría a finales de año. Dice que Estados Unidos también hizo hincapié en la importancia de prestar atención a este asunto.
Sin una acción mundial concertada, el problema no hará más que empeorar, advierte Stiles. Ya está viendo indicios de que el comercio de grandes simios se está extendiendo a la India. "Si la comunidad internacional no empieza a tomarse en serio el tráfico de grandes simios, seguirá creciendo, amenazando la supervivencia de nuestros parientes más cercanos", afirma.
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Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.