Así afecta a tu mascota las olas de calor extremo

Los gatos, perros y conejos no soportan el calor como los humanos. Frente al aumento de las olas de calor, los veterinarios piden más vigilancia.

Por Natasha Daly
Publicado 6 jul 2023, 11:14 CEST

A medida que las olas de calor se hacen más frecuentes e intensas, es probable que las mascotas requieran una atención especial.

Fotografía de Toni Anzenberger, Anzenberger, Redux

Cada año las olas de calor baten récords de temperaturas máximas, los fenómenos meteorológicos extremos provocados por el cambio climático afectan a los animales más cercanos a nosotros. Gatos, perros, conejos, roedores y otros pequeños mamíferos, reptiles y aves experimentan y muestran signos de sobrecalentamiento de formas distintas a las nuestras.

Esto es lo que necesitas saber sobre cómo tus mascotas intentan hacer frente al calor y cómo ayudarlas.

¿Cómo se enfrían las mascotas?

Los dueños de mascotas "a veces juzgan el calor por cómo se sienten, y eso no es lo que tenemos que hacer", dice Barbara Hodges, veterinaria y directora de defensa y divulgación de la Humane Society Veterinary Medicine Association, con sede en Davis, Estados Unidos. Un ejemplo perfecto, dice, es que "la gente siempre olvida lo caliente que está el asfalto", porque nunca tenemos que tocarlo. "Vas en coche a algún sitio [con tu perro] y piensas: Oh, cruzaré corriendo el aparcamiento hasta la clínica, sin darte cuenta de que te dolerá de verdad si no llevas zapatos".

Fisiológicamente, los animales afrontan el calor de forma distinta a los humanos. Para regular la temperatura corporal, sudamos por la piel, de la cabeza a los pies, y el sudor se evapora, enfriando nuestro cuerpo.

Los perros y los gatos sólo sudan por las patas y la nariz; los conejos y los pájaros no sudan. El jadeo es la principal forma que tienen los perros de refrescarse, ya que permite que el agua se evapore a través de los pulmones, la lengua y las superficies húmedas de la boca. Los gatos suelen acicalarse el pelo para mantenerse frescos; la saliva se evapora de su pelaje.

Aunque puede resultar tentador afeitar a tu mascota peluda en verano para ayudarla a mantenerse fresca, no lo hagas, dice José Arce, veterinario y presidente de la Asociación Americana de Medicina Veterinaria. Puede parecer contraintuitivo, pero el pelo actúa como aislante; ayuda a mantener a los animales calientes en invierno y frescos en verano, "como los tejados de las casas con capas de aislante", dice Arce. Además, les protege de las quemaduras solares, algo a lo que son tan susceptibles como los humanos.

Aunque los animales domésticos tienen adaptaciones para afrontar veranos normales, "no hacen frente al calor extremo", dice Hodges.

El calor extremo "puede desbordar la termorregulación de un animal, impidiéndole deshacerse del exceso de calor y provocándole finalmente un golpe de calor, que puede ser mortal", afirma Arce.

Todos los animales de compañía son susceptibles de sufrir un golpe de calor, pero algunos corren un riesgo mayor, afirma Arce. Los braquicéfalos (perros de cabeza corta como los carlinos, los bulldogs, los bulldogs franceses y los terriers de Boston) tienen tráqueas estrechas y pueden tener problemas para exhalar el aire, lo que significa que pueden tener problemas para mantenerse frescos. Las mascotas con problemas cardiacos y las que tienen sobrepeso, que son muy jóvenes o muy viejas, pueden ser igualmente vulnerables, afirma.

El entorno al que están acostumbrados también importa, dice Hodges. "Un perro que ha crecido en Phoenix [en el desierto estadounidense de Arizona] estará mucho más acostumbrado al clima cálido que un perro que viene a Phoenix de vacaciones", afirma. Lo mismo puede ocurrir en España con un animal que vive en la cornisa cantábrica y en verano se traslada al sur de la Península.

Un golpe de calor puede ocurrir en cualquier parte. "He vivido en Luisiana, Massachusetts y Puerto Rico, y he visto golpes de calor [en mascotas] en los tres lugares", dice Arce. A menudo, los golpes de calor se desencadenan al dejar a los perros en el coche durante minutos, incluso con temperaturas de 21 grados, explica.

Nunca dejes a tu mascota en un coche cerrado sin vigilancia bajo ninguna circunstancia, dice Arce. Si el aire exterior está a 26 grados, la temperatura en un coche cerrado alcanzará los 37 grados en unos 10 minutos.

Incluso las actividades normales pueden provocar un golpe de calor cuando las temperaturas son extremas. "Antes no pasaba nada por dejar a un perro en el jardín un par de horas en un día de verano", dice Hodges, pero con el aumento de las temperaturas provocado por el cambio climático y las frecuentes olas de calor, es importante estar más alerta.

(Relacionado: ¿Afecta la personalidad de los dueños a la personalidad de sus mascotas?)

Cómo proteger a tus mascotas del calor extremo

"No conviene perder de vista a los animales durante mucho tiempo con temperaturas extremas, haga frío o calor, porque las cosas pueden cambiar muy deprisa", dice.

Durante las olas de calor, Arce recomienda mantener a las mascotas dentro de casa y alejadas de las ventanas, y pasear a los perros a primera hora de la mañana o a última de la tarde, cuando las temperaturas del aire y del pavimento se hayan enfriado. Proporciona agua en abundancia e incluso bolsas de hielo para que las mascotas se tumben sobre ellas.

Entre los signos de que tu mascota puede estar sufriendo por la exposición al calor figuran el letargo, el jadeo excesivo (o cualquier jadeo en los conejos), la respiración acelerada, los temblores, el babeo, la inquietud excesiva y la falta de apetito prolongada. Si se presentan estos síntomas, Arce aconseja acudir al veterinario. Los síntomas más graves incluyen vómitos y diarrea. Las encías y la lengua de color gris violáceo y la incapacidad para ponerse de pie son signos de angustia extrema en los perros.

Las aves pueden esforzarse por separar las alas del cuerpo o empezar a jadear. Aunque muchos reptiles están adaptados al calor, el calor extremo puede afectarles. Los signos de angustia pueden incluir respiración acelerada, jadeo intenso, temblores excesivos y aspecto agitado. Los reptiles pueden desorientarse y confundirse con el calor extremo y dejar de moverse o perder el conocimiento.

Según Hodges, los veterinarios son quienes mejor pueden asesorar a los dueños de mascotas, pero en el sector "no creo que haya habido un esfuerzo concertado para centrarse en el cambio climático y su impacto en las mascotas".

Con el aumento de las temperaturas y la mayor frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos, educar a la gente sobre los riesgos que corren sus mascotas es más importante que nunca.

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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