La importancia de los pájaros en la historia del estudio de todos los colores
Los flamencos americanos adquieren su famoso color rosa al alimentarse de diminutos crustáceos y algas.
Pantone ha anunciado su color del año, el peach fuzz [pelusa de melocotón], que destaca el carácter acogedor y confortable del tono. La directora ejecutiva de Pantone, Leatrice Eiseman, declaró junto con el anuncio que este tono "despide empatía, nos arropa en un abrazo que casi podemos sentir y aúna con toda naturalidad lo juvenil con lo imperecedero".
Como cada año, el color no sólo representa las tendencias del diseño, sino también la cultura actual. Aunque parece que no hay nada más alejado que el mundo de las tendencias en el diseño digital que marca Pantone y las polvorientas estanterías de los museos llenas de especímenes de aves centenarias, los dos temas están más cerca de lo que podría pensarse.
Esto se debe a que los gigantescos compendios de colores de la empresa estadounidense tienen su origen, al menos en parte, en la ornitología y la historia natural.
Robert Ridgway, ornitólogo y artista del Museo Nacional de los Estados Unidos del Smithsonian entre 1886 y 1929, recibió el encargo de describir la variada avifauna del país. Para ello, primero tenía que describir con precisión el color de las aves, desde el vibrante naranja rojizo del pecho del petirrojo americano hasta el rojo vino del pinzón morado. Es más difícil de lo que parece, ya que un color puede parecer diferente en cada momento en función de la luz ambiental y de otros tonos cercanos.
Los atrevidos tonos de las plumas de muchas aves, como las del pavo real, inspiraron al ornitólogo Robert Ridgway para crear por primera vez detallados diccionarios de colores.
Para resolver este problema, Ridgway publicó dos diccionarios de más de 1000 colores diferentes, desde el dorado mostaza hasta el azul pavo real, con páginas y páginas de muestras de color pintadas a mano. Estos humildes comienzos (Ridgway autoeditó este último volumen a sus expensas) dieron lugar al Pantone Color Institute en la década de 1960.
"No existía este vocabulario común sobre el color hasta que Ridgway lo creó", dice Brian Ellis, presidente de la Sociedad Audubon de Illinois y representante de Ridgway en representaciones de historia viviente. "Tenía una necesidad muy concreta, pero lo que creó encontró rápidamente un uso muy amplio".
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Colores verdaderos
Tanto para los observadores de aves aficionados como para los ornitólogos, el color desempeña un papel fundamental en la identificación de las especies, afirma Kevin McGowan, desarrollador de cursos e instructor del Laboratorio de Ornitología de Cornell en Ithaca, Estados Unidos.
Pero no basta con describir un ave como "azul". Los arrendajos azules, los pájaros azules orientales y los escribanos añiles son pájaros azules, pero el azul intenso de un escribano añil no se parece en nada al azul cielo más suave de un arrendajo.
"Es muy difícil describir las sutiles diferencias de color", afirma. Debido a variaciones biológicas innatas, "puede que, de hecho, estemos viendo algo diferente".
Un escribano añil inmaduro se posa en una rama en Las Cruces, Costa Rica. Estas aves son conocidas por su intenso color azul.
El libro de Ridgway de 1912, Color Standards and Color Nomenclature, fue un éxito inmediato y agotó varias tiradas.
Ridgway dedicó gran parte de su tiempo a describir la diversidad de las aves norteamericanas, llegando a nombrar y describir más de 1000 especies, según Ellis.
Ridgway dibujó y pintó muchas de estas aves con su esposa, Julia Ridgway, con una habilidad que rivalizaba con la de John James Audubon.
Aunque ya existían diccionarios en color desde siglos antes de la vida de Ridgway, distaban mucho de ser exhaustivos y no estaban pensados para naturalistas.
A finales del siglo XIX aparecieron los tintes químicos. Derivados del alquitrán de hulla, estos tintes químicos no presentaban la variabilidad de lote a lote de los tintes botánicos en los que el mundo había confiado históricamente, abriendo todo un nuevo mundo de color a Ridgway y otros, dice Ellis.
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Un recurso indispensable
En el libro de Ridgway de 1886, A Nomenclature of Colors for Naturalists (Nomenclatura de colores para naturalistas), él y Julia pintaron páginas enteras con un color individual y las cortaron en pequeñas muestras para pegarlas en cada libro. Así se aseguraban de que, por ejemplo, el verde oliva de cada volumen fuera idéntico. Sus pinceladas pueden verse en las 186 láminas en color del libro.
"En sus libros hechos a mano, cada ejemplar se ajustaba exactamente a la norma", afirma Ellis.
Aunque se trataba de un logro, Ridgway seguía pensando que el volumen era insuficiente. Así que decidió publicar por su cuenta un volumen mayor. En esta versión, los Ridgway organizaron cada página en una gama de tonos, con el blanco puro en la parte superior izquierda y el negro en la inferior derecha. En medio se disponía una gama de matices y tonos que permitía a pintores y naturalistas igualar los colores con precisión.
La obra Color Standards and Color Nomenclature, publicada en 1912, tuvo un éxito inmediato y agotó varias tiradas. Como él esperaba, los naturalistas encontraron la guía indispensable, al igual que los diseñadores, coleccionistas de sellos y coloristas de alimentos.
Las guías de colores de los Ridgway siguen siendo fundamentales para comprender la diversidad de la vida, afirma Sarah Luttrell, ayudante de investigación del Laboratorio de Identificación de Plumas del Museo Nacional de Historia Natural del Smithsonian.
"Los humanos somos criaturas muy visuales. El color es lo primero que nos llama la atención", afirma.
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La guacamaya roja de Sudamérica tiene brillantes tonos rojos, azules y amarillos.
A finales del siglo XIX y principios del XX, Ridgway publicó dos diccionarios de más de mil colores diferentes, desde el dorado mostaza hasta el azul pavo real, con páginas y páginas de muestras de color pintadas a mano.
El lorito arco iris, originario de Australia, es una de las especies de loros más coloridas.
Tanto para los observadores de aves aficionados como para los ornitólogos, el color desempeña un papel fundamental en la identificación de las especies.
Ridgway en la era moderna
A finales de la década de 1950, los impresores y publicistas se enfrentaban a un dilema cromático similar al de Ridgway, pero a mayor escala. Los fabricantes necesitaban asegurarse de que los colores que utilizaban se distinguieran de los de la competencia y fueran coherentes en el tiempo y el espacio.
Reconociendo una necesidad no satisfecha, Lawrence Herbert compró la imprenta en la que trabajaba en 1962 y creó Pantone. El Pantone Matching System de la empresa era esencialmente una versión a escala industrial de sistemas de color como los del volumen de 1912 de Ridgway y obras similares de aficionados al color como Albert Munsell. Los diccionarios del color también se han digitalizado para reproducir los colores en pantallas de ordenador.
Puede que la selección del peach fuzz como Color del Año 2024 no tenga implicaciones resonantes para Luttrell en el Laboratorio de Identificación de Plumas, pero sigue siendo una parte clave de su trabajo en la identificación de especies.
"Todavía hay muchas cosas que aprender sobre el color y su importancia para el animal. Cuanto mejor podamos medirlo, más aprenderemos", afirma Luttrell.
Una hembra de halcón sacre vigila a sus polluelos en su nido con vistas a la llanura mongola.
Antes de las pinturas en color de Ridgway (en la imagen, cálidos tonos tierra y grises), había pocas guías de referencia del color a disposición de los científicos y del público.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.