¿Por qué hay manatíes 'enamorados' de las centrales eléctricas de Florida?

Más del 60% de los emblemáticos manatíes del Estado del Sol (en EE. UU.) mantienen una sorprendente relación de codependencia con sus centrales eléctricas y muchos de estos queridos mamíferos podrían morir si cerraran.

Por Asia London Palomba
Publicado 13 sept 2024, 10:57 CEST
 Tampa Electric Company

El agua caliente del canal de descarga de Tampa Electric Company (y de otras centrales eléctricas de Florida) proporciona a los manatíes un inesperado refugio invernal cuando el océano se enfría demasiado.

Fotografía de Jason Gulley, National Geographic

Detente en una de las centrales eléctricas de Florida (Estados Unidos) en invierno y probablemente te encontrarás con cientos (o incluso miles) de manatíes flotando perezosamente en las aguas costeras cercanas. Aunque los turistas se arrullen ante la congregación de estos carismáticos animales, su presencia en estos emplazamientos industriales es alarmante.

En los últimos 70 años, el rápido crecimiento de la población del estado, la expansión de la industria y la aumento del nivel del mar han modificado el hábitat natural del manatí de Florida, limitando su acceso al alimento y a las aguas que los mantenían calientes durante los fríos meses de invierno.

En busca de nuevos hábitats de aguas cálidas, los manatíes han desarrollado durante generaciones una fuerte dependencia de los vertidos de aguas cálidas de las centrales eléctricas de carbón de este estado de EE. UU., utilizándolas como refugio durante el invierno.

Pero a lo largo de los próximos 30 años, Florida pretende alejarse de estos emplazamientos industriales y orientarse hacia las energías renovables, dejando a los animales sin uno de sus principales refugios de aguas cálidas. Si no se toman medidas pronto, podrían producirse pérdidas catastróficas en el número estos emblemáticos animales que viven en el estado.

(Relacionado: Descubre la vida oculta de los manatíes amazónicos)

Los manatíes necesitan agua caliente para sobrevivir

Los manatíes son vulnerables al síndrome de estrés por frío cuando las temperaturas del agua descienden por debajo de los 20 °C. Aunque parezcan redondos y regordetes, carecen de la grasa aislante de las ballenas y las focas, y tienen dificultades para regular su temperatura corporal; su tamaño se debe a su gran tubo digestivo.

Cuando la temperatura del agua desciende en los meses más fríos del año, los animales retiran el calor de sus extremidades, explica Monica Ross, Directora de Investigación y Conservación de Manatíes del Acuario Marino de Clearwater (Florida). El agua fría les provoca la muerte de la piel y partes de la cola, añade.

Históricamente, los manatíes buscaban refugio en invierno emigrando al sur de Florida, donde las temperaturas suelen ser más tropicales, o a cuencas termales pasivas y sistemas de manantiales naturales del norte de Florida. Cuando empezaron a aparecer centrales eléctricas en el estado entre los años 40 y 70, los manatíes empezaron a invernar cerca de estas zonas industriales, algunas de las cuales están más al norte que su área de distribución histórica.

"Los manatíes son muy oportunistas y, por lo que hemos visto, son capaces de encontrar una diferencia de un grado centígrado en la temperatura del agua y concentrarse en ella", dice Ross.

Recientes estudios de población realizados por la Comisión de Conservación de la Pesca y la Vida Silvestre de Florida (FWC, por sus siglas en inglés) en 2020 y 2021 estiman que la población actual de manatíes es de unos 8000 ejemplares, por ahora.

En 2017, los manatíes pasaron de ser una especie en peligro de extinción a una amenazada, una medida que fue criticada por grupos ecologistas.

Sin embargo, la vida no se ha vuelto ni mucho menos más sencilla para la especie: en 2021, cientos de manatíes murieron de hambre después de que una floración de algas nocivas agotara las praderas marinas; y un estudio de 2020 reveló que el 96% de la población tiene algún tipo de cicatriz en el cuerpo debido a colisiones con embarcaciones, que representan alrededor del 25% de sus muertes

Los manatíes se reúnen en el fondo arenoso cerca de Homosassa Springs

Los manatíes se reúnen en el fondo arenoso cerca de Homosassa Springs, donde el agua es cálida en invierno. Las entradas de agua cálida formadas naturalmente eran donde los manatíes solían pasar el invierno, pero el desarrollo urbano destruyó su hidrología natural.

Fotografía de Jason Gulley, National Geographic Image Collection

Una fuerte dependencia generacional de las centrales eléctricas

Las centrales eléctricas toman agua para refrigerar los equipos mecánicos internos. El agua se calienta y se convierte en vapor, que hace girar las turbinas para generar energía, y luego se vierte a una temperatura superior a la de entrada. La calidad de los vertidos está regulada por la Ley de Aguas Limpias y el Sistema Nacional de Eliminación de Descargas Contaminantes (NPDES).

"Las centrales que producen 'agua caliente biológica significativa' están obligadas a tener un permiso NPDES y un plan de protección de los manatíes", afirma la conservacionista Katherine Sayler, de Defenders of Wildlife.

Actualmente hay 67 lugares de aguas cálidas utilizados por los manatíes en Florida, entre ellos 10 centrales eléctricas, 23 manantiales y 34 cuencas termales, explica Michelle Pasawicz, responsable del programa de gestión de manatíes de la FWC.  

Más del 60% de los manatíes utilizan las centrales eléctricas industriales de Florida durante la estación fría, y seis de cada 10 de esos lugares ofrecen fuentes fiables y constantes de agua caliente”, afirma. La temperatura del agua en estas zonas varía, pero suele rondar los 28°C.

Los manantiales naturales, en comparación, casi siempre se mantienen entre 21 Y 22 grados, pero a medida que la población humana de Florida aumentaba en más de 20 millones de personas desde el principio del siglo XX, muchos de los manantiales naturales del estado fueron drenados para la agricultura y el agua potable o destruidos por el desarrollo urbano.

Ahora, las temperaturas cálidas responsables del cambio climático están provocando la subida del nivel del mar a lo largo de la costa de Florida. El nivel global del mar en Florida ha subido 20 centímetros desde 1950, y ese ritmo no hace más que acelerarse. Esto es un problema para los manatíes porque la vegetación de la que dependen no resiste el agua salada.    

Las centrales eléctricas pueden servir de refugio durante los meses de invierno, pero no ofrecen muchas opciones para alimentarse. Esto significa que los manatíes deben desplazarse desde los lugares de descarga para acceder a las praderas marinas. En las épocas más frías del año, se refugian en un lugar y ayunan, a veces durante una semana.

Esta dependencia de los vertidos de las centrales eléctricas se ve agravada por el hecho de que los manatíes muestran la comunidad científica denomina una gran fidelidad al lugar. Los estudios de seguimiento telemétrico por satélite y las investigaciones sobre el comportamiento de los manatíes sugieren que las madres enseñan a sus crías, durante el periodo aproximado de dos años en el que están juntas, a volver al mismo sitio año tras año.

“Los manatíes son muy resistentes y muy adaptables. Son animales que aprenden dónde refugiarse unos de otros”, explica Ben Prater, conservacionista y experto en manatíes de la organización sin ánimo de lucro Defenders of Wildlife. “Están estrechamente emparentados con los elefantes, que también demuestran comportamientos similares al tener mapas mentales que comparten a través de generaciones para obtener recursos”.

Los conservacionistas temen que cuando las centrales eléctricas del estado acaben por cerrarse, los manatíes sigan volviendo a los mismos sitios para refugiarse. Los modelos de población indican que hay casi un 50% de probabilidades de que “cuando las centrales eléctricas dejen de funcionar veamos, en el próximo siglo, un descenso de al menos un 30% de la población de manatíes de Florida en las regiones suroeste y atlántica”, dice Sayler.

(Relacionado: ¿Por qué se están muriendo los manatíes de Florida?)

¿Cuáles son las soluciones?

La fidelidad al lugar, aunque forma parte del problema, podría ser parte de la solución. Excavando balsas de agua profundas calentadas con energía solar o gas, los conservacionistas pueden crear nuevos puntos de agua caliente a lo largo de la ruta migratoria del manatí.

En su viaje regular a estos lugares industriales, los animales podrían encontrar estas nuevas zonas, recordarlas y enseñárselas a sus crías, explica Patrick Rose, director ejecutivo del Save the Manatee Club.

Subraya que es un esfuerzo que va a requerir una cantidad considerable de tiempo y financiación.

“No podemos apagar [las centrales eléctricas] y esperar que los manatíes encuentren estos nuevos lugares a tiempo”, afirma Rose, que lleva estudiando a los manatíes desde la década de 1970. “Sospecho que, incluso en el mejor de los casos, habrá manatíes que sufran las consecuencias. No creo que podamos eliminarlo y por eso necesitamos poner en marcha estos esfuerzos pronto.”

Sin embargo, la principal prioridad tanto para el estado como para los conservacionistas es restaurar y mantener la integridad de los manantiales naturales del estado. Ello proporcionaría a los manatíes un acceso fiable tanto a praderas marinas sanas como a hábitats invernales. Para ello hay que eliminar las barreras que impiden el acceso a los manantiales, garantizar que no se drenen, evitar la erosión de las costas y controlar los contaminantes que provocan la proliferación de algas nocivas.

Aunque la tarea es ingente, ya ha habido algunos triunfos.

En un informe de 2020, la FWC y el Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre federal destacaron la restauración de varios hábitats naturales de manatíes en Fanning Springs, Three Sisters Springs y Port of the Isles. La FWC también creó sucesivamente un lugar pasivo de aguas cálidas en el condado de Collier, en el suroeste de Florida, que ha sido utilizado constantemente por los manatíes desde que finalizaron las obras en 2016.

Para conservacionistas como Prater, proteger a los manatíes de Florida es sólo un paso para mantener la integridad de los ecosistemas naturales del estado: “Al [ayudar] a una especie como el manatí, estamos contribuyendo a mantener una Florida protegida, conectada y salvaje para las generaciones futuras”.

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    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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