Los anillos de los árboles pueden utilizarse para datar yacimientos arqueológicos
La dendrocronología es una herramienta valiosísima que ayuda a los científicos a calcular la antigüedad de asentamientos y artefactos antiguos.
Los arqueólogos tienen un grupo de aliados improbables: los árboles. La dendrocronología, el método científico que consiste en estudiar anillos de árboles, puede determinar la antigüedad de los yacimientos arqueológicos empleando la información que almacena la madera. El método, desarrollado originalmente para la climatología, es una herramienta valiosísima para los arqueólogos, que pueden rastrear hasta 13 000 años de historia con las cronologías de los anillos de los árboles de más de 4000 yacimientos de seis continentes.
Los troncos de los árboles no crecen de manera uniforme. Aunque añaden un anillo nuevo en cada temporada de crecimiento, el desarrollo del tronco está muy vinculado a las condiciones climáticas. En condiciones ideales, los árboles crecen rápidamente y forman anillos anuales anchos. Durante las sequías, el frío impropio de la estación y otras condiciones inusuales, el crecimiento se ralentiza y los anillos son más estrechos.
A principios del siglo XX, el astrónomo Andrew Ellicott Douglass empezó a estudiar los árboles de la región sudoccidental de Estados Unidos para descubrir cómo afectaban las manchas solares al clima en la Tierra. Cuando se dio cuenta de que los anillos de los árboles de la misma zona presentaban los mismos patrones, decidió usarlos como registro del clima histórico de la zona.
Finalmente, Douglass extendió su trabajo de árboles vivos a la madera empleada en antiguos sitios pueblo y empezó a utilizarlos para desentrañar la cronología regional que podría usarse para datar dichos yacimientos arqueológicos. Su investigación, financiada parcialmente por la National Geographic Society, contribuyó a obtener fechas más antiguas de los indios pueblo y cambió la forma en que los arqueólogos analizaban los lugares de excavación.
En la actualidad, la dendrocronología es una herramienta fundamental para datar yacimientos arqueológicos y artefactos. El término deriva de las palabras dendron y khronos, que en griego antiguo significan «árbol» y «tiempo», respectivamente.
Cuando los arqueólogos descubren madera durante las excavaciones, cortan una sección transversal completa, los comparan con las cronologías regionales para detectar patrones de anillos que coincidan y así determinan la antigüedad del lugar. Las diferentes edades de los especímenes pueden revelar olas de construcción en un lugar en particular o patrones migratorios o comerciales por trozos de madera que no tienen procedencia local.
La dendrocronología es más útil en unas áreas que en otras. En los trópicos, por ejemplo, los árboles no muestran patrones estacionales distintivos, de ahí que la dendrocronología tropical resulte difícil. La madera también debe estar bien conservada para poder estudiarla. Y los pueblos antiguos no construían necesariamente con madera, lo que priva a los arqueólogos de una herramienta fundamental para estudiarlos.
Con todo, este método se emplea en varias disciplinas como la climatología y la historia del arte, y las cronologías de anillos de árboles se utilizan hasta para calibrar los resultados de la datación por radiocarbono. Los laboratorios como el Laboratorio de Investigación de los Anillos de los Árboles de la Universidad de Arizona forman a investigadores y llevan a cabo investigaciones continuamente.
A medida que se acumulan los datos de los anillos de los árboles, los investigadores se han dado cuenta de lo valiosos que pueden ser. Recientemente, se ha demostrado que los patrones de anillos de los árboles coinciden con los registros históricos de sequías y han revelado muchas cosas, como el cambio de la gestión forestal indígena en la región central de la Amazonía o los patrones climáticos que provocaron el auge y la caída de la antigua Roma. Debido a su uso interdisciplinario, la dendrocronología ha fortalecido los vínculos entre disciplinas y demostrado la valía de los árboles para los arqueólogos que buscan más información sobre los sitios que estudian.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.