El uso excesivo de antibióticos en la agricultura comercial es parte del problema de la E.coli

Las infecciones urinarias van en aumento (y el motivo podría estar en tu nevera)

A medida que aumentan los casos de infecciones urinarias como la cistitis, las patologías también se vuelven más difíciles de tratar con los antibióticos de uso común.

La carne contaminada, especialmente la de ave, puede propagar la bacteria E. coli, causante de infecciones urinarias. El uso excesivo de antibióticos en la agricultura comercial es parte del problema.

Fotografía de William Widmer, The New York Times, Redux
Por Daryl Austin
Publicado 28 ago 2024, 12:01 CEST, Actualizado 4 sept 2024, 10:01 CEST

Las infecciones del tracto urinario (ITU) como la cistitis están aumentando y pueden ser cada vez más peligrosas. La carga global de morbilidad asociada a las infecciones urinarias aumentó más de un 68% entre 1990 y 2019. Al mismo tiempo, las bacterias que causan las ITU han desarrollado resistencia a los fármacos comunes.

Se trata de un tema de plena actualidad en España. Y por partida doble. Al tradicional aumento de casos de infección urinaria que se produce en la época estival tenemos que añadir la reciente inclusión en el Boletín Oficial del Estado de una resolución que permite a las enfermeras (y no sólo a los médicos) prescribir fármacos contra las infecciones de orina en mujeres adultas (algo que no ha gustado a todo el mundo).

Normalmente, las ITU se consideran más una molestia dolorosa que una infección peligrosa o mortal. Pero para un paciente anciano o con múltiples afecciones médicas, los antibióticos que combaten la infección pueden ser esenciales. No recibir estos antibióticos contribuye a la muerte de cientos de miles de personas cada año en todo el mundo. Incluso cuando no son mortales, los más de 400 millones de casos anuales de infecciones urinarias en todo el mundo suponen una importante carga para los limitados recursos médicos. 

“Sabemos que las infecciones urinarias son una causa tremenda de morbilidad e incluso mortalidad, pero también suponen una enorme carga para el sistema sanitario estadounidense, ya que suponen más de 2000 millones de dólares anuales en costes sanitarios”, afirma Michelle Van Kuiken, uróloga y uroginecóloga de la Universidad de California.

Con el fin de aliviar esta carga, la comunidad científica ha tratado de identificar y comprender los factores contribuyentes menos conocidos. Uno de ellos puede resultar sorprendente: la carne contaminada por la bacteria Escherichia coli

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¿Qué son las infecciones urinarias y qué peligro entrañan? 

Las ITU pueden empezar en cualquier parte del sistema urinario y afectar a los riñones, el torrente sanguíneo y el útero, pero lo más habitual es que infecten la vejiga “con síntomas de frecuencia urinaria, urgencia para orinar (a veces a pesar de tener la vejiga vacía) y ardor al orinar”, dice Craig Comiter, urólogo de la Universidad de Stanford (Estados Unidos). Calambres, fiebre, mal olor y sangre en la orina también pueden ser signos de una infección de vejiga. 

Las ITU se producen cuando las bacterias penetran en la uretra e infectan las vías urinarias, algo que puede ocurrir durante la actividad sexual, debido a una predisposición genética o a malas prácticas higiénicas, como no asearse correctamente. 

Las ITU son la infección más frecuente tratada fuera de los hospitales en Estados Unidos, y afectan a entre el 50% y el 60% de las mujeres a lo largo de su vida. Aproximadamente una cuarta parte de las mujeres también declaran infecciones repetidas en los seis meses siguientes.

Aunque las infecciones urinarias pueden afectar a cualquiera, son 30 veces más frecuentes en las mujeres, ya que éstas tienen la uretra más corta y más próxima al ano, fuente habitual de bacterias. Desglosado, “los grupos con mayor riesgo de infecciones son las mujeres sexualmente activas, las ancianas y los hombres y mujeres inmunodeprimidos”, dice Comiter. 

Cuando las ITU sólo afectan a la vejiga, no se consideran peligrosas y suelen resolverse sin tratamiento, aunque con frecuencia se recetan antibióticos para acelerar el proceso de curación, que pasa de semanas a días. Sin embargo, cuando estas infecciones se extienden a los riñones, al torrente sanguíneo o a distintas zonas del aparato reproductor, pueden provocar complicaciones graves como envenenamiento de la sangre, septicemia, lesiones renales o insuficiencia renal. 

Si no se tratan, “un porcentaje muy pequeño de estos casos puede incluso poner en peligro la vida”, explica Jacob Lazarus, médico especialista en enfermedades infecciosas del Hospital General de Massachusetts y biólogo celular bacteriólogo de la Facultad de Medicina de Harvard (ambos en Estados Unidos).

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¿Por qué está aumentando el número de ITU?

El creciente número de casos de ITU se debe a varios factores, uno de los cuales es el aumento de la población. “A medida que aumenta la población, esperamos más ITU y más [carga de enfermedad asociada a] las ITU porque hay más gente”, dice Lazarus.

Además, algunas de las enfermedades asociadas a las ITU, como los cálculos renales y la diabetes de tipo 2, también están aumentando. Y un elevado número de adolescentes y adultos son sexualmente activos. “En mujeres por lo demás sanas, la actividad sexual es el factor que más contribuye a desarrollar una ITU”, afirma Van Kuiken. 

La población mundial también está envejeciendo. “Dado que las infecciones urinarias son más frecuentes en las personas mayores, su prevalencia aumenta a medida que envejece la población”, afirma Comiter. 

Cindy Liu, microbióloga y directora médica del Centro de Acción contra la Resistencia a los Antibióticos de la Escuela de Salud Pública del Instituto Milken de la Universidad George Washington (EE. UU.), cita otro factor de peso que explica el aumento de las infecciones más peligrosas: el incremento de las ITU resistentes a los antibióticos. “Si no cambiamos el uso que hacemos de los antibióticos, vamos camino de tener menos opciones para tratar las infecciones de vejiga, riñón y urosepsis”, afirma. 

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El papel de la carne

El consumo de carne desempeña un papel en todo esto de dos maneras distintas: al introducir bacterias causantes de infecciones en la uretra y porque muchos de los antibióticos introducidos en fuentes cárnicas pueden acabar aumentando la resistencia a los medicamentos que podrían acabar con la infección una vez iniciada.

Los animales de granja sanos de EE. UU. y otros países suelen recibir antibióticos para protegerlos de enfermedades, una práctica conocida por fomentar la resistencia a los antibióticos. Comiter cita “el uso excesivo de estos antibióticos en la cría de animales” como una razón importante por la que cada vez más personas están desarrollando resistencia a los antibióticos utilizados para tratar las infecciones urinarias.

“Comer carne muy tratada con antibióticos puede estar contribuyendo a aumentar las tasas de resistencia a los antibióticos, ya que el microbioma humano está siendo influenciado por el consumo de carne”, afirma Van Kuiken. “Esto no significa que si comes carne vayas a contraer una ITU, pero podría aumentar la probabilidad de que acabes colonizado por un organismo resistente a múltiples fármacos”, explica.

Fármacorresistente o no, la E. coli de la carne puede colonizar el intestino y propagarse al tracto urinario. Esto puede ocurrir en las mujeres después de que la carne contaminada pase por el sistema digestivo y se excrete muy cerca de la pared vaginal, donde las bacterias sólo tienen una corta distancia que recorrer entre el ano y la entrada de la uretra. 

Aunque los científicos saben desde hace tiempo que esto puede ocurrir, están descubriendo que probablemente sucede con más frecuencia de lo que se sospechaba. Un estudio realizado en 2023 estima que la carne contaminada causa cerca de medio millón de infecciones urinarias al año en Estados Unidos, una pequeña parte de los más de ocho millones de visitas sanitarias relacionadas con infecciones urinarias que se producen en el país cada año, pero suficiente para ser motivo de preocupación. 

Sobre todo porque “se ha demostrado que entre el 30 y el 70 por ciento de nuestros productos cárnicos al por menor están contaminados con E. coli”, afirma Liu, coautora de la investigación de 2023. 

Estas bacterias suelen eliminarse en el proceso de cocción antes de ser ingeridas, explica, por lo que es probable que muchas de estas infecciones provengan de comportamientos relacionados con la preparación de los alimentos. “A menos que seas extremadamente cuidadoso, contaminas el fregadero, las superficies de la cocina, tus manos y los alimentos crudos cada vez que manipulas productos cárnicos contaminados”, dice Liu.

Desde esos lugares, las bacterias pueden proliferar, entrando potencialmente en contacto con los alimentos que acabas consumiendo.

Evitar una ITU (de origen alimentario o no) empieza por una buena higiene.

Debido al peligro de contaminación, un paso importante es tomar precauciones al manipular cualquier producto cárnico; en concreto, pollo, pavo y cerdo, ya que se asocian con más frecuencia a infecciones relacionadas con E. coli. Las prácticas de manipulación seguras incluyen lavarse las manos frecuentemente con jabón y agua caliente durante al menos 20 segundos, limpiar y desinfectar las zonas de preparación de alimentos y los utensilios después de cada uso, y cocinar la carne a una temperatura segura. 

Liu dice que también puede reducir su exposición a E. coli resistente a los medicamentos eligiendo comprar carnes etiquetadas como “USDA Organic”, “Criado sin antibióticos”, “Animal Welfare Approved”, “American Grassfed” o “Sin antibióticos nunca”. 

Para evitar otras causas de infecciones urinarias, Comiter sugiere lavarse las manos con frecuencia, limpiarse de delante hacia atrás después de ir al baño, beber cantidades adecuadas de agua y orinar después de mantener relaciones sexuales como “formas eficaces de minimizar el riesgo de infección.” 

Cuando se trata de evitar los peores resultados de las ITU, dice, lo mejor es acudir al médico si se nota algún síntoma preocupante de infección o si los síntomas parecen empeorar. “Si hay fiebre o cambios en el estado mental (lo que es más frecuente en los ancianos), puede tratarse de una infección más grave, que puede requerir hospitalización y un tratamiento más prolongado.” 

Con las precauciones y cuidados adecuados, señala Lazarus, a menudo pueden evitarse los peores desenlaces de las infecciones urinarias: “Las infecciones urinarias son bastante tratables si se diagnostican a tiempo”.

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Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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