¿Estamos ante el inicio de una pandemia de gripe aviar?

Las autoridades sanitarias estadounidenses acaban de confirmar el primer caso de gripe aviar grave en EE. UU., y California acaba de declarar el estado de emergencia. Los expertos dicen que no es demasiado pronto para prepararse para lo peor.

Por Fred Guterl
Publicado 19 dic 2024, 12:50 CET
Corral de gallinas

Durante décadas, sucesivas oleadas de infecciones de gripe aviar han asolado las granjas avícolas de todo el mundo. Ahora el virus se acerca de forma amenazante a la propagación entre los humanos.

Fotografía de Nir Elias, Reuters, Redux

En noviembre, un adolescente de Fraser Valley (Columbia Británica, Canadá) acudió al médico por conjuntivitis y tos. Seis días después, el adolescente fue conectado a un respirador artificial en el Hospital Infantil de Columbia Británica, en Vancouver, y permaneció en estado crítico durante semanas.

Aunque este tipo de casos normalmente no suelen aparecer en los titulares de prensa, este fue una excepción: el niño dio positivo en una cepa de gripe aviar, denominada H5N1, que los expertos en enfermedades infecciosas temen que pueda alimentar la próxima pandemia humana.

El virus apareció por primera vez en las granjas avícolas de Hong Kong en 1997, donde mató a casi el 100% de sus pollos, causando hemorragias internas y destruyendo múltiples órganos de una manera que recuerda escalofriantemente al ébola en los humanos. Desde entonces, sucesivas oleadas de infección, propagadas por aves silvestres, han asolado las granjas avícolas de todo el mundo.

Recientemente, sin embargo, el H5N1 dio un inquietante paso evolutivo en dirección a los humanos. En 2022, arrasó una población de elefantes marinos en Argentina, matando a miles de ellos con una tasa de mortalidad del 97%. Era la primera vez que se sabía que el H5N1 se había instalado en una especie de mamífero. Hasta entonces, las personas y otros mamíferos que habían enfermado habían contraído el virus a través del contacto con aves. Ahora, los elefantes marinos se lo estaban pasando unos a otros.

Cuando la comunidad científica publicó sus hallazgos en junio, el virus H5N1 ya había infectado a otra especie de mamíferos: las vacas lecheras. Desde marzo, el virus se ha propagado a más de 800 rebaños lecheros en 16 estados de EE. UU., incluidos más de 500 en California, donde sigue sin estar controlado. El 18 de diciembre, el gobernador de California, Gavin Newsome, declaró el estado de emergencia para responder a los brotes. Según un comunicado del Ministerio de Sanidad de España del 10 de diciembre de 2024, "Hasta la fecha, no se han detectado casos de influenza aviar A(H5N1) en ganado bovino en la Unión Europea ni en el Espacio Económico Europeo (EU/EEE)".

En Estados Unidos, al menos 61 personas han contraído el virus, la mayoría por contacto directo con aves o vacas. En diciembre, un niño del condado de Marin que bebió leche cruda (es decir, no pasteurizada), tuvo fiebre y vómitos, y posteriormente dio positivo en la prueba del H5N1. Esta semana, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) han confirmado el primer caso "grave" de gripe aviar en Estados Unidos, en el que el paciente había estado expuesto a aves enfermas y muertas en su patio trasero.

Cada vez que un ser humano enferma, el virus consigue otra oportunidad de adquirir la capacidad de propagarse de persona a persona. Una vez superado ese hito, podría iniciar una pandemia.

No hay pruebas de que el H5N1 haya superado ese sombrío punto de inflexión. Puede que nunca llegue a dar ese salto. Pero "sabiendo lo que sabemos de estos virus, la tendencia no es buena", afirma Matthew Binnicker, microbiólogo especializado en enfermedades respiratorias de la Clínica Mayo de Rochester (Minnesota, EE. UU.), quien añade que es necesario "tomar medidas serias".  

Cómo puede la gripe aviar convertirse en un problema serio para las personas

A los expertos les preocupan dos vías principales por las que el virus podría empezar a propagarse más fácilmente entre las personas. Y subrayan: no es demasiado pronto, ni descabellado, prepararse para lo peor.

Piara de cerdos

A la comunidad científica le preocupa que los cerdos puedan ser un caldo de cultivo para una versión de la gripe aviar que puede propagarse más fácilmente entre los humanos.

Fotografía de Edwin Remsberg, VWPics, Redux

1. Los cerdos podrían ser la clave para desencadenar una pandemia de gripe aviar

La presencia del virus H5N1 en cientos de rebaños de vacas no es una buena noticia, pero no es el animal de corral que más preocupa a la comunidad científica.

Si el H5N1 empezara a circular entre los cerdos, las posibilidades de que surgiera una versión humana aumentarían drásticamente. Esto se debe a que los cerdos pueden infectarse al mismo tiempo por virus aviares y humanos, y esto crearía, literalmente, un caldo de cultivo para los virus.

Los virus de la gripe son extremadamente cambiantes en parte porque están hechos de ARN, una molécula genética similar al ADN pero con una diferencia importante: los virus de ARN no tienen ningún mecanismo de corrección durante la replicación. Por eso, cuando un virus de la gripe se reproduce dentro de una célula huésped, es propenso a cometer errores de copia, lo que aumenta la tasa de mutaciones. Esto significa que un virus de ARN como el H5N1 es especialmente bueno evolucionando para infectar nuevas especies.

Pero los virus de la gripe tienen otra herramienta que los hace aún más peligrosos: la capacidad de intercambiar material genético con otros virus. Este proceso, conocido como reordenación, es un poco como barajar dos barajas de cartas diferentes: acabas con un poco de ambas. Si un cerdo contrae el H5N1 de un ave y contrae, por ejemplo, el virus de la gripe estacional que esté circulando entre las personas, los dos virus entrarán en contacto y, por reagrupación, adquirirán al azar los rasgos del otro.

Lo que ocurra después dependerá, de nuevo, del azar. Muchos de estos virus recombinados morirán sin que nadie se dé cuenta. Pero en ocasiones, la recombinación crea un virus cuyo código genético le proporciona ventajas que le permiten prosperar. Si esas ventajas incluyen la capacidad de reproducirse y propagarse entre los humanos, y tiene la oportunidad de empezar a propagarse en una población, podría convertirse en otro nuevo patógeno humano. Se cree que el virus pandémico H1N1 de 2009 comenzó en cerdos domésticos del centro de México.

El 30 de octubre, el Servicio de Inspección Zoosanitaria y Fitosanitaria (APHIS), dependiente del Departamento de Agricultura de EE. UU., anunció que había detectado H5N1 en una pequeña granja del condado de Crook (Oregón). Dos cerdos dieron positivo de una cepa del H5N1 que está haciendo estragos entre las aves silvestres, las aves de corral y el ganado, aunque pequeñas diferencias genéticas sugieren que los cerdos adquirieron el virus de aves silvestres.

Aunque no hay pruebas de que el H5N1 se esté propagando actualmente en las explotaciones porcinas comerciales, el caso de Oregón sugiere que las aves, los cerdos, el ganado y otros mamíferos se transmiten el virus entre sí con más frecuencia de la que los expertos conocen.  ”Tenemos que ser muy cautelosos a la hora de subinterpretar hallazgos como éste”, afirma Binnicker. “Donde hay humo, hay fuego. No es motivo de alarma, no es motivo de pánico, pero no podemos ignorarlo", avisa.

(Relacionado: ¿Qué ocurre si la gripe y el VRS se fusionan en un solo virus?)

2. Un brote incontrolado en el ganado lechero que nos pone a todos en peligro  

Incluso si evitamos las infecciones por H5N1 en los cerdos, podría surgir un virus pandémico humano a partir de la galopante epidemia de vacas lecheras. Al igual que los cerdos, el ganado vacuno también puede infectarse por virus humanos y aviares al mismo tiempo. Los científicos creen que el reagrupamiento es un poco más improbable en el ganado vacuno debido a ciertos aspectos de su fisiología. En el caso del ganado lechero, a los expertos les preocupa más que los humanos se conviertan en el caldo de cultivo.

La presencia del virus en las granjas lecheras expone a muchas personas (trabajadores de las granjas y sus familias, amigos y miembros de sus comunidades) al virus. Y una versión humana de la gripe aviar es perfectamente capaz de surgir, por reagrupación, de una persona infectada tanto con la gripe aviar como con un virus de la gripe estacional.  

Esta temporada de gripe aumenta este riesgo. “Es probable que se produzca una amplia transmisión y propagación de los virus de la gripe humana entre la población”, afirma Binnicker. “Si un trabajador agrícola se infecta con una cepa humana de la gripe y también trabaja con una vaca lechera infectada con gripe aviar, entonces podría producirse una reagrupación en el ser humano si se infecta con ambos virus al mismo tiempo”.

(Relacionado: Toda la verdad sobre la leche cruda o sin pasteurizar)

Las explotaciones han tenido dificultades para contener los brotes, pero se están haciendo algunos progresos

Contener el brote entre el ganado es importante para reducir la amenaza potencial para la salud pública. Cuantas menos vacas se infecten, menos oportunidades tendrá el virus de transmitirse a otros animales de granja, como los cerdos, o a los humanos.

Pero la industria ganadera y sus reguladores han tenido dificultades para lograrlo. A diferencia de los avicultores, que tienen décadas de experiencia con el H5N1, al sector lácteo estadounidense le pilló desprevenido. “Hacía muchas generaciones que no nos enfrentábamos a un virus de este tipo. No tenemos ese mecanismo de saltar a la acción bien engrasado”, afirma Jaime Jonker, director científico de la Federación Nacional de Productores de Leche de Estados Unidos.

La industria ganadera ha estado intentando ponerse al día desde que comenzó el brote, muy probablemente a finales de 2023 en granjas del panhandle de Texas, después de que un ave silvestre infectada con H5N1 transmitiera de algún modo el virus a la glándula mamaria de una vaca. “Todo el mundo se sorprendió, porque, que yo sepa, nunca se había visto en ninguna especie. Fue una situación muy inusual”, dice Jim Roth, director del Centro de Seguridad Alimentaria y Salud Pública de la Universidad Estatal de Iowa.

El virus parece propagarse entre las vacas principalmente a través del contacto con el equipo de ordeño. Luego se acumula en concentraciones tan altas en la leche de las vacas infectadas que es extremadamente difícil evitar que se propague. Los ganaderos han probado a utilizar desinfectantes en el equipo de ordeño e incluso directamente en los pezones de las vacas, sin resultado. “Se produce tanto virus en la leche que es difícil detenerlo”, afirma Roth.

Las grandes explotaciones emplean a un pequeño ejército de trabajadores para ordeñar miles de vacas dos o tres veces al día, siete días a la semana. Es difícil evitar que la leche cargada de virus manche monos y botas. El uso adecuado de gafas, protectores faciales, mascarillas, guantes, cubrebotas, monos y otros equipos de protección individual (EPI) puede, en teoría, proporcionar una excelente protección a los trabajadores, según me dijeron los expertos de los CDC, pero sólo si se llevan de forma sistemática y siguiendo estrictamente los protocolos. Esto puede resultar difícil en las condiciones a menudo húmedas y mojadas de las típicas granjas lecheras. Muchas de las infecciones entre los trabajadores agrícolas se presentan como conjuntivitis, tal vez porque los trabajadores se frotan los ojos por debajo de las gafas protectoras.

A pesar de las dificultades de contención, se están haciendo algunos progresos.

En julio, Colorado empezó a exigir que se analizara la leche almacenada en “tanques a granel” antes de su envío desde las granjas. También emitió una orden de cuarentena para el ganado infectado y exigió medidas de bioseguridad más estrictas, como la esterilización rutinaria de los neumáticos de los vehículos, la restricción de las visitas y el establecimiento de estrictos protocolos de bioseguridad para los trabajadores.

Las últimas medidas parecen haber sido eficaces: Colorado no ha notificado nuevas infecciones en más de un mes. En octubre, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés), citando el éxito de Colorado, inició un programa nacional de análisis de la leche a granel (en las explotaciones porcinas, la vigilancia queda en manos de los ganaderos y sus veterinarios).

Las medidas más estrictas llegan tarde a California, donde el brote se ha extendido por las granjas del Valle Central. El gran tamaño de su industria láctea (el estado tiene 1,7 millones de vacas lecheras, frente a las 200 000 de Colorado) y la proximidad de sus granjas entre sí plantean un desafío a los esfuerzos de contención, dicen los expertos. “Estamos en una fase en la que no tenemos el virus bajo control en California”, afirma Jonker.

El USDA ha aprobado siete ensayos de campo de vacunas candidatas contra el H5N1 para el ganado lechero. Sin embargo, la agencia, en una respuesta escrita a las preguntas, no quiso hacer conjeturas sobre cuándo estará disponible una vacuna “o si alguna vez se desarrollará una vacuna exitosa”.

(Relacionado: Un brote de gripe aviar sin precedentes arrasa con la vida salvaje de Israel)

¿Qué haría saltar las alarmas de la gripe aviar? ¿Y qué debemos hacer cuando las oigamos?  

Hay pruebas de que el H5N1 se está adaptando rápidamente a la fisiología humana. Según un estudio publicado este mes en la revista Science, basta una sola mutación genética en la cepa de las vacas lecheras para que se adhiera fácilmente a las células de las vías respiratorias humanas. Esa mutación se halló en la muestra de virus tomada al adolescente en la Columbia Británica y puede ser la causa de su enfermedad. Aun así, los científicos afirman que todavía no hay pruebas de transmisión entre humanos.

En general, el riesgo para la salud pública del virus H5N1 es actualmente “bajo”, según los CDC. Eso podría cambiar en un instante con otro episodio aislado de una cepa capaz de propagarse de persona a persona. Probablemente aparecería primero como un pequeño grupo de enfermedades y se extendería gradualmente, primero despacio y luego con rapidez. Es imposible predecir su gravedad: podría causar una enfermedad leve, como la pandemia de gripe de 2009, o una enfermedad grave, como la gripe de 1918, que mató a más de 50 millones de personas, o algo intermedio.

Independientemente de la gravedad, la detección y la respuesta rápidas son fundamentales para contener un brote de este tipo. Estados Unidos dispone actualmente de dos vacunas candidatas contra el H5N1, y tiene previsto fabricar 10 millones de dosis antes de abril, según los CDC.

Si se produjera la transmisión entre humanos, esas dosis podrían vacunar a un anillo de personas alrededor de un grupo de casos. Esta estrategia podría contener un brote, si las autoridades responden rápidamente antes de que el virus infecte a demasiadas personas.

Mientras tanto, lo mejor que puede hacer la mayoría de la gente es vacunarse contra la gripe estacional, lo que ayudaría a reducir el nivel de virus estacional en circulación y la posibilidad de contagio. Los expertos en salud pública también desaconsejan beber leche cruda (la leche de las tiendas de comestibles es segura, ya que pasa por un proceso de pasteurización).

En la actualidad, los CDC centran su “vigilancia activa” en las personas con más probabilidades de exposición, como los trabajadores agrícolas. Por ejemplo, en un cribado realizado a 115 trabajadores agrícolas, ocho dieron positivo en las pruebas de anticuerpos contra el H5N1 (lo que significa que en algún momento habían contraído el virus) y cuatro habían desarrollado síntomas.

En la población general, en cambio, la prevalencia es “insignificante”, afirma Eduardo Azziz-Baumgartner, epidemiólogo médico de los CDC. Por esta razón, afirma, ampliar las pruebas sería ineficaz, costoso y daría lugar a demasiados falsos positivos. Hasta ahora, los CDC han realizado más de 60 000 pruebas de detección del H5N1 y sólo 61 han dado positivo (todos menos dos se contagiaron de animales. Y aunque los expertos no saben de dónde lo contrajeron los otros dos, no hay pruebas de transmisión entre humanos).

Maggie Bartlett, directora del programa de la Red Mundial de Virus y profesora de virología de la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins, cree que las consecuencias de un virus H5N1 humano son potencialmente tan graves que se impone una mayor vigilancia. Aboga por generalizar las pruebas rápidas de detección del H5N1, y por un seguimiento más sistemático del virus entre animales y personas. Le preocupa que el número real de personas que han contraído el virus H5N1 sea muy superior a las 61 que conocemos por ahora. “No estamos vigilando suficientemente a la población humana para conocer el número total de casos humanos”, afirma: “Es algo que la comunidad científica lleva meses lamentando”.

No faltan motivos de preocupación. Es difícil poder predecir cuándo y dónde se producirá el contagio (o si llegará a producirse). Lo que sí sabemos es que la probabilidad de que aparezca un virus H5N1 humano es ahora mayor que nunca.

más popular

    ver más

    Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

    más popular

      ver más
      loading

      Descubre Nat Geo

      • Animales
      • Medio ambiente
      • Historia
      • Ciencia
      • Viajes y aventuras
      • Fotografía
      • Espacio

      Sobre nosotros

      Suscripción

      • Revista NatGeo
      • Revista NatGeo Kids
      • Disney+

      Síguenos

      Copyright © 1996-2015 National Geographic Society. Copyright © 2015-2024 National Geographic Partners, LLC. All rights reserved