Sebo de vacuno para la piel

¿Es verdad que el sebo de vacuno sirve para el cuidado de la piel?

Uno podría pensar que tiene sentido aplicar en tu piel algo que también comes, pero los expertos aseguran que existen mejores opciones, clínicamente probadas.

Es posible que hayas visto que el sebo de vacuno, un producto obtenido a partir de la grasa de vaca, se promociona como una respuesta a los problemas de la piel seca.

Fotografía de Rebecca Hale, National Geographic
Por Leah Worthington
Publicado 20 feb 2025, 12:39 CET

Se acabaó usarlo sólo para hacer filetes o freír patatas fritas. El sebo de vacuno, el humilde subproducto de la grasa de vaca, se ha abierto camino en las rutinas de belleza.

Citando vitaminas y otros beneficios bioquímicos, algunos influencers y gurús del bienestar han empezado a promover el sebo de vacuno como el último truco para lograr una piel suave y húmeda. Con el creciente interés por las alternativas “limpias” y “naturales” para el cuidado de la piel, no es de extrañar que los productos de origen animal (como el sebo de vacuno y la mucina de caracol) estén teniendo su momento de popularidad en el mundo de la cosmética.

Pero, ¿es realmente la grasa de vaca procesada la adecuada para nuestras mejillas? Los expertos analizan los posibles beneficios y perjuicios de esta nueva tendencia, de la granja a la cara.

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¿Qué es el sebo de vacuno y por qué se utiliza para el cuidado de la piel?

El sebo de vacuno procede de la fusión y clarificación del tejido graso de las vacas. Sólido a temperatura ambiente, el sebo de vacuno ha sido durante mucho tiempo la grasa favorita para asados y frituras (incluidas las patatas fritas originales de McDonald's), jabón natural y, más recientemente, biocombustible.

En el último año, TikTok ha introducido la grasa animal en el ideario del bienestar. Desde la manteca corporal perfumada hasta el bálsamo orgánico de vacas alimentadas con pasto, el sebo de vacuno está arrasando en el cuidado de la piel, prometiendo desde “hidratación profunda” hasta “curación de afecciones cutáneas”. Los productos prefabricados (que pueden costar más de 30 euros por unos pocos gramos) han inundado el mercado, mientras que algunos consumidores incluso le compran sebo al carnicero y elaboran su propio sebo en casa.

Geeta Yadav, dermatóloga titulada y fundadora de FACET Dermatology, atribuye esta tendencia a “la convergencia de la belleza limpia con tendencias que estamos viendo en TikTok, como la dieta carnívora, así como un cambio social hacia el escepticismo sobre la seguridad de los productos y los ingredientes”.

Desde el punto de vista de la sostenibilidad, esto podría no ser malo. Como subproducto de la industria cárnica, el consumo de sebo de vacuno “encaja en el esfuerzo por aprovechar el animal entero y no dejar que se desperdicie”, afirma Ermias Kebreab, profesor de Ciencia Animal de la UC Davis. Pero, añade, si la demanda de sebo de vacuno aumenta demasiado, eso podría hacer subir los precios y fomentar una mayor producción ganadera, lo que “contradice el propósito de la sostenibilidad”.

Koji Fujioka, encargado de la carnicería The Local Butcher Shop de Berkeley (California, Estados Unidos), afirma que, en general, “hay abundancia de grasa de vacuno sin utilizar” en la industria cárnica. Aunque no ha observado un gran aumento de la demanda de sebo de vacuno en concreto, sí ha notado un mayor deseo de productos como el suyo, menos procesados y procedentes de una fuente conocida y de confianza.

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¿Qué puede hacer el sebo de vacuno por la piel?

Los defensores del sebo de vacuno lo promocionan como una fuente natural de vitaminas y ácidos grasos nutritivos, atestiguando una amplia gama de beneficios, tanto cosméticos como medicinales.

Como explica Adam Friedman, profesor y catedrático de dermatología de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la GW, el sebo de vacuno contiene grasas saturadas e insaturadas, como el ácido palmítico, el ácido esteárico y el ácido oleico, que se encuentran de forma natural en la piel humana y podrían constituir “un eficaz producto reparador de barreras, que ayuda a reforzar la armadura de la piel, atrapa la humedad y suaviza la piel”. El sebo de vacuno también tiene “una pequeña cantidad de vitaminas liposolubles como las vitaminas A, D, E y K, que pueden ofrecer beneficios antioxidantes o de apoyo a la piel adicionales”.

En teoría, dice, el sebo de vacuno podría “imitar los lípidos naturales de la piel”, o grasas, para reponer la barrera externa, reducir la pérdida de agua para mejorar la hidratación, e incluso ayudar a calmar la inflamación.

Pero los dermatólogos no están muy convencidos de las promesas de una piel radiante, la cura del acné y una firmeza similar a la del Botox. El problema, advierten, es la flagrante falta de pruebas clínicas.

“Se trata de una tendencia en la que la popularidad ha ido por delante de la ciencia”, afirma Rajani Katta, dermatóloga titulada y profesora clínica de dermatología en la Universidad de Texas Houston. Una revisión bibliográfica de 2024 concluyó que el sebo de vacuno ofrece propiedades hidratantes y humectantes, aunque no está claro qué composición de sebo y otros ingredientes es más eficaz. Aunque las primeras investigaciones hallaron algunos beneficios terapéuticos para determinadas afecciones cutáneas, se desconocen los efectos secundarios negativos a corto o largo plazo del sebo de vacuno. “Existen importantes lagunas en la investigación sobre los usos del sebo en la piel humana”, escriben los autores.

Y, a pesar de algunas afirmaciones en sentido contrario, el sebo de vacuno no tiene raíces sólidas en la medicina tradicional china, afirma Lixing Lao, profesor y presidente de la Universidad de Medicina Integral de Virginia (Estados Unidos). Aunque encontró algunas pruebas de antiguas aplicaciones medicinales, el sebo de vacuno para los trastornos de la piel “no era un remedio muy utilizado/práctico.” XiuMin Li, catedrático de Patología, Microbiología e Inmunología de la Facultad de Medicina de Nueva York, añade que la grasa animal (aunque no el sebo de vacuno en particular) se utilizaba antiguamente como portador de ingredientes herbales en la medicina china, pero que hay informes contradictorios sobre su eficacia para el cuidado de la piel.

Friedman señala que, aunque el sebo de vacuno “pueda parecer natural e inofensivo”, si no se obtiene o procesa adecuadamente, existe el riesgo de contaminación por patógenos o pesticidas. Y la calidad puede ser difícil de garantizar. El sebo de vacuno no está regulado por la FDA como producto para el cuidado de la piel, dice Yadav, y añade que “hay una barrera de entrada realmente baja cuando se trata de iniciar una marca de belleza”.

Según Samantha Karlin, dermatóloga titulada de Luisiana, hay pieles que no toleran bien la grasa animal. Las personas con piel propensa al acné o sensibles a los productos de origen animal pueden sufrir brotes o reacciones alérgicas. “He oído a pacientes decir que pensaban que si podían comerlo, podían usarlo en su piel”, dice Karlin. “Aunque esto parece bueno en teoría, por desgracia, como dermatólogos, vemos muchas dermatitis alérgicas de contacto a ingredientes o alimentos 'naturales' que se usan en la piel”.

Friedman recomienda precaución a quienes estén decididos a consumir sebo. Empieza con una pequeña cantidad, abastécete de forma responsable, úsalo con moderación y controla los resultados.

Y no olvides que ya existen opciones mejores y verificadas.

“El sebo de vacuno no es un mecanismo específico”, afirma. “En el mercado hay muchos productos para el cuidado de la piel bien formulados y basados en pruebas, diseñados específicamente para tratar afecciones como el eccema, la psoriasis y la sequedad, con un perfil de tolerabilidad y seguridad demostrado”.

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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