Los niños no pueden explorar el mundo, pero sí cartografiarlo
Diseñar mapas tiene muchas ventajas para los niños. Te proponemos nueve ideas de mapas creativos.
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Ahora mismo, los niños no pueden explorar el mundo como hace unos meses. Pero sí podemos ofrecerles otra opción: explorar el mundo creando mapas.
Los mapas no solo sirven para llegar del punto A al punto B, también cuentan una historia. Pueden revelar el trayecto de un bicho, explorar los patrones de los animales en tu barrio o incluso imaginar un mundo futuro.
La cartografía activa los cerebros de los niños al fomentar habilidades lingüísticas, geográficas, históricas y artísticas. Usar una perspectiva diferente para reflexionar sobre personas y lugares inspira creatividad y comprender las relaciones espaciales incrementa la capacidad de razonamiento, fundamental para el aprendizaje de CTIM.
Durante esta época de distanciamiento social, los mapas pueden cobrar más importancia que nunca. «Pueden ayudar a los niños a descubrir otros lugares y a otras personas», explica James Meacham, cartógrafo y geógrafo de la Universidad de Oregón. «Los mapas refuerzan cómo conectamos».
A continuación, te proponemos algunas ideas para llevar a los niños por una nueva vía de exploración.
Cómo empezar
El primer paso es averiguar qué quiere cartografiar tu hijo. Obviamente, los mapas pueden ser geográficos, pero también inspirar todo tipo de historias. Estos mapas no geográficos muestran vínculos entre cosas: un árbol familiar, los ingredientes para unas magdalenas con cara de payaso o la trayectoria de un avión de papel.
Fomenta la faceta creativa de tus hijos ayudándoles a proponer ideas de lo que quieren expresar, como sus animales, eventos o temas favoritos que quieren explorar. De este modo, los ayudarás a visualizar y organizar sus ideas.
Pueden decidir de tres a cinco características para mostrarlas en el mapa. Por ejemplo, si es un mapa de las hormigas de la acera, ¿hay que dibujar cada planta o solo representarlas con color verde? ¿Hay que dibujar a cada hormiga o solo el camino que siguen? Pensar en este tipo de cosas permite que los niños cuenten su historia sin sentirse abrumados. «Algunos mapas incluyen más información que otros», dice Joanna Merson, cartógrafa que desarrolla mapas interactivos virtuales para UO InfoGraphics Lab en Eugene, Oregón. «Solo depende de qué trate de transmitir el mapa».
Cómo construir el mapa
Los mapas necesitan datos, ya sean cómo llegar de un punto a otro, observaciones personales, patrones meteorológicos o noticias ficticias sobre avistamientos de Bigfoot en tu barrio.
Empezad dibujando un gráfico para recopilar o rastrear la información. «Si tu hijo hace un mapa de los animales del jardín, anota cuándo y dónde los visteis», sugiere Merson. Incluid observaciones sobre cualquier patrón, como si el animal está en el suelo, se esconde en las sombras o hace ruidos en lugares determinados. Construye el mapa con esos datos.
Martha Sharma, consultora de geografía en Hilton Head Island, Carolina del Sur, sugiere hacer preguntas abiertas para que los niños visualicen el mundo o la historia, recopilen información y la expresen sobre el mapa. «Puedes empezar la conversación por: "¿Hay ríos? ¿Vive toda la gente en la ciudad? ¿Hay monstruos?"». Las preguntas abiertas suelen empezar con «quién, qué, cuándo, dónde y por qué».
Si los niños empiezan de cero, pueden comenzar haciendo garabatos. Pero echar un vistazo a otros mapas en busca de inspiración no es hacer trampas. «Los cartógrafos suelen empezar con un mapa existente y lo adaptan para compartir una historia a su manera», afirma Meacham.
Permite que la imaginación del niño cree el mapa. Ya sea con ceras o de forma digital, en papel o en tela, en fotos o en dibujos... se puede hacer un mapa con cualquier cosa. Incluso puedes crear un mapa «antiguo» arrugándolo y metiéndolo en té diluido (pero asegúrate de probar este método en una hoja en blanco primero). «Los niños a los que les guste el arte quizá prefieran dibujar un mapa de tiza sobre la acera», dice Sharma. «Un niño que adora construir con Legos puede preferir un mapa con medidas exactas y muchos detalles».
Y no te preocupes por las distancias exactas y las leyendas, solo concéntrate en pasarlo bien. «Fomenta la creatividad más que la cartografía precisa o las competencias de libros de texto», afirma Sharma.
Nueve ideas de mapas
¿Necesitas una idea creativa? Seguro que en una de estas encuentras la inspiración:
Rastrea la fauna y la flora del jardín o del barrio. Haz un mapa de las hormigas de la acera, busca los rastros de los caracoles u observa por dónde se mueven las ardillas durante el día o dónde crecen los dientes de león. «Esta actividad también puede incluir a sus amigos», explica Sharma. Los niños pueden hacer una videollamada para comparar lo que observan y hablar sobre las diferencias.
Crea un mapa desde la perspectiva de tu perro. Piensa en dónde le gusta pasear, dormir y orinar; dónde viven sus amigos caninos; con qué frecuencia visita su cuenco de comida y otras cosas que haga tu perro. (¡Esta idea también puede aplicarse a los gatos!).
Imagina un mapa. ¿Hay monstruos amistosos en el barrio? Crea un mapa basado en avistamientos inventados de criaturas mitológicas en tu vecindario.
Haz un árbol de la amistad. Aquí pueden incluir a sus mejores amigos, cuándo y dónde los conocieron, los momentos favoritos que han pasado con ellos, historias divertidas y otros vínculos que tengan con ellos.
Resuelve un misterio. Echa un vistazo bajo la cama o los cojines del sofá en busca de algo que esté fuera de lugar, como una moneda o un calcetín sucio. Crea un mapa de cómo podrían haber llegado hasta allí, desde el camión que los entregó a la tienda hasta el fondo de un zapato. Haz la historia más emocionante añadiendo tipos de transporte inverosímiles, como una entrega en nave espacial o en dinosaurio.
Cartografía el futuro. Los niños pueden reflexionar sobre qué querrían que se supiera sobre ellos dentro de cien años y después crear un mapa sobre las ubicaciones de cosas importantes para ellos: el colegio, los parques, las casas de sus mejores amigos, dónde les ha pasado algo bueno y otras historias personales.
Imagina el futuro de tu ciudad. Crea un mapa de cómo será tu ciudad dentro de 50, 100 o 1000 años.
Haz mapas mezclados. Pon los lugares favoritos de tu ciudad en el barrio de un personaje imaginario, en Marte o en un lugar famoso como el antiguo Egipto.
Diseña un mapa aspiracional. Si los niños siempre han deseado ir a un lugar, pueden investigar quién vive allí (personas y animales), qué alimentos se comen, qué tiempo hace y otros datos que hagan de ese un lugar especial.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.