Cómo fomentar la relación entre los niños y los abuelos
Para los niños, la comunicación con adultos mayores es crucial.
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Para que sus hijos mantengan el contacto con sus abuelos durante la pandemia, Lisa Mogolov y su marido organizan videollamadas semanales para cocinar juntos. Una familia elige los ingredientes y los usan para preparar un plato en sus respectivas casas de Boston y Kansas City. Es ingenioso, tierno y... un desastre. "Los niños se ponen tímidos y quieren esconderse. Normalmente, David y yo acabamos hablando solos con sus padres", cuenta.
Incluso antes de que la COVID-19 impusiera el confinamiento, abuelos y bisabuelos podían parecer desconocidos para los niños. El contacto entre nietos y abuelos puede ser escaso y consistir en algún que otro regalo que no gusta, conciertos de piano forzados por los padres o chistes malos. Es comprensible que mantener el contacto con personas con las que no suelen tenerlo a través de una pantalla pueda ser difícil. "Creo que puede ser mucha presión para los niños", afirma Mogolov.
Con todo, conectar con parientes mayores tiene beneficios mentales y físicos para todos, ya sea por el simple hecho de comprobar qué tal están o para fomentar una mejor relación entre tus hijos y sus mayores.
"Creo que ahora mismo tenemos una población ansiosa y hay muchas incógnitas en el aire. Supone una oportunidad perfecta para que los adultos mayores transmitan la sensación de que todo va a ir bien", afirma Jenna Hauss, directora de iniciativas estratégicas y servicios comunitarios en ONEgeneration en Reseda, California.
Los beneficios
Según algunos estudios, los adultos mayores que participan en programas intergeneracionales muestran más optimismo, mejores cuidados personales y tasas de mortalidad prematura más bajas. Además, una relación sólida entre nietos y abuelos puede mitigar las tendencias depresivas tanto en adultos como en niños, según una investigación citada por Thomas Cudjoe, profesor adjunto de medicina en la división de gerontología y medicina geriátrica de la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins.
Tener una relación real con los abuelos también puede ayudar a los niños a desarrollar cualidades que los conviertan en buenos ciudadanos, como la empatía. "Los niños están programados para pensar 'yo, yo, yo'. Cuando ven a una persona que ha pasado por las etapas de la vida, los aleja de esa forma de pensar. Pueden obtener una perspectiva mundana", explica Tina-Anne Praas de SKIP, una organización de Ontario que acerca a estudiantes y personas mayores.
Ser cercanos con un abuelo también puede ayudar a los niños a desarrollar habilidades comunicativas e incluso cognitivas, sobre todo si son capaces de aprender y comparar sus experiencias con las de los abuelos. Tampoco conlleva la misma presión que hablar con un padre o una madre. "Para la gente joven, se trata de comprensión, de poder comparar y aprender y de sentir algo de consuelo", afirma Hauss.
Añade que lo ha visto de primera mano con el programa Sages and Seekers de ONEgeneration, que conecta a alumnos de último año de instituto con personas mayores. Recuerda haber visto a estudiantes preocupados por su vida tras la graduación escuchando atentamente a los mayores mientras compartían sus propias experiencias de la misma etapa de la vida, hace más de 50 años.
Las buenas relaciones con los abuelos podrían incluso determinar la senda vital de un niño. "Mis interacciones con mis abuelos me inspiraron para convertirme en médico. Inspiraron mi trabajo sobre la importancia de las conexiones sociales", cuenta Cudjoe.
Cómo ayudarlos
Empezar puede ser lo más difícil, ya sea en persona o por una pantalla. "Si no os conocéis mucho, entonces las preguntas de sí o no pueden ser terribles", afirma Donna Butts, directora ejecutiva de Generations United en Washington D.C., una organización sin ánimo de lucro que trabaja en programas intergeneracionales y temas relacionados con políticas públicas. Antes de las órdenes de confinamiento, los directores de programas como ella se dieron cuenta de que juntar a gente en una habitación y esperar a que ocurra la magia no era suficiente. "La actividad es lo que une a las generaciones. Establecen lazos más rápidamente si trabajan en un proyecto, en algo que puedan crear o resolver o hacer juntos", señala.
A continuación, te proponemos algunas ideas para empezar.
Id de paseo. Hacer una videollamada al aire libre es una opción ideal para un niño inquieto o que se pone tímido ante la cámara. "Hay gente que pasea y [hace videollamadas] al mismo tiempo. Describe lo que ve, lo que siente. La tecnología se mueve contigo para mezclar ambas cosas", explica Butts.
Envía instrucciones. Butts conoce a una abuela que es una maestra de la jardinería y enviaba materiales e instrucciones a su nieto antes de llamarlo. De esa forma, podían plantar juntos durante sus videollamadas. (Conforme florezca la relación, también lo harán las plantas del jardín.) "Los abuelos también pueden enseñar a un niño una receta familiar", sugiere Butts. Si mandan la receta antes de tiempo, puedes comprar los ingredientes y preparar preguntas con antelación: ¿Por qué es esta receta importante para la familia? ¿Cómo aprendieron a prepararla? ¿Cuánto costaban antes los ingredientes?
Echa raíces. Crear un árbol familiar es una forma ideal de aprender historia y conocer mejor a los abuelos. Puedes dibujar tantas ramas como puedas con antelación y después dejar interrogaciones para que los abuelos ayuden a los niños a llenar los huecos. Los niños pueden jugar a los detectives e interrogar a los abuelos sobre sus propios padres, tías, tíos y primos. Quizá descubran que han heredado su talento artístico del bisabuelo pintor o que su destreza deportiva se debe a su primo futbolista. Si tus hijos tienen inclinaciones teatrales, podéis disfrazaros y recrear una foto familiar antigua. Praas sugiere enviar la foto a los abuelos con una nota graciosa.
Cotillea. Compartir historias familiares "infames" es otra buena forma de romper el hielo. Empieza pidiéndoles a tus padres o tus suegros que te ayuden a contar una historia que recuerdes, como alguna travesura de tu yo de seis años, por ejemplo. Piensa en otras preguntas que puedan hacer los niños y que puedan desembocar en buenas historias, como cuál fue el momento más embarazoso para un abuelo.
Colabora. Ambas partes pueden sentirse realizadas con proyectos de voluntariado desde casa. Los abuelos pueden coser mascarillas no médicas y donarlas, o ayudar a los niños (o a quienes no tengan máquina de coser) a hacer una mascarilla sin necesidad de coser. Incluso los niños demasiado pequeños para hacer mascarillas pueden poner su granito de arena. Por ejemplo, cuando los voluntarios de ONEgeneration entregan comidas a personas mayores, incluyen dibujos de alumnos de preescolar. Tus hijos pueden ayudar enviando sus obras maestras.
Habla su idioma. Enseñar un idioma es una habilidad especial que muchos abuelos pueden ofrecer, sobre todo si tu familia procede de una rica cultura inmigrante. También puedes descubrir mucho más que el lenguaje hablado. Butts recuerda una historia de una de sus empleadas. "Su abuelo era sordo, así que toda la familia conocía el lenguaje de signos. Ahora su padre está enseñándole a su hijo lenguaje de signos una vez a la semana por videollamada. Eso se quedará con él toda su vida", afirma.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.