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Utilizando datos del telescopio espacial James Webb, los astrónomos identificaron unos 80 objetos (rodeados con un círculo verde) que cambiaron de brillo con el tiempo. La mayoría de estos objetos, conocidos como transitorios, son el resultado de la explosión de estrellas o supernovas. Estas estrellas explotaron cuando el universo sólo tenía unos 2000 millones de años.
¿Podría haber una sociedad extraterrestre tecnológicamente avanzada escondiéndose en NGC 604, una región de estrellas formativas en la galaxia Triangulum captada en esta imagen del telescopio espacial James Webb? Los astrónomos llevan mucho tiempo preguntándose por qué todavía no hemos encontrado civilizaciones alienígenas incluso sabiendo que la humanidad es joven y nuestro universo antiguo, una interrogante conocida como la paradoja de Fermi.
Una ilustración muestra el aspecto que podría tener el exoplaneta K2-18 b según los datos científicos. Nuevas observaciones han revelado la presencia de moléculas que contienen carbono, como metano y dióxido de carbono. La abundancia de estos gases y la escasez de amoníaco apoyan la hipótesis de que puede haber un océano de agua bajo la atmósfera de K2-18 b.
Las estrellas no duran para siempre. Con un detalle sin precedentes, Webb observó la conocida Nebulosa del Anillo, una estrella al final de su vida. Formada por una estrella que se desprende de sus capas exteriores al quedarse sin combustible, se encuentra relativamente cerca de la Tierra, a unos 2500 años-luz de distancia.
Estrellas recién nacidas brotan de capullos de gas y polvo en esta imagen hecha por el James Webb del complejo de nubes Rho Ophiuchi, la región de formación estelar más cercana a la Tierra. La zona contiene unas 50 estrellas jóvenes, muchas de ellas con masas similares a la del Sol. Una estrella de mayor tamaño en la mitad inferior de la imagen hace estallar una caverna en las espesas nubes.
Webb penetró en las nubes de la nebulosa de la Tarántula para captar miles de estrellas jóvenes, entre ellas algunas nunca vistas envueltas en polvo cósmico a unos 170 000 años-luz de distancia.
Aunque el James Webb no puede ver las primeras estrellas, el telescopio ha captado impresionantes vistas de la formación estelar más cercana a la Tierra. Una estrella en proceso de formación expulsa material en forma de reloj de arena. Desde la protoestrella, situada a unos 460 años-luz de distancia, se aprecian capas de gas y polvo en forma de burbuja. Las zonas naranjas están teñidas de polvo, mientras que las azules están menos oscurecidas.
Las dos protoestrellas están enterradas en las profundidades del gas y el polvo que están siendo arrastrados para aumentar su masa: búscalas en el centro de los picos rojos de difracción. Estas estrellas sólo tienen unos pocos miles de años, y las estrellas tardan millones de años en formarse completamente.
Este brillante signo de interrogación rojo fue captado en el fondo de una nueva imagen del telescopio espacial James Webb.
Imagen recortada del telescopio espacial James Webb, que forma parte del estudio CEERS (Cosmic Evolution Early Release Science) que ha revelado algunos de los primeros agujeros negros y galaxias jamás vistos.