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Página del fotógrafo
Laurent Ballesta
cUn escurridizo pez celacanto en la bahía sudafricana de Sodwana. Los científicos buscan en esta especie pistas sobre la evolución de los primeros peces hasta convertirse en cuadrúpedos.
Cangrejo herradura nadando por el fondo marino en las aguas costeras que rodean Filipinas. Los cangrejos herradura se consideran "fósiles vivientes", especies que parecen en gran medida inalteradas respecto a sus antepasados fosilizados.
El biólogo marino y explorador de National Geographic Laurent Ballesta tomó esta imagen de un cangrejo herradura de tres espinas en las aguas de la isla de Pangatalan, en Filipinas, donde están protegidos. Esta especie ha sobrevivido durante más de 100 millones de años, pero ahora está en peligro de extinción, en parte porque su sangre desempeña un papel fundamental en el desarrollo de vacunas. El trío de pequeños peces (llamados jureles dorados o peces rey de oro) sigue al cangrejo para ver si levanta algo comestible.
Un cangrejo de herradura esconde un ecosistema dentro de su caparazón. Los objetos con forma de pelo que hay a lo largo de su cuerpo son hidroides (invertebrados diminutos y difusos emparentados con las medusas) y hay al menos ocho camarones agarrados a las pinzas del cangrejo. Los cangrejos herradura son relativamente poco estudiados; se sabe poco sobre cómo interactúan con otras especies.
Un cangrejo de herradura de tres espinas levanta sedimentos en el fondo fangoso de la zona marina protegida de la isla de Pangatalan, en Filipinas. Tras una década de trabajos de restauración de la bahía del islote, sus aguas verdes son ricas en plancton y están listas para acoger de nuevo a animales más grandes.
A más de 30 metros por debajo del hielo de la Antártida Oriental, el fotógrafo y biólogo francés Laurent Ballesta revela una bonanza oculta de vida en aguas frías. Para capturar este montículo viviente de esponjas, estrellas de mar y gusanos cinta gigantes, Ballesta realizó una serie de 32 inmersiones a temperaturas bajo cero, incluida la inmersión más profunda y larga jamás registrada en la Antártida.
En una noche casi sin luna en Fakarava, los miembros del equipo del fotógrafo Laurent Ballesta, nadando contra la corriente de la marea, sostienen las potentes luces que necesita para fotografiar a los tiburones mientras cazan meros escondidos en el arrecife.
Un buceador nada entre tiburones grises de arrecife por la noche en el atolón de Fakarava.
La marea del Pacífico entra en la laguna de Fakarava por un canal de 91 metros de ancho. Al igual que otros atolones, Fakarava se formó alrededor de una isla volcánica que luego se hundió. Los restos de coral arrastrados por las tormentas ayudaron a elevar partes del mismo por encima del nivel del mar.
Los nadadores de todo el Atlántico Norte huyen al ver esta medusa, Pelagia nociluca, conocida comúnmente como aguijón malva. Las células urticantes cubren sus tentáculos y todo su cuerpo. Pero un coral negro ha paralizado a ésta, frente a La Ciotat, en el sur de Francia.