La migración humana: consecuencia de guerras, desastres y, ahora, del clima
Los 'Homo sapiens' han estado en movimiento prácticamente desde sus inicios. La escasez de agua, sequías e inundaciones provocadas por el clima se sumarán a la lista de razones por las que emigrar.
Este artículo se publicó el 11 de marzo de 2019 y ha sido actualizado el 17 de febrero de 2023.
La segunda definición de 'migración' según en la Real Academia de la Lengua (RAE) es: "Desplazamiento geográfico de individuos o grupos, generalmente por causas económicas o sociales". Desde que los primeros humanos empezaron a salir de África, nuestra especie ha estado en constante movimiento. Según Naciones Unidas, en 2019, al menos 272 millones de personas vivían fuera de su país de origen. La migración, voluntaria o forzosa, ha configurado profundamente nuestro mundo.
"Desde la antigüedad el ser humano ha estado en constante tránsito. Algunas personas se desplazan en busca de trabajo o de nuevas oportunidades económicas, para reunirse con sus familiares o para estudiar. Otros se van para escapar de conflictos, persecuciones, del terrorismo o de violaciones o abusos de los derechos humanos. Algunos lo hacen debido a los efectos adversos del cambio climático, desastres naturales u otros factores ambientales", afirma Naciones Unidas (ONU) en su web.
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Los primeros migrantes
Los primeros migrantes fueron los humanos primitivos que salieron del continente africano. Su diseminación hasta Eurasia y otras partes del planeta sigue siendo un tema que suscita polémica en la comunidad científica. Los primeros fósiles de Homo sapiens reconocibles se descubrieron en Etiopía y tenían casi 200 000 años de antigüedad.
La teoría de la emigración africana sostiene que, hace unos 60 000 años, los Homo sapiens se dispersaron por Eurasia, donde se encontraron y finalmente remplazaron a otros ancestros de los humanos como los neandertales. Sin embargo, esa teoría ha sido cuestionada por las pruebas de migraciones de África a Eurasia hace 120 000 años. Sea como fuere, se cree que los primeros humanos habrían emigrado a Asia, bien por el estrecho entre el Cuerno de África y el actual Yemen, bien por la península del Sinaí. Tras diseminarse por el Sudeste asiático, se cree que los primeros humanos habrían emigrado a Australia, que entonces compartía una masa continental con Nueva Guinea, después a Europa y por último a América.
Es probable que estas migraciones fueran la consecuencia del clima, la disponibilidad alimenticia u otros factores medioambientales. Con el paso del tiempo, las culturas abandonaron el nomadismo, y la guerra y el colonialismo empezaron a provocar migraciones. Los antiguos griegos expandieron su cultura con una larga lista de colonias. El Imperio romano envió a sus ciudadanos al norte, llegando hasta Gran Bretaña. La China imperial también empleó su ejército para expandir sus fronteras y albergó a refugiados en zonas fronterizas aún más remotas.
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Motivos para huir
La migración ha estado caracterizada y dificultada por la guerra, la esclavitud y la persecución. Los judíos huyeron de sus tierras ancestrales tras las olas de exilio y la destrucción de Jerusalén en el 70 d.C., creando una enorme diáspora. Al menos 12 millones de africanos fueron esclavizados y obligados a trasladarse a América y Europa durante la trata transatlántica de esclavos, entre el siglo XVI y finales del siglo XIX. Tras la Segunda Guerra Mundial, en 1945, cientos de miles de supervivientes del Holocausto y otros civiles se convirtieron en personas desplazadas y emigraron a Europa occidental, el territorio del Mandato británico de Palestina —que más adelante se convertiría en Israel— y los Estados Unidos. Tras la guerra de Vietnam, más de 125 000 personas de Vietnam emigraron a los Estados Unidos ante una crisis humanitaria.
No fueron las últimas: la emigración continúa en el siglo XXI, provocada por la hambruna, los desastres naturales y las violaciones de los derechos humanos. A partir de 2013, cada vez más emigrantes del norte de África y Oriente Medio empezaron a desplazarse a Europa huyendo de la pobreza y la inestabilidad política de sus hogares. La crisis migratoria ha puesto presión en los recursos europeos y provocado xenofobia y frustración, incluso en estados acogedores. Y cientos de miles de rohinyás han sido obligados a emigrar a Bangladesh desde Birmania pese a los siglos de historia en su patria.
En el futuro, el cambio climático podría provocar aún más desplazamientos masivos. Un informe del Banco Mundial de 2018 determinó que más de 143 millones de personas podrían convertirse en «migrantes climáticos», expulsados de sus hogares por inundaciones, sequías y falta de agua. Independientemente de los motivos, es probable que la migración continúe mientras perdure la especie humana, siempre y cuando hay lugares a los que ir.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.