El archivo de Nat Geo transmite las vidas de las mujeres a través de la fotografía
Decenas de millones de imágenes recopiladas desde 1888 reflejan los hábitos y prejuicios de un mundo cambiante.
Este artículo forma parte del número especial de noviembre de 2019 de la revista National Geographic, «Mujeres: un siglo de cambio».
No te pierdas el documental MUJERES (Women of Impact) el domingo 27 de octubre a las 22.00 en National Geographic.
Las fotografías de un archivo componen un registro de valor incalculable de las épocas en las que las sacaron. Tras analizar archivos antiguos para encontrar fotografías para esta página, nos ha desconcertado la forma restrictiva en que se definía a las mujeres. En muchos casos, las imágenes son hermosas, a veces divertidas, tristes o asombrosas, pero reflejan los prejuicios y los hábitos de cada época.
El archivo alberga más de 60 millones de imágenes que se han acumulado desde la fundación de National Geographic en 1888: fotos publicadas y no publicadas, diapositivas, negativos y placas fotográficas, entre otras.
A principios del siglo XX, las imágenes de la revista —determinadas por las limitaciones técnicas de la fotografía de entonces y por un punto de vista occidental muy colonialista— solían retratar a las mujeres como bellezas exóticas, posando en sus trajes regionales o con los pechos desnudos. Esto refleja quién estaba tras el objetivo en aquellos días: hombres blancos mayoritariamente. Con la evolución de la tecnología de las cámaras, las imágenes de las mujeres se volvieron más activas, pero aún se centraban mucho en los arquetipos tradicionales: mujeres, hermanas, madres. En la Segunda Guerra Mundial, las mujeres adoptaron más papeles: contribuyendo al esfuerzo de la guerra trabajando en la industria, los hospitales, el ejército. En la posguerra, la revista retomó perspectivas más domésticas. Las mujeres sonrieron unas décadas más hasta los 70, con la llegada de una fotografía que captaba una imagen de la vida sin adornos.
El archivo también documenta la historia de las mujeres tras las cámaras: las primeras fotógrafas y editoras fotográficas de la revista, las pocas que había en aquellos días. El primer crédito de la escritora y fotógrafa Eliza Scidmore como fotógrafa fue en abril de 1907. Se cree que fue la primera mujer cuyas fotos en color —unas fotos preciosas y coloreadas a mano de Japón— se imprimieron en la revista, en 1914. La primera fotógrafa en plantilla, Kathleen Revis, fue contratada en 1953; las dos siguientes, Bianca Lavies y Jodi Cobb, no serían contratadas hasta 21 y 24 años después, respectivamente. Desde entonces, la revista ha buscado más fotógrafas para que cuenten nuestras historias.
Yo fui una de esas jóvenes fotógrafas. Empecé trabajando como fotógrafa autónoma para National Geographic en 1988. Recuerdo la emoción en el año 2000, cuando publicamos un libro, Women Photographers at National Geographic, con imágenes de más de 40 colaboradoras. Cuatro años después, me contrataron en plantilla como editora fotográfica. En 2013, me convertí en la primera directora de fotografía de la revista. Hemos recorrido un largo camino.
Hoy, celebrando el centenario de la colección de imágenes, contamos historias reales sobre mujeres reales en imágenes sacadas por más mujeres fotógrafas que nunca. Fomentamos «la mirada femenina»: la idea de que es posible que las fotógrafas vean el mundo de forma diferente a los hombres y escojan temas diferentes que destacar y explorar. Gracias a la visión y las imágenes de las fotógrafas, tenemos la oportunidad de traeros el mundo entero, no solo una parte de él.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.