¿Son estas las 'cartas Pokémon' más antiguas de la historia de la humanidad?
Se desconoce cómo se jugaba con estos naipes, pero casi todos los juegos de cartas de la Europa del siglo XV implicaban alguna forma de juego. Al menos desde el siglo VII, en todo el mundo se han utilizado cartas usadas para juegos o como objetos de colección.
En un mundo repleto de opciones de entretenimiento prácticamente infinitas, algunas de las fuentes de diversión más sencillas y duraderas pueden encontrarse en una baraja de cartas.
Durante siglos, estas sencillas piezas de juego han ocupado un lugar especial en los corazones y las manos de personas de todo el mundo. Desde los naipes pintados a mano de la China de la dinastía T'ang hasta las cartas coleccionables de papel y plástico de Pokémon, la historia de los naipes abarca culturas, épocas y continentes.
Cuando The Walt Disney Company celebró su centenario el mes pasado, todo el mundo pudo participar en esta tradición centenaria con el nuevo juego de cartas digital de TikTok. Como miembro de la familia del ratón con orejas, Nat Geo vio cómo más de cuatro millones de nuevos seguidores acudieron a nuestra cuenta de TikTok, sobre todo para intercambiar estas cartas digitales.
Esto nos hizo pensar: ¿cuál es la historia de los naipes?
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China 600-1600 d.C.
No está claro cuándo y dónde se inventaron los naipes, pero se sabe que se popularizaron en China hace más de 1000 años. Ya existían referencias a las "cartas de dominó" en la dinastía T'ang, que duró del 618 al 907 d.C. Algunos historiadores, sin embargo, afirman que los naipes despegaron durante el siglo X. En cualquier caso, estos naipes se pintaban a mano sobre papel o pergamino.
Avanzamos unos cientos de años hasta la dinastía Ming, que duró de 1368 a 1644 d.C., unos tiempos en los que los naipes cobraron fuerza. En esta época, algunos naipes tenían imágenes de personajes de novelas populares. Otras eran "cartas de dinero" con palos inspirados en la antigua moneda china.
A diferencia de sus homólogas occidentales (el rey, la reina y la sota), las cartas de la corte mameluca no presentan imágenes figurativas, sino que se identifican mediante una combinación de símbolos e inscripciones en forma de etiqueta.
Estos fragmentos de naipes datan del Egipto de los siglos XIII y XVI y son muy similares a los que se utilizan hoy en día, con cincuenta y dos cartas divididas en cuatro palos: copas, monedas, espadas y palos de polo.
Egipto años 1300-1500
Es probable que los naipes llegaran de China a Oriente Próximo a través de la Ruta de la Seda.
Una baraja data del sultanato mameluco de Egipto, que finalizó en 1517. Estos naipes pintados a mano estaban adornados con intrincadas rimas caligráficas y probablemente pertenecían a un propietario adinerado. Llevaban palos de monedas, copas, espadas y palos de polo. Cada palo tenía 13 cartas, entre ellas tres de corte masculino: el rey, el lugarteniente y el subteniente.
Estos naipes franceses se fabricaron en el siglo XVIII. El palo, corazones, se oculta en las caras caricaturescas representadas en la carta.
Italia, España y Francia (1400-1700)
El historiador de naipes Peter Endebrock explicó a Atlas Obscura en 2020 que existen muchas especulaciones sobre cómo llegaron los naipes a Europa. Pero la mayoría de los historiadores coinciden en que aparecieron de repente a finales del siglo XIV, posiblemente introducidos por los soldados de la época de las Cruzadas.
A los europeos les encantaban estas cartas. Pintados a mano y con diseños elaborados, los naipes eran originalmente un artículo de lujo popular entre los ricos. Sin embargo, las imprentas y las plantillas ayudaron a simplificar los diseños y los hicieron más accesibles a un público más amplio. En el siglo XV, los naipes se podían encontrar en todas las rutas comerciales interiores del continente.
Es complicado determinar cómo llegaron los naipes a Europa, pero parece que hay bastante consenso en que primero se popularizaron en los reinos medievales de la península itálica y de ahí pasaron a la península ibérica. En esas primeras barajas europeas ya se ven definidos los palos de lo que hoy conocemos como baraja española, cuyo ejemplo más antiguo el data de 1390.
En la Edad Media, los naipes empezaron a utilizarse con fines adivinatorios, lo que supuso un cambio significativo en su uso. Por ejemplo, la baraja del Tarot, originalmente destinada a juegos de cartas competitivos, se transformó más tarde en una herramienta de adivinación.
A partir de los cuatro palos de las barajas italiana (espadas, bastones, copas y monedas) y española (espadas, bastos, copas y oros), nació lo que hoy en día se conoce como la baraja francesa de 52 cartas. Sus cuatro palos (corazones, diamantes, tréboles y picas) y sus dos colores (rojo y negro) son bien conocidos por jugadores de todo el mundo. La popularidad de la baraja se debe en parte a su diseño sencillo y a que era la favorita de las potencias imperialistas más destacadas: Francia, Reino Unido y Estados Unidos.
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Honus Wagner fue un jugador de béisbol estadounidense de principios de siglo. La tarjeta de béisbol que se ve aquí se vendió por la cifra récord de 7,25 millones de dólares en 2022.
Las primeras tarjetas coleccionables no sólo mostraban atletas, sino también celebridades. En este caso se trata de la bailarina francesa Cleo de Merode, que vivió entre 1875 y 1966.
Atletas y famosos estadounidenses 1800-1900
Antes de la Guerra de la Independencia, en las colonias estadounidenses circulaban naipes gravados con fuertes impuestos. Después, las imprentas estadounidenses empezaron a hacer sus propias copias. Los estadounidenses acabaron introduciendo las cartas de Joker o comodines en las barajas francesas hacia 1860.
Las cartas coleccionables o cromos, similares a los coleccionables Disney100 de TikTok, se originaron como "cartas comerciales" más o menos al mismo tiempo que los comodines. Al principio se vendían como tarjetas publicitarias y se daban con cigarrillos para mantener la rigidez del envoltorio.
Con el cambio de siglo, la impresión multicolor popularizó aún más los cromos. Aunque las cartas no estaban relacionadas con productos específicos, las empresas empezaron a incluirlas en los envases como una especie de premio para los consumidores. Cuando el béisbol se convirtió en un deporte profesional, las tarjetas deportivas se imprimían y vendían en productos de confitería y tabaco.
El público empezó a coleccionarlas y a intercambiarlas. En la década de 1930, las empresas empezaron a imprimir biografías de atletas en tarjetas de béisbol y a venderlas en paquetes de chicles. En 1949, Topps Chewing Gum ya incluía en sus productos cromos de atletas, estrellas de cine y cazadores de caza mayor. En la década de 1980, la gente empezó a considerar los cromos deportivos como valiosos objetos de colección, a pesar de su escaso valor monetario años antes.
Inspiradas en el videojuego, las cartas Pokémon se utilizan como objetos de coleccionista y como cartas de juego. Algunas cartas raras valen miles de euros.
Pokémon Década de 1990-Actualidad
A finales del siglo XX, las cartas coleccionables se convirtieron en un juego. En 1993, mientras se doctoraba en Matemáticas en la Universidad de Pensilvania (Estados Unidos), Richard Garfield inventó Magic: The Gathering, uno de los juegos basado en intercambio de cartas coleccionables más conocidos en la actualidad.
Por la misma época, un diseñador de videojuegos y un ilustrador japonés propusieron a Nintendo un juego llamado Pocket Monsters. En 1996, Pocket Monsters (que más tarde pasaría a llamarse Pokémon) se lanzó como videojuego y, todavía hoy, vende millones de copias cada año.
Meses después, se creó un juego de cartas coleccionables que contenía 102 cartas ilustradas. Un año después del lanzamiento de Pokémon en Estados Unidos, en 1998, la misma empresa que creó Magic: The Gathering introdujo en Norteamérica el juego de cartas coleccionables Pokémon. En la actualidad se han impreso más de 30 000 millones de cartas Pokémon.
The Walt Disney Company es propietaria mayoritaria de National Geographic Content, en una empresa conjunta con la National Geographic Society.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.