Siete emocionantes descubrimientos arqueológicos que nos dejaron de piedra en 2024

Desde ciudades misteriosas ocultas por la densa jungla hasta la lectura de pergaminos antiguos con IA, los principales hallazgos de este año nos muestran cómo las técnicas modernas y de la vieja escuela están dando forma al futuro de la arqueología.

Por Tom Metcalfe
Publicado 4 dic 2024, 17:28 CET
Máscara del Dios Maya de la Tormenta

Esta pequeña máscara, hecha de mosaico de jade con concha spondylus para los ojos y los dientes, representa una manifestación del Dios Maya de la Tormenta. Fue depositada sobre el pecho de un rey enterrado en Chochkitam, hacia el año 350 d.C. Es uno de los varios hallazgos arqueológicos que fueron noticia en 2024.
 

Fotografía de Rubén Salgado Escudero, National Geographic

Muchos de los descubrimientos arqueológicos más significativos de la actualidad proceden de la aplicación de nuevas técnicas a artefactos y restos humanos ya descubiertos: los detalles de un desastre de la Edad de Bronce, por ejemplo, o el culpable del misterio de un asesinato en el antiguo Egipto.

Este año no ha sido diferente. En 2024, varios métodos modernos como el análisis del ADN y la tecnología de teledetección han revelado nuevas pruebas de culturas, tecnologías y estructuras sociales del pasado. Pero aunque ahora la arqueología está avanzando ayudada cada vez más por la ciencia, sigue siendo imprescindible realizar nuevas excavaciones para alimentar futuros estudios.

He aquí algunos de los descubrimientos arqueológicos más importantes de los últimos 12 meses.

1. Lidar revela ciudades ocultas en todo el mundo

Lidar son las siglas de Light Detection and Ranging ( Detección y localización de la luz, en inglés), un análogo del radar y el sonar que escanea el terreno con miles de pulsos de luz láser por segundo. Aunque esta tecnología existe desde hace décadas, su capacidad para detectar vastas estructuras bajo capas de vegetación y cartografiar los sutiles cambios de paisajes antiguos ha revolucionado recientemente la arqueología.

Escaneo de lídar de las murallas de Tugunbulak.

Los escaneos de lídar revelan las murallas y fortificaciones defensivas que la ciudad que en su día protegían Tugunbulak, una ciudad medieval recientemente descubierta en la Ruta de la Seda.

Fotografía de Imaging by SAlElab, J. Berner, M. Frachetti

Volando en un pequeño avión con un equipo lidar, los arqueólogos son capaces de escanear grandes áreas. La técnica ha resultado ser especialmente útil para ver debajo de densas selvas en América Central y del Sur. Los hallazgos de este año incluyen asentamientos mayas en Campeche, al sur de México; un paisaje de jardines, caminos y ríos en la selva amazónica de Ecuador; ruinas antiguas en la isla de Tonga, en el Pacífico; y los restos de dos ciudades medievales a lo largo de una ruta de la Ruta de la Seda en Uzbekistán.

(Relacionado: Descubiertas dos ciudades perdidas de la Ruta de la Seda gracias a la tecnología innovadora)

2. Descubriendo tumbas, amuletos y mucho más en Egipto

Los artefactos egipcios ayudaron a inspirar el desarrollo de la arqueología moderna, y tales descubrimientos continúan. Este verano, los investigadores anunciaron que habían desenterrado 33 tumbas en el sur de Egipto y 63 en el delta del Nilo, junto con impresionantes amuletos de oro, monedas y cerámica. Con unos 2000 años de antigüedad, muchos de los nuevos hallazgos datan de periodos posteriores de la historia egipcia, y los investigadores esperan que revelen más información sobre las prácticas funerarias y del mundo antiguo en general en aquella época.

Los investigadores también documentaron la perjudicial postura de trabajo de los escribas egipcios y detectaron un brazo del Nilo perdido hace mucho tiempo, ahora en su mayor parte seco, que se utilizó hace miles de años para traer piedra para construir las pirámides de Guiza.

(Relacionado: Descubren la última comida de este cocodrilo momificado)

3. Una tumba en el desierto de Petra

Uno de los hallazgos más notables del año fue el descubrimiento de 12 esqueletos antiguos en una tumba bajo el Tesoro de Petra, un yacimiento arqueológico del desierto de Jordania conocido por las elaboradas estructuras excavadas en sus acantilados de arenisca roja. Los arqueólogos creen que los nómadas nabateos (una rama primitiva del pueblo árabe) empezaron a enterrar a sus muertos en Petra en el siglo IV a.C.; y en el siglo II a.C., Petra se convirtió en la capital nabatea, en la que destacaba el complejo sistema de cisternas que la abastecía de agua.

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      Fachada del Tesoro de Petra
      Este año se anunció el descubrimiento de 12 esqueletos enterrados bajo Al-Khazneh
      Izquierda: Arriba:

      Aunque los visitantes puedan pensar que la espectacular fachada del Tesoro de Petra, o Al-Khazneh, parece albergar un edificio mucho mayor, la estructura es en realidad una elaborada tumba nabatea excavada en la sólida pared de roca hace unos 2000 años.
       

      Fotografía de Muhammed Muheisen, Nat Geo Image Collection
      Derecha: Abajo:

      Este año se anunció el descubrimiento de 12 esqueletos enterrados bajo Al-Khazneh. Pocas tumbas del complejo contienen realmente restos humanos, por lo que los investigadores esperan que este nuevo hallazgo permita conocer mejor al pueblo nabateo.
       

      Fotografía de Stephen Álvarez, Nat Geo Image Collection

      Las columnas de roca tallada del Tesoro, o Al-Khazneh en árabe, forman la estructura más emblemática de Petra. Su nombre se debe a la leyenda de que la gran urna situada sobre su fachada esconde un valioso tesoro; en realidad, la urna es de arenisca maciza. Aunque la leyenda resultó ser falsa, los arqueólogos afirman que la tumba bajo Al-Khazneh es un descubrimiento de valor incalculable que les ayudará a saber más sobre este pueblo desaparecido.

      (Relacionado: Petra, como exponente del cambio climático)

      4. La IA lee los pergaminos quemados por el Vesubio

      En febrero, unos investigadores anunciaron que habían utilizado un sistema de inteligencia artificial para leer partes de un pergamino de 2000 años de antigüedad quemado en la erupción del Vesubio del año 79 d.C., la misma erupción volcánica que destruyó Pompeya. El pergamino es uno de los 1800 rollos de papiro descubiertos en el siglo XVIII entre los restos de Herculano, una antigua ciudad romana situada a unos 16 kilómetros de Pompeya que, según los arqueólogos, fue destruida por una explosión supercaliente de ceniza, roca y gas procedente del volcán.

      Brent Seales y su equipo escanean en 3D un pergamino de Herculano en el Instituto de ...

      Brent Seales y su equipo escanean en 3D un pergamino de Herculano con líneas láser rojas en el Instituto de Francia. Los pergaminos de Herculano se encuentran entre los más emblemáticos e inaccesibles de la vasta colección mundial de manuscritos dañados.

      Fotografía de EduceLab

      La erupción redujo los pergaminos a trozos carbonizados que se creían ilegibles. Ahora, los científicos han escaneado uno de esos trozos con rayos X y han utilizado inteligencia artificial para descifrar su contenido. El descubrimiento inicial comprende 15 columnas de texto y más de 2000 caracteres escritos sobre cómo disfrutar de la vida, probablemente escritos por un seguidor del filósofo griego Epicuro.

      (Relacionado: Pompeya, la cuna de la arqueología moderna)

      5. La silla de montar más antigua jamás descubierta

      Esta silla de montar de 2700 años de antigüedad fue descubierta en la tumba de una mujer en el cementerio de Yanghai, al borde del desierto de Taklamakan, en el noroeste de China. Aunque los humanos domesticaron a los caballos miles de años antes, los grabados antiguos muestran que normalmente se montaba a pelo, o sólo con una estera o manta para el jinete. Las sillas de montar fueron un avance tecnológico posterior que permitió a los jinetes recorrer distancias más largas sin herirse a sí mismos ni a sus monturas.

      Silla de montar encontrada en Yanghai

      Esta silla de montar encontrada en Yanghai está hecha de cuero y rellena de paja y pelo de animal. Era un artículo bien elaborado, pero barato, utilizado por los pastores cotidianos de la región.
       

      Fotografía de Patrick Wertmann

      Los investigadores creen que la equitación se introdujo en China desde el norte de Asia Central, pero la silla de montar de Yanghai es la más antigua de la que se tiene constancia arqueológica. Está hecha de trozos de cuero cosidos entre sí y rellenos de paja y pelo de animal; este tipo de objetos orgánicos suelen descomponerse rápidamente, pero en este caso, el ambiente seco del desierto los preservó.

      (Relacionado: Estos esqueletos dan nuevas pistas sobre la primera civilización que montó a caballo)

      6. Una máscara de jade y más hallazgos de tumbas mayas

      En la tumba de un rey maya en Chochkitam (Guatemala) se descubrió una máscara de jade ornamentada, hecha de piezas de jade entrelazadas con conchas marinas para los ojos y los dientes. La datación por radiocarbono indica que data del año 350 d.C. y sus descubridores creen que representa a un dios maya de la tormenta. Estas máscaras se hacían a menudo para los entierros de la realeza maya, en los que tallas hechas con un cuchillo o cincel de vidrio de obsidiana volcánica también decoraban la tumba del rey.

      Otros descubrimientos mayas anunciados este año incluyen un análisis genético de víctimas de sacrificios halladas cerca de la antigua ciudad de Chichén Itzá, en México, y un depósito de restos humanos quemados en otro yacimiento de Guatemala que podría haber señalado un cambio político.

      (Relacionado: ¿Quiénes fueron los mayas?)

      7. Los orígenes del "altar" de Stonehenge

      El monumento neolítico de Stonehenge, en el suroeste de Inglaterra, saltó a la fama en la Edad Media, pero varias nuevas técnicas están revelando más detalles sobre su construcción. En agosto, los investigadores descubrieron que la piedra del altar, cerca del centro de la estructura, se fabricó con arenisca procedente de Escocia, a cientos de kilómetros de la llanura de Salisbury, donde se encuentra actualmente. Un viaje de este tipo habría supuesto un gran esfuerzo hace unos 4600 años, que es cuando los arqueólogos creen que se colocó la piedra: pesa más de seis toneladas y es probable que los constructores no utilizaran ruedas.

      Rastreo de las piedras que utilizaron los neolíticos para construir Stonehenge

      Hasta ahora, el rastreo de las piedras que utilizaron los neolíticos para construir Stonehenge nos había conducido hasta Inglaterra y Gales. Nuevas investigaciones indican que la piedra del altar del círculo podría tener su origen en Escocia.

      Fotografía de Reuben Wu, Nat Geo Image Collection

      Estudios anteriores han demostrado que las gigantescas piedras sarsen erguidas de su círculo principal están talladas en arenisca local, pero las piedras azules más pequeñas de su interior se trajeron del suroeste de Gales, a más de 160 kilómetros de distancia. Las primeras partes de Stonehenge datan de hace unos 5000 años; los investigadores creen ahora que comenzó como un lugar de enterramiento, pero se amplió a lo largo de miles de años hasta convertirse en un monumento religioso neolítico.

      Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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