Sami inari, la lengua perdida finlandesa que vive un inesperado renacer
Ingrid Gaup trenza "hierba de zapato" seca para aislar las botas de invierno, una técnica que los sami han utilizado durante generaciones. Al igual que los esfuerzos por salvar la lengua sami inari, prácticas como esta ayudan a mantener vivo el conocimiento indígena.
En 1996, la lingüista Marja-Liisa Olthuis tuvo que tomar una difícil decisión. ¿Debía hablar a su hija recién nacida en finés o en inari sámi, la lengua en peligro de extinción de su comunidad indígena?
Con sólo unos cientos de hablantes, el sami de Inari apenas se oía fuera de un puñado de familias. El finés, hablado por millones de personas, habría sido la opción más fácil, sobre todo desde que Olthuis se había mudado de Laponia. Pero sabía que si su hija no aprendía el inari sámi en casa, quizá no lo aprendería nunca.
“Decidí que hablaría con Sofía, mi hija, en inari sami”, cuenta Olthuis. “Y así empezó todo”.
Esta elección ayudó a desencadenar un movimiento de décadas para revivir una lengua al borde de la extinción.
(Relacionado: Por qué nunca es demasiado tarde para aprender un idioma de adulto)
La importancia de la lengua
Para los sami, la lengua es algo más que comunicación: es fundamental para su identidad. Inari forma parte de Sápmi, la patria histórica de los sami que se extiende por el norte de Noruega, Suecia, Finlandia y Rusia. Entre sus comunidades indígenas, los sami de Inari (aanaar sami) son los que más tiempo llevan viviendo en lo que hoy es Finlandia.
“En Escandinavia, Finlandia y Rusia se hablan nueve lenguas sami”, explica Taija Aikio, portavoz del Museo Siida de Inari. “Tres de estas lenguas se hablan en Finlandia: el sami del norte, el sami de Skolt y el sami de Inari. Todas están en peligro y, en los años 90, el sami de Inari casi había desaparecido”.

Tuula Airamo mantiene las tradiciones de pastoreo de sus antepasados sami en su granja de renos junto al lago Muttus, en Inari (Finlandia). Mientras la lengua sami de Inari experimenta un renacimiento, prácticas culturales como la cría de renos siguen siendo un vínculo vital con el pasado.
El declive comenzó en el siglo XVII, cuando la dominación colonial sueca impuso a los sami el pago de impuestos y la cristianización. En la década de 1920, la recién independizada Finlandia introdujo políticas de educación obligatoria que desalentaban las lenguas sami.
“Los niños eran enviados a internados y a menudo no se les permitía hablar sami ni siquiera entre ellos”, explica Aikio. “Podían ser castigados, incluso golpeados a veces”.
La Segunda Guerra Mundial supuso otro golpe devastador. Durante la Guerra de Laponia de 1944, las fuerzas nazis, en retirada de Finlandia, arrasaron casi todos los edificios de la región. La mayor parte de la población civil de Laponia, incluidos los sami, fue evacuada al centro de Finlandia o a Suecia.
“Cuando los sami volvieron de la evacuación, se dieron cuenta de que se había perdido gran parte de su historia. Necesitábamos un lugar donde almacenar lo que nos quedaba y recuperar objetos que habían viajado más allá de las fronteras de Sápmi para traerlos de vuelta a casa y preservarlos para las generaciones futuras”, dice Aikio. El Museo de Siida se fundó en 1963 con este fin.
Sin embargo, mientras que los artefactos, la ropa tradicional y los hallazgos arqueológicos pueden conservarse bajo el cristal, la lengua necesita hablantes para sobrevivir.
Los hablantes de sami inari, antaño el grupo dominante de la región, vieron disminuir su número a medida que crecía la emigración y la influencia finlandesa. Tras la guerra, muchas familias regresaron, adoptaron el finés como lengua materna y la transmitieron a sus hijos. En la década de 1990, el número de hablantes había descendido a sólo 350, la mayoría de ellos mayores de 70 años.
(Relacionado: ¿Cómo sobrevivió el hebreo si no se habló durante dos milenios?)
Lo que se pierde cuando desaparece una lengua
“En 1986, sólo quedaban cuatro niños que hablaran el sami de Inari”, explica Olthuis. “Tenemos que dar las gracias a Matti Morottaja e Ilmari Mattus por enseñar la lengua a sus hijos y poner en marcha la Anarâškielâ servi, la Asociación Inari Sámi”. La organización se convirtió en la base del movimiento de recuperación de la lengua.
En 1997, la asociación puso en marcha en Inari el primer nido de lengua sami de Finlandia, inspirado en el modelo maorí de Nueva Zelanda. Estos jardines de infancia de inmersión total rodeaban a los niños con la lengua desde una edad temprana.
Pero un solo nido lingüístico no era suficiente. “Con tan poca gente que hablara el sami de Inari, ¿quién iba a enseñar a los niños y hablar con ellos fuera del nido?”, dice Olthuis.
El primer nido lingüístico creó unos 40 nuevos hablantes en su primera década, pero con sólo dos profesores, la expansión era difícil. La asociación se dio cuenta de que para salvar el sami inari se necesitaban alumnos adultos, no sólo niños.
Recuperando una generación perdida de hablantes
En 2007, Olthuis se convirtió en la primera persona en defender una tesis doctoral en sami inari. En lugar de detenerse ahí, desarrolló un programa de enseñanza de idiomas en el Instituto de Investigación de Lenguas de Finlandia para reconstruir la generación perdida de hablantes adultos. Su programa Complementary Aanaar Saami Language Education (CASLE) adoptó un enfoque innovador. En lugar de centrarse en los pocos hablantes nativos que quedaban, formaba a profesionales no nativos dispuestos a utilizar la lengua a diario y a enseñarla tras completar el programa.
El programa dio resultados tangibles: Los graduados de CASLE permitieron abrir otros dos nidos lingüísticos (uno en Inari y otro en Ivalo), lo que ayudó a crear una nueva base estable de jóvenes hablantes.
“Hemos asistido a una especie de inversión. Hasta hace poco no teníamos hablantes; ahora incluso vienen extranjeros a aprender. Me gusta trabajar con estos estudiantes de idiomas. Valoro a todas las personas que aprenden la lengua y trabajan con ella”, dice Olthuis.
En la actualidad, Olthuis calcula que unas 500 personas hablan el sami de Inari, y el número sigue creciendo. En 2013 publicó el libro Revitalising Indigenous Languages: How to Recreate a Lost Generation (Revitalizando lenguas indígenas: Cómo recrear una generación perdida) para compartir los detalles del proyecto de revitalización con otras comunidades indígenas de todo el mundo.
El futuro del sami de Inari
Cuando Fabrizio Brecciaroli se trasladó a Finlandia desde Italia, apenas sabía nada de las lenguas sami. ”Nunca había estado en Inari cuando empecé a estudiar el sami de Inari. No había conocido a ningún sami en mi vida”.
Poco se podía imaginar que 20 años después se convertiría en una de las principales figuras del movimiento de revitalización del inari sámi.
Originalmente pensaba pasar un semestre en Tampere y luego volver a casa para terminar sus estudios de ingeniería. Pero tras conocer a su marido, se quedó en Finlandia, llegó a dominar el finés y se dedicó a la traducción por cuenta propia.
Una década más tarde, descubrió un curso en línea de cinco años de inari sámi ofrecido por la Universidad de Oulu. “Me convertí en el primer italiano en aprender inari sámi y en uno de los pocos extranjeros en obtener una maestría en el idioma”, dice Brecciaroli.
En 2019, Brecciaroli trabajaba con Marja-Liisa Olthuis, haciéndose cargo de las actividades editoriales de Anarâškielâ servi, que había cambiado su enfoque de los nidos lingüísticos a los libros, periódicos y herramientas digitales. Ahora es editor de Anarâš Aavis, el único periódico diario en inari sámi, lanzado en 2023. La publicación saca al menos cinco números a la semana, junto con una revista impresa para los miembros de la asociación. Además, traducen diversos libros para niños y adultos.
La tecnología también desempeña un papel cada vez más importante. “Ahora estamos desarrollando un corrector ortográfico y gramatical digital en colaboración con la Universidad Ártica de Noruega”, dice Olthuis. “Es un proceso lento, pero funciona. Este trabajo no es para pesimistas. Hay que seguir adelante”.
(Relacionado: ¿Cómo mueren las lenguas?)
Brecciaroli también dirige los esfuerzos para ampliar el contenido de Wikipedia en inari sámi, que se lanzó en 2020. “Ahora tenemos 6050 artículos publicados en inari sámi”, dice.
La ayuda también viene de fuera. La Universidad de Tartu (Estonia) creó el primer programa de traducción digital para traducir 23 lenguas urálicas, entre ellas el inari sámi (y el estonio).
“Gran parte de la cultura depende de la lengua. Es una pieza importante de la identidad. Pero ya no nos preocupa perder el inari sami”, dice Olthuis. “Ahora tenemos voces en la radio y en los medios de comunicación. No perderemos esta lengua. Mis amigos y yo trabajamos por ella”.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.
