La leyenda del Área 51 y su atractivo
Los aficionados de los ovnis buscan naves sospechosas en el Sedona UFO & Vortex Tour en Sedona, Arizona. Esta imagen compuesta es una combinación de seis fotografías sacadas en 2017 con gafas de visión nocturna.
Este artículo se publicó originalmente el 23 de septiembre de 2019 y ha sido ampliado y actualizado el 15 de febrero de 2023.
Cada año, la mitología del Área 51 atrae a turistas de todo el mundo. La gente acude la base aérea cerca de Rachel, Nevada (Estados Unidos), con la esperanza de ver extraterrestres.
La leyenda del Área 51, que lleva años desacreditada, se basa en hechos reales. Aquí te explicamos lo que necesitas saber sobre el Área 51.
¿Dónde está el Área 51?
A unos 193 kilómetros al noroeste de Las Vegas, entre las millas 29 y 30 de la «Autopista Extraterrestre» (o Autopista Estatal 375) de Nevada hay una carretera de tierra sin señalizar. Aunque no se ve ningún edificio desde el asfalto, el sendero conduce a Groom Lake o Homey Airport, el nombre que recibe en los mapas de aviación civiles.
Para los que están al tanto, lleva a una base militar con muchos nombres no oficiales: Paradise Ranch; Watertown; Dreamland Resort; Red Square; The Box; and The Ranch; Nevada Test and Training Range; Detachment 3, Air Force Flight Test Center (Det. 3, AFFTC); y Área 51.
Antes de la Segunda Guerra Mundial, la zona de Groom Lake se empleaba para la minería de plata y oro. Cuando comenzó la guerra, el ejército se hizo cargo de esta zona remota y empezó a investigar, centrándose en ensayos nucleares y armamentísticos.
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¿Por qué construir una base secreta en el desierto?
Cuando la CIA empezó a desarrollar aviones espía en la Guerra Fría, Richard Bissell, Jr., entonces director de la agencia de espionaje de Estados Unidos, se dio cuenta de que necesitaban privacidad para construir y probar los prototipos.
En 1955, él y Kelly Johnson, diseñador de aviones Lockheed, seleccionaron como sede el aeródromo apartado de Groom Lake. La Comisión de Energía Atómica de los Estados Unidos añadió la base al mapa del Emplazamiento de Pruebas de Nevada y denominó el sitio Área 51.
En ocho meses, los ingenieros desarrollaron el avión U-2, que podía volar a 70 000 pies, mucho más alto que cualquier otra aeronave de la época. Esto permitió a los pilotos volar por encima de los radares, misiles y aviones enemigos soviéticos.
Cuando un U-2 fue derribado por un misil antiaéreo soviético en 1960, la CIA empezó a desarrollar la siguiente generación de aviones espías en el Área 51: el A-12 de titanio. El A-12, casi indetectable para los radares, podía sobrevolar los Estados Unidos continentales en 70 minutos a 3540 kilómetros por hora. El avión también contaba con cámaras que podían fotografiar objetos de solo 30 centímetros de largo desde una altitud de 90 000 pies.
Los alienígenas y los OVNIs pasan a ser parte de la leyenda del Área 51
El Área 51 quedó vinculada para siempre a los alienígenas en 1989, cuando un hombre que sostenía haber trabajado en el Área 51, Robert Lazar, dio una entrevista anónima a un medio de Las Vegas. Lazar alegaba que el Área 51 albergaba y estudiaba naves alienígenas y que su trabajo consistía en recrear la tecnología para su uso militar.
Sin embargo, enseguida desacreditaron las credenciales de Lazar: según los archivos universitarios, Lazar nunca asistió al Instituto Tecnológico de Massachusetts ni al Instituto Tecnológico de California, como él afirmaba. Sin embargo, por aquel entonces, los ingenieros del Área 51 estudiaban y recreaban aeronaves avanzadas, pero eran naves de otros países, no del espacio exterior.
Aun así, con tantos vuelos de alta tecnología saliendo del Área 51 —como los más de 2850 despegues de A-12—, se dispararon las noticias de objetos voladores no identificables en la zona.
«El cuerpo de titanio de la aeronave, que se desplazaba a la velocidad de una bala, habría reflejado los rayos del sol y así cualquiera pensaría que se trataba de un ovni», contaron las fuentes de la periodista Annie Jacobsen para su libro sobre el Área 51.
¿Está la verdad ahí fuera?
El gobierno reconoció formalmente la existencia del Área 51 por primera vez en 2013, cuando la CIA desclasificó los documentos sobre el desarrollo de los U-2 y los A-12. Antes, los lugareños sabían que pasaba algo raro en el desierto, pero los detalles eran escasos y difíciles de verificar.
El Área 51 sigue siendo una base activa que desarrolla tecnología militar de última generación. Los historiadores saben qué tipos de aeronaves se desarrollaban hasta los años 70, pero lo que vino después es máximo secreto. Pasarán como mínimo unas cuantas décadas hasta que la labor actual se desclasifique y se revele al público.
Dos humanos y su polizonte extraterrestre conducen a Roswell, Nuevo México (Estados Unidos), célebre por la historia de que una nave espacial supuestamente se estrelló allí en 1947. Algunos teóricos de la conspiración creen que los restos del accidente de Roswell fueron transportados al Área 51, una base militar secreta cerca de Rachel, Nevada, para su estudio. Más de dos millones personas se apuntaron a asaltar el Área 51 en septiembre de 2019.
El lugar sigue siendo un pilar de la mitología alienígena de Estados Unidos. En 2019, una entrevista a Lazar en un popular podcast inspiró el evento del «asalto al Área 51», en el que unas 6000 personas se presentaron en el desierto para buscar evidencias de la presencia de extraterrestres (y acabó convirtiéndose en un festival para celebrar todo lo relacionado con alienígenas).
Incluso hoy en día, el Área 51 atrae a creyentes y escépticos que frecuentan la pequeña pero próspera ristra de museos, restaurantes, moteles, desfiles y festivales de temática extraterrestre, todos con la esperanza de descubrir que la verdad está realmente ahí fuera.
La fotógrafa Jennifer Emerling ha fotografiado la cultura de los ovnis en el oeste de Estados Unidos. Puedes ver más fotos del proyecto en su página web Welcome, Earthlings y su Instagram.
Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.