¿Qué homínidos han poblado España a lo largo de la historia?
Para hablar de los primeros pobladores de la península ibérica debemos remontarnos hasta el Pleistoceno inferior, período que los prehistoriadores y arqueólogos estudian a través de los restos fósiles humanos y los instrumentos que aparecen asociados en los yacimientos arqueológicos. Estos primeros humanos llegaron a nuestra península procedentes de África, y su desplazamiento hacia Europa pudo deberse al seguimiento de las manadas de animales de las que dependía su alimentación, según el equipo de investigadores de Atapuerca.
Un reciente hallazgo excepcional ha descubierto el fósil de la cara del primer europeo: un hueso parcial de la cara de un ser humano que vivió, según creen los investigadores, hace 1,4 millones de años. Hallado en la cueva de la Sima del Elefante, en la sierra de Atapuerca, este descubrimiento ya forma parte de la historia de la evolución humana.
Cara parcial de un homínido hallado en el yacimiento de la Sima del Elefante (sierra de Atapuerca).
"Homo antecessor, cuya antigüedad se ha cifrado en 850 000 años, presenta la cara moderna más antigua registrada hasta la fecha en la historia de la humanidad. Pero, ¿cuándo surgió un semblante como el nuestro? Ahora, y gracias al nuevo hallazgo en Atapuerca, tendremos una oportunidad única para avanzar en la respuesta a esta cuestión", afirman los investigadores de la Fundación Atapuerca.
Buscando los orígenes del ser humano, otro estudio reciente publicado en la revista científica eLife, con participación de investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), descubrió vértebras fósiles de dos millones de años de Australopithecus sediba, una especie extinta del pariente humano más antiguo.
“Los fósiles iniciales se descubrieron en 2008, pero el resto se descubrieron en 2015, y con una cronología de dos millones de años, están en la base de lo que sería el origen del género homo”, explica a National Geographic Daniel García Martínez, de la Unidad de Antropología de la Universidad Complutense de Madrid y miembro afiliado del Centro Nacional de Investigación de La Evolución Humana.
Caminar como un humano, trepar como un simio
Los fósiles fueron descubiertos durante las excavaciones de una vía minera junto a Malapa, Patrimonio Mundial Cuna de la Humanidad, situado al noroeste de Johannesburgo (Sudáfrica). El estudio de las vértebras halladas ha desvelado un curioso descubrimiento: este ancestro caminaba de manera erguida, como los humanos, pero trepaba como un simio.
“La región lumbar es fundamental para comprender la naturaleza del bipedalismo en nuestros primeros antepasados”, señala el profesor Scott Williams de la Universidad de Nueva York y la Universidad Wits y autor principal del artículo.
Las adaptaciones de la espalda baja al bipedalismo rara vez se demuestran en los primeros homínidos fósiles. “Había mucho debate en cuanto al número de vértebras que tenían, pero esta columna lumbar, una de las más completas del registro fósil, nos muestra que tenía cinco vértebras lumbares y por tanto era una columna vertebral muy similar a la nuestra”, declara García Martínez.
Como esta especie, los Australopithecus son los ejemplares más antiguos, datados en torno a hace 5-6 millones de años. Más tarde evolucionaron hacia el Homo habilis, considerada la primera especie humana, hacia 2,4 millones de años. En adelante, el panorama de la evolución se hace cada vez más complejo.
Los homínidos de nuestras tierras
“La especie humana más antigua [de la península ibérica] es probablemente el Homo antecesor, la que se encontró en la Gran Dolina de Atapuerca, con una cronología de unos 800 000 a 840 000 años aproximadamente”, explica García Martínez. “Es el único yacimiento de España donde aparece el Homo antecessor”.
Descendientes de él y también protagonistas de los primeros poblamientos, encontramos el Homo heidelbergensis, también conocidos como preneandertales. “De esta especie hay algunos yacimientos dispersos por la península ibérica, como el yacimiento de Bañolas, en Cataluña, y lo más relevante en la Sima de los huesos de Atapuerca, así como en la parte de la desembocadura de Lisboa, en la gruta de Aroeira”.
Esta especie, antepasado directo de los neandertales, vivió entre 500 000 hasta hace unos 250 000 años. Los últimos estudios han desvelado que el Homo heidelbergensis, ya cuidaba de sus enfermos. Forman parte del Paleolítico inferior, vivían del carroñeo, la recolección y quizá también cazaban. Eran nómadas, se reunían en pequeños grupos y fabricaban instrumentos en piedra. Esta especie sirvió probablemente de transición entre el Homo antecessor y el Homo neandertalensis.
Las dos últimas especies del género Homo que aparecieron en el territorio peninsular fueron el Homo neandertalensis, también conocidos popularmente como neandertales, con una antigüedad de unos 95 000 años y el Homo sapiens, hace unos 35 000 años.
“Los neandertales estuvieron distribuidos por toda la península, de hecho somos uno de los países donde más riqueza de restos hay. Uno de los principales es el yacimiento del Sidrón, en Asturias, pero también en la Comunidad de Madrid, donde el más importante es el de Pinilla del Valle, en el Valle de Lozoya. En el sur se encuentra el yacimiento de Sima de las Palomas. “Hay otros yacimientos donde no hay estrictamente neandertales, pero encontramos las herramientas que los neandertales dejaban, como en el Bono Mor de Valencia”.
Nuestros parientes más cercanos
Los hallazgos sobre el comportamiento de nuestros parientes más cercanos que se han descubierto los últimos años han supuesto un cambio abismal en la imagen que teníamos anteriormente de los neandertales, que habitaron la península ibérica como último reducto antes de su desaparición.
“Se hibridaron con nosotros, por lo que se pueden considerar parcialmente antepasados, pero hace unos 30 000 dejaron de aparecer en el registro fósil”, explica García Martínez. “No se sabe si fue porque se extinguieron, o bien porque se hibridaron con los Homo sapiens, aunque yo me inclino más por esta opción”.
Nuestros parientes fósiles más recientes tenían un cerebro grande y un cuerpo muy pesado en comparación con los humanos modernos. Este tipo de cuerpo, heredado del Homo heidelbergensis, requiere altos niveles de energía, lo que llevó a los investigadores a estudiar su alta capacidad pulmonar. El origen evolutivo de esta forma corporal de los neandertales, dentro del linaje de los homínidos europeos, se puede encontrar en el yacimiento de la Sima de Los Huesos.
Otros estudios apuntan a que la capacidad de pensamiento simbólico no es exclusiva del Homo sapiens. Unos grabados de líneas en la roca de la cueva de Gorham, en Gibraltar, fueron el primer hallazgo de arte rupestre realizado por neandertales. En esos mismos grabados se encontraron restos óseos de rapaces y córvidos, lo que llevó a los investigadores a pensar que utilizaban las plumas de forma decorativa.
“Estos hallazgos nos han hecho comprender que estos seres humanos poseían una capacidad intelectual mayor que la que habíamos supuesto. Elaboraban adornos, tenían ritos a los muertos, realizaban representaciones artísticas. Es decir, su mundo ideológico era bastante más amplio del que habíamos creído”, afirma Juan José Negro Balmaseda, investigador del CSIC en la Estación Biológica de Doñana (EBD)
“Este mismo año 2021, otro estudio liderado por científicos españoles nos mostró que el neandertal estaba equipado anatómicamente para tener un lenguaje articulado y usar así, como nosotros los sapiens, comunicación verbal. Su oído y su aparato fonador eran esencialmente como los nuestros”, explica Guillermo Blanco, investigador del CSIC en el MNCN-CSIC.
“Por supuesto que debió de haber diferencias, pero actualmente este campo de investigación es muy dinámico y sería arriesgado poner una frontera entre ambos grupos, que además, se interrelacionaron íntimamente y culturalmente”.
Gran riqueza de yacimientos
De estos homínidos, los restos más antiguos se han encontrado en yacimientos como la depresión de Guadix-Baza (Barranco León y Fuente Nueva en Orce), en la Sima de los Huesos y en la Gran Dolina de la sierra de Atapuerca, en Burgos. Uno de los grandes retos de las excavaciones de los yacimientos de la Sierra burgalesa es descubrir todas las especies que han habitado Europa.
“En los yacimientos de las islas Baleares y Canarias, únicamente ha habitado nuestra especie, no hay evidencias de que haya habido otro homínido que no sea el Homo sapiens, por lo que toda esta historia aplica tan solo a la península”, afirma García Martínez.
Tan solo en los yacimientos de la sierra de Atapuerca se han encontrado restos fósiles y evidencias de la presencia de cuatro de estas especies: el Homo antecessor (850 000 años), preneandertal (500 000 años), Homo neanderthalensis (50 000 años) y Homo sapiens.
Los más de 80 fósiles humanos hallados en la Gran Dolina pertenecen a cráneos y mandíbulas de seis individuos, cuatro niños y dos adultos, que vivieron hace unos 800 000 años y cuyas características antropomórficas parecen diferenciarlos de otros fósiles encontrados hasta la fecha en Europa, por lo que se considera que pertenecen al Homo antecesor.
En la Sima de los Huesos también se han hallado abundantes fósiles humanos, con 13 000 restos de esqueletos que se consideran pertenecientes al denominado Homo heidelbergensis.
Las rutas de los primeros pobladores
Los caminos que siguieron estos primeros pobladores de la península ibérica también son difíciles de determinar, ya que no existen pruebas fiables suficientes para seguir el rastro, según los investigadores de Atapuerca.
El mapa peninsular presenta localizaciones geográficas alejadas entre sí: una al nordeste, donde se encuentra Puig d’En Roca o Avellaners (Girona), y otra al sur con mayor cantidad de yacimientos, como Aculadero (Cádiz), El Rompido (Huelva), Macoito y Açafora (Portugal), la Depresión Guadix-Baza (Andalucía oriental), y también otra en Atapuerca (Burgos). “El resto de la península presenta un gran vacío para este periodo”.
Históricamente se han planteado dos posibilidades: que los primeros pobladores de la península llegasen desde el norte, o desde Gibraltar. Una explicaría la ubicación de los yacimientos peninsulares para este período, ya que podría ser que grupos como el Homo ergaster, propio de África, con una técnica poco evolucionada, entrase en competencia por los recursos con grupos más evolucionados y emigraran hacia el norte.
Al encontrarse con un clima muy duro, podrían haber avanzado hacia el oeste hasta encontrarse con la península y avanzarían rápidamente hacia el sur. La otra posibilidad plantea que los primeros pobladores llegasen a través de Gibraltar a los yacimientos del sur.
Un estudio de la Universidad de Barcelona (UB) encontró evidencias de la posible entrada de homínidos en Europa por el sur de la península ibérica hace unos 900 000 años. El estudio, publicado en la revista científica Journal of Human Evolution, se basa en la nueva datación de restos fósiles de humano y de primate africano encontrados en Cueva Victoria (Cartagena, Murcia).
Estos hallazgos, junto con restos de tecnología lítica de la misma época descubiertos en otro yacimiento cercano, y la coincidencia temporal con una bajada del nivel del mar, hacen pensar a los investigadores en la llegada de alguna especie humana desde África cruzando el estrecho de Gibraltar.
“Hay muchos yacimientos y fósiles que aún no se conocen”, afirma García Martínez. Para poder continuar la investigación, el Ministerio cuenta con proyectos, pero a menudo se recurre a financiaciones autonómicas. “También contamos con financiaciones privadas, como es el caso de National Geographic, que ofrece ayudas para excavaciones, o incluso hemos recurrido campañas de crowdfunding en alguna ocasión”, explica García Martínez.
“Se pueden encontrar homínidos que no conozcamos o fósiles de especies que ya conocemos pero aún no han aparecido, por ejemplo ahora mismo tenemos dos yacimientos en Ciudad Real donde tenemos evidencias de homínidos pero aún estamos buscándolos”, concluye García Martínez. “Aún queda mucho por descubrir”.