Así es como la silla de ruedas abrió el mundo a millones de personas

La silla de ruedas existe desde que se inventó la rueda. Pero los avances tecnológicos han revolucionado su uso y permitido la millones de personas disfrutar más del mundo que las rodea.

Por Erin Blakemore

Esta silla de ruedas de madera y mimbre, fotografiada en la habitación de un hospital de Saint Remy (Francia), es un diseño antiguo. Las primeras sillas de ruedas eran más incómodas que las modernas y elegantes que permiten a los usuarios vivir de forma independiente y participar en todo tipo de actividades, desde deportes hasta viajes.

Fotografía de Jim Richardson, Nat Geo Image Collection

Bath, en Inglaterra, no era sólo el hervidero de romances y cotilleos descrito en las novelas de Jane Austen: era un lugar de libertad para las personas con movilidad reducida que buscaban las aguas curativas de sus baños romanos.

Estos turistas solían llegar en una "silla de inválido" o "silla de Merlín", predecesora de la silla de ruedas. Estos revolucionarios vehículos les permitían participar en la famosa vida social de la ciudad, normalmente con la ayuda de sirvientes que les empujaban de un lugar a otro.

Pero aunque ofrecían una movilidad sin precedentes, estas sillas de mimbre y madera se consideraban un signo de invalidez y dependencia, y no podían ser más diferentes de las modernas sillas de ruedas que ofrecen aún más formas de moverse. ¿Cómo pasaron las sillas de ruedas de ser aparatosas a ser fáciles de usar? Gracias a los propios usuarios de sillas de ruedas.

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Desde Felipe II la primera silla de ruedas de la historia hasta las sillas autopropulsadas

Los asientos con ruedas han existido desde la invención de la rueda, pero tuvieron que pasar siglos para que estos dispositivos ganaran adeptos entre las masas. Al principio, las personas con problemas de movilidad eran empujadas en dispositivos similares a carretillas o muebles con ruedas empujados por asistentes médicos o sirvientes. Cuando en 1595 Felipe II, que padecía gota y artritis, encargó una silla de ruedas, se la conoció como "silla de un inválido". Para muchos esa fue la primera silla de ruedas de la que se tiene constancia.

Habría que esperar hasta 1655 para que surgiera la primera silla de ruedas autopropulsada. Stephan Farffler, un relojero que perdió el uso de las piernas en un accidente infantil, creó este dispositivo para poder ir y volver de la iglesia en Núremberg (Alemania). Su invento se asemejaba a una bicicleta reclinada moderna, ya que dependía de una manivela para impulsarse. Hoy en día, se la considera un precursor del triciclo, pero en su momento, este invento único dejó entrever los usos potenciales de los dispositivos de ruedas autopropulsados.

El diseño de Farffler impulsó la tecnología de las sillas de ruedas, y varios inventores crearon dispositivos similares. Uno de ellos, el empresario belga John Joseph Merlin, creó una "silla de gota" que utilizaba engranajes y manivelas para propulsar a los usuarios. El diseño se hizo tan popular que las sillas de ruedas se llamaron "sillas Merlin" durante más de un siglo.

Sin embargo, incluso estas primeras sillas de ruedas eran utilizadas principalmente por personas adineradas con sirvientes que las empujaran. Esto se debía a que eran difíciles de fabricar, pesadas, difíciles de manejar y casi completamente ineficaces en exteriores, más como muebles de interior que como dispositivos de asistencia. Como escribe la historiadora del arte e historiadora de la discapacidad Elizabeth Guffey: "Era una silla delicada para gente delicada".

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La primera silla de ruedas fabricada en serie

Las sillas de ruedas se hicieron más omnipresentes con el paso de los años, especialmente tras la Guerra Civil de Estados Unidos y las dos Guerras Mundiales, que dejaron a cientos de miles de veteranos con movilidad comprometida. Pero las sillas de ruedas se consideraban dispositivos médicos, no accesorios para una vida independiente, en parte debido a su tamaño y coste.

En los años 30 del siglo XX, Herbert Everest, ingeniero de minas paralítico, se quejó del peso de su pesada silla de ruedas a otro ingeniero, Henry Jennings. Juntos, en el garaje de Jennings en Los Ángeles (Estados Unidos), crearon una silla de ruedas plegable que pesaba la mitad y costaba mucho menos de producir. Se convertiría en la primera silla de ruedas producida en serie y en el diseño más popular de su época. De repente, los usuarios de sillas de ruedas podían salir a la calle, subir y bajar de los coches e ir adonde quisieran sin apenas ayuda.

Irónicamente, sin embargo, el avance obstaculizaría el desarrollo de las sillas de ruedas durante décadas debido al monopolio de los inventores sobre el diseño plegable y a las actitudes predominantes sobre la discapacidad, que sugerían que los usuarios de sillas de ruedas debían ser protegidos del mundo. Incluso los profesionales de la medicina se opusieron a diseños alternativos que hacían hincapié en la independencia del usuario.

"Quizá [los profesionales de la medicina] pensaban que sabían más", afirma Nicholas Watson, catedrático de Estudios sobre Discapacidad y Director del Centro de Investigación sobre Discapacidad de la Universidad de Glasgow (Reino Unido).

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Sillas de ruedas hechas por y para sus usuarios

El uso de sillas de ruedas se disparó con la pandemia de poliomielitis de los años 40 y el creciente número de víctimas de la guerra moderna, además del desarrollo de antibióticos que permitieron a más personas sobrevivir a lesiones medulares, dice Watson.

Una vez más, una nueva generación de usuarios de sillas de ruedas clamaba por más y acabó revolucionando el uso y el significado de las sillas de ruedas. Algunos no se conformaban con sentarse en ellas, también querían jugar. A partir de los años 60, los atletas en silla de ruedas empezaron a modificar sus sillas para hacerlas más ligeras y fáciles de usar.

Y el creciente movimiento por los derechos de los discapacitados avivó aún más la demanda de mejores sillas de ruedas por parte de los propios usuarios. "Cuando la gente ve a una persona con movilidad reducid, la silla de ruedas es el rasgo más destacado, y tiende a olvidar que es una persona", declaró en 1982 a Los Angeles Times la atleta Marilyn Hamilton, que perdió el uso de las piernas tras un accidente de parapente.

Hamilton fue una de las atletas que presionaron para conseguir mejores sillas de ruedas, o fabricaron las suyas propias. Los atletas redujeron el peso de las sillas quitándoles los mangos que otros utilizaban para empujarlas, una declaración de independencia y una forma de aligerarlas. Luego empezaron a modificar las ruedas, añadiendo velocidad y maniobrabilidad con modificaciones que iban en contra de los diseños creados para "proteger" a los usuarios del mundo exterior.

Con el tiempo, escribe Watson, los atletas en silla de ruedas empezaron a fabricar sus propias sillas. En las décadas de 1970 y 1980, sillas de ruedas con nombres como Quadra y Quickie estaban cambiando la forma en que los usuarios experimentaban el mundo que les rodeaba, dándoles un acceso sin precedentes tanto en interiores como en exteriores.

"Nuestras sillas son tan estéticamente agradables que ayudan a derribar [las barreras] entre personas de distintas capacidades", afirma Hamilton, que ayudó a diseñar la silla de ruedas ultraligera Quickie. "Es una ventaja tremenda para las personas discapacitadas".

Mientras tanto, las sillas de ruedas eléctricas, introducidas por primera vez en Canadá en la década de 1950, también estaban cada vez más disponibles, lo que permitía a las personas con limitaciones de movilidad en los brazos utilizar también sillas de ruedas.

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El legado de las innovaciones en sillas de ruedas

Estas sillas más ligeras y maniobrables no sólo cambiaron la vida cotidiana de las personas que las utilizaban, sino también la percepción que tenían de sí mismas. La historia del desarrollo de las sillas de ruedas "muestra a las personas discapacitadas como agentes activos y directores de su propia vida", afirma Watson, una vida más móvil e independiente.

¿Cuál es el futuro del diseño de sillas de ruedas? Watson predice que la inteligencia artificial se utilizará cada vez más en la navegación en silla de ruedas. Los ingenieros también están trabajando en formas de evitar vuelcos peligrosos de las sillas de ruedas, incluso incorporando tecnología como radares y cámaras. En la actualidad, todo, desde las sillas de ruedas para sentarse y levantarse hasta el diseño personalizado de llantas y ruedas a medida, satisface las necesidades individuales de los usuarios al tiempo que añade un poco de estilo a su viaje.

¿Adónde llevarán ahora las sillas de ruedas a sus usuarios? La respuesta es sólo cuestión de tiempo, tecnología y fe en las capacidades inherentes de los usuarios de sillas de ruedas.

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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