Estas son las 48 playas con bandera negra del litoral español
La organización conservacionista Ecologistas en Acción ha enarbolado el pabellón negro en 48 puntos de los casi 8.000 km de costa del litoral español que destacan por casos de contaminación o mala gestión ambiental.
El resultado del informe elaborado por los ecologistas y presentado hoy en Madrid ofrece una visión homogénea de los problemas que afectan de forma recurrente al litoral español, como los casos de vertidos de aguas residuales y la acumulación de basura.
Clara Mejías, coordinadora del estudio, ha explicado que a diferencia de las banderas azules que “premian a las playas urbanas y zonas de baño” en lo que ha calificado como “etiqueta” para unas zonas que no destacan por su respeto con el medio ambiente, Ecologistas en Acción otorga dos banderas por provincia, que se corresponden con los casos de contaminación y mala gestión ambiental.
De las 48 banderas que se han plantado simbólicamente a lo largo de la costa española, 11 de ellas se han otorgado debido al vertido de aguas residuales y la mala depuración junto a zonas industriales e infraestructuras.
Según el informe, las playas de Nerja en Málaga, han estado soportando una importante carga de materia orgánica y componentes indeseables de las aguas residuales, ya que vierte sus aguas residuales directamente al mar.
Casos de contaminación fecal en las playas de Luarca (Asturias) y El Confital (Canarias) o los problemas medioambientales producidos tras décadas de explotación minera en la ría de Huelva, son otros de los puntos que se han hecho merecedores de la bandera negra por este motivo.
Otros puntos con problemas de mala o inexistente depuración de aguas residuales se pueden encontrar en la playa del Palmar (Cádiz), Maqua o San Balandrán (Asturias), Las Palmas o Islas baleares.
La acumulación de basuras ha sido otro de los criterios de clasificación para otorgar el pabellón negro. Mejías ha señalado que “se trata de un grave problema mundial”, pero que en España muchas playas “sólo se limpian en verano”, cuando la actividad turística “casi duplica la población española”.
El problema se agrava cuando el turismo masivo aporta cantidades de basura superiores a la capacidad de gestión de las autoridades locales.
Por este motivo se han llevado banderas negras las playas de Pozuelo (Granada), y la desembocadura del Segura (Alicante). Es en este punto de la Vega Baja, la comarca más meridional de la Comunidad Valenciana, donde se acumulan residuos de origen doméstico en los canales de riego, que vierten sus aguas contaminadas con toneladas de basura directamente al Mediterráneo.
La contaminación por plásticos se ha detectado también en Bizkaia y en la playa del Surrach-Aiguadoliva (Castellón), donde debido a la falta de tareas de limpieza se agolpan año tras año centenares de residuos plásticos (botellas, latas, aparejos de pesca). En la localidad castellonense se han llegado a recoger más de 150 kg de residuos en 100 metros de costa.
Los problemas derivados del urbanismo descontrolado y la masificación que sufrieron en los años ochenta del siglo pasado algunas zonas de nuestro litoral son otro de los criterios que han evaluado los ecologistas para conceder banderas negras.
Uno de los puntos con bandera negra es la mayor laguna litoral del Mediterráneo Occidental, el Mar Menor, que hizo saltar todas las alarmas en 2016, cuando las aguas de este rico ecosistema empezaron a volverse verdes, en un proceso que ha llevado este Espacio Natural Protegido a perder una gran cantidad de praderas subacuáticas y un descenso crítico de especies amenazadas.
Detrás de este problema ambiental, se encuentran “décadas de incompetencia y descoordinación institucional” y de actividades económicas tan importantes para la Región de Murcia como la agricultura.
“Tanto el Gobierno Nacional, como la patronal de la agroindustria, han sido incapaces de afrontar su responsabilidad” a pesar de la reducción de los vertidos a la laguna.
Situaciones como la del Mar Menor ponen de manifiesto el valor ecológico de nuestro litoral, que según los ecologistas “se ha convertido en un escenario económico” en detrimento “del entorno costero” que ha generado una “pérdida incalculable”.
La actividad portuaria y el trasiego de cruceros, han hecho merecedor de bandera negra al proyecto de ampliación del muelle de Playa Blanca (Lanzarote) o al puerto de Barcelona, que concentra la mayor parte de la actividad turística de los cruceros de todo el Mediterráneo con 2,7 millones de turistas en 2017.
Ecologistas en Acción ha señalado que este tipo de turismo “operado por capitales internacionales, externaliza enormes costes sobre las poblaciones y el medio ambiente”.
Entre los mayores impactos de esta industria se cuentan las emisiones contaminantes por la combustión de hidrocarburos, un problema que según el Mejías “se agravará”, debido al reciente acuerdo entre el consistorio barcelonés y las autoridades portuarias para “ampliar exponencialmente las infraestructuras” de este tipo de turismo masivo “insostenible”, ha denunciado.
El informe hace especial hincapié en que el “turismo masivo de sol y playa vende una imagen irreal de los entornos costeros”, como demuestra la construcción de edificios en primera línea de playa, que requieren la extracción de toneladas de arena que destruyen los ecosistemas.
Los ecologistas han denunciado que “esta masificación supone un aumento del consumo de recursos y de la generación de residuos” por parte de los millones de turistas que muchas veces “superan la capacidad de las localidades que los acogen”.
Los síntomas de deterioro como los que muestra el litoral español se enmarcan en el gran problema del cambio climático global, ante el que Ecologistas en Acción sigue denunciando la falta de políticas concretas orientadas a frenar el gran reto del siglo XXI.