Los efectos del cambio climático serán peores de lo previsto, según un nuevo informe del IPCC

El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático señala en su nuevo informe que el mundo experimentará graves problemas antes de lo esperado a medida que las emisiones aumentan.

Por Stephen Leahy
Publicado 8 oct 2018, 11:57 CEST
Brasil
Brasil es uno de los varios países clave donde la deforestación debe limitarse para prevenir el calentamiento global, según un nuevo informe global.
Fotografía de John Stanmeyer, National Geographic Creative

Las consecuencias y los costes de un calentamiento global de 1,5 grados Celsius serán mucho peores de lo esperado, según un informe global del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) publicado el domingo en Incheon, Corea del Sur.

Durante la última década se ha producido una serie sin precedentes de tormentas, incendios forestales, sequías, blanqueamiento de corales, olas de calor e inundaciones en todo el mundo con solo un grado Celsius de calentamiento global. Pero la situación empeorará con un calentamiento de 1,5 grados Celsius, o lo que es peor, 2 grados Celsius, según el Informe Especial sobre el Calentamiento Global de 1,5 grados del IPCC, que examina más de 6.000 estudios.

El IPCC también informó de que esos 2 grados Celsius podrían alcanzarse en solo 11 años y casi seguro dentro de 20 años si no reducimos las emisiones de dióxido de carbono (CO2). Aunque se llevaran a cabo esas reducciones de inmediato, eso solo retrasaría —no evitaría— el calentamiento global de 2 grados Celsius.

«Consecuencias considerables»

Aunque un aumento de 0,5 grados Celsius en la temperatura ambiente no es perceptible, calentar todo el planeta de forma permanente tendrá consecuencias «considerables», según advierte el informe. Los efectos se sentirán en todos los ecosistemas, así como en comunidades y economías humanas.

«Limitar el calentamiento global a 1,5°C frente a 2°C reducirá la repercusión significativa sobre los ecosistemas, la salud humana y el bienestar», afirmó en un comunicado Priyadarshi Shukla, director del Centro Global del Medio Ambiente y la Energía de la Universidad de Ahmedabad, la India, y coautor del informe especial. Entre dichos efectos se incluyen tormentas más intensas, tiempo más errático, olas de calor peligrosas, aumento del nivel del mar y la perturbación a gran escala de las infraestructuras y los patrones migratorios.

Los hallazgos científicos del informe principal se resumen en el Resumen para Responsables de Políticas, aprobado por los representantes de los 195 países, incluido Estados Unidos.

Según el Acuerdo de París de 2015, los países del mundo acordaron mantener las temperaturas globales por debajo de los 2 grados Celsius, mientras que los estados insulares bajos, entre otros, presionaron por una temperatura muy inferior. Los compromisos actuales para reducir las emisiones de CO2 provocarán un calentamiento global de al menos 3 grados Celsius para 2100, lo que nos pondría en riesgo de puntos de inflexión naturales como la descongelación de grandes áreas de permafrost, que podría aumentar todavía más la temperatura mundial. El gobierno de Trump declaró la retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París.

Michael Mann, climatólogo y director del Centro de Ciencias del Sistema de la Tierra de Universidad Estatal de Pensilvania, afirma que el calentamiento global es como encontrarse en un campo de minas que se vuelve cada vez más peligroso. «Cuanto más nos adentramos, más explosiones podremos provocar: 1,5°C son más seguros que 2°C, 2°C son más seguros que 2,5°C, 2,5°C son más seguros que 3°C, y así sucesivamente», afirmó Mann, que no participó de forma directa este el último informe del IPCC.

«Estabilizar el calentamiento global en 1,5°C será muy difícil, si no imposible, llegados a este punto», afirmó Mann por email.

En busca de grandes soluciones

El informe especial del IPCC describe varias vías para limitar el calentamiento global a 1,5 grados Celsius. Estas soluciones requerirán unos esfuerzos sin precedentes para reducir en un 50 por ciento el empleo de combustibles fósiles en menos de 15 años y eliminar su uso casi por completo en 30 años. Esto significa que ningún hogar, negocio o industria tendrá calefacción por gas o petróleo; ningún vehículo se desplazará con diésel o gasolina; todas las centrales eléctricas de carbón y gas se clausurarán; la industria petroquímica tendrá que convertirse en industria química verde; y la industria pesada como la producción de acero y aluminio tendrá que emplear fuentes de energía sin carbono o tecnología de captura de emisiones de CO2 que almacenará de forma permanente.

Además, dependiendo de lo rápido que se reduzcan las emisiones, entre 1 y 7 millones de kilómetros cuadrados de tierra tendrán que convertirse para empezar a plantar cultivos de bioenergía y deberán añadirse hasta 10 millones de kilómetros cuadrados de bosques para 2050. Sin embargo, el informe advierte de que eso no será suficiente. Cada kilogramo de CO2 emitido en los últimos 100 años seguirá atrapando calor en la atmósfera durante siglos. Para 2045 o 2050, todavía habrá demasiado CO2 en la atmósfera. Para estabilizar las temperaturas mundiales en 1,5 grados Celsius, será fundamental contar con más bosques o con alguna forma de captura directa que extraiga CO2 de la atmósfera, según el informe.

Según Katharine Hayhoe, meteoróloga de la Universidad Tecnológica de Texas, este informe especial es como si el médico nos diera un diagnóstico grave. «Hemos hecho todas las pruebas posibles y los resultados no son nada buenos», declaró Hayhoe en una entrevista. «El médico, el IPCC en este caso, explicará las posibles vías de tratamiento para garantizar nuestra salud en el futuro. Nosotros (el público) decidiremos qué opción seguir».

El reto de permanecer por debajo de los 2 grados Celsius es inmenso, ya que exige el abandono de la infraestructura de combustibles fósiles, la adopción de fuentes de energía no fósiles y la retirada a gran escala de carbono de la atmósfera, según explica Glen Peters, director de investigación del Centro Internacional de Investigación del Clima de Noruega. «Permanecer por debajo de 1,5°C requiere una transformación más rápida y profunda que los 2°C», afirmó Peters.

Actualmente, según explica, vamos en la dirección equivocada, ya que las emisiones globales aumentaron un 1,5 por ciento en 2017 y es probable que vuelvan a aumentar este año. «Sin la implicación total y la alineación de nuestras dimensiones política, técnica y social, ni 1,5 ni 2 grados serán posibles».

Kelly Levin, investigadora del Programa del Clima Mundial del Instituto de Recursos Mundiales, está de acuerdo en que esto significa que los 2 grados Celsius supondrán un gran cambio frente a la dirección en la que vamos encaminados. Dicho esto, los modelos empleados para desarrollar las vías del IPCC para lograr el límite de 2 grados Celsius no incluyen todas las formas de reducción de emisiones y priorizan los métodos más baratos, según declaró Levin en una entrevista.

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    Por ejemplo, un amplio cambio dietético destinado a un menor consumo de carne y la reducción del consumo de materiales reducirían las emisiones en gran medida. Según Levin, los modelos también son conservadores respecto a la implantación de nuevas tecnologías y han subestimado el éxito de los paneles solares y los vehículos eléctricos. El Modelo 3 de coche eléctrico Tesla fue el cuarto coche más vendido en Estados Unidos en septiembre, pese a costar más del doble que coches a gasolina comparables (y a las largas listas de espera).

    El papel fundamental de los bosques

    Los bosques también desempeñan un papel fundamental en la reducción de emisiones, según Deborah Lawrence, experta forestal de la Universidad de Virginia. «Los bosques aportan un servicio importantísimo a la humanidad al retirar actualmente en torno al 25 por ciento de nuestro CO2», declaró Lawrence en una entrevista.

    La reforestación y la mejora de la gestión forestal podrían retirar CO2 de la atmósfera, según Lawrence, lo que supondría un 18 por ciento de las reducciones necesarias para 2030. Lawrence explicó que Brasil, China, India, México, Australia, Estados Unidos, Rusia y la Unión Europea también podrían aumentar en gran medida sus bosques de forma económica y sin afectar a la producción de alimentos, pudiendo llegar a retirar miles de millones de toneladas de CO2 de la atmósfera, según demostrará un futuro estudio. Proteger y aumentar las selvas tropicales es especialmente importante, ya que enfrían el aire y son fundamentales para crear las precipitaciones regionales necesarias para la agricultura.

    Explicó que, cuando la madera de bosques maduros se convierte en muebles o edificios, puede almacenarse CO2 a largo plazo. Por eso en Portland se finalizará la construcción de un edificio de madera de 12 plantas en 2019 y en Viena, Austria, se está construyendo un edificio de madera de 24 plantas.

    Debemos proteger los bosques existentes para evitar los peligros del cambio climático, según advierte una coalición de científicos en un comunicado. Señalan que los bosques del mundo contienen más carbono que los depósitos explotables de petróleo, gas y carbón.

    «El clima futuro de nuestro planeta está íntimamente vinculado al futuro de sus bosques», escribieron los científicos.

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