La contaminación da una tregua a Madrid en 2018
El pasado año vino acompañado de un notable descenso de la presencia en el aire de algunos contaminantes, según el informe anual presentado por Ecologistas en Acción sobre la calidad del aire en la capital en 2018.
Con un 2019 que apenas ha echado a andar y recién activado el escenario 2 por contaminación en la capital española, por donde estos días solo podrán circular vehículos con el distintivo ambiental, 2018 nos trae una buena noticia: un notable descenso de la contaminación respecto a años anteriores en algunos contaminantes, alcanzando los valores más bajos desde 2010.
Así lo afirma el reciente informe, La calidad del aire en la ciudad de Madrid durante 2018, presentado por Ecologistas en Acción, en el que analizan los contaminantes más problemáticos de la ciudad: tanto el dióxido de nitrógeno (NO2), como las partículas en suspensión (PM10 y PM2.5) y el ozono troposférico (O3).
En los últimos años, los valores límite de estas sustancias se han superado tanto en relación a la legislación europea, como las cifras más estrictas impuestas por la Organización Mundial de la Salud.
Entre los factores que han ayudado a su reducción este año, encontramos unas condiciones meteorológicas favorables durante la mayor parte del 2018, así como la imposición de medidas de limitación del tráfico por parte del Ayuntamiento de Madrid, como Madrid Central y el nuevo protocolo anticontaminación.
El dato más sorprendente desvela que solo 7 de las 24 estaciones rebasaron el valor límite anual de contaminación de dióxido de nitrógeno, frente a las 15 que lo superaron en 2017, por lo que se han reducido sus registros en las diferentes estaciones que miden la contaminación de la capital.
La legislación establece también otro tipo de límite referente a este contaminante: un valor horario, para así evitar que las personas queden expuestas a altos niveles de NO2 durante los picos de contaminación.
Este valor límite horario está establecido en 200 µg/m3, cifra que no debe sobrepasarse más de 18 horas al año en ninguna estación. Durante el pasado año, solo dos estaciones de Madrid lo sobrepasaron, algo insólito en comparación con años anteriores, en los que se había superado en hasta 9 estaciones.
Europa abre un expediente de infracción
A pesar de la mejoría relativa, la capital española ha sobrepasado por noveno año consecutivo el límite legal para el dióxido de nitrógeno (NO2). Por este motivo, la Comisión Europea mantiene abierto desde 2017 un expediente de infracción en el marco legislativo que desarrolla la Unión Europea desde los años 90 para mejorar la calidad del aire en las ciudades europeas. En él, insta a los países afectados a “adoptar y ejecutar planes de calidad del aire con medidas adecuadas para poner fin a esa situación lo antes posible”.
La nube de smog nos ha dado un respiro durante buena parte del año pasado, pero, tal y como vienen anunciando los meses de diciembre y enero, basta un pequeño cambio meteorológico para que los límites de calidad del aire vuelvan a ser sobrepasados.
“Dado que la principal fuente de contaminación atmosférica en Madrid es el tráfico rodado, y puesto que no existe la posibilidad de controlar la meteorología, cualquier intento serio de reducir los niveles de contaminación y alcanzar de forma estable una calidad del aire saludable pasa por disminuir el uso del automóvil en la ciudad”, afirma Ecologistas en Acción en su presentación del informe.
Según apuntan los datos provisionales de 2018 del Ayuntamiento de Madrid, parece que la tendencia a la disminución del tráfico en la capital cala poco a poco entre los ciudadanos.
Un hito en la lucha contra la contaminación
Tras nueve años consecutivos de vulneración de los límites de contaminación, el 30 de noviembre de 2018 se puso en marcha la iniciativa Madrid Central tras un arduo trabajo de redacción y tramitación del Plan A.
Tras analizarlo, la Unión Europea mostró su respaldo al Plan A y consideró que, de llevarse a cabo correctamente, las medidas previstas harán frente la situación actual de la mala calidad del aire en Madrid y Barcelona.
“Transcurrido su primer mes de vigencia, los datos sugieren que constituirá una medida eficaz para mejorar la calidad del aire de la ciudad, aunque lógicamente deberá complementarse con la aplicación decidida y sin demoras del resto de las medidas”, afirma la organización.
“Se trata de un plan realista y ambicioso que, de llevarse a la práctica con decisión, podría contribuir a mejorar sustancialmente la calidad del aire de la ciudad”.