Diez claves del acuerdo que cierra la COP25
La falta de ambición política pone un agrio broche de cierre a la vigesimoquinta Conferencia de las Partes, la más larga de la historia y la última antes de la entrada en vigor del Acuerdo de París.
Acción y ambición eran las palabras que resonaban por cada rincón de una Cumbre del Clima repleta de miles de personas dispuestas a cambiar el rumbo del cambio climático. Sin embargo, ambos conceptos han quedado en papel mojado, lejos de las mesas de decisión de unos frágiles acuerdos políticos que tan solo postergan la acción.
Muchas eran las expectativas puestas en esta Cumbre, la primera tras el movimiento global de los jóvenes por el cambio climático y la última antes de la entrada en vigor del Acuerdo de París, por lo que las medidas debían ser más ambiciosas que nunca. Con dos días de negociaciones más y tras largas jornadas de debate, la Cumbre del Clima más larga de la historia se clausuraba ayer con la firma del pacto “Chile-Madrid, tiempo de actuar”.
El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, se ha declarado “decepcionado con los resultados” de la cumbre, según ha asegurado en un comunicado tras la clausura. “La comunidad internacional ha perdido una oportunidad importante de mostrar una mayor ambición en mitigación, adaptación y finanzas para afrontar la crisis climática”, ha lamentado.
La importancia clave de los océanos
Los océanos han absorbido el 90% del calor extra que hemos generado desde la revolución industrial. Por ello, esta Cumbre del Clima ha sido bautizada como la Blue COP y ha puesto sobre la mesa la gran importancia de los océanos en su papel protagonista como reguladores del clima.
Expertos como Sylvia Earle o Enric Sala, exploradores de National Geographic, han participado en la COP25 para luchar por el “30 para 2030”, que pide la protección de un 30% de los océanos para el año 2030.
“Que la COP sea este año la Blue COP significa que el océano es el núcleo, el corazón del clima, del tiempo, de la temperatura, el que modifica la química del planeta entero”, declara la oceanógrafa Sylvia Earle.
“La mayor parte de la vida está ahí, este es un planeta vivo. Tenemos que tomar en serio lo que dicen los climatólogos y los científicos. Tenemos que tomar acción ahora, antes de alcanzar ese punto crítico. Dándonos prisa aún estamos a tiempo, pero llegados a cierto punto no podremos seguir el ritmo”.
A nivel local, el mar Mediterráneo acapara gran parte de las grandes consecuencias del calentamiento global. Según reflejó la conferencia Mar Mediterráneo y cambio climático, con tan solo un 0,04 por ciento protegido, la situación es crítica en las aguas que bañan nuestras costas.
Regulación de los mercados de carbono
A pesar de los avances, uno de los puntos más importantes, la regulación de los mercados de carbono, ha quedado pospuesta finalmente para la siguiente cumbre. El artículo 6 del Acuerdo de París, que pide una regulación de los sistemas de derechos de emisiones en todo el mundo, se ha convertido en uno de los mayores ‘tira y afloja’ de las negociaciones.
Algunos países tratan de evitar la transición a la doble contabilidad que supondría el nuevo sistema y la pérdida de remanentes del antiguo Protocolo de Kioto. Para facilitar el acuerdo, la Unión Europea aceptó abrir un plazo de transición hasta 2023, en el que los antiguos bonos aún tuvieran validez, pero Brasil ha obstaculizado el pacto pidiendo una mayor ampliación.
La regulación de unos mercados de carbono globales, edificados sobre una contabilidad respetuosa con el medio ambiente, es uno de los imperativos para lograr los objetivos del Acuerdo de París.
2020: un nuevo ciclo de mayor acción en los NDC
La presidenta de la Cumbre, Carolina Schmidt, también se pronunciaba decepcionada: “No estamos satisfechos con los logros de la COP25”, afirmó en el acto de cierre. “Es triste no haber podido llegar al acuerdo final, estuvimos tan cerca”. Sin embargo, se mostró positiva acerca de los grandes avances que se han registrado, que nos colocan más cerca de la construcción de este sólido sistema.
A pesar de la decepción, la cumbre del clima de la capital ha sentado las bases de un nuevo ciclo de mayor acción y ambición de cara al 2020, de cara a poder evitar que la temperatura aumente más de 1.5 ºC. El Acuerdo “Chile-Madrid, tiempo de actuar” establece unos objetivos más ambiciosos de reducción de emisiones, las llamadas Contribuciones Nacionales Determinadas (NDC, por sus siglas en inglés), que los países deberán presentar para 2020. Esta mayor ambición frente al cambio climático es por tanto una de las principales claves del nuevo acuerdo.
Ciencia, género y financiación
Con la ciencia en el centro de la toma de decisiones, el acuerdo Chile-Madrid exige la continua actualización de las políticas climáticas en base a las actualizaciones científicas del cambio climático. El género también ha ocupado una importante posición con la implementación de un nuevo Plan de Acción de Género que aborde la emergencia climática desde la participación de las mujeres y niñas en las políticas que las protejan de los impactos de sus consecuencias.
La Organización Mundial de las Naciones Unidas cifra en más de 140 millones los migrantes climáticos que deberán abandonar sus hogares de aquí a 2050 a consecuencia del cambio climático. Por ello, otro de los puntos que más se ha debatido y exigido entre los pabellones de la cumbre aborda la necesidad de crear un sistema de financiación, o añadir este recurso al Fondo Verde del Clima, para que apoye a los países más afectados por el cambio climático en su recuperación de los grandes desastres naturales extremos y otros impactos del clima.
Emergencia climática: La fuerza del cambio hacia Glasgow
El movimiento joven que lucha por el cambio climático y que ha llegado a la capital desde cada rincón del mundo asegura que no confían en los políticos para proteger el planeta, sino en las personas que están a pie de calle.
Así lo afirmaban Fridays for Future y Greta Thunberg en el acto de cierre de la manifestación del pasado viernes día 6 en la capital, y así lo sienten muchas de las personas que recorren los pasillos de los diez pabellones de la cumbre.
Los acuerdos alcanzados en la capital no son suficientes para abordar con la urgencia necesaria la emergencia climática. Pero la fuerza del cambio, la esperanza, sigue a pesar de los políticos. “Parece que la COP25 en Madrid se está desmoronando en este momento”, afirmaba Thunberg. “La ciencia es clara, pero está siendo ignorada. Pase lo que pase, nunca nos rendiremos. Solo acabamos de empezar”.